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Unidad Económica Agropecuaria y su Utilidad en la Aplicación de Políticas Agrarias

La determinación de la Unidad Económica Agropecuaria, también conocida como U.E.A.,  refleja un aspecto fundamental a la hora de determinar políticas agrarias y sociales para una determinada región. La U.E.A.  se define como todo predio que por su superficie, calidad de suelo, ubicación y mejoras, permite a una familia satisfacer sus necesidades básicas y una evolución favorable de la empresa en el mediano plazo. Desde el punto de vista del manejo, se considera que la familia es quien aporta la mayor parte del trabajo necesario y al mismo tiempo lo efectúa de manera racional.

La U.E.A. es entonces una superficie mínima para una determinada región, que permite a una familia satisfacer sus necesidades básicas.  Una conclusión a la que se puede arribar previo a su determinación, sería la siguiente:

  • La misma está condicionada por las características agroecológicas como son por ejemplo la calidad del suelo, el clima, la topografía, la aptitud agronómica (estrechamente relacionada con la producción zonal) y la distancia a mercados. De la conjunción de estos factores, dependerá la rentabilidad de la explotación. De esta manera, por ejemplo a mejor calidad de suelo, menor distancia a mercado o mayor aptitud agronómica, se podría concluir a priori que la rentabilidad de la explotación será mayor y por ende, se requerirá un menor tamaño para satisfacer las necesidades básicas.

Para la metodología de cálculo, es importante tener en cuenta que la U.E.A. tiene cierto ¨carácter familiar¨ dado que es la familia agraria quien aporta la mayor parte del trabajo necesario. De todas maneras, no se excluye la posibilidad de contratar determinadas labores, las cuales refieren a prácticas generalizadas para una determinada zona en un determinado momento del ciclo productivo (por ejemplo, contratación para cosecha). En primer lugar, es evidente que deben reflejarse las condiciones predominantes de la zona: Esto quiere decir que debemos identificar el tamaño más frecuente de explotación para una determinada región (superficie modal). La superficie modal nos servirá de referencia en cuanto a la dotación de capital, tipo de suelo, aptitud agronómica y distancia a mercados más frecuente para esta zona en cuestión.

Determinada la superficie modal, se efectúa una comparación de sus ingresos (provenientes de multiplicar el Precio del Producto Vendido x Cantidad de Producto Vendido) en relación a sus costos de producción. Aquí tenemos una implicancia que destacar dado que el costo no involucra únicamente los gastos en efectivo que se hacen para lograr el producto total. El costo de producción se puede definir como todas las asignaciones/erogaciones que son necesarias efectuar para garantizar la continuidad de la actividad productiva. De esta manera, el mismo se compone de la sumatoria de los siguientes componentes:

  • Gastos – Destinados a cubrir las necesidades de la evolución corriente de la producción o correspondientes a bienes/servicios que se agotan en el acto productivo (impuestos, insumos, fletes)
  • Depreciaciones –Todo campo posee ¨mejoras¨ (inversiones que están adheridas a la tierra, estando o no incorporadas a la misma). Algunas de las mejoras más comunes son los alambrados, molinos, galpones y sistemas de riego, entre otras. Como puede apreciarse, estos bienes duran más de un ciclo productivo y tienen una vida útil limitada desde el punto de vista económico, sufriendo una depreciación en cada ciclo que debe incluirse en el cálculo.
  • Costo de Oportunidad/Interés: Es un «piso establecido» que está dado por la rentabilidad obtenida al colocar el capital agrario en la mejor alternativa accesible. El dinero invertido en tierra y capital tiene cierto valor en el tiempo, que está dado por lo que se obtendría al ser empleado en la segunda mejor alternativa.

Dicho esto, es importante aquí tener en cuenta el ítem salarios. Al referirnos a una actividad más que nada familiar, en el costo de oportunidad deberá tenerse en cuenta el salario que se podría llegar a percibir al trabajar en otra explotación.

El criterio para establecer si la superficie corresponde a la U.E.A. se refiere a la superficie en la que los INGRESOS son iguales a los COSTOS DE PRODUCCIÓN. Si llega a darse este caso, la familia está satisfaciendo sus necesidades básicas (incluyendo los costos de oportunidad) y está garantizada la continuidad de la explotación en el mediano plazo. Si la superficie modal es menor a la U.E.A. en los próximos años la región sufrirá un claro proceso de emigración mientras que por el contrario, si la superficie modal es mayor a la U.E.A., la región va estar recibiendo nuevos residentes.

De lo expuesto, es claro que las leyes de colonización de planes agrarios para poblar el interior del país, a través de las cuales se realizó la sub-división de tierras, utilizaron el concepto de unidad económica como un indicador de superficie necesaria para que las familias puedan satisfacer sus necesidades básicas. Ahora bien, la obtención de la U.E.A. no es una cuestión del todo sencilla, dado que se requiere para cada región de bastante información en cuanto a producción, precios y costos promedio. Lógicamente, el cálculo de la misma se complica en zonas donde no tenemos información clara y estadística; pero no puede negarse su importancia la hora de la asignación de recursos por parte del Estado hacia una Sociedad más equitativa.