Ganadería: Comercio exterior

Hace ya algunos años, el comercio internacional viene demostrándonos dos tendencias que ya parecen estar muy bien consolidadas. En primer lugar, es marcada la concentración regional en cuanto a rol en el mercado. Puede observarse una concentración en 3 bloques distintos: Canada-EE.UU, Mercosur, Oceanía. Dentro de los mencionados, sin dudas es el Cono Sur americano (y dentro de éste la Argentina) el que presenta mayor potencial para la satisfacción de la demanda futura. Al mismo tiempo, estamos en presencia de una concentración de la demanda. Hoy el centro de consumo de alimentos se enfoca en lo que es China, Corea y el SE Asiático. Por otro lado, vemos una segunda tendencia, la cual corresponde al debilitamiento de los acuerdos multi-laterales de comercio y el reemplazamiento de los mismos por convenios entre bloques regionales, cambiando así los parámetros de comercialización vía nuevas normas, aranceles, etc.

Haciendo una reflexión puertas adentro, vemos que nuestra Argentina a lo largo de estos últimos años, según la información satelital de índice Verde que fue desarrollado por la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (Fauba) tras un convenio con INTA, CREA e IPCVA, marcó un crecimiento promedio de 4.000 kilos por hectárea por año.

De este total, el 80% se produce entre septiembre y marzo, justamente cuando prevaleció la sequía. “Se perdió un 20% de pasto. Y no se va a volver a acumular porque se vienen las bajas temperaturas”, aseguró Otondo, quien también participó del seminario del IPCVA. Razones hay muchas, las cuales se basan puntualmente en un modelo de políticas internas, aunque es verdad que también al pertenecer al Mercosur, las negociaciones en ocasiones nos han complicado dada la necesidad de establecer condiciones a través del bloque regional en lugar de hacerlo independientemente como país.

En la economía mundial, estamos viviendo un cambio estructural único en el planeta. El bloque asiático, el cual concentra no menos que el 60% de la población mundial, está en presencia de un aumento exponencial de la clase media a causa de las migraciones desde ámbitos rurales hacia las ciudades, el cual se corresponde con un fuerte cambio en los paradigmas de alimentación hacia la proteína animal. La ganadería argentina es la única con el potencial suficiente para cubrir esta demanda futura más allá del terreno perdido estos últimos años. Quizás llegó también el momento de apuntar los cañones en el ámbito de relaciones internacionales hacia nuevos rumbos, para poder capitalizar esta oportunidad y retomar así la senda del crecimiento.

En esta línea, desde el INTA realizaron recomendaciones clave para ajustar el manejo. Algunas de las opciones de manejo es destete anticipado. A partir de los 4 meses de edad o 120 kilos del ternero es posible destetarlo para disminuir los requerimientos nutricionales de la madre.

La faena de bovinos alcanzó 1.090.000 cabezas en marzo de 2018, 7% más que el mes precedente, considerando que febrero contó con un reducido número de días hábiles.

Los terneros pueden tener destino de venta, suplementación en pastoreo o engorde a corral. “Esta es una decisión difícil, pero al disminuir los requerimientos de la vaca permite mejorar la condición corporal con el mismo nivel de alimentación”, aseguraron desde el INTA. Si bien el período comentado es atípico por la incidencia de la Semana Santa, todo indicaría que la faena de vacunos se mantiene firme aunque “amesetada” en un nivel que oscila en las 1.1 millones de cabezas.