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Retomando la senda del crecimiento

En los últimos días, el campo argentino ha recibido con alegría muy buenas noticias que lo favorecen e implican un gran impulso para todo el sector. La baja de retenciones y en algunos casos la eliminación total de las mismas, sumado a un sinceramiento del tipo de cambio y la eliminación del cepo cambiario, han empapado de optimismo a una industria que en el último tiempo ha estado sumergida en un mar de incertidumbre y políticas que desalentaron la inversión productiva.

Frente a la complejidad del escenario recibido, el conjunto de medidas tomadas por el actual gobierno involucran principalmente un cambio rotundo en las perspectivas que tiene el campo en su conjunto. Indudablemente, el desafío es muy complejo pero hoy se ha generado shock de confianza en la Agroindustria que sin dudas traerá consigo en el corto plazo un horizonte político-económico más entusiasta. Es que el principal cambio, implica un cambio de expectativas, lo cual

llevó a la construcción de una visión y al alineamiento de intereses entre varios actores que participan de una u otra manera de la Agroindustria. Indudablemente, cuando se logren materializar todos estos intangibles, el Campo volverá a la senda de crecimiento en la que supo estar, desarrollarse e incluso reinventarse para mantener la competitividad.

Surge así un nuevo planteamiento, el de permitirnos volver a pensar en grande, por ejemplo en lograr pasar de ser el granero del mundo a ser el “supermercado” del mundo, produciendo alimentos con un mayor valor agregado. El desafío es lograr maximizar el potencial que tenemos como sector. La mejor manera para perfilarnos correctamente en el camino del crecimiento requiere una visión compartida entre lo público y lo privado, pero siempre respetando valores primordiales y las buenas prácticas: el gobierno debe seguir generando confianza con reglas de juego claras, gestionando con eficiencia, asistiendo a los sectores más vulnerables y sobre todo, dando el ejemplo. Además, por el lado de las empresas, no hay que dejar de ser amigables con el ambiente. De esta manera, se deben promover así acciones de Responsabilidad Social Empresaria, siendo conscientes de que somos parte de algo más grande que nos comprende e involucra a todos, independientemente del rol o del lugar que ocupemos en la sociedad. De todos y de cada uno de nosotros depende.

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