Compartimos esta nota del empresario Agroexportador Gustavo Grobocopatel que estuvo presente en el 1º Encuentro de Reflexión Argentina Visión 2020 y que hoy plantea un proyecto de desarrollo inclusivo para los próximos años sin el cual, sostiene, no hay posibilidad de pensar en la sustentabilidad.
Aunque nunca es suficiente ya se ha escrito mucho sobre el potencial y las oportunidades de Argentina en los tiempos que vienen: Un sector energético con tamaño y ventajas comparativas de escala global, también en las energías renovables; oportunidades en la minería sustentable; los sectores de los servicios informáticos y del software, la construcción con todos los desafíos que existen en infraestructura; el turismo y su integración a lo gastronómico y, por supuesto, los agronegocios, incluyendo no solo la economía pampeana sino las regionales y una agroindustria cada vez más extendida y sofisticada. Esto no le quita oportunidades a otros sectores muy importantes de la economía, basados en el diseño y las manufacturas. Las oportunidades no deben ser excluyentes o fruto de planificaciones que erran o llegan tarde. Las oportunidades existen allí donde hay un cliente o proveedor, externo o interno, dispuesto a comprar o vender, a dejarse seducir por la calidad o el precio de nuestros productos o servicios.
Sin embargo nuestros desafíos no están en lo que debemos hacer sino en el como debemos hacerlo, una renovada agenda del debate público.
En principio es fundamental tener claro que el propósito es crear dignidad y bienestar, o sea personas libres, autónomas, empleables, emprendedoras, solidarias y saludables. Por ello este proceso de desarrollo debe ser inclusivo, no hay posibilidad de pensar en la sustentabilidad, el largo plazo, sin la participación de la mayoría y en la igualdad de oportunidades. Las políticas públicas y las acciones de la sociedad en su conjunto deben orientarse en este sentido.
Este proceso es imposible de realizar sin un Estado de estos tiempos. Es un estado renovado, inteligente, que genera bienes y servicios públicos de calidad, que facilita el desarrollo, que lo estimula con incentivos y con reglas de juego claras y estables, que nos integra al mundo, que nos abre puertas hacia afuera y hacia adentro, un estado que es el ámbito del debate y la construcción colectiva.
Este proceso requiere de Empresas de estos tiempos, cuyo sentido es satisfacer las expectativas no solo de accionistas y talentos sino también la de sus proveedores y clientes, responsables y transparentes, porosas, en íntima relación con la sociedad, que se sientan parte de un proyecto integrador, innovadoras, que basan su éxito en una competitividad genuina fruto de la productividad y el desarrollo del capital humano.
Es fundamental que haya Trabajadores de estos tiempos, cuya fuerza sea el conocimiento, la creatividad, la responsabilidad, el sentirse parte. Trabajadores que sueñen con ser dueños y trabajen para serlo.