Cadena de valor de la carne bovina: Lo que hay que hacer – Segunda Parte

Antes de proponer los cambios necesarios en la conformación del marco regulatorio de la cadena de la carne bovina y de las conductas esperadas de los distintos actores de la misma, entiendo que es importante delinear y proveer el puerto de destino y una mirada de los valores y principios a poner en vigencia.

Columna por: Alejandro Carrera

Partimos de la premisa que se persigue lograr una cadena muy competitiva, capaz de satisfacer tanto el mercado interno como los mercados externos, creadora y distribuidora de riqueza a lo largo y ancho del país; en donde los ineficientes y los corruptos no tengan cabida.

Como resultado del trabajo con actores de toda la cadena en el último semestre de 2007, a principios de 2008 esta fue la “visión a alcanzar” que se tenía de la cadena de valor de la carne bovina. Entiendo que hoy tiene absoluta vigencia. Muestra un sueño compartido al que legítimamente podemos aspirar.

Deberíamos encontrarnos a 5 o 10 años vista con una cadena bovina y su red de valor:

  1. Unida, competitiva y sustentable (en lo económico, lo social y lo ambiental)
  2. Institucionalizada y con dirigentes representativos de todos los intereses de la cadena.
  3. Realizando una tarea colectiva, inclusiva y prospectiva que atienda al bien común.
  4. Promotora del desarrollo de todas las personas vinculadas a la misma y siendo una importante fuente generadora de trabajo sustentable desde la agroindustria.
  5. Con un plan estratégico implementado e institucionalizado.
  6. Capaz para las negociaciones, tanto a nivel nacional como internacional.
  7. Con una mejor calidad en la interrelación entre sus distintos eslabones y actores, basada en la información y la cooperación mutua constituyendo una verdadera “red de valor”.
  8. Con un Estado que, a través de sus organismos y ministerios, contribuya al funcionamiento armónico de la cadena y al servicio del bien común.
  9. Con más producción y generando más riqueza para la sociedad y con un volumen suficiente para abastecer tanto al mercado interno como una exportación creciente.
  10. Habiendo recuperado roles de liderazgo en el mercado internacional.
  11. Operando bajo estándares sanitarios y fiscales adecuados y comunes para todos sus integrantes.
  12. Con sistemas de aseguramiento de calidad y sanidad que permitan el acceso a los mercados mundiales de mayor valor.
  13. Con un uso masivo de tecnología que contribuya a la eficiencia de la producción (en genética, sanidad, organización, etc.).
  14. Con frigoríficos más sólidos y eficientes, capaces de competir a partir de una escala adecuada.
  15. Con un mercado interno transparente y confiable, y con sistemas comerciales más eficientes que permitan superar las actuales des-economías; con información en tiempo real para todos los actores.
  16. Con una política de comunicación transparente y veraz.

Los valores y principios subyacentes en estos 16 puntos tienen que ver con actitudes y comportamientos basados en la búsqueda de la unión de todos los grupos de interés vinculados a la cadena bovina y su red de valor. Unión que presupone la integración y la inclusión de todos los que quieran participar legítimamente en la misma.

La transparencia, la disponibilidad y la veracidad de información son claves para que las decisiones de los diferentes actores puedan optimizarse en aras al bien común y la satisfacción de sus legítimos interés particulares. Solo se espera que cada actor sea muy bueno en lo suyo, sea realmente competitivo y haga de la cooperación y el servicio (ambos valores pos-modernos contrapuestos a los de poder y dominio vigentes en el siglo XX) un hábito en su trabajo.

Debemos aprovechar la posibilidad de generar más riqueza e impulsar el desarrollo de gran parte del país a través de la dispersión de la actividad ganadera a lo largo y lo ancho del mismo. ¡Este es el momento!

Perspectiva de bien común, un genuino interés por el futuro de esta actividad que se la ve integrada al país y a su desarrollo rural, actitud de cooperación y servicio, espíritu de unión-integración e inclusión, y la convicción de que para lograr articular eficaz y eficientemente esta cadena todos los actuales partícipes han de generar cambios en sus conductas, han de ser los criterios guía a la hora de ponernos en camino y tomar las arduas decisiones que hay que tomar para motorizar el cambio… inevitable por cierto si pretendemos formar parte de la góndola del mundo y hacer realidad el deseo de un verdadero desarrollo nacional.