Varias de las dificultades que tenemos como país son más autogeneradas que ajenas. Tener la humildad suficiente para reconocerlo así, es un gran primer paso para la elaboración de un diagnóstico acertado y su consecuente búsqueda de mejora. Si bien los problemas económicos que hoy sufre Brasil y la devaluación de su moneda hacen que Argentina pierda competitividad en sus exportaciones, no podemos culpar nuestro estancamiento económico únicamente a ello, ni a la crisis China o a la “guerra de las monedas” entre países que buscan devaluar para empobrecer al país vecino y ganar competitividad. Se madura y se evoluciona por medio de la autocrítica, sino nos paralizamos como país.
La renovada fortaleza que muestra la cotización del dólar en el mundo frente al resto de las divisas (lleva varios meses revalorizándose sin pausa) no hizo más que acelerar la tendencia a la apreciación que ya mostraba el peso, utilizando el tipo de cambio como “ancla inflacionaria”. Son quizás este retraso cambiario y la falta de competitividad las peores herencias de los últimos años.
Las consultoras privadas pronostican una inflación cercana al 30% anual, cuando es importante recordar que muy pocos países en el mundo tienen inflaciones de dos dígitos.
Por tales motivos, será muy difícil para muchos inversores mantenerse en pesos en los últimos meses del año sabiendo que es probable la salida del cepo cambiario, asuma quien asuma como nuevo Presidente de los Argentinos en diciembre.
Como todos sabemos, en el sistema financiero hay muchos pesos, una cantidad impresionante, que van a querer cubrirse de la probable licuación. De esta manera, tal como nos explican muchos economistas, cada vez más personas buscan “dolarizarse”, esto es, adquirir activos que sigan al dólar como método para resguardar el valor de sus ahorros. Así, cada vez resultan más atractivos en este contexto los Proyectos de inversión que siguen la evolución del dólar oficial, pues de alguna forma uno logra adquirir dólar futuro a precio oficial de hoy. Lo mismo sucede con los bonos en pesos atados a la evolución dólar linked y los bonos dolarizados.
Uno de los candidatos a presidente dijo que si gana eliminará el cepo apenas asuma y otro dijo que en caso de ganar lo haría en los 100 primeros días de gobierno. Es casi lo mismo. Con cepo hay desconfianza, lo opuesto a lo que necesitamos. Sin inversión no hay proceso de desarrollo económico que sea sostenible en el tiempo. Por eso es que se debe prestar especial atención a esta variable, especialmente sensible al ciclo económico y a las expectativas. Como todos sabemos, el empleo depende del crecimiento económico, a mayor crecimiento económico, mayor empleo. Por eso es que en los últimos años, en nuestro país, el empleo formal viene cayendo como por un palo enjabonado. Lo que ha aumentado es la informalidad.
Tal como advierten varios economistas, al buscar salir del cepo, es recomendable que no sea una medida aislada, sino un plan integral que recupere la confianza de los inversores y de la población, especialmente que tenga en cuenta la desaceleración de la inflación y que apunte a reducirla a un dígito. Ya vimos lo que sucedió en 2014, el Gobierno devaluó de golpe, sin plan, tratando de recuperar la competitividad perdida, pero el resultado fue más inflación que el aumento del dólar, ajuste del salario real y recesión.
Si nos preguntamos cuál es la Argentina que viene, es indudable que el gobierno que asuma va a tener que buscar, en algún punto medio de esta brecha, la convergencia entre un dólar que es el único dólar. Esto nos permitirá recuperar esa confianza y esa seguridad que tanto necesitamos. Con otra perspectiva y otra visión, con medidas sostenibles en el mediano/largo plazo, con un acercamiento pragmático a las ideas pro mercado vigentes en la región, habrá mayor estímulo para generar los dólares requeridos por nuestra economía. Como vimos, la confianza genera inversión, la cual concibe trabajo. Hay que fomentar la inversión, seducirla, recibirla con los brazos abiertos. La incertidumbre en cambio promueve el consumo y el gasto desmedido, y empuja prepotentemente a la inversión hasta que se termina yendo del país.
El mundo le regala una oportunidad al país, pues la población mundial crece a pasos agigantados y con ella la demanda de alimentos. Argentina cuenta con recursos naturales y condiciones agro-ecológicas privilegiadas para la producción de cereales y granos, que ningún país del mundo tiene!
En los próximos 15 años, si logramos políticas económicas claras, y aliento a industrias como el campo, posiblemente veremos una Argentina líder en lo que es agricultura. Como país debemos estar alineados detrás de una visión compartida, pues todos queremos una Argentina mejor de aquí a los próximos años. Si bien las perspectivas para los próximos años son alentadoras, es imprescindible mantener políticas de estado que alienten el largo plazo y generen oportunidades para el sector, que motiven, promuevan y coordinen los esfuerzos del Agro, con todo lo que ello implica para el país y la sed de dólares genuinos. No podemos culpar a otros de nuestros errores o asegurar que no contribuimos en nada para alcanzar la situación que hoy sufrimos: cuando apuntas con el dedo para señalar a alguien, recuerda que tres dedos te señalan a ti.