Cómo lograr crecimiento sostenido en el tiempo

Todo pareciera indicar que el Gobierno continuará por la senda del gradualismo, tal como lo viene haciendo desde sus inicios de gestión e incluso para llevar adelante ahora las prometidas reformas estructurales.

Hace varios meses que la economía Argentina crece, lógicamente también de manera muy gradual pero progresiva. Los principales sectores que impulsan y dinamizan este parsimonioso repunte de la actividad son: el Agro, la Construcción y el Real Estate, sumado a un financiamiento externo por hacer bien los deberes que el Gobierno tendría garantizado para avanzar hacia 2019.

Estamos además en un proceso de inflación decreciente. Yo no diría que el gobierno perdió la batalla contra la inflación, si bien no es lo mismo que sea del 17 o del 23, lenta pero claramente la tendencia es a la baja y eso es lo que importa. Es cierto que el medicamento implica altas tasas de Lebacs y por ende un dólar atrasado que atentan contra la actividad, pero no olvidemos que hace dos años apenas el aumento sostenido en el nivel general de los precios era mayor al 40% anual. Si el gobierno logra domar la inflación y reducir paulatinamente las tasas, logrará darle impulso a los Proyectos ligados a economía real y a las inversiones productivas. De esta manera, lograremos mayores niveles de competitividad y productividad que muchos sectores piden ya a gritos.

Resulta fundamental aplicar entonces políticas públicas que fomenten el crecimiento, el rol del Estado es clave en este sentido. Un Estado elefantiásico es nocivo para el país, por ende necesitamos un Estado que fomente la inversión y las políticas que incrementen la productividad.

Precisamos los argentinos un modelo que asegure crecimiento sostenido en el tiempo, con una mirada de largo plazo. La competitividad va a venir de la mano de la inversión, de mejorar laproductividad y de la excelencia operativa. Más allá de todos los problemas que tiene Argentina y que va a costar un rato largo resolverlos, este es el principal desafío para generar empleo e
inversión y lograr capitalizar las oportunidades comparativas que tenemos como país. No caben dudas de que para que haya inversiones tiene que haber rentabilidad, y en Argentina tenemos precios altos medidos en dólares, baja rentabilidad, sumada a una presión tributaria asfixiante.

Es una tarea de todos poder como país capitalizar las ventajas comparativas que tenemos. Si a estas ventajas le sumamos “inversión” (en infraestructura por ejemplo, para lograr reducción de costos, de tiempos, mayor eficiencia operativa, etc), “institucionalidad y reglas de juego claras”, “mayor predecibilidad”, indudablemente nos podremos mantener en el camino del desarrollo y crecimiento que tanto necesitamos.

Este es tal vez un momento bisagra y quizás los argentinos no seamos del todo conscientes de que estamos viviendo un cambio impresionante. Para prosperar, irremediablemente se necesitan reglas claras y espíritu de mirar hacia adelante. Al futuro no se lo debe adivinar, se lo debe forzar, desear y para ello es necesario tener la voluntad de cambiar las circunstancias y la historia paraque las cosas se logren. Debemos lograr hacer que las cosas “pasen”, no que “nos pasen”. Las políticas de largo plazo son indispensables para optimizar el potencial que dichos sectores que están impulsando nuestra economía, tienen en su conjunto de aquí a los próximos años, con todo lo que ello implica para el país. Esperemos que como argentinos podamos hacernos cargo de lograr el país que tanto queremos. De cada uno de nosotros depende.

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