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Soja o maíz, ¿Qué conviene?

La oleaginosa parece sacar ventaja en la campaña que viene pero lo mejor es ir de a dos.

Hace unos meses parecía que el área sembrada con maíz iba a aumentar significativamente. Ahora, con las variaciones registradas en los precios, el cereal perdió terreno frente a la soja, reina y figura de la producción agrícola nacional. Todo esto dentro de la siembra gruesa 2016/2017.

El cambio en los precios de la soja y el maíz en los últimos dos meses ha configurado un nuevo escenario productivo. Si bien en términos económicos el cereal ha perdido terreno respecto a la oleaginosa, no significa que sea inviable su producción. Una rotación que combine ambos cultivos brinda márgenes positivos tanto en campo propio como arrendado y además contribuye a la sustentabilidad del sistema agrícola.

En una campaña en la que dábamos por hecho una mayor cantidad de maíz en nuestro país, el tamaño del incremento en el área sembrada comenzó a variar a la par de su precio y el de la soja.

Con el nuevo gobierno se produjeron tres hechos importantes para el agro argentino: eliminación de los cupos y los derechos a la exportación para la mayoría de los cultivos y subproductos con excepción de la soja, y la unificación del tipo de cambio. Mientras que los dos primeros beneficiaban particularmente al cereal, la unificación del tipo de cambio benefició a todos los productos agrícolas por igual. En base a este nuevo escenario, la premisa era hacer más maíz.

Pero, en los últimos meses, los precios para el cereal comenzaron a deteriorarse en relación a la soja. Si observamos el precio relativo soja/maíz desde los primeros días de 2015, la relación se encontraba por encima del promedio histórico. Cuando se concreta la eliminación de los cupos y los derechos a la exportación a partir de diciembre de 2015, la situación cambia drásticamente dado que el precio del maíz experimenta un gran incremento, conduciendo a que la relación soja/maíz se ubique por debajo del promedio. Pero a partir de mayo, el precio del cereal empieza a descender en mayor medida que el precio de la soja, por lo que la relación de precios volvió a oscilar en torno a los valores históricos.

Si bien los números del maíz son más bajos, no dejan de ser buenos resultados. Una situación intermedia la da el escenario donde se combinan los dos cultivos. Pensando en el cuidado de los suelos y en un mayor plazo, es decir, en la sustentabilidad del sistema productivo agrícola, la combinación SOJA Y MAÍZ es una opción más responsable y beneficiosa.

Buenas Perspectivas de Girasol y Trigo

En este nuevo contexto para el campo, con políticas de Estado favorables y un Clima que está beneficiando a los cultivos, podemos estar contentos de que esta campaña va a mejorar las expectativas de los productores agrícolas.

Al igual que en la provincia de Santa Fe y Gran parte del País,  en Buenos Aires los cultivares de trigo muestran un excelente estado, mientras avanza a muy buen ritmo la siembra de girasol.

El área sembrada con trigo presenta cultivares en estado general de muy bueno a excelentes, en 78 a 80% en pleno desarrollo, augurando muy buenas perspectivas para esta campaña.

Los rendimientos obtenidos en la provincia de Santa Fe y Buenos Aires fluctuaron entre 58 y 80 qq/Ha, con un máximo de 85 qq/Ha en algunos lotes puntuales, estimándose para esta campaña un rendimiento promedio de 82 a 85 qq/Ha.

Por su parte, el girasol se encuentra en pleno proceso de siembra, con porcentajes de humedad ambiente medios y con buenas condiciones para la cama de siembra. Con un clima favorable, se espera un muy buen año en Girasol con respecto al año anterior, donde las lluvias e inundaciones provocaron algunas pérdidas de la producción.

Con una campaña en pleno proceso, acompañado de buenas noticias, creemos que están dadas las condiciones para que sea un gran año para el campo argentino.

La buena campaña de la cebada

Por Javier Lecot

La producción de cebada en el sur de Buenos Aires está dando unos números superadores a las campañas anteriores. Rinde promedio de 46 quintales, cuando el histórico es de hasta 38. Bien podría ser un termómetro de lo que fue la campaña a nivel nacional, con unas 3,4 millones de toneladas y un crecimiento interanual del 17%, según la Bolsa de Cereales de Bahía Blanca.

En general  los cultivos de fina, en campos más altos en el sur de la provincia de Buenos Aires, están por encima del presupuesto.

El sector coincide que las condiciones climáticas ayudaron plenamente a sacar muchos kilos. El clima estuvo fresco,  sin golpes de calor y esto es una de las causas fundamentales por lo cual el llenado en los granos fue bueno.

Pero donde la cantidad es extraordinaria, surgen los problemas de calidad. Y en el caso de la cebada, el nivel de proteína equilibra la balanza hacia calidad cervecera, que se vende a 170 dólares la tonelada, o a forrajera, en unos 145 dólares. Para que sea cervecera y de buen nivel tiene que ser perfecta, es decir, estar bien de calibre, proteína y que no tenga descuentos por quebrados o pelados.

Los mayores problemas los tuvieron con las malezas resistentes, especialmente la hoja ancha. Por este motivo, el productor redujo la superficie de siembra de cebada en esta campaña y apostó por soja de primera para favorecer la rotación.

Con una fina en buenos rendimientos y cultivos de gruesa en grandes condiciones, se aproxima un gran año con nuevos aires.

Fuente: Infocampo

La Revolución Verde II – El Uso de Poliploides

Hace algunas semanas, hemos hecho hincapié en un fenómeno conocido como La Revolución Verde. La definimos como un largo proceso, totalmente dinámico y de mejora continua, cuyo principal objetivo es el aumento de rendimiento de los cultivos a través de las modificaciones genéticas de los organismos. Se basa en una combinación de nuevas variedades y técnicas de Ingeniería Genética, acoplado al uso de nuevas tecnologías e insumos. Puntualmente, hemos hablado sobre la inducción de mutaciones (cambios en la secuencia de ADN) en el gen del trigo encargado de regular la altura de la planta. La inducción consistía en lograr un nuevo gen, que determine plantas de menor altura y obtener así, menor susceptibilidad al vuelco.

La cuestión es que la Revolución Verde, es un proceso totalmente continuo y dinámico. Existe un centenar de acciones posibles dentro de este fenómeno, con el objetivo de contribuir al mejoramiento genético vegetal. Hoy nos vamos a centrar en otro punto: El uso de poliploides para impulsar un aumento en la productividad.

Todos los seres vivos poseemos información genética, la cual es responsable de determinar las características morfológicas, fisiológicas y de comportamiento de un individuo. Tales características, son determinadas a través de la expresión de dicha información genética. La expresión consiste en la elaboración y acción de proteínas. Ahora bien, sabemos que la información genética no se encuentra libre, recorriendo todo un organismo como lo hace la sangre por ejemplo. En el caso de los organismos denominados eucariontes (plantas, animales, algunos hongos), se encuentra almacenada en el ADN, el cual se ubica dentro del núcleo de cada célula. A las secuencias de ADN que justamente poseen la información para la elaboración de una proteína, las denominaremos genes. De esta manera, son los genes los verdaderos protagonistas en determinar las características morfológicas, fisiológicas y de comportamiento de un individuo; a través de la elaboración de proteínas y su posterior accionar.

Un concepto clave a tener en cuenta es que el ADN (secuencias de moléculas donde están almacenados los genes) no se encuentra solo en el núcleo. El mismo, está asociado a un grupo de proteínas conocido bajo el nombre de histonas. El ADN + histonas, forman un gran complejo llamado cromatina. Dicha cromatina, tiene la capacidad de superenrrollarse para dar lugar a los cromosomas. Los cromosomas, son estructuras clave para la herencia de genes ya que son excelentes portadores de la información genética. De esta manera, cada cromosoma portará un determinado conjunto de genes.

Ahora bien, dijimos que cada célula, posee su ADN organizado en cromosomas en su núcleo. Cada especie, posee un determinado número de cromosomas como por ejemplo el ser humano: 46 cromosomas en total en cada célula. Pero tales 46 cromosomas no son diferentes entre sí. Lo que ocurre aquí es que en cada célula, existen homólogos (cromosomas iguales, que portan el mismo conjunto de genes). En el caso del ser humano, hablamos de un individuo diploide: Existen 2 juegos de 23 cromosomas en cada célula (llamémoslos juego A y juego B). El cromosoma 1 del juego A, será igual (portará los mismos genes) al cromosoma 1 del juego B; cuestión que se repite con el 2 y así sucesivamente. Ahora bien dentro de un mismo juego, los cromosomas son distintos entre ellos. En conclusión, cada cromosoma se encuentra dos veces en cada célula del individuo: Una copia dispuesta en un juego de 23, mientras que la otra copia está dispuesta en el otro juego de 23.

Mencionada esta cuestión, hablaremos entonces de otro tipo de organismos que en realidad son los que nos interesan en la mejora genética. Los poliploides, a diferencia de los diploides, poseen en cada célula más de 2 juegos de cromosomas. Esto es lo mismo que decir que en cada célula, cada cromosoma está presente más de 2 veces. Los poliploides pueden surgir naturalmente por fallas en la división celular o desequilibrios en la formación de gametas o bien, la obtención de los mismos puede ser inducida por el hombre. En este último caso, existe inducción artificial de la duplicación de cromosomas pre-existentes a través de la aplicación de lo que se conoce como colchicina.

La realidad es que obtener poliploides es una cuestión de interés, principalmente por la serie de ventajas que traen a la hora de realizar un manejo agronómico y al momento de analizar los rendimientos. Aquí resumiremos las más importantes, pero es claro que podemos pasar una tarde entera tomando mate conversando sobre todos los beneficios de este tipo de cultivos:

  • Células de mayor tamaño: Implican un aumento del tamaño de los órganos y mayores rendimientos. También esto va aparejado a una disminución de la relación superficie/volumen, lo que aumenta la tolerancia de las plantas al déficit de agua en el suelo.
  • Mayor crecimiento vegetativo: Lo cual es muy útil en cultivos donde los órganos de cosecha no es el grano, sino que es el tallo (alfalfa) o la raíz (batata).
  • Mayor tamaño del fruto.

Uno de los casos más emblemáticos de los poliploides, es el triticale. El mismo se obtuvo a través del cruzamiento de 2 especies distintas pero bastante relacionadas: El trigo pan con el centeno. Por definición, la descendencia obtenida la llamaremos híbrido interespecífico. Al igual que como sucede por ejemplo con la mula (obtenida a partir del caballo y el asno), el híbrido interespecífico es estéril. Para volverlo viable y aumentar su número de juegos cromosómicos, el ser humano duplicó sus cromosomas existentes mediante colchicina. El triticale permitió combinar la calidad panadera del trigo pan y la rusticidad del centeno; combinando entonces en un mismo individuo características diferenciales de cada progenitor.

Desde un punto de vista más bien ecológico, sabemos que con el paso del tiempo, el ambiente va imponiendo nuevos criterios de adaptación a los individuos presentes. La existencia de especies con números de juegos cromosómicos mayores a 2, aumenta las combinaciones genéticas posibles. En una población, la variación genética implica variación proteica, la cual conduce a la diversidad de individuos en características morfológicas, estructurales y de comportamiento. Esta última variación implicará en cierto modo “diversificar los tantos y evitar colocar todos los huevos en una misma canasta”, dado que habrá individuos que pueden responder mejor que otros a los cambios en el ambiente y esto sin dudas en clave para la conservación de la especie.

La población mundial crece día a día, sobre todo en los países en vías de desarrollo; y esto es algo que parece no tener freno. Esto es igual a más necesidades básicas que satisfacer.

Es claro que una mayor población implica una mayor demanda de alimentos, cuestión que implica un gran desafío para la raza humana, a la hora de administrar los recursos escasos de la manera más eficiente para satisfacerla. El uso de poliploides sin dudas es una gran alternativa para continuar nuestro camino de búsqueda en erradicar el hambre del mundo. Como dijimos los mismos permiten el aumento del rendimiento, mayor tolerancia a ciertos fenómenos climáticos extremos e incluso contribuir a la conservación de especies.