El dilema de siempre… ¿Consumo o exportación?

El dilema de siempre: ¿Consumo o exportación?

En muchos establecimientos ganaderos, si bien a partir del segundo trimestre de este año el régimen de lluvias se normalizó contribuyendo a recuperar la oferta forrajera, las pérdidas importantes registradas en los cultivos de maíz (especialmente en los de siembra tardía) como también en la implantación de los verdeos invernales, comprometieron las reservas forrajeras planeadas para este invierno.

Esto generó la necesidad de encerrar un volumen mayor de hacienda, respecto a lo que se venía haciendo en los corrales, debido a la dificultad de poderlos terminar en los mismos establecimientos de forma pastoril o pastoril con suplementación.

Según datos oficiales de la Cámara Argentina de Feedlot, en el último mes de mayo, las empresas registraron un nivel de ocupación mayor interanual respecto al mismo periodo de los últimos dos años. El mismo censo realizado en abril ya había arrojado un número alto al alcanzar un 73% de ocupación. Como los niveles más elevados de encierres, en términos estacionales, se registran entre los meses de junio y agosto, no puede descartarse que los valores relevados puedan seguir incrementándose.

En consecuencia, esta gran cantidad de animales cuando salgan al mercado podrían producir un enfriamiento de los precios debido a su oferta y una demanda que difícilmente pueda aumentar debido a la pérdida de poder adquisitivo de la población.

Uno podrá apreciar que en las últimas dos semanas se vio una recuperación del valor de la hacienda gorda, aunque ese movimiento está lejos de tratarse de un factor intrínseco del mercado dado que está relacionado con el ajuste por inflación de un producto que venía excesivamente retrasado respecto de otros bienes.

En números, el índice del Novilllo en el Mercado de Liniers (INML), si bien en lo que va del año ajustó casi un 40%, aún está diez puntos por debajo de la variación experimentada por el tipo de cambio (que pasó de 18,5 a 27,8 $/u$s en lo que va de 2018).

A su vez, el Novillo para exportación no marca una diferencia significativa con el gordo de consumo, siendo unos de los valores (en dólares) más bajos registrados en muchos años. Y habiendo sucediendo lo mismo que con el consumo, donde se percibió un aumento de su valor que no llego a igualar la devaluación.

Por tal motivo, los productores se vuelcan al consumo pensando una devolución del capital más rápido y con menor inversión, lo que trae una escasez en el ingreso de animales con destino exportación, pudiendo provocar una faltante del mismo dentro de no mucho tiempo.

No es raro pensar que teniendo hoy en día el valor de novillo más competitivo de la región, estando a un dólar por debajo del precio del novillo de Uruguay, sesenta centavos de dólar por debajo del equivalente de Paraguay (países que recurren a la genética bovina Argentina para mejorar su ganado) y a la mitad del valor del Novillo en la Unión Europea, se puede esperar un ajuste significativo en el precio del novillo de exportación, lo cual difícilmente pueda ser copiado por el animal de consumo interno, debido a un consumo deprimido y con gran oferta de hacienda. Por lo tanto, apostar hoy en un novillo de exportación parece la mejor opción.