El sector ganadero argentino se encuentra frente a un horizonte de crecimiento y oportunidades. Si bien el año pasado se vio caracterizado por una devaluación de más del 100% y una inflación de casi el 50%, el sector ganadero supo adaptarse a dicha situación apostando a recrías largas a la espera del acompañamiento de los precios. Aunque el 2018 finalizó sin haberse evidenciado un acomodamiento total de precios en relación al dólar, en las últimas semanas se vio una sensible suba de los precios que permite dicha brecha se vaya achicando.
Si bien el consumo interno de carne vacuna no muestra síntomas de crecimiento en los últimos períodos, manteniéndose estable la demanda total, desde el año 2016 a la fecha las exportaciones han sido el driver de crecimiento del sector (incrementándose en un 139% y pasando de representar un 8,7% a un 18% de la producción total). De esta manera la Argentina se encuentra recuperando posiciones en el ranking de exportadores de carne, estimándose un nivel de exportaciones de 600 mil toneladas de cara al año 2019, lo que la llevaría al 5° lugar, según Victor Tonelli, miembro del Board asesor de ADBlick Ganaderia. La creciente demanda de proteína a nivel mundial, acompañada por la reapertura de mercados sobre la que se está trabajando (con resultados alentadores) son las principales variables que sostienen la expectativa de crecimiento para los próximos años. Algunos ejemplos de ello son el mercado de Estados Unidos, reabierto luego de 17 años, sumado a la histórica apertura del mercado Japonés y a la ampliación del protocolo de exportación a China, que es nuestro principal cliente y posiblemente lo continúe siendo.
Desde ADBlick Ganaderia vemos que otra variable importante a considerar de cara a este 2019 es el clima que, a diferencia del 2018, tiene pronósticos son muy favorables para el sector. Más allá de las recientes inundaciones, que sin duda reducirán la oferta de hacienda, en gran parte de las zonas agrícolas se espera una elevada producción de maíz, que pujará los precios a la baja, y en conjunto con el acompañamiento del ajuste de precios de la carne, la relación novillo-maíz sea favorable, abriéndose una oportunidad sumamente interesante para el sector. Es así que nos encontramos en un momento donde las condiciones del negocio ganadero muestran un escenario óptimo para su crecimiento y desarrollo, que permitirán continuar en la senda de crecimiento en los próximos años.
Por Gonzalo Díaz Colodrero.