En los últimos años, en las zonas de Mar y Sierras principalmente, tanto serrana como costera y también en las Cuencas del Salado, se vio una disminución en la siembra de soja como cultivo de primera y un aumento de los cultivos de fina, tanto trigo como cebada. Atrás de estos cultivos si se optó por la soja, pero como cultivo de segunda y hubo un incremento fuerte en la incorporación de girasol entre los cultivos de verano.
Algunas de las razones que motivaron estos cambios fueron, por un lado la mejora en los rindes, que vinieron de la mano de la genética, y por otro, una evolución en el manejo que permitió darle estabilidad a la producción. En este sentido, se trata de cultivos que, teniendo un buen manejo de control de malezas, enfermedades y de nutrición, aseguran un piso de rinde, dándole mayor estabilidad a la producción.
Otro factor determinante para poner en marcha esta mayor rotación de cultivos, es que permite el uso de diferentes principios activos para el control de malezas difíciles. Por otro lado, al incorporar en mayor medida el doble cultivo, estamos teniendo una mayor eficiencia en el uso de los recursos como agua y nutrientes. Al mismo tiempo permite disminuir el uso de agroquímicos, al tener más tiempo la superficie con cultivos productivos.
Otra de las tendencias que también se instaló es lo que se conoce como cultivos de servicios, que son especies que se siembran para que produzcan biomasa y compitan con las malezas. En algunos casos se siembran leguminosas para que fijen nitrógeno del aire y lo dejen disponible para el próximo cultivo productivo.
Para la inserción de los cultivos de servicio en la rotación en estas zonas, lo ideal es hacerlo después del girasol ya que libera más temprano el lote que la soja de primera. Posteriormente se quema y se siembra un maíz sobre la cobertura.
También está ganando su lugar en la rotación una leguminosa de invierno como la arveja, que ayuda a rotar en las zonas que hay mucha secuencia de siembra de gramínea sobre gramínea, que trae como consecuencia enfermedades como la rizoctonia y malezas resistentes como el ryegrass. De esta forma se corta el ciclo de las gramíneas de invierno y se puede controlar las enfermedades y malezas. A su vez es muy buen antecesor de maíz de segunda, lo que también da una alta productividad de proteínas vegetales para el consumo de la hacienda en una campaña.
El precio también fue determinante ya que los cultivos que nombramos como alternativa de la soja, tienen un menor factor de retención sobre el precio bruto.
Además, venimos de años de alta demanda de estos cereales y oleaginosas, por lo que han estado con valores superiores a los promedios históricos.
Todos estos puntos hacen que los lotes sembrados con cultivos alternativos tengan márgenes más rentables, estables y sustentables.
Si el objetivo es obtener resultados superiores es necesario tener en cuenta algunos puntos adicionales: poner en marcha mejores prácticas para contribuir al control de malezas; mejorar la estructuras de suelo con más rotación; tomar los recaudos necesarios para el control de malezas, sembrar en las fechas óptimas, trabajar para el control de enfermedades; realizar una fertilización acorde al potencial de rinde e incorporar la siembra por ambiente. Para este fin es importante tener un pleno conocimiento del suelo donde estamos produciendo.
De esta manera podremos maximizar la productividad e incrementar notablemente los rindes en relación a los que se vienen teniendo en sistemas que la rotación se basa en la soja como monocultivo.
Por Esteban Romero,
Gerente de Producción de ADBlick Granos