La faena de bovinos está orientada hacia un producto final que es la carne pero del proceso industrial de ésta surgen distintos subproductos, los cuales toman una gran importancia económica y
se los denomina recupero, ya que con estos subproductos se paga el costo de faena. Por lo que en la mayoría de los casos el recupero se lo usa como parte de pago del servicio de faena. Los mismos se pueden dividir en: Alimentos, productos farmacéuticos, industriales generales, productos para la producción agropecuaria, etc.
El cuero es el subproducto más importante de la industria de la carne y puede representar un 7 a 8% en peso del animal. Algunos frigoríficos consideran que el cuero puede llegar a representar hasta el 10% del total del valor del animal en pie. Esto se puede deber, entre otras cosas, a que el complejo industrial del cuero tiene una larga tradición histórica en nuestro país y básicamente está integrado por cinco sectores: La producción ganadera, los frigoríficos, las curtiembres, las manufacturas de cuero y el calzado.
El cuero se caracteriza por tener una oferta inelástica, es decir, que los cambios en su precio no alteran las cantidades producidas. Al ser un subproducto de la carne, su oferta depende de la faena y en el largo plazo del stock de ganado bovino. Es el mercado de la carne es la que determina la oferta de cueros crudos, que se suscita como excedente de la actividad frigorífica.
Generalmente los cueros en bruto son vendidos por los frigoríficos directamente a las curtidoras. En el mercado actual, la Argentina es el 4º productor y exportador de cuero a nivel mundial. La industria del cuero y su cadena de valor son un sector que cada año exporta algo más de 1.000 millones de dólares. Según la Universidad Nacional del Nordeste, del total de las empresas, unas 40 concentran el 98% de las exportaciones, mientras una cantidad similar se ocupa del 2% restante. En general, son las curtiembres medianas y chicas las que abastecen al mercado interno.