Comercio exterior y ganadería: Un cambio estructural único en el planeta

Hace ya algunos años, el comercio internacional viene demostrándonos dos tendencias que ya parecen estar muy bien consolidadas. En primer lugar, es marcada la concentración regional en cuanto al rol en el mercado. Puede observarse una concentración en 3 bloques distintos: Canadá/EE.UU, Mercosur y Oceanía. Dentro de los mencionados, sin dudas es el Cono Sur americano (y dentro de éste la Argentina) el que presenta mayor potencial para la satisfacción de la demanda futura. Al mismo tiempo, estamos en presencia de una concentración de la demanda. Hoy, el centro de consumo de alimentos se enfoca en lo que es China, Corea y el SE Asiático. Por otro lado, vemos una segunda tendencia, la cual corresponde al debilitamiento de los acuerdos multi-laterales de comercio y el reemplazamiento de los mismos por convenios entre bloques regionales, cambiando así los parámetros de comercialización vía nuevas normas, aranceles, etc.

Haciendo una reflexión puertas adentro, vemos que nuestra Argentina a lo largo de estos últimos años ha estado prácticamente ausente en todos estos nuevos cambios de paradigmas comerciales. Razones hay muchas, las cuales se basan puntualmente en un modelo de políticas internas, aunque es verdad que también al pertenecer al Mercosur, las negociaciones en ocasiones nos han complicado dada la necesidad de establecer condiciones a través del bloque regional en lugar de hacerlo independientemente como país.

En el marco de la visita a Holanda que realizaron en estos días el presidente Mauricio Macri y el Secretario de Agricultura, Ricardo Negri, se han logrado firmar dos convenios con distintas entidades de los Países Bajos. Los mismos se basan en una mejora de procesos burocráticos para facilitar gestiones y disminuir los márgenes de comercialización con el objetivo de optimizar la compra de cereales y oleaginosas. Por otro lado, se avanzó también en gestiones para el manejo del agua dado que los holandeses son expertos en esta cuestión (más del 50% de su país está por debajo del nivel del mar y aún así con su ingeniería han logrado altas productividades). La idea sería replicar alguna clase de modelo para aplicar en la Región Pampeana, la cual hace ya varias campañas viene sufriendo el impacto de fenómenos climáticos complejos que ponen en jaque a los productores. Finalmente, también se realizaron acuerdos con una reconocida universidad para mejorar la tecnología de cultivos protegidos en el rubro de la fruticultura y horticultura.

Es prioritario lograr un acuerdo con la Unión Europea, mencionó el reconocido asesor F.A.O. Martín Piñeiro en el año 2014. Parecería ser que esta reunión con Holanda puede dar el puntapié inicial, lo cual sería una gran noticia para retomar nuestro protagonismo como cluster cerealero-oleaginoso más competitivo a nivel global.

En la economía mundial, estamos viviendo un cambio estructural único en el planeta. El bloque asiático, el cual concentra no menos que el 60% de la población mundial, está en presencia de un aumento exponencial de la clase media a causa de las migraciones desde ámbitos rurales hacia las ciudades, el cual se corresponde con un fuerte cambio en los paradigmas de alimentación hacia la proteína animal. La ganadería argentina es la única con el potencial suficiente para cubrir esta demanda futura más allá del terreno perdido estos últimos años. Quizás llegó también el momento de apuntar los cañones en el ámbito de relaciones internacionales hacia nuevos rumbos para poder capitalizar esta oportunidad y retomar así la senda del crecimiento.