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Perspectivas positivas para la agricultura nacional

El uso de la tecnología en el campo y la producción agrícola como una de las clave para determinar riesgos sigue creciendo. Lo que le permite al productor gestionar mejor su tierra, identificar los problemas a tiempo y ahorrar dinero. Durante la 1° Jornada de Riesgos Agrícolas, Seguros y Tecnología, se ampliaron todos los detalles sobre las nuevas implementaciones. Dentro de los avances, se pueden determinar los datos objetivos (temperatura, humedad, viento, precipitaciones) para prevenir riesgos.

Todas las nuevas implementaciones deben ser comprendidas por el productor como una herramienta extra, que está evolucionando, para prever escenarios que se presentan a lo largo del desarrollo de los cultivos. Y así, lograr mitigar riesgos climáticos, aumentar la producción y mejorar año a año.

Dentro de los últimos avances, el Instituto de Estudios Sociales del INTA presentó la primera edición de ICSAgro (Índice general de Confianza del Sector Agropecuario) que mide la percepción actual y expectativas futuras de los productores agropecuarios sobre distintas dimensiones de su entorno. Es relevamiento bimestral que busca comprender las percepciones del presente y el futuro que componen la opinión de los actores, cómo varían ante cambios en el contexto y la realidad del sector y sus tendencias a lo largo del tiempo.

A su vez, la venta de insumos para la próxima campaña agrícola muestra una demanda vigorosa, en la medida en que los productores tienen certeza de que las condiciones climáticas les permitirán sembrar. También influye en esa conducta tranquila la amplia disponibilidad de productos que ofrecen las compañías, garantía de precios estables.

Particularmente sobre las estrategias para ajustar el manejo del girasol en una campaña que promete, según referentes de la cadena girasolera, recomendaron elegir con cuidado la variedad y planificar la fertilización, para así aumentar el desarrollo. Una buena noticia para destacar de un trabajo de la Bolsa de Comercio de Rosario, pese a los excesos hídricos que persisten en gran parte del área agrícola nacional, es que la próxima campaña agrícola aumentaría 1,5 % el área sembrada, se destacó que habría un aumento en la implantación de cereales y una disminución en la superficie para la soja, cubriendo 37,2 millones de hectáreas, con lo cual se proyecta una producción de granos récord de 127 millones de toneladas.

Recuperación del mercado de las carnes

Como gran novedad para el negocio ganadero, se realizó la Mesa de las Carnes, junto al Presidente Mauricio Macri, entidades de productores, sindicatos, industrias frigoríficas de consumo y exportación, proveedores de genética, asociaciones de criadores,
consignatarios y cadenas comerciales de la carne vacuna, aviar, porcina y ovina.

En lo que va del año, es el tercer encuentro que los representantes de la Mesa de las Carnes tienen con el presidente de la nación, el ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile; el secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca, Ricardo Negri y la Secretaria de
Mercados Internacionales del ministerio de Agroindustria, Marisa Bircher, entre otros funcionarios.

En dicha reunión se planteó la necesidad de seguir expandiendo el comercio internacional. A pesar de que éste creció un 20% en el primer semestre del año, en comparación al período de 2016. Para lo cual es necesaria la generación de nuevos mercados y profundizar los ya existentes. Como se dio en el caso de las inspecciones chilenas a frigoríficos, con el fin de renovar la habilitación de los establecimientos que exportan productos a dicho país.

Según consultores ganaderos que analizaron la situación que atraviesa el sector, destacaron que la suba del tipo de cambio y la fluidez de los reintegros fue responsable de la mejora en el escenario de las exportaciones de carne, entre otras medidas como lo fue la quita de retenciones a las exportaciones del cuero. Lo cual ayuda a recuperar una parte importante del valor de la faena.

También subrayaron las implicancias de las inspecciones a los frigoríficos que exportan carne, como el mayor objetivo de Argentina que es reinsertarse nuevamente en el mundo y recuperar los mercados que perdió en el pasado.

Invertir en el Sector Agropecuario – Variables Clave Argentina

En estas épocas, un tema que suele tratarse en las reuniones con amigos, charlas de café y en nuestra vida diaria refiere hacia dónde diversificar parte de nuestros ahorros para lograr un portfolio eficiente. Bien es sabido que este último tiempo, el mercado financiero ha estado algo “dulce”; tasas muy interesantes, exenciones impositivas y opciones de bajo riesgo que incluso logran llamar la atención de la persona más conversadora y escéptica.

Ahora bien, cuando nuestra cartera ya se encuentra demasiado abocada en este rubro ¿Hacia dónde podemos orientarnos?

Bien es sabido que el sector inmobiliario y el ladrillo generan en los argentinos una gran atractividad, justamente por la seguridad que brindan. En contraposición, el inconveniente que enfrentamos los inversores pequeños y medianos en este tipo de negocios, se debe a los montos mínimos de ingreso (suelen ser algo elevados) sumado a los plazos para el recupero de la inversión. Entonces, ¿Qué hacemos? Pensando más bien a mediano plazo, ¿Cuál es el sector que presenta mayor potencial?

De acuerdo a lo planteado, en nuestro país todo pareciera indicar que uno de los sectores que reúne los requisitos para un crecimiento exponencial es el campo argentino. Ahora bien, como inversor la pregunta básica que todos esbozamos: ¿Por qué invertir en el campo argentino?

Analizando en primera instancia el contexto mundial, desde el 2010 más del 50% población mundial vive en ciudades y centros urbanos. Esta cuestión trae aparejado un incremento en la clase media y un cambio de régimen alimenticio. Sumado a esto, la expectativa de vida y la población mundial crecen día a día. Todas estas cuestiones implican una mayor demanda de alimentos, siendo Argentina hoy el único país que hoy tiene la capacidad de satisfacerla. Por otro lado, el avance de las ciudades en el mundo implica una menor cantidad de tierras cultivables y esta cuestión justamente es responsable de que el incremento en la producción de alimentos sea logrado por un aumento en la productividad /ha., en lugar de un crecimiento de la superficie cultivable. Nuestro país, sin lugar a dudas cuenta con un tridente goleador:

  • La mayor disponibilidad de recursos naturales per cápita,
  • Condiciones agropecuarias privilegiadas,
  • Un capital humano con un grado de profesionalismo muy desarrollado.

Por los motivos mencionados, pareciera que como país vamos a ser el líder a la hora de sustentar este cambio que viene dándose a nivel mundial.

Desde el punto de vista interno, las políticas internas del gobierno han devuelto gran parte de su competitividad al sector. Estamos en presencia de un proceso de reducción de costos en USD, produciendo alimentos que el mundo paga en USD. La eliminación de derechos de exportación, la quita de retenciones a la carne y granos, el tipo de cambio único y la apertura de exportaciones, sin dudas brindan un contexto favorable para la inversión. Hoy es claro que enfrentamos un cambio de coyuntura del país, con el campo posicionándose como motor impulsor de nuestra economía de cara al futuro.

Históricamente, el agro argentino es un sector de nuestra economía de excelencia a nivel mundial. El mismo, ha demostrado en retiradas ocasiones capacidad de superación y vocación de vanguardia. Somos conscientes de que la Argentina es el cluster oleaginoso más productivo del mundo, contando con recursos naturales y condiciones agro-ecológicas realmente privilegiadas para la producción de alimentos. El incremento de la población mundial y los cambios en los paradigmas de alimentación causarán un aumento exponencial de la demanda de alimentos y está claro que desde Argentina, somos capaces de satisfacerla ya que estamos en el lugar indicado para producir alimentos.

Variables claves de la olivicultura Argentina y Mendocina

Cuando se analiza la olivicultura en Argentina, uno de los principales puntos a tener en cuenta es la superficie, que tuvo un enorme crecimiento a fines de los 90’ a partir de la promoción mediante diferimientos impositivos. Con ello se pasó de unas 30.000 Has a casi 100.000 Has cultivadas en poco tiempo.

Cuando se analiza la rentabilidad del sector en los últimos años uno encuentra que muchas plantaciones han sido abandonadas. ¿Cuáles fueron las causas de estos factores? La respuesta simple sería, como todo en la Argentina de los últimos años, por el tipo de cambio atrasado, altos costos relativos y retenciones a la exportación. Pero considero que una respuesta más profunda sería: Competitividad del sector.

Cuando se analiza los indicadores de la producción argentina se encuentran las siguientes ineficiencias, que definen la competitividad o no de la producción olivícola.

  • Energía en Riego: Salvo las plantaciones con riego a nivel (Como ocurre en Mendoza), el resto de las plantaciones con riego a partir de pozos de agua gastan en torno a 500 USD/ha Año en energía para riego. Lo que explica entre el 25 y 30% del costo de producción. En las plantaciones con riego a nivel, ese gasto resulta de 100USD/Ha, 20%.
  • Productividad: Cuando se analiza la producción lo que importa no son los Kg de aceituna producida por hectárea sino de aceite (que se encuentra dentro de esas aceitunas). La media de los rendimientos argentinos es de 1.600Kg/ha de aceite, se debería estar en torno a 2.000 Kg/ha.
  • Costos de producción: La olivicultura a nivel mundial sufrió un proceso de mecanización muy grande durante los últimos 10 a 15 años. Este proceso fue más lento en Argentina debido a:
    • Primero a la necesidad de adaptar los sistemas de plantación propia de los 90’-00’.
    • Segundo, la devaluación del 2002 bajó mucho los costos de la Mano de Obra en USD. Recién desde 11’, donde la inflación en USD fue más marcada y la necesidad de reducir costos de mano de obra, por lo surge el…
    • Tercer motivo: la restricción a las importaciones de maquinarias.
      • Para entender la importancia de este factor, solo la cosecha puede representar un costo de 50US/Tn (10% del Ingreso Bruto -IB- ) cosechado a máquina, contra 300USD/Tn (75% del IB) cosechado a mano.
  • Calidad del producto: Muchas de las fincas plantadas a partir del diferimiento se ubicaron en zonas marginales para la olivicultura. Consecuencia de ello, los bajos rendimientos en aceite ya mencionados. Otro problema consecuente con la ubicación seleccionada es la calidad del aceite. El Consejo Olivícola Internacional (COI) define determinados parámetros químicos y organolépticos para las distintas categorías de aceites (Extra Virgen, Virgen y Lampante). Generalmente los aceites del Norte de Argentina suelen estar en los parámetros límites e incluso fuera de ellos, para aceite Extra Virgen. Lo que redunda en menor precio comercial.

En resumen, la olivicultura Argentina al igual que el resto de las economías regionales viene golpeada por varios factores, principalmente los altos costos. Ahora bien, es la olivicultura de Mendoza la que presenta mejores condiciones para salir a la cabeza en esta nueva Argentina que empieza a ajustar algunos de estos factores:

Rescatando un principio de los negocios… location, location, location. Mendoza cumple con los requisitos para la olivicultura, por eso los inmigrantes mediterráneos la eligieron para plantar los primeros olivares de la Argentina.

  • Energía de riego: dispone de riego a nivel, ahorrando energía para riego. (Reducción de 20% de costos de producción respecto otras zonas Argentinas)
  • Productividad: El clima mendocino es propicio para maximizar la lipólisis (producción de grasa) del olivo. Permitiendo rindes promedios de 2.000 Kg de aceite/Ha.
  • Calidad de Producto: Nuevamente es la ubicación y el clima quien se lleva los méritos. Los compradores de aceite saben que el aceite Mendocino es excelente para mejorar químicamente y organolépticamente otros aceites.
  • Costos de producción: aquí al igual que el resto de Argentina la mecanización depende principalmente del sistema de plantación. Si fuera apto para cosechar mecánicamente, por ejemplo con New Holland 9090 o 7090, Mendoza cuenta con una gran ventaja. Hay gran oferta de este tipo de cosechadoras, dado que se comparten con el vendimia, y para el momento de cosecha del Olivos, la vendimia ya se encuentra finalidad, habiendo alta oferta de las mismas, a precio muy competitivos.

En los últimos 10 años se han desarrollado algunos grandes emprendimientos olivícolas en Mendoza, sabiendo capitalizar estas ventajas comparativas. Así, por ejemplo, ADBlick Olivos continúa fondeando un proyecto de 800Has en Rivadavia, Mendoza. Actualmente con 600Has plantadas, con un sistema moderno de plantación “Intensivo”, 100% regado con sistema de gotero auto-compensado. Capitalizando todas las ventajas ya mencionadas de la olivicultura mendocina. A pesar de la crisis del sector, proyectan una renta anual del 7% en dólares para sus inversores minoristas. Resulta que esta empresa desarrolla esta plantación financiada con pequeños ahorristas permitiéndoles formar parte de un gran proyecto con inversiones a partir de 20.000 USD.

Creció la oferta y bajó el precio de la hacienda

Con bajas de 50 a 70 centavos por kilo para los precios de las haciendas generales se desarrollaron en las ventas en el Mercado de Liniers, donde los 9341 vacunos presentados se vendieron en forma ágil, pero con una marcada selectividad de los compradores, consecuencia de la calidad diversa de los lotes expuestos y del aumento de la oferta respecto de las 5356 cabezas del martes.

El mes pasado el valor promedio de los cortes al consumidor se incrementó apenas 0,2% respecto de mayo, lo que representa, en términos interanuales, un alza de 15%. Ese incremento es menor que el del índice de inflación general que, para los analistas privados, se ubicaría por debajo del 24% de junio a junio.

El presidente de Ciccra, Miguel Schiariti, explicó que son 3 los factores que influyeron en el incremento del consumo de carne. «Hay una mayor oferta ganadera, los precios de la carne subieron menos que la inflación y se nota un pequeño aumento en el consumo de alimentos tras el cierre de las paritarias» y añadió que «El precio de la carne no va a ser un motivo de preocupación para las autoridades económicas«.

En junio pasado, además, volvió a crecer la brecha entre el valor de la hacienda y el de los cortes al consumo. Según el trabajo de Ciccra, el precio promedio que toma el Mercado de Liniers, principal referente para la actividad, tuvo una caída de 1,5% respecto de mayo, al ubicarse en $25,3 el kilo vivo.

La mayor retención de vientres es interpretada por los analistas como una señal de que los ganaderos buscan aumentar la producción de terneros en el futuro. El año pasado, tras la liberación de las exportaciones de carne y la eliminación de los controles al comercio, los productores comenzaron a retomar las inversiones en ganadería que habían frenado hasta 2015 con la política del gobierno anterior.

En números totales, se faenaron 6,15 millones de cabezas. La producción de carne, a su vez, tuvo un incremento de 1,6 % en comparación con junio de 2016 y alcanzó un total de 228.000 toneladas de res con hueso.

Respecto de las exportaciones, en mayo fueron 6,7% menores que en abril pasado, aunque si se considera el acumulado de los cinco primeros meses de 2017 crecieron 18,5% en comparación con el mismo lapso de 2016 al llegar a 66.635 toneladas peso producto.

Aunque viene creciendo, el mercado externo todavía representa una porción minoritaria de la producción de carnes, ya que apenas significa el 8,4% de la faena total, según los datos de Ciccra.