Habiendo ya dejado atrás uno de los peores años en los últimos 70 del campo, podemos de a poco volver a levantar la cabeza para encarar una nueva etapa en el cielo abierto de la Argentina.
Con un 2018 donde el impacto de la peor sequía de los últimos años, implicó que las actividades relacionadas al campo sufrieran una fuerte caída en sus ingresos, calculando una pérdida aproximada de US$ 6.000 millones para la economía argentina y sumado a ello, entre agosto y septiembre se anunciaron medidas poco deseadas: El regreso de los derechos de exportación, con la salvedad de que esta vez fue para “todos” y la reducción de los reintegros a la exportación y el dólar se disparó de manera inesperada.
Podemos tomar otra mirada hacia lo que se viene en el 2019, donde las perspectivas son totalmente diferentes y el sector comienza a retomar postura y terreno en el juego tanto en el mercado interno como en el internacional.
Yéndonos a la Ganadería en particular que es uno de los negocios más conservadores y seguros de los que podemos rescatar hoy en nuestro país tenemos que tener en cuenta diferentes variables tanto internas como externas abarcando desde lo económico hasta lo climático y de sanidad.
Mirando nuestro ombligo primero vemos que en lo climático este año, a diferencia del anterior tiene una inclinación más neutral en cuanto a lluvias y sequias por lo que nos da una estabilidad y mayor seguridad a la hora de planificar un negocio en cuanto a las variables incontrolables que nos presenta año a año el campo. Por otro lado, el precio de los kilos de carne a lo largo de la historia han copiado el precio del dólar, lo que siempre nos sugirió ser la caja de ahorro del campo y hoy en día tenemos una ventana en cuanto a esta relación de precios que no podemos dejar de aprovechar, el precio del dólar subió de manera apresurada por lo que el de kilos de carne quedo atrasado unos 20 a 25 días aproximadamente, generando una gran oportunidad para comprar a muy bajo precio y poder obtener una renta interesante en el corto plazo cuando ambos precios se equiparen.
Por otro lado, mirando al exterior y viendo la fiebre porcina que sufre el mayor consumidor de mundo, China, se va a transformar la demanda de cerdo en los derivados del resto de las carnes como es la carne vacuna, avícola y pescados. De acuerdo con el gobierno chino, más de un millón de cerdos han sido sacrificados. Más de mil millones de personas amantes de la carne de puerco se enfrentan a muchas más restricciones en el suministro. La necesidad de llenar este vacío está afectando a los mercados de la carne de todo el mundo.
Esto va a ser una fuerte influencia a la suba de precios y donde quienes tengan la capacidad de abastecer esa demandan se verán muy beneficiados en cuanto a la exportación.
Según Tonelli, para 2019, el desafío de la cadena será el cambio de modelo productivo, y explicó:“Que el productor ganadero empiece a retener animales, agregarles peso y a ir hacia el camino de la producción del novillo que se había perdido en los últimos trece años. En 2018, una parte importante del crecimiento de las exportaciones fue por venta de vaca, pero en 2019 se empieza a ver un cambio de tendencia a producir más novillo y enviar animales de mayor calidad”