A hoy, venimos escuchando todos los días en la radio e incluso leemos en los diarios, que el otoño y el invierno de este 2014, se han presentado realmente muy lluviosos en la Provincia de Buenos Aires. Esto indudablemente es una complicación en un momento clave, ya que nos encontramos en plena cosecha de los cultivos de verano y al mismo tiempo, en la siembra de los cultivos de invierno. Además de no “tener piso” en los campos para el trabajo de las respectivas máquinas, se tiene una traba adicional, el acceso por los caminos. En reiteradas oportunidades nos encontramos con caminos de tierra de fácil encharcamiento, que complican la movilidad de los camiones. Quedó demostrado en los últimos meses que todavía hay trabajo para hacer en cuanto a esta cuestión, ya que una importante proporción de los caminos rurales continúa en estado precario, en un país como el nuestro que, cuyo principal bien exportable e ingreso por recaudación requiere del transporte por estos caminos.
Bien es sabido que el sector agrícola es de vital importancia, en la economía argentina para el desarrollo de nuestro país. El mismo ha demostrado excelencia a nivel mundial, pudiendo competir en condiciones muy adversas con vocación de vanguardia. Además, Argentina es un país que cuenta con condiciones agro-ecológicas privilegiadas, sobre todo en la Llanura Pampeana. Es por estos motivos que las Autoridades nacionales y provinciales están planteando hace algunos meses la posibilidad de inversiones destinadas a una mejora en la infraestructura vial para
mejorar la competitividad de este sector fundamental. Afortunadamente, en los últimos días tales Autoridades estuvieron recorriendo principalmente la zona de la Cuenca del Salado para planificar obras con el objeto de la mejora de los caminos. Sin dudas, este hecho sería realmente un gran impulso para el sector.