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¿Por qué el precio del biodiesel depende fuertemente del precio del petróleo?

Está más que claro que la economía mundial depende del petróleo y lo relacionado a su precio y disponibilidad. Este efecto también tiene su impacto en los precios de los alimentos, como bien se puede observar en el siguiente gráfico.

Si bien ambos reaccionan a estímulos externos, como puede ser la crisis financiera en el 2008, la dependencia recíproca tiene un origen más intrínseco.

La explicación a esta situación es que la agricultura moderna utiliza productos derivados del petróleo y a la vez como combustible para maquinaria agrícola para la explotación y transporte de la producción. Esto genera que un incremento en el precio del petróleo genere rápidamente un impacto en el precio de los alimentos por un aumento en el costo de producción.

En contrapunto, a medida que aumenta el precio del crudo, también lo hace la demanda de biocombustibles. Dado que los principales insumos para la producción de biocombustibles son productos agrícolas como la soja, el maíz o el girasol, una mayor demanda de biocombustibles también impacta en la demanda de las materias primas. Vale la pena mencionar que este es el mecanismo que utiliza Estados Unidos para mantener alto el precio del maíz, uno de sus principales productos primarios. A través de la promoción a la producción de etanol, la economía americana logra crear una mayor demanda del cultivo logrando así mantener su precio alto.

Finalmente, y en contra de la proyección bajista de la OPEP sobre el precio del crudo, el constante aumento del costo de extracción del petróleo da más lugar a los biocombustibles para competir desde el punto de vista de precios. A la vez, siendo los principales productos sustitutos de las naftas y gasoil, y simultáneamente consumidores de los productos derivados en su proceso productivo, es de esperar que se posicionen levemente por debajo del valor del crudo, sin llegar a superarlo.

¿Por qué invertir en Biodiesel representa una gran oportunidad?

La necesidad de nuevas fuentes de energía es desde hace ya unas décadas un tema relevante en casi todas las regiones del mundo. La creciente demanda de energía por parte de la población mundial, junto a la ya conocida y constante escasez de petróleo, crean la necesidad de explorar nuevas alternativas de generación.

Dentro de las mismas, los biocombustibles han ganado a lo largo de los últimos años un importante espacio, principalmente en el ambiente del transporte. Países como Alemania en el caso del biodiesel y Brasil para el etanol, tienen actualmente una parte de su matriz energética, que crece año tras año, cubierta por estas fuentes renovables.

En el caso particular de Argentina se tiene hoy en día un marco muy favorable para la producción de biodiesel, principalmente apuntalado por las reglamentaciones estatales que buscan agregar valor a la producción argentina de soja y la gran deficiencia energética por la falta de inversión a lo largo de la última década.

Analizando el primer aspecto, está claro que el hecho que Argentina sea uno de los principales productores de soja del mundo, permite que haya una gran oferta de este cultivo y sus subproductos, como lo es el aceite de soja, principal materia prima para la producción de biodiesel. Este factor, sumado a la estrategia de menores retenciones para productos con mayor valor agregado, genera un impacto positivo en los márgenes al exportar biodiesel.

Por otro lado, la poca inversión en el sector petrolero generó que la extracción y principalmente la producción del mismo no llegue a satisfacer la demanda interna, debiendo el estado recurrir a la importación de combustibles y su consecuente efecto sobre la balanza comercial nacional.

En vista de esto, el estado nacional ha lanzado un plan que impulsa la producción y el consumo de biodiesel para así minimizar la importación de gasoil. A través de este mecanismo se generó un mercado interno de más de 1.200 millones de USD, promoviendo la instalación de plantas de biodiesel. Actualmente, el país posee una capacidad productiva de más de 3 millones de toneladas por año, y se espera que este número crezca en el orden de medio millón por año. A la vez, el país se posicionó mundialmente como el primer exportador de biodiesel, con una cantidad que al mes de octubre del 2011 superaba los 1.790 millones de USD.

El programa lanzado por el estado impulsa principalmente a los pequeños productores agropecuarios al agregado de valor a su producción a través de la colocación de su biodiesel en el mercado local, el cual deja un margen hasta 25%  mayor que la opción de exportar.

Indudablemente el escenario local está dado para que el negocio de biodiesel sea muy atractivo, especialmente para los productores con menor espalda financiera. Teniendo en cuenta la necesidad de recursos energéticos que tienela Argentina, y la complicada situación energética y comercial, nada hace pensar que este marco cambie en el corto-mediano plazo.