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Cómo capitalizar las oportunidades

Durante los últimos años, China viene creciendo a tasas muy altas, lo que le ha permitido en un tiempo extraordinariamente corto llegar a ser la segunda economía del mundo. Solo el crecimiento de la economía china de 2014 fue mayor que todo su PIB de 1994. El PIB per cápita de China todavía es muy bajo (unos 7.500 dólares) y su demanda por alimentos, y en especial proteínas animales, crecerá muy fuerte. Con un 8% de la tierra arable del planeta, que sufre algunas limitaciones graves en disponibilidad de agua, y alrededor de un 20% de la población del mundo, inevitablemente, este país va a precisar fuentes crecientes de alimento.

El desafío para nosotros, pasa por lograr aprovechar esta ola y seguir preparándonos como país para capitalizar esta oportunidad que el mundo hoy nos regala.

Hoy, en China, hay una mayor cantidad de gente que salió de la pobreza y tiene mayor capacidad de consumo. Hay centenares de millones de personas de las clases pobres rurales asiáticas básicamente que pasaron a las ciudades, aumentó su ingreso y ese aumento de ingreso generó estos cambios estructurales que estamos viendo y que van a seguir.

Hoy, los chinos comen cerca de 60kg de carne de cerdo y ave por día, si contamos a los peces, el promedio es de 95kg por habitante. Cada kg de eso, de cerdo y ave, implican 1 kg de soja y 2 de maíz., y cada chino viene aumentando su consumo en 1,5kg per cápita por año… esto, multiplicado por 1.300.000 millones de chinos, implica un número enorme. Sin contar los peces, cada 2 años el consumo global de carnes de china aumentó el equivalente a toda la producción de carne argentina.

Como bien sabemos, en los últimos 50 años se produjeron progresivamente varios fenómenos respecto al crecimiento poblacional y a la demanda de alimentos: Por un lado, se duplicó la población mundial, hay mas población urbana que rural, un aumento de las clases medias a nivel global, hay mas alimentos por habitante del planeta, etc.

Por otro lado, bien es sabido que los grupos alimentarios que más fuertemente se consumen son los de mayor densidad nutricional (son los más sanos) y son mas baratos. Mas allá de esto, hay mil millones que no acceden al alimento todavía, hay 2 mil millones de personas que sufren sobre peso, hay problemas ambientales, falta agua dulce, hay pocas tierras productivas para incorporar a las que ya tenemos.

Solamente hay algunas cantidades relevantes en Africa y en Sudamerica, lo que está pasando es que ellos son el 20% de la población mundial y solo tienen entre el 7% y 8% de toda la tierra, y ya la están usando. Por tales motivos, cada vez importan más. Desde 2003, la importación de China por ejemplo, pasó de 15 millones a 60 millones de toneladas de soja… esto es mucho más que una cosecha record de Argentina (rondó los 55millones).

Desde 2010, más de la mitad de la población mundial está viviendo en ciudades. En China se urbanizan 50.000 personas por día; esta concentración urbana, viene creciendo desde 1960, lo cual impacta directamente sobre la posibilidad de producir alimentos, porque reduce la cantidad de tierras cultivables (proceso de urbanización + deterioro ambiental); así, salieron de producción 8millones de has. en los últimos 20 años solamente en china.

Esto implica que serán cada vez más personas que van a dejar de producir su propia comida y además van a cambiar su régimen alimentario, porque la población que pasa de ser rural, a ser urbana, adopta el consumo típico de las clases urbanas que incluye mucha más carnes. Como los animales se crean con maíz y soja, esto implica una mayor demanda de granos, todo esto a su vez, con menos tierras disponibles para cultivo. Estos significa que cada vez mas regiones de Asia van a consumir alimentos que necesariamente deberán a provenir de otros territorios, con lo cual van a importar más, inevitablemente.

La única forma para resolver el aumento de la demanda y disminución de los recursos, es el aumento de la productividad y la eficiencia productiva. Hoy los países con mayor productividad son aquellos donde la utilización de biotecnología es una práctica creciente. Esta tendencia involucra rendimientos mayores y más estables y reduce el uso de agroquímicos y su nivel de toxicidad. La Biotecnología nos está produciendo un ahorro ambiental y no lo contrario. Así, la productividad de los factores agrícolas deberá duplicarse desde hoy al 2050, para poder cubrir todos estos requerimientos.

Indudablemente, el Agro en Argentina ha sido un impulsor permanente de su economía. Si bien es cierto que la producción nacional se vio estimulada por una fuerte demanda externa, el sector supo desarrollar la industria de clúster y alcanzar una eficiencia productiva tal que se ha convertido en el complejo cerealero-oleaginososo más grande del mundo. Es un mercado con mucha competitividad y alto potencial de crecimiento.

Sin duda alguna, la tecnificación creciente del agro y los desarrollos tecnológicos alcanzados en muchas regiones de América Latina, lideradas por Brasil y Argentina, ofrecen una oportunidad única para poder capitalizar esta oportunidad.

Haciendo un poco de historia, Argentina fue un país económicamente dependiente de Inglaterra primero, de USA después. Hoy, China es un gran comprador de Commodities en general y como vimos, esta tendencia se seguirá acrecentando.

Si bien las perspectivas para los próximos años son alentadoras, es imprescindible mantener políticas de estado que alienten el largo plazo y generen oportunidades para el sector, que motiven, promuevan y coordinen los esfuerzos del Agro. Es necesario que actores de gobierno, actores de la industria del agro, productores, etc. se encaucen en pos de un objetivo común para lograr mayor producción, aumento de divisas para el país y mejor calidad de vida para la sociedad.

Las políticas de largo plazo son indispensables para optimizar el potencial que el Campo en su conjunto tiene de aquí a los próximos años, con todo lo que ello implica para el país.

VINCULACION COMERCIAL DE ARGENTINA CON CHINA

Casi un cuarto de la población mundial vive en China. La gran mayoría con una calidad de vida, en términos materiales, muy reducida para los estándares occidentales. Por eso el proceso de crecimiento chino y el incipiente desarrollo de una base importante de clase media permiten entrever múltiples oportunidades de negocios. En especial para sus pares emergentes líderes en la producción de alimentos.

Las oportunidades que ofrece el mercado chino resultan más evidentes al analizar los productos involucrados en el intercambio bilateral. En el Cuadro 1 se presentan los principales envíos argentinos hacia este destino. Llama especial atención el grado de concentración en un puñado de productos. Las semillas y frutos oleaginosos, soja en su mayoría, explican más de la mitad de las exportaciones. Si se agrega el segundo rubro de exportación, grasas y aceites animales o vegetales, se suma el 80%. Con el tercero, combustibles minerales, se alcanza el 91% de los valores exportados. Resulta evidente entonces que la explosión del comercio en los últimos años no cubrió a una amplia gama de actividades, sino que se concentró en apenas unos pocos productos. En efecto, si se excluyera a la soja y sus derivados, la performance de las exportaciones argentinas hacia China resultaría bastante menos impresionante.

Cuadro 1. Principales Productos de Exportación Argentinos a China (Miles de dólares)

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La matriz de productos importados desde China es bastante más diversificada. A diferencia de lo que ocurre en el caso de las exportaciones donde priman los commodities y la producción de base agropecuaria, las importaciones chinas consisten principalmente de manufacturas de bajo valor agregado. Los resultados se condicen con lo que a priori sugiere la teoría del comercio internacional sintetizado en el teorema de Heckscher-Ohlin. China es una economía con abundante mano de obra de baja calificación, por lo que resulta competitiva en la producción de manufacturas baratas. Tan competitiva que será un importante dolor de cabeza para sus competidores. Singapur, anticipando estos cambios en el mapa productivo global, avanzó hace varios años hacia una industrialización de alto valor agregado, invirtiendo en el desarrollo de clústers en segmentos de alta tecnología y calificación de la mano de obra. Por tanto, no son infundados los temores de algunos sectores industriales locales frente a la amenaza china. La alternativa para estos rubros es lograr la diferenciación de la producción a través del agregado de valor y la focalización de bienes y servicios para atender las necesidades puntuales del grupo de consumidores de interés.

Cuadro 2. Principales Productos de Importación Argentinos desde China (Miles de dólares)

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Cuadro 3. Principales Productos de Importación Chinos y Participación Argentina (Miles de millones de dólares)

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Por último, en un repaso de algunas de las oportunidades adicionales que ofrece el dragón asiático, el Cuadro 3 muestra los principales rubros de importación chinos y la participación que los envíos argentinos tienen sobre ese total. Una vez más resulta notoria la baja relevancia de nuestro país en rubros en los cuales presenta ciertas ventajas como combustibles, minerales metalíferos, productos químicos. Es cierto que en la actualidad el sector petrolero local no goza exactamente de buena salud, pero en el mediano plazo la situación tendería a corregirse y así parecen entenderlo desde la petrolera estatal china que recientemente adquirió la mitad del grupo argentino Bridas. Quedan por supuesto los rubros de complementariedad más evidente, los relacionados con la alimentación, segmentos donde Argentina presenta muy fuertes ventajas y la demanda china crecerá con ímpetu en las próximas décadas. También hay margen de inserción en la producción de bienes de alto desarrollo tecnológico, mano de obra especializada y productos diversificados. En este sentido, Argentina presenta fortalezas en la industria farmacéutica, de software, de servicios financieros y en la generación de energía renovable. La multinacional mendocina IMPSA como ejemplo lleva varios años desarrollando proyectos energéticos para el gobierno chino.

China ofrece un mundo de posibilidades, pero presenta también amenazas. Con todo, China ocupará el centro de la escena global en las próximas décadas. Nuestro desafío será aprovechar al máximo nuestras posibilidades para que este tren de oportunidades no pase de largo por nuestra estación.

¿HAY QUE INVERTIR AHORA O ESPERAR AL PRÓXIMO GOBIERNO?

Compartimos una nota publicada en La Nación, escrita por Mariano Otarola sobre en qué invertir de cara al cambio de gobierno.

«El que tenga pesos y espera que las propiedades bajen lo hará en vano. Eso no sucederá, ya que el próximo gobierno meterá mano al tipo de cambio atrasado y las propiedades subirán. El que tenga pesos tiene dos caminos: compra ahora o invierte sus pesos en opciones relacionadas con el dólar para que no suceda que, con el paso del tiempo, cada vez pueda comprar menos metros cuadrados. Para el que tenga dólares, la situación cambia. Las propiedades usadas pueden seguir cayendo de precio -no mucho-, pero si se le suman los gastos de entrada y salida (inmobiliaria más escribanía), difícilmente sea un buen negocio de corto plazo, salvo una compra a precio de liquidación. La gran oportunidad está en todo lo que podamos pagar en pesos a tipo de cambio oficial, me refiero a propiedades por construir o acopiar para construir lo que quieras. El que tiene dólares y los pueda hacer valer a una cotización blue y pagar la propiedad en pesos a tipo de cambio oficial está frente a una ganga. Construir para los que tengan dólares (en forma directa o indirecta a través de un fideicomiso) es el gran momento de hacerlo. El costo del metro cuadrado de construcción en dólares está en los niveles más bajos de los últimos cinco años. Medido en dólar oficial está en 1150, o en 800 si se toma el paralelo. El gran negocio de la construcción es producir en pesos y vender en dólares».

LEER NOTA COMPLETA AQUI.

LA ARGENTINA QUE SE VIENE

Tal como muchos expertos sostienen, muchos de los problemas que tenemos son más autogenerados que ajenos. Si bien las dificultades económicas que hoy sufre Brasil y la devaluación de su moneda hacen que Argentina pierda competitividad en sus exportaciones, no podemos culpar a ello por nuestro estancamiento económico. Somos lo que hacemos día a día…

A nivel macro la negociación compleja de la deuda en default es un test permanente para la economía condicionada por este acuerdo y por la falta de crédito externo. Lejos de establecer diálogos constructivos en negociaciones del tipo ganar-ganar, estamos pelados con el mundo.

A nivel micro, buscando moderar la inflación y el incremento de precios internos, y usando el atraso cambiario como freno de mano, desde el 2008 el dólar pasó a ser el activo más barato del país. Por eso, todos queríamos comprar ese activo barato hasta que en octubre de 2011 se instaló el cepo. Un gobierno con suficiente capacidad de intervención, puede mantener artificialmente la paridad cambiaria por arriba o por debajo de su nivel natural por tiempo prolongado.

Originalmente quizás el cepo estuvo pensado para cuidar las reservas en dólares, pero indudablemente fue una medida equivocada que ahora es difícil de terminar. Lejos de cumplir su objetivo, el cepo intensificó insaciablemente la falta de dólares.

Esta restricción en el acceso a los dólares nos ha generado una brecha entre el dólar oficial y el dólar libre que hoy ronda el 50%.

La inflación de costos en dólares sumado a un tipo de cambio atrasado y asfixia tributaria aquejan al normal desarrollo de las actividades en el país y en el ambiente empresarial se respira una gran dificultad para hacer negocios.

Pero el cepo tiene los días contados, al menos algunos de los posibles candidatos a conducir el país así lo prometieron. Pero es recomendable que no sea una medida aislada, sino un plan integral que recupere la confianza de los inversores y de la población. Con cepo hay desconfianza, lo opuesto a lo que necesitamos.

Si nos preguntamos cuál es la Argentina que viene, es indudable que el gobierno que asuma va a tener que buscar, en algún punto medio de esta brecha, la convergencia entre un dólar que es el único dólar. Esto nos permitirá recuperar esa confianza y esa seguridad que tanto necesitamos.

Con otra perspectiva y otra visión, con medidas sostenibles en el mediano/largo plazo, con un acercamiento pragmático a las ideas pro mercado vigentes en la región, habrá mayor estímulo para generar los dólares requeridos por nuestra economía. La confianza genera inversión, la cual concibe trabajo. Hay que fomentar la inversión para obtener beneficios futuros y distribuidos en el tiempo. La incertidumbre en cambio promueve el consumo y el gasto desmedido.

El mundo le regala una oportunidad al país, pues la población mundial crece a pasos agigantados y con ella la demanda de alimentos. Argentina cuenta con recursos naturales y condiciones agro- ecológicas privilegiadas para la producción de cereales y granos, que ningún país del mundo tiene!

En los próximos 15 años veremos una Argentina líder en lo que es agricultura. Somos lo que hacemos en el día a día, con lo cual la excelencia no es un acto sino un hábito y por ende hay que construirlo. Como país debemos estar alineados detrás de una visión compartida, para que podamos disfrutar del camino. Todos queremos una Argentina mejore de aquí a los próximos años. Si bien las perspectivas para los próximos años son alentadoras, es imprescindible mantener políticas de estado que alienten el largo plazo y generen oportunidades para el sector, que motiven, promuevan y coordinen los esfuerzos del Agro. Es necesario que actores de gobierno, actores de la industria del agro, productores, etc. se encaucen en pos de un objetivo común para lograr mayor producción, aumento de divisas para el país y mejor calidad de vida para la sociedad.

Para prosperar, irremediablemente se necesitan reglas claras y espíritu de mirar hacia adelante. Al futuro no se lo debe adivinar, se lo debe forzar, desear y para ello es necesario tener la voluntad de cambiar las circunstancias y la historia para que las cosas se logren. Las políticas de largo plazo son indispensables para optimizar el potencial que el Campo en su conjunto tiene de aquí a los próximos años, con todo lo que ello implica para el país. Quizá sea más triste reconocer en varios años que hoy no discutimos por lo que es la década ganada/perdida, sino por lo que fue la década “desperdiciada”. Somos lo que hacemos día a día…

EL CRECIMIENTO PRONOSTICADO PARA 2016

¿Qué pasa en la Argentina?

Según un informe de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (CREA), la “caída de precios, las adversidades climáticas y el aumento de costos postergan el crecimiento y las inversiones porque lo que se deterioraron son los resultados económicos de las empresas agropecuarias”.

En una reciente encuesta realizada por CREA, gran parte de los consultados expresó que la situación económica del país está peor que hace un año, aunque se espera que las condiciones mejoren en 2016.

A su vez, los encuestados indicaron en gran medida que la situación económico-financiera de su empresa en particular empeoró respecto de 2014, pero creen que el año próximo su situación mejorará, en línea con las expectativas para el contexto económico general.

Asimismo, la mayoría de los entrevistados registraron algún deterioro en el resultado económico en el último año y a partir de esa circunstancia, las principales medidas adoptadas fueron la postergación del crecimiento, el aumento de la deuda, la reducción de retiros y la liquidación de capital.

En ese contexto, muchos opinan que hoy es mal momento para realizar inversiones a corto plazo, pero sí creen que es una muy buena oportunidad para ingresar y pensar en rentas a no menos de tres años.

El rendimiento estimado de los cultivos de maíz, soja y girasol de la campaña de granos gruesos 2014-2015 al momento de realizarse la encuesta, superaba a lo esperado cuando se confeccionó el plan de siembra en la mayor parte de las zonas que cubren los grupos CREA.

Sin embargo, también se reportó anegamiento de campos en los últimos tres meses en el 28,4% de los casos, principalmente en Santa Fe y Córdoba, que provocaron pérdidas de rendimiento en maíz y en soja que superan el 30% en la mayoría de los casos.

También hubo disminución de rindes por sequía en el 28,2% de los casos, principalmente en el sur de Buenos Aires y en La Pampa, que provocaron pérdidas de rindes promedio en maíz de 18% y en soja de 22,5%.

Asimismo, en el 58% de los casos, la superficie de maíz afectada por sequía superó el 40%; de la producción esperada de granos gruesos 2014-2015, los miembros CREA deberán vender el 45% de la soja, el 55% del girasol y 31% del maíz inmediatamente luego de la cosecha para saldar importes adeudados.

De cara al ciclo 2015-2016, más de la mitad de los encuestados estima que necesitará 8% más de capital operativo valuado en dólares para desarrollar la agricultura respecto del ciclo previo.

Fuente: Agencias Buenos Aires y Cronista.com