MERCADO DE ORGANICOS EN ARGENTINA

Diseñar 30 años atrás la producción de alimentos saludables, orgánicos e integrales podía parecer solo un sueño. Recién se estaba introduciendo la siembra directa como práctica de labranza en el país, no se conocían ni la biotecnología ni los cultivos transgénicos y eran empleados a campo soluciones agroquímicas de muy alta toxicidad. La carrera tecnológica propuesta por la creciente demanda de alimentos a nivel mundial, en una superficie cultivable cada vez más escasa, con recursos naturales que deben ser usados de manera sostenible, ha puesto sobre la mesa un debate importante sobre la mejor forma de aportar una solución a este dilema existencial.

En nuestro país existen emprendimientos familiares tradicionales que desde hace más de 30 años han transformado ese sueño en realidad, y no traen a la mesa una discusión, sino una solución concreta, rica, sabrosa, integral y orgánica. Aportan a la mesa de los argentinos todos los días una solución saludable.

En publicaciones recientes sobre la evolución de los productos orgánicos en Argentina, Ameli Ablin y Carlos Manozni describen características especiales de este mercado que me pareció muy interesante compilar y resumir (ver links de publicaciones completas abajo)

“La producción de alimentos orgánicos según la FAO tiene por objetivo primordial obtener alimentos de calidad superior al promedio estándar, aplicando procedimientos que respeten el medio ambiente sin el empleo de productos químicos ni transgénicos, orientados al mismo tiempo a procurar conservar la fertilidad y los recursos de la tierra por vía de un adecuado manejo de prácticas agronómicas biológicas ajustadas al ecosistema regional específico.

En nuestro país corresponde al Senasa establecer los requisitos para la habilitación de las firmas privadas técnicamente calificadas para certificar el cumplimiento de las condiciones de calidad propias de la producción orgánica. La certificación garantiza al consumidor que el producto resulte sano, cumpliendo todos los requisitos y protocolos establecidos. Anualmente SENASA presenta su reporte estadístico sobre la evolución de la actividad en Argentina.

Somos el segundo mayor productor y exportador mundial de cultivos y alimentos orgánicos después de Australia, la actividad en nuestro país viene creciendo a tasas muy importantes. Desde 2013 se consolida una tendencia muy positiva para la producción orgánica, que refleja una corriente sólida de largo plazo -1995 a 2017- verificada en un crecimiento promedio del 8% anual.

En dicho marco la distribución de la superficie orgánica cosechada mostró una mayor participación de la producción destinada a cereales y oleaginosas (50%), seguida por los cultivos industriales -por ejemplo, sidra y vino (31%)-, las frutas (14%) y las hortalizas y legumbres (5%). La mayor superficie cosechada entre los cultivos de cereales orgánicos correspondió al trigo pan (36%), seguido por la avena (18%), maíz (13%) y arroz (12%).

Según un informe presentado en la Feria Biofach (Alemania) – que exhibe la producción y comercialización de productos orgánicos de más de 120 países- el mercado global de alimentos orgánicos crecería más del 14% entre 2017 y 2021, como resultado de un incremento en los ingresos de los consumidores, junto a una creciente conciencia de los mismos acerca de los beneficios para la salud de los comestibles ecológicos. Asimismo, el mercado mundial de orgánicos avanza en la incorporación -como atractivo adicional para sus consumidores, sensibilizados a los temas medioambientales- de envases biodegradables o fácilmente reciclables.

En conclusión, una generación de consumidores cada vez más exigentes -nacidos desde comienzos de siglo- abre nuevas oportunidades comerciales para países proveedores de alimentos y bebidas orgánicos. Ello presenta un panorama alentador para los proveedores locales de bienes certificados acorde a las normas y principios de la producción ecológica.

Nuestro país está muy bien posicionado para responder a la demanda creciente de productos orgánicos y tiene un prestigio ya ganado en inserción y respuesta. Por un lado, cuenta con una estructura legal de fiscalización reconocida internacionalmente apoyadas en normativas equivalentes que posee la unión europea para regular la actividad además de una gran diversidad productiva” destaca el MAPO – Movimiento Argentino para la Producción Orgánica.

Fuente: El Economista; La Nación.