Argentina… Tierra de emociones extremas. Es increíble la dinámica con la que nos mueve día a día nuestro querido país. Como lo hemos dicho en varias ocasiones, Argentina no es un país apto para cardíacos. Devaluación, cambios en la tasa de interés, reclasificación a mercado emergente, ajuste del déficit fiscal. Estamos acostumbrados a vivir cambios que serían normales en el período de año, los cuales aquí se dan en tan solo unos pocos días.
Estas últimas semanas se ha venido hablando de la Ganadería y su perspectiva de cara a lo que viene. La carne históricamente ha demostrado ser una moneda dura, dado que tiende a copiar con bastante certeza la curva del dólar oficial. Obviamente pocos esperábamos una devaluación tan abrupta en tan poco tiempo, por lo que la carne hoy muestra cierto atraso, esperando que ajuste de a poco en los próximos meses. Ahora bien, es claro que esta devaluación sumada a todos los acuerdos que se han hecho este año, nos ayuda a recuperar el terreno perdido en el ámbito de las exportaciones.
Argentina perdió muchísima cancha en los últimos 10 años, salió de los mercados internacionales en el peor momento: El mundo comenzó a crecer en demanda y calidad, cambiaron los ámbitos y paradigmas de alimentación, el motor oriental comenzó a demandar proteína animal de manera exponencial. Hoy estamos en vías de recuperación y somos capaces de afrontar en este contexto los desafíos de la exportación a un mercado que sigue creciendo a un ritmo que nadie puede imaginar, en volumen y a un precio fenomenal que no se veía hace años, además de una oferta existente que no puede satisfacer la demanda. La devaluación ayudará a hacer más competitivas las exportaciones argentinas, por lo que sería adecuado pensar en la Ganadería como un potenciador de la tan ansiada generación de divisas y como un puente al crecimiento en estos tiempos tan inestables.
Es evidente que más allá de la incertidumbre que predomina hoy en los mercados, la Ganadería viene tomando impulso para estar en la cresta de la ola de cara al futuro. Todo parece indicar que la misma representa “el negocio que viene”. La oportunidad sin dudas es inmensa, hemos retomado el curso hacia el crecimiento en este ámbito. Es importante que no nos olvidemos un aspecto clave desde el punto de vista técnico-económico; este negocio permite producir incluso en las zonas más marginales a bajo costo, la proteína más cara y valorada en el mundo, la cual cada día que pasa es más demandada.