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Una mirada global sobre el rumbo de la ganaderia

¿Qué debemos hacer para que la ganadería se mantenga en escena?

A partir de la expectativa generada por el nuevo gobierno mediante la quita de retenciones, eliminación de los ROEs y otras medidas tomadas vinculadas al sector ganadero, las actuales proyecciones apuntan a lograr un incremento en la producción que alcance los 4 millones de toneladas en el 2025.

Para lograr el 47% de incremento en la producción propuesto, generando un saldo exportable de 1,5 millones de toneladas si se espera se mantenga constante el consumo interno, no alcanzará con las medidas tomadas a la fecha. Es necesario un trabajo conjunto de toda la cadena y el Gobierno Nacional, que permita generar un ecosistema de desarrollo sobre cuatro pilares fundamentales: mejora en la eficiencia productiva; transparencia en la cadena; financiamiento para el crecimiento; apertura de nuevos mercados.

Son muchas las variables que colaboran a incrementar la eficiencia productiva, la cual permitirá lograr un incremento en la producción total, sin necesidad de incrementar el stock ganadero. Es imprescindible contemplar a la calidad del rodeo (genética) como un punto de partida fundamental para lograr dicho objetivo.  Está demostrado que la genética tiene un impacto directo sobre los índices productivos. A su vez, es necesario trabajar sobre la sanidad como elemento fundamental que permita mejorar los índices tanto reproductivos como productivos. De la misma manera, la ganadería tiene un largo camino por recorrer en lo que respecta a incorporación de tecnología, que sin duda permitirá lograr una mayor eficiencia productiva, al igual que una mayor trazabilidad de los productos comercializados, lo que es cada vez más demandado por nuestros compradores en el exterior.

No menor es la cuestión legal y de transparencia en la cadena. En materia impositiva, el incumplimiento es colosal. La competencia desleal hace que la industria formal no pueda competir. Hasta que no haya una reestructuración integral en relación a dicho tema, se atrasarán las inversiones, y el logro del objetivo propuesto se verá constantemente amenazado.

Con un marco adecuado para que el sector pueda expresar su potencial, no hay dudas que las inversiones irán llegando. En el corriente año, la actividad ganadera se estima liderará la inversión en el campo, con un aporte de 22.500 millones de dólares, representando el 39% de las inversiones totales esperadas para el sector agropecuario, y por encima incluso de la agricultura. Las mismas provendrán en un 62% de la reposición de hacienda; un 15% de gastos directos como la confección de pasturas, sanidad y suplementación; un 11% de gastos indirectos como  inversión en estructura; un 5% de inversión en bienes de uso, entre las principales. La ganadería es una actividad que demanda una fuerte inversión, y es necesario generar formas de financiamiento que acompañen a las necesidades del sector y  faciliten el crecimiento del stock ganadero para llegar en 2025 a las 58 millones de cabezas. Es por ello que se está trabajando en una forma de financiamiento en “moneda carne”. El productor ganadero no tiene miedo de endeudarse en la moneda que produce, y de generarse esta herramienta el crecimiento podrá darse de forma acelerada, logrando rápidamente incrementar la actividad del sector productivo.

Por último, y no por ello menos importante, es necesario continuar trabajando fuertemente en las relaciones con nuestros socio comerciales en el exterior, con el fin de recuperar los mercados perdidos, abrir nuevos mercados, y llevar nuevamente a nuestro país a ubicarse entre los principales 5 exportadores mundiales de carne vacuna. Supimos exportar 750 mil toneladas en el año 2005, siendo que hoy nos encontramos exportando únicamente 200 mil. El gobierno dio señales en este sentido, y hoy nos encontramos próximos a realizar los primeros embarques al mercado de los Estados Unidos y trabajamos en nuevos protocolos con China con quien solo tenemos el de carne congelada, mientras Uruguay posee cinco como los de carne con hueso, cocidas, con menudencias, etc.

La apertura de nuevos mercados, y la posibilidad de volver a ser un país exportador, trae aparejado la necesidad de llevar nuestra producción a generar novillos pesados de exportación, incrementando el peso de faena, lo que nos permitirá incrementar el volumen de carne producida, y rápidamente reaccionar  a la demanda externa en el corto plazo. Para ello debe haber incentivos orientados al productor que produce animales pesados, lo que le genera un mayor costo por kilo, y un mayor plazo de engorde necesario.

Argentina se encuentra frente a una nueva oportunidad de ser protagonista en el sector ganadero a nivel mundial. Es necesario trabajar en forma mancomunada, y orientando esfuerzos de todos los actores en un mismo sentido. Si esto se logra, la inversión necesaria no tardará en llegar. Desde ADBlick Agro apostamos al desarrollo del sector, y apuntamos a crecer fuertemente de cara al año próximo, abriendo la puerta a pequeños y grandes ahorristas a ser parte de este cambio.