Hoy es claro que nos encontramos transitando una situación muy compleja desde el punto de vista climático. Vemos que el impacto de las lluvias ha sido realmente significativo, no solo en la Región Pampeana sino también en buena parte de nuestro país. Es evidente que esta es una cuestión no menor, dadas las consecuencias severas que esta situación nos trae no solo en la ecuación del productor, sino también a nivel macro.
El productor hoy está ajustando su cinturón y buscando como sea salir adelante; cosechando en condiciones realmente difíciles, en las cuales un “anfibio” quizás se adecue mejor que la muy conocida cosechadora. La flexibilidad que está demostrando el productor a pesar de todo es notoria, cosechando bajo agua más allá de tener falta de piso, realizando maíz para silo dada la falta de acceso en los caminos para los camiones, etc.
Ahora bien, más allá de esta situación difícil, se esperaría para este año que los pronósticos de cosecha récord de soja se mantengan; lo cual es una gran noticia para todos. Esto se debe a que para las pocas zonas que no han sido afectadas por el impacto de las inundaciones se espera que las mismas permitan compensar las pérdidas de rendimiento. De esta manera, este año se estarían alcanzando productividades que se ubican por encima del promedio de las últimas cinco campañas, con una expectativa de lograr hasta 3.500 kg./ha.
El impacto más evidente se ha visto este año en el Oeste de Buenos Aires y en el Norte de La Pampa. Sin dudas que esta zona, lamentablemente para este año, se encuentra muy comprometida. Vemos que el clima está cambiando; se habla con mayor frecuencia de fenómenos meteorológicos extremos e incluso temperaturas que no se adecuan a la estación del año en la que nos encontramos. Pero a pesar de estas cuestiones, la cosecha general de este año está más avanzada a esta altura en comparación a la del año anterior e incluso se espera lograr el tan ansiado record a nivel país. Es evidente que aquí aparecen dos variables claves, que son la flexibilidad del productor a la hora de gestionar cada vez un negocio más eficiente y aguantar tiempos difíciles, sumado al impacto positivo generado por la tecnología. Esperemos que este año podamos cumplir con la expectativa mencionada previamente, para retomar así en la Argentina nuestra senda hacia el crecimiento e integración con el mundo.