Presentamos la 2º parte de la nota sobre las reflexiones que realizara Martín Piñeiro en el último Día del Inversor ADBlick, dónde analizó la situación actual de la agricultura argentina de cara al 2050. Aquí puede leer la primera parte de la nota . Si lo desea también puede ver una síntesis de su presentación en este video.
En los últimos años las condiciones de producción de Argentina han cambiado de manera notable debido principalmente al abrupto cambio tecnológico que se dió en el agro argentino en los últimos 15 años y por otro lado la revolución organizacional en la que se cambió de producir a partir del modelo de grandes propietarios, a actores económicos muy especializados permitiendo enormes economías de escala y mayor productividad. Esto generó un enorme salto cualitativo en la capacidad de producción y se refleja en que en lo últimos pocos años América Latina se ha convertido en el principal exportador NETO. Según el ranking saldo exportador mundial Brasil representa el 17%, Argentina el 10% y en total los 4 países agroexportadores de Latinoamérica (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) representan el 30% del saldo exportador mundial, lo que podría brindar una capacidad de negociación no muy distinta a la de los países árabes cuando comenzaron la OPEP.
Hasta hoy es notable la capacidad competitiva que hemos desarrollado respecto a la producción primaria, pero hay 3 problemas, entre otros, que ilustran las dificultades que vamos a enfrentar en el futuro: la reorganización de la producción primaria, una enorme competitividad internacional y la capacidad de negociación, en los que mayoritariamente debería intervenir el estado para resolverlos.
El primer problema estructural es que gran parte de la exportación argentina se realiza sin transformación (p.e. trigo y maíz a granel). Si se compara el valor de una tonelada de exportación Argentina está por debajo de los 1.000 USD, en cambio Nueva Zelanda y Europa están por encima de los 2.000 y 5.000 USD respectivamente. Esto es un problema central que debe resolver el estado, se necesitan acciones de investigación y desarrollo y una fuerte política internacional de negociación y exportación. Mientras no se resuelva impone un techo a lo que el sector puede contribuir en el desarrollo del país.
El segundo problema se relaciona con que cada vez hay más negociaciones comerciales entre bloques económicos, donde se establecen condiciones de exportación e importación para los participantes (p.e. aranceles, condiciones sanitarias, limitantes de carácter medio ambiental y otros). Por ahora la Argentina sóloo participa en la negociación Mercosur-Europa pero no se debe quedar afuera de todos los acuerdos internacionales, sino se estará en graves problemas, sobre todo para crecer en la exportación de productos de mayor transformación, ya que para exportar trigo y maíz los acuerdos no son importantes (como con el petróleo por ser commodities), pero si para productos de 1era y 2da transformación. Entonces, modificar la estructura productiva hacia productos de mayor valor depende en gran parte de participar en estos acuerdos internacionales y poseer una estrategia compleja de inserción internacional, lo que no ocurre y no se vislumbra en el corto plazo.
Por último, cada vez más, los socios comerciales son grandes países o bloques comerciales dificultando el poder de negociación que se tiene con los mismos. Para lograr la supervivencia a largo plazo se debe de incrementar la capacidad de negociación a través de una alianza productiva y exportadora entre Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay. Hoy en día el Mercosur es más un inconveniente que un beneficio por eso una de las demandas principales de la política debería ser que el Mercosur sea de nuevo un vehículo que permita una integración de los 4 países que realizan el 30% de las exportaciones netas mundiales.
En conclusión La Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, tienen problemas y respuestas similares, el tema es cómo terminan de cumplir este proyecto de convertirse en los principales exportadores mundiales, hacer más compleja, integrada y con mayor valor agregado su capacidad productiva y cómo se alían entre países vecinos para tener capacidad de negociación con el resto del mundo. Estos son los 3 grandes desafíos de la Argentina en términos del sector agropecuario, no es mejorar la tecnología ni mejorar la eficiencia productiva porque eso ya se logró, pero si estos 3 problemas que son desafíos de alta política que requieren gran compresión del problema, pensamiento estratégico y políticas públicas.