ganaderia de exportación

Ganadería: Los cambios en el consumo mundial y las puertas que se abren para nuestro país

Por Fernando Vilella, Director del programa de Bioeconomia de FAUBA y miembro del Comité asesor de ADBlick Ganadería.

El consumo de carne a nivel mundial está asistiendo a cambios exponenciales y productivos. Frente a este aumento de la demanda global, la conclusión es una sola: no hay mejor momento histórico para producir proteínas que ahora.

A nivel local, Argentina produce la misma cantidad de proteínas que hace 50 años. El fuerte aumento de la población hace que el margen de exportación haya descendido notablemente y que gran parte de esa producción se dirija hoy al consumo interno. A esto se le suma un contexto regional marcado por el conflicto y un futuro social, económico y político que presenta más incertidumbres que certezas. 

En relación a la demanda, existen dos mercados muy diferentes en lo que refiere a la ganadería: uno de proteínas industriales, obtenidas en fermentadores, producto masivo y de bajo precio y otro premium a partir de animales de calidad, estrictamente trazados y certificados en términos ambientales, bienestar animal, social etc. Hoy Argentina no califica para ninguno, ya que no le es posible producir tan barato ni de manera trazada y/o certificada. Sin embargo, es justamente en ese segundo segmento, en el que tiene las mayores oportunidades. 

Mercados como China, en los que las familias tienen un mayor poder adquisitivo, menor cantidad de hijos y formación universitaria, el consumo boutique se presenta como una tendencia muy fuerte. En este escenario, los precios pasan a segundo plano y empiezan a predominar aquellas certificaciones que acreditan la calidad, el origen de los productos, su asociación con lo sustentable y con las condiciones de trabajo de la mano de obra. 

En Argentina tenemos un buen producto pero todavía no podemos hacerle frente a esa demanda, básicamente por cuestiones de trazabilidad que nos exigen un fuerte esfuerzo en materia de organización productiva y en generar instituciones apropiadas al mundo moderno. 

Frente a las oportunidades que se presentan, contamos con los recursos naturales y humanos necesarios, solo se requiere que desatemos los talentos a partir de políticas de estado con amplios consensos que generen divisas y trabajo de calidad en todo nuestro territorio. Esto es posible y las circunstancias, sin dudas parecen ser las mejores para intentarlo. 

El gran desafío de las próximas gestiones será justamente el de generar una Marca País, que asocie a la producción local con calidad, con el cuidado del ambiente y con mayor justicia social.