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Ayer, hoy, mañana y como siempre, de la mano del Campo

Se pronostica una cosecha agrícola 2018/19 récord y un escenario favorable para el Agro Argentino. ¡Muchas consultoras prevén una cosecha superior a las 140 millones de toneladas!

Los americanos han comenzado a tener problemas con la recolección de la soja y el maíz. Daría la impresión que los precios van a escalar a la suba. Lo mejor pasa por el maíz que está para una escalada alcista y la proteína cárnica sigue con alta demanda. Sobra soja en Estados Unidos y en América Latina los chinos pagan un plus muy alto para no comprar en Estados Unidos, en el marco de la guerra comercial que llevan adelante con Trump.

Respecto al trigo, no se espera que crezca mucho dado que la seguía no afectó a este cultivo la campaña pasada. Ya se vendió el 85% de la producción ya sea para exportadores o para la industria molinera. Así, la comercialización de trigo en la Argentina avanza sin pausa y el precio ha llegado a superar los U$D 200/ tn.

En lo que hace a exportaciones de carne, este año podríamos estar exportando 12 kilos per cápita, y esa es una muy buena notica. Hay pocos novillos, y esto genera alta demanda y consecuentemente un mayor precio. Se está exportando mucho cerdo, la devaluación dejó con un precio muy competitivo a la carne porcina, todo sube, y dejamos de mirar la importación para mirar al mundo.

Los buenos pronósticos climáticos y el dólar alto, fomentan las inversiones en el sector Agroindustrial ante un escenario que como dijimos, luce muy favorable.

El campo posiblemente aporte más del 1,5% del PBI a la economía nacional en 2019 y será el único sector con crecimiento. Pienso que hay pocos sectores que puedan traccionar y dinamizar la economía de Argentina como lo hará el sector Agropecuario, potenciado por una demanda creciente de alimentos a nivel mundial. El campo con la cosecha de trigo a fines de este año y la cosecha de gruesa a inicios del siguiente, podría darnos una gran mano para gambetear la “crisis”.

Sin embargo, resulta fundamental que como país podamos capitalizar más todavía las ventajas comparativas que tenemos. La Argentina tiene el clúster productivo oleaginoso más competitivo del mundo, más competitivo que Brasil e incluso que EE.UU. El desafío es lograr maximizar el potencial que tenemos como sector. Si a estas ventajas le sumamos “inversión”(en infraestructura por ejemplo, para lograr reducción de costos, de tiempos, mayor eficiencia operativa, etc), “institucionalidad y reglas de juego claras”, “mayor predecibilidad”, indudablemente nos podremos volver a encausar en el camino del desarrollo y crecimiento que tanto necesitamos.

Estamos en un momento bisagra, un punto de inflexión para poder entre todos salir de esta situación que tanto nos aflige. Las políticas de largo plazo son indispensables para optimizar el potencial que el Campo en su conjunto tiene de aquí a los próximos años, con todo lo que ello implica para el país.

A las habilidades o recursos con los que uno cuenta, y que muchas veces vienen dados, debemos generarles un marco para que expresen su potencial. Esperemos que como argentinos podamos hacernos cargo de lograr el país que tanto queremos. De cada uno de nosotros depende.

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El Estado recauda $61 de cada $100 que produce una hectárea

El peso del Estado en la economía es uno de los reclamos más habituales que suelen escucharse entre el empresariado argentino. Y, sobre todo, en el campo, sector al que, además, se le suelen cargar tributos especiales, como las retenciones a la exportación. Tanto las creadas luego de la crisis de 2001 como las actuales, de $3 por cada dólar exportado, que la Administración Macri puso al sector, como parte de su batería de medidas para alcanzar el objetivo de déficit cero.

Un estudio de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA) le puso cifras a este peso. De acuerdo con el índice de medición de septiembre de la entidad, de cada $100 de renta que genera una hectárea agrícola, el Estado recauda $61.

El índice marca un incremento de 5 puntos, puntualiza el informe, debido a los derechos de exportación, combinados con la baja de precios y amortiguados por la suba del tipo de cambio que se registró en las últimas semanas.

Según FADA, la medición de septiembre de 2018 marca una participación de los impuestos sobre la renta agrícola del 60,9%, para el promedio ponderado de los cultivos de soja, maíz, trigo y girasol.

En otros términos, esto significa que, de cada $ 100 de renta -es decir, el cálculo de ingresos menos los costos de producción- que genera una hectárea agrícola, $ 60,90 va a parar a las cuentas de los distintos nivele de gobierno (Nación, provincias, municipios).

El peso de la mano del Estado es distinta según el negocio, aclara el informe. Mientras que el 60,9% es un promedio ponderado de cultivos a nivel nacional, la participación en la soja es del 67,7%. En tanto, el Sector Público recauda el 55,6% de lo que genera una hectárea de maíz, un 48,1% del trigo y un 62,2% del girasol.

Los investigadores, dice el estudio, atribuyen el incremento de la participación del Estado en la renta agrícola por el restablecimiento de los derechos de exportación que decidió el Gobierno nacional durante el mes pasado. Esto, además del impuesto porcentual que tributa cada cultivo, gravó con $3 por cada dólar exportado a los productos del sector. «En tanto, la suba que se dio en el tipo de cambio ayudó a disminuir el impacto de los nuevos derechos de exportación, a pesar de que gran parte de los costos agrícolas se encuentran dolarizados», sostuvieron los autores del informe.

Añadieron que «el mayor efecto de los nuevos derechos de exportación en maíz y girasol, fue menor en soja, porque el incremento fue menor, y en trigo, por fortaleza del precio y la baja generalizada de precios disponibles en dólares con respecto a junio».

«La combinación de estos factores, hizo que crezca el índice, del 55,8% relevado en junio, al actual 60,9%. Este incremento de 5 puntos es explicado por los derechos de exportación, combinados con la baja de precios y amortiguados por la suba del tipo de cambio», sintetizaron.

Fuente: https://www.apertura.com/contenidos/2018/10/01/noticia_0010.html

Infografía: http://fundacionfada.org/informes/indice-fada-septiembre-2018-609/

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Cuanto más podemos exportar

Las exportaciones de carne bovina continúan con su tendencia alcista. Según datos oficiales del Ministerio de Agroindustria, se manifestaron crecimientos interanuales a lo largo de todos los meses del corriente año. Este crecimiento se debe principalmente a que china (nuestro principal comprador) duplicó su demanda. A la vez que la Unión Europea (segundo mayor comprador) incrementó sus pedidos en un 20%. Y que la gran sorpresa del primer semestre, Rusia, quintuplicó sus compras quedando como tercer destino al superar a Israel y Chile. La suma de todos estos incrementos en la demanda produjo un incremento total de las exportaciones de un 63,7% respecto a los mismos 7 meses del 2017.

En un momento clave, en donde el ingreso de divisas al país se hace crucial, se dio a conocer el listado de las 26 plantas frigoríficas habilitadas, la cual puede ir incrementándose a medida que otras plantas cumplan con los requisitos sanitarios establecidos por el comprador, para exportar al gigante asiático cortes enfriados con y sin hueso, y congelada con hueso, que se suman a la carne congelada deshuesada de bajo valor que ya compraban. Quienes hasta ahora se llevaban cerca del 50% de lo que exportamos,  pero solo carnes congeladas de bajo valor. La clave de este acuerdo firmado luego de la misión comercial de la Secretaria de Agroindustria en China realizada el mayo pasado. Radica en haber incluido a las exportaciones cortes de mayor valor “Premium”, al igual que hacemos con la Unión Europea, para suministrar al sector de la sociedad China más pudiente (la cual por su escala es de considerable magnitud) sin dejar de abastecer a los demás sectores de la sociedad como venimos haciendo.

La diferencia: mientras que el valor de la tonelada de la carne congelada ronda los 4 mil dólares, la carne enfriada con y sin hueso va de 11 a 19 mil dólares.

La demanda de carne bovina por parte del consumo chino creará una competencia con los otros países que la demandan. Pudiendo provocar un aumento en el valor de esta que repercutirá en una mejora del valor  para el productor ganadero.

¿Podemos continuar con esta racha alcista de exportaciones?

Hay que tener en cuenta cuales son los principales factores para una mayor producción de carne. Estas son: Mejorar el índice de destete, aumentar el peso de faena y crecimiento del Stock.

Respecto a la faena, se vio en los últimos meses un aumento de 5 kilos del peso medio de la res por animal faenado. Esto quiere decir que se incrementó el sacrificio de novillos mientras que disminuyo el de terneros y terneras. No solo se produce más carne por animal nacido sino que también son más eficientes los procesos dentro de los frigoríficos, dándole un mayor margen a la industria la cual puede volcarlo a la negociación con el productor a la hora de comprar.

De sostenerse estos 5 kilos en el promedio de la res, significará un aumento de la producción de 90 mil toneladas, solo por este factor. Si se continúa produciendo novillos pesados, como hace el resto del mundo, en lugar de faenarlos cuando aún son livianos. Se incrementara el peso de la media res, por ende se dispondrá de aun mas carne para exportar.

Otra buena noticia nos la dio SENASA, quien informo que el aumento del stock es mayor de lo esperado. Se creía que el aumento del stock iba a rondar las 500 mil cabezas. Pero estas pasaron a ser 1, 4 millones de cabezas (entre vacas y terneros).

Continuar con este rumbo, incrementar el peso de faena y el stock, sin lugar a duda nos permitirá aumentar las exportaciones. Pero no debemos olvidarnos que la gran falencia de la producción está en el Índice de Destete, el cual ronda el 60%. Estando en algunas zonas del país en el 50%. Si mejoramos este índice a valores relativamente aceptables, entre un 80% y 90%, habrá una cantidad significativa más de animales que se podrán faenar y por ende exportar.

Como me comentaron alguna vez. Imagínese usted si posee un restaurant donde debe comprar insumos, pagar sueldos, etc. y que solo el 60% de sus comensales paguen lo que consumieron. Lo mismo sucede en el campo, 10 de 6 vacas que hay en la Argentina se alimenta a lo largo de todo el año y no paga (da un ternero). Por lo que mejorar este Índice es tan importante como los otros dos factores en conjunto.

Si se continúa fortaleciendo estas tres fuentes, podemos continuar con la racha alcista de exportaciones hasta volver a ubicarnos en el podio de los tres principales exportadores de carne del mundo. Abasteciendo tanto a Europeos como a Chinos, de carne con el valor agregado que le da ser carne Argentina.

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Una respuesta a las necesidades del campo agrícola: 
Paisajes Multifuncionales


Hace ya unos años que se comenzó a priorizar la necesidad de cuidar la biodiversidad en los campos, con el fin de dar respuesta a las necesidades de la cadena alimenticia para brindar más y mejores alimentos. Un proyecto que ha tomado gran protagonismo es el denominado “Paisajes Multifuncionales” el cual permite a los productores utilizar las zonas no productivas de sus lotes para promover las colonias de insectos polinizadores a través de su biodiversidad. Generalmente, en Argentina carece la diversidad de flora en los campos, por lo cual se dificulta que los polinizadores sobrevivan y actúen sobre los cultivos. Al implementar el programa, se busca fomentar vegetaciones nativas y la generación de paisajes con el objetivo de brindar un mejor producto al mercado.

De esta manera, Syngenta y Aceitera General Deheza (AGD) con el apoyo del Conicet, implementarán dicho programa con tres pasos desarrollados para mejorar las colonias de polinizadores y la biodiversidad. Primero el Conicet visita los lotes a trabajar y determina el lugar adecuado, luego se deja que la vegetación nativa crezca con un manejo mínimo. Ya que se busca la creación de flora autóctona de la zona, para que sea sustentable y no requiera de grandes cuidados para su preservación. Y por último, se mide la cantidad de polinizadores y las variedades de flora.

El doctor Marcelo Aizen, de la Universidad de Comahue e investigador del Conicet, afirma que más del 90% de las plantas depende de los polinizadores, incluidos los cultivos a nivel mundial. Por lo cual, es de esperarse que los productores consideraren la posibilidad de dar más importancia a esta temática para mejorar el rendimiento de los cultivos y su calidad. “De forma indirecta, los polinizadores son responsables de semillas, vitaminas y nutrientes, pasturas, producción de productos no maderables y plantas medicinales. A pesar de sus diversas funciones, suele hablarse de una sola especie de polinizadores, pero lo cierto es que existe una gran diversidad. Por ejemplo, sólo en abejas hay más de 20 mil especies”, señala. Los estudios indican incrementos de más del 20% en cultivos preferidos por los polinizadores (girasol, alfalfa y colza), y un porcentaje levemente menor en demás cultivos.

Resulta fundamental valorar estas posibilidades en los campos, ya que hacen los cultivos más eficientes, se genera una mejor fertilidad en los campos y se recupera más tierras para cultivos, ayuda a que la biodiversidad florezca y se fortalecen los pequeños productores a adoptar y mejorar prácticas de rotación de cultivos, a fin de posibilitar el incremento de su productividad.

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“El Campo” para dar vuelta la Crisis

La Argentina de los últimos meses vive discutiendo si vamos o no a un default, o cómo afecta la crisis de los cuadernos a empresarios y políticos. Marchas, piquetes, cuál debería ser el precio del dólar, Flan sí, Flan no, cuál fue el costo de haber minimizado “la herencia”, etc. ¿Son este tipo de discusiones las que nos permiten reflexionar y buscar los remedios que nos dejen paliar la crisis que sufrimos? ¿O debemos ir por más, ser más autoexigentes y buscar arrancar de raíz las causas que generan los problemas que más nos agobian?

Para evitar que el dólar siga trepando y apaciguar los conflictos sociales, muchos analistas aseguran que se necesita una mayor coordinación económica, cambios políticos, más crédito para detener la caída de nuestras reservas. ¿Serán estas las soluciones que necesitamos?

Hoy vemos un escenario de huida de capitales de la Argentina, el riesgo país en niveles muy altos, precios de los bonos y acciones por el piso. Más allá de la situación de Brasil con el dólar superando los $4 reles, la crisis en Turquía, la Guerra Comercial, etc., y una Argentina que “ya pasó de moda”, o por el contrario, que volvió a estar de moda esta semana en los mercados financieros, pero por los peores motivos: se multiplicaron en los últimos días las compras de seguros contra default por parte de inversores internacionales.

Hablemos con rigor: La realidad es que sin reglas de juego claras, sin una visión de mediano y largo plazo, caemos en los mismos problemas siempre… se gasta por encima de los ingresos y esto deriva en un déficit fiscal crónico, alta inflación, instituciones “soft” que fomentan corrupción en muchos niveles, desconfianza, y cuántos más problemas políticos y económicos tengamos, mayor será la violencia que sufriremos los argentinos y más se profundizará la “grieta” que nos divide.

Por estos motivos, los argentinos no invierten en Argentina, tampoco la financian, se llevan el dinero afuera y nos quejamos cuando no llega dinero del exterior. ¿La salida de este cruel laberinto, está en nosotros mismos? ¿Cómo hacemos para reducir los gastos, en muchos casos, inflexibles a la baja, y al mismo tiempo subir los ingresos?

Pareciera que los propios argentinos no tenemos confianza para invertir, consecuentemente los extranjeros adoptan el mismo camino que los locales.

Resulta fundamental aplicar políticas públicas que fomenten la inversión y las políticas que incrementen la productividad. Es una tarea de todos poder como país capitalizar las ventajas comparativas que tenemos. Si a estas ventajas le sumamos “inversión” (en infraestructura por ejemplo, para lograr reducción de costos, de tiempos, mayor eficiencia operativa, etc), “institucionalidad y reglas de juego claras”, “mayor predecibilidad”, indudablemente nos podremos volver a encausar en el camino del desarrollo y crecimiento que tanto necesitamos.

Estamos en un momento bisagra, un punto de inflexión para poder entre todos salir de esta situación que nos aflige. Cada uno debe, desde el lugar donde le toque, redoblar el esfuerzo. Trabajar el doble para ganar la mitad. Dar el ejemplo. Evitar los atajos que nos alejan de las buenas prácticas. Apoyar a quien pierda la esperanza. Los esfuerzos que hoy se realizan darán sus frutos en 2019. Cada acción suma, cada gesto contagia en el sentido que le demos.

Tenemos un problema sumamente complicado pero no es imposible de resolver. Hay pocos rubros que puedan traccionar y dinamizar la economía de Argentina como el sector Agropecuario. El campo con la cosecha de trigo a fines de este año y la cosecha de gruesa a inicios del siguiente, podría darnos una gran mano. Las tasas actuales del 45% que están asfixiando al sector productivo, tendrán un horizonte descendente.

Debemos creer en nosotros mismos. Los argentinos, ¿qué queremos hacer con el país? Invertimos o seguimos acopiando dólares. La ponemos acá o la llevamos afuera? Seguiremos viajando al exterior o aprovecharemos para conocer más de nuestro país e invitar a extranjeros a que también lo hagan?

Para prosperar, irremediablemente se necesitan reglas claras y espíritu de mirar hacia adelante. Al futuro no se lo debe adivinar, se lo debe forzar, desear y para ello es necesario tener la voluntad de cambiar las circunstancias y la historia para que las cosas se logren. Debemos lograr hacer que las cosas “pasen”, no que “nos pasen”.

Las políticas de largo plazo son indispensables para optimizar el potencial que los sectores productivos pueden generar en nuestra economía, con todo lo que ello implica para el país. Esperemos que como argentinos podamos hacernos cargo de lograr el país que tanto queremos. De cada uno de nosotros depende.

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