Todas las entradas de: Andrés Oliver

Andrés Oliver, se graduó como Licenciado en Economía y Administración Agraria en la Universidad de Buenos Aires. Luego de un año en Inglaterra, donde participó en un establecimiento Agrícola-Ganadero y Haras de una experiencia "work and Travel" se incorpora al equipo para liderar la dirección de operaciones de ADBlick. A su vez, desde la dirección de inversiones comparte los análisis de nuevos negocios con potenciales inversores.

El negocio de la aceituna: cosechas récord, exportación y ventajas comparativas

Desde que empezó la pandemia, fueron muchos los productos agrícolas, que a nivel mundial, sufrieron el impacto del covid.

Algunas condiciones climáticas de nuestro país, permitieron obtener cosechas y rindes sin precedentes en algunas zonas mientras que en otras se vio fuertemente afectada la oferta, redundando en un oferta global entre 30 y 40% menor. En las zonas donde la cosecha fue récord, el partido se jugó entre aquellas que pudieron mecanizar la cosecha y las que dependen sólo de la cosecha manual. Éstas últimas perdieron grandes oportunidades por no poderlas cosechar en tiempo y forma, por la falta de mano de obra.

El negocio olivícola, al igual que muchos otros negocios productivos, se vio afectado ya que cada día son más las plantaciones que no pueden cosechar en tiempo y forma por problemas a la hora de la cosecha manual, ya sea por los costos o por la disponibilidad de recursos humanos.

En el caso de España, cuya cosecha se realiza en gran parte a mano, el negocio fue seriamente afectado por la falta de mano de obra, donde la falta de un protocolo específico para el sector, sobre todo para los albergues de trabajadores temporales afectó seriamente la capacidad de cosecha, y por tanto la producción. 

Argentina es el quinto exportador mundial de aceite de oliva y además, se trata de uno de los pocos commodities que cotizan en dólares. En un contexto en el que los principales jugadores del mercado mundial están siendo afectados, nuestro país se está posicionando muy bien y cuenta con una gran oportunidad que reside en la contra estacionalidad.

Por su parte, el precio del aceite de oliva y la aceituna de mesa que venía de precios bajos alcanzó niveles muy superiores a los estimados. Al mismo tiempo, aunque se esperaba una excelente cosecha en España (productor del 65% del aceite del mundo), el rendimiento industrial promedio (cantidad de aceite que se obtiene por un Kg de aceituna) fue de 25% menor a la media histórica 

La zona de Almazara, que suele tener un 22% de rendimiento industrial, obtuvo 17%, es decir 24% menos de aceite. A esto se le agregó que el ingreso del invierno en España fue abrupto, dando fin de manera temprana a la cosecha (al menos de aceite de calidad). 

En la localidad de Rivadavia, Mendoza, ADBlick, empresa que gestiona proyectos de inversión en el agro argentino, cuenta con un proyecto de producción de olivos en la finca más grande de la provincia, ubicada en una  zona del país óptima para producir aceite de calidad Premium. 

Actualmente están cosechando y proyectan tener una producción récord de 2.100 toneladas de aceituna de mesa y 3.000 toneladas destinada a la elaboración de aceite de primera calidad. “Luego de la campaña pasada, caracterizada por las interrupciones del COVID, se anticipó y planificó al detalle la campaña actual. Se trabajó para que no falte capacidad de cosecha, de camiones ni clientes y los resultados están siendo excelentes” explicó Andres Oliver, Director de operaciones, de ADBlick Agro y Líder del proyecto olivos

 “El principal costo que tiene es el costo del tiempo, pero hoy el proyecto ya tiene esa antigüedad. A partir de ahora la diferencia es entrar a un negocio de pozo y tener que esperar a que produzca o a uno llave en mano y con el adicional de que, si tenemos en cuenta el dólar billete y la brecha cambiaria entre el oficial y el paralelo, se está pagando más barato de lo que costaba en pozo en su momento” destacó Oliver.  El negocio está estructurado como un fideicomiso, al que se puede ingresar con un ticket de 10.400 USD a valor oficial -que equivale al costo de una hectárea.

Andrés Oliver,
Líder de proyecto ADBlick Olivos

No hay dos añadas iguales… Al menos para el olivo

En todas las producciones del agro, las distintas campañas tienen sus características, que modifican tanto el proceso productivo como el producto final. Quizás la más conocida sean las “añadas” en el caso del Vino. Pero en el caso del olivo también tiene sus particularidades, lo que modifica siempre el mercado.

Así encontramos que en 2020, tanto en San Juan como en Mendoza, variedades aceiteras muy codiciadas como la Coratina (por su rendimiento y atributos organolépticos) no hicieron honor a su fama, mientras que otro lado una variedad doble propósito, como la Picual tuvo atributos organolépticos superiores a otros años.

En paralelo, problemas climáticos de heladas afectaron tanto a San Juan como a Mendoza, teniendo una cosecha muy magra en la zona con mejores aceites de Argentina. Lo que hizo que se llegue a pagar en el mercado interno, más caro el aceite que a nivel internacional. Mercado, éste último, que venía de precios bajos y auguraba una excelente cosecha en España (productor del 65% del aceite del mundo). Pero en esa oportunidad nuevamente la “añada” jugó sus cartas. Si bien fue una excelente producción de aceitunas, el rendimiento industrial promedio de España (cantidad de aceite que se obtiene por un Kg de aceituna) fue de 5% menor a la media histórica. Almazara que suelen tener 21 a 22% de rendimiento industrial, obtuvieron 17%, es decir 24% menos de aceite. A esto se le agregó que el ingreso del invierno en España fue abrupto, dando fin de manera temprana a la cosecha (al menos de aceite de calidad).

 Nuevamente… No hay dos años iguales, al menos para el olivo…

En enero, mientras España veía recortar sus estimaciones de producción fuertemente (sobre todo para aceite de calidad), el precio rápidamente empezó a repuntar buscando su camino a promedios históricos (en el que está hoy). El inicio estival en Argentina, más concretamente en Rivadavia, Mendoza. Se estaba confirmando una producción récord, en una de las fincas más grandes de Mendoza, la de ADBlick Olivos.  Con enorme ansiedad por parte de todo su equipo. Consciente de que no hay dos campañas iguales, ésta sería un enorme desafío, que debía capitalizar toda la experiencia de las campañas anteriores y prever las que podrían ocurrir, dimensionando el volumen que se espera cosechar. Pero siempre consciente que hay que tomar decisiones momento a momento y una buena gestión es la suma de la mejor decisión con la información que uno dispone.

Hoy la cosecha de aceituna para mesa está lanzada, esperando ganarle la carrera al tiempo (como el Conejo Blanco de Alicia), para que no se madure la fruta en la planta, y al clima aprovechando cada día sin lluvia (aunque parezca mentira en cuyo está lloviendo mucho estos días). Para lograr sacar 1.500 Tn de aceituna antes que se madure. Para tomar un orden de magnitud, son aproximadamente 420 millones de aceitunas, que se recolectan a mano.

A mediados de abril, se espera terminar con la aceituna para conserva y dar lugar a la cosecha de aceituna para aceite. En este caso esperamos producir 3.000 Tn de aceituna, la cual será cosechada a máquina buscando cosechar casi todo a máquina, mayormente en una ventana de quince días. Nuevamente, una decisión tras otra, las lluvias predominantes, pronostican menor rinde industrial, así que debemos decidir en los próximos días, cuánto de esa aceituna destinar a elaboración propia y cuánto vender.

Esperamos poder contarles novedades pronto, pero ya con la producción en la fábrica de los clientes y no colgando del árbol, expuesto a las variables climáticas que tanto nos desvelan a quienes tomamos decisiones cada día, en esta fábrica a cielo abierto. Y donde nunca se puede descansar en la experiencia pasada sino capitalizarlas para estar atento a las señales de cambio, porque no hay dos campañas iguales.

Andrés Oliver
Lider de Proyecto ADBlick Olivos.

El Sector Olivícola y sus grandes expectativas

En la Argentina de hoy está claro que el término “largo plazo” no está alineado con lo que ocurre en otras naciones. Nuestra economía nos tiene acostumbrados a vivir dinamizados, con vaivenes y cambios prácticamente semana a semana. En las charlas de café ya estamos muy acostumbrados a escuchar e incluso decir la frase “un año… en la Argentina es una eternidad”.

Como argentinos, apostar y creer a largo plazo nos cuesta. Bien es sabido que tenemos un perfil inversor bastante cortoplacista, lo cual no es una crítica o algo malo, sino que posiblemente se corresponda con nuestra economía volátil y su dinámica a los que ya estamos bien acostumbrados. A su vez, preferimos el ladrillo como una inversión segura y de bajo riesgo; un negocio ya conocido y con bastante transparencia en cuanto a la información. Pero hay una cuestión que es clara y que ningún inversor puede negar; es imperiosa la necesidad de estar diversificado. Hay distintas maneras de componer nuestra cartera, la cual dependerá básicamente de nuestro perfil conservador o arriesgado, de nuestras posibilidades de inversión, del impacto impositivo e incluso de nuestro espíritu de estar identificados con tal o cual negocio. Somos escépticos en relación a las alternativas de largo plazo, pero tampoco sería correcto quedarnos en nuestra zona de confort simplemente por permanecer obtusos a nuevos negocios; ¡sobre todo en una Argentina que parece encaminarse en la senda del crecimiento!

Nuestras economías regionales han venido muy golpeadas este último tiempo. Actividades clave, generadoras de empleo en las Provincias, han estado en jaque constante por el contexto adverso. Ahora bien, hoy parecería que esta perspectiva estaría poco a poco cambiando de parecer. Si bien es cierto que todavía nos rodea un contexto de bastante incertidumbre, por lo menos las reglas de juego ya están tomando un curso marcado en cuanto a su claridad y transparencia. Desde el punto de vista del agro, sin dudas el panorama ha cambiado y para bien. El sinceramiento del tipo de cambio, la eliminación de los Registros de Operaciones de Exportación (ROE), la quita de retenciones y la apertura de exportaciones, constituyen un panorama que empieza a verse favorable para la inversión en este sector.

Los olivares hoy en día vuelven a surgir como una alternativa interesante para buscar una renta a perpetuidad dada la capacidad de producción por el extenso período de vida de los árboles. Argentina cuenta con condiciones agro-climáticas privilegiadas para producir uno de los mejores aceites de oliva del mundo y aceituna de calidad a escala. Aquí entra en juego las características puntuales de cada explotación como la escala, la ubicación, el manejo y la posibilidad de generar valor agregado.

Una finca de escala, más allá de diluir costos fijos, tiene la posibilidad de generar mejores condiciones de negociación y más importante aún, mitigar los riesgos climáticos, los cuales en este negocio representan una cuestión a considerar.

El término “ubicación – ubicación – ubicación” tiene también su validez en este tipo de negocio. En estos esquemas de inversión, más allá de participar de la producción y comercialización de aceituna, se es dueño de la tierra, por lo que el inversor goza de una reserva de valor. La ubicación estratégica no solo determina la facilidad de venta sino que influye el rendimiento por las características agro-climaticas de la zona y calidad de la producción, además del potencial de revalorización.

Un buen manejo agronómico es indispensable para el buen desarrollo del negocio. Las buenas prácticas agrícolas no son solo clave para lograr mejores rendimientos y calidad aceitera, sino también la gran oportunidad de conducir los árboles para poder trabajar con cosecha mecánica y lograr los inminentes ahorros en costos que tiene esta implicancia para la explotación. Poder trabajar con una producción diversificada es otra de las variables clave a considerar. Una finca con distintas variedades de aceituna (de mesa, aceitera, doble propósito) tiene la posibilidad de gestionar contratos de venta con mejores precios y empresas líderes del sector. Sin ir más lejos, las posibilidades de la finca de generar valor produciendo aceite de calidad y comercializarlo representan otra de las cuestiones bisagra en el negocio.

Desde el 2010, más del 50% de la población mundial vive en ciudades. La consecuencia directa de esta cuestión es un incremento de la clase media y un cambio en los paradigmas de alimentación. El aceite de oliva posee una calidad nutricional indiscutible, lo que le brinda su carácter nutracéutico (ayuda a mejorar a la calidad de vida, el mantenimiento de la salud y la prevención de enfermedades). El negocio olivícola en la Argentina viene posicionándose no solo para reactivar la inversión rentable, el empleo y la producción a nivel país; sino que también viene a re-impulsar a la Argentina a los mercados mundiales como el cluster productor de alimentos más competitivo del mundo.

Variables claves de la olivicultura Argentina y Mendocina

Cuando se analiza la olivicultura en Argentina, uno de los principales puntos a tener en cuenta es la superficie, que tuvo un enorme crecimiento a fines de los 90’ a partir de la promoción mediante diferimientos impositivos. Con ello se pasó de unas 30.000 Has a casi 100.000 Has cultivadas en poco tiempo.

Cuando se analiza la rentabilidad del sector en los últimos años uno encuentra que muchas plantaciones han sido abandonadas. ¿Cuáles fueron las causas de estos factores? La respuesta simple sería, como todo en la Argentina de los últimos años, por el tipo de cambio atrasado, altos costos relativos y retenciones a la exportación. Pero considero que una respuesta más profunda sería: Competitividad del sector.

Cuando se analiza los indicadores de la producción argentina se encuentran las siguientes ineficiencias, que definen la competitividad o no de la producción olivícola.

  • Energía en Riego: Salvo las plantaciones con riego a nivel (Como ocurre en Mendoza), el resto de las plantaciones con riego a partir de pozos de agua gastan en torno a 500 USD/ha Año en energía para riego. Lo que explica entre el 25 y 30% del costo de producción. En las plantaciones con riego a nivel, ese gasto resulta de 100USD/Ha, 20%.
  • Productividad: Cuando se analiza la producción lo que importa no son los Kg de aceituna producida por hectárea sino de aceite (que se encuentra dentro de esas aceitunas). La media de los rendimientos argentinos es de 1.600Kg/ha de aceite, se debería estar en torno a 2.000 Kg/ha.
  • Costos de producción: La olivicultura a nivel mundial sufrió un proceso de mecanización muy grande durante los últimos 10 a 15 años. Este proceso fue más lento en Argentina debido a:
    • Primero a la necesidad de adaptar los sistemas de plantación propia de los 90’-00’.
    • Segundo, la devaluación del 2002 bajó mucho los costos de la Mano de Obra en USD. Recién desde 11’, donde la inflación en USD fue más marcada y la necesidad de reducir costos de mano de obra, por lo surge el…
    • Tercer motivo: la restricción a las importaciones de maquinarias.
      • Para entender la importancia de este factor, solo la cosecha puede representar un costo de 50US/Tn (10% del Ingreso Bruto -IB- ) cosechado a máquina, contra 300USD/Tn (75% del IB) cosechado a mano.
  • Calidad del producto: Muchas de las fincas plantadas a partir del diferimiento se ubicaron en zonas marginales para la olivicultura. Consecuencia de ello, los bajos rendimientos en aceite ya mencionados. Otro problema consecuente con la ubicación seleccionada es la calidad del aceite. El Consejo Olivícola Internacional (COI) define determinados parámetros químicos y organolépticos para las distintas categorías de aceites (Extra Virgen, Virgen y Lampante). Generalmente los aceites del Norte de Argentina suelen estar en los parámetros límites e incluso fuera de ellos, para aceite Extra Virgen. Lo que redunda en menor precio comercial.

En resumen, la olivicultura Argentina al igual que el resto de las economías regionales viene golpeada por varios factores, principalmente los altos costos. Ahora bien, es la olivicultura de Mendoza la que presenta mejores condiciones para salir a la cabeza en esta nueva Argentina que empieza a ajustar algunos de estos factores:

Rescatando un principio de los negocios… location, location, location. Mendoza cumple con los requisitos para la olivicultura, por eso los inmigrantes mediterráneos la eligieron para plantar los primeros olivares de la Argentina.

  • Energía de riego: dispone de riego a nivel, ahorrando energía para riego. (Reducción de 20% de costos de producción respecto otras zonas Argentinas)
  • Productividad: El clima mendocino es propicio para maximizar la lipólisis (producción de grasa) del olivo. Permitiendo rindes promedios de 2.000 Kg de aceite/Ha.
  • Calidad de Producto: Nuevamente es la ubicación y el clima quien se lleva los méritos. Los compradores de aceite saben que el aceite Mendocino es excelente para mejorar químicamente y organolépticamente otros aceites.
  • Costos de producción: aquí al igual que el resto de Argentina la mecanización depende principalmente del sistema de plantación. Si fuera apto para cosechar mecánicamente, por ejemplo con New Holland 9090 o 7090, Mendoza cuenta con una gran ventaja. Hay gran oferta de este tipo de cosechadoras, dado que se comparten con el vendimia, y para el momento de cosecha del Olivos, la vendimia ya se encuentra finalidad, habiendo alta oferta de las mismas, a precio muy competitivos.

En los últimos 10 años se han desarrollado algunos grandes emprendimientos olivícolas en Mendoza, sabiendo capitalizar estas ventajas comparativas. Así, por ejemplo, ADBlick Olivos continúa fondeando un proyecto de 800Has en Rivadavia, Mendoza. Actualmente con 600Has plantadas, con un sistema moderno de plantación “Intensivo”, 100% regado con sistema de gotero auto-compensado. Capitalizando todas las ventajas ya mencionadas de la olivicultura mendocina. A pesar de la crisis del sector, proyectan una renta anual del 7% en dólares para sus inversores minoristas. Resulta que esta empresa desarrolla esta plantación financiada con pequeños ahorristas permitiéndoles formar parte de un gran proyecto con inversiones a partir de 20.000 USD.

ACEITE DE OLIVA: ALIMENTO NACIONAL EN BUSCA DE RECUPERACION

Históricamente ha sido la cuenca del Mediterráneo el lugar por excelencia, no solo de producción sino además de consumo, del aceite de oliva. Esta región acapara el 90% de la producción, el 77% del consumo y el 95% de las exportaciones. Sin que esto lo intimide, el aceite de oliva de producción nacional tiene una altísima calidad, pero a pesar de ser el líder fuera de Europa, solo representa el 1% de del mercado internacional.

La coyuntura Argentina y los problemas de competitividad de las economías regionales han golpeado fuertemente al campo, y el negocio olivícola no ha sido la excepción. Si bien la producción argentina creció un 250% desde 2010 y el aceite de oliva fue declarado alimento nacional en 2013, en la última campaña la producción cayó de 23 mil a 17 mil toneladas, y este número es solo el 80% de la producción potencial que posee el país.

Panorama:
Los precios de las tierras han caído, si comparamos los mismos contra otras geografías, por ejemplo, Chile (15.000 contra 28.0000 dólares por terreno), lo cual le da potencialidad al negocio. Además de esto, los precios del aceite de los cuales el negocio tiene gran dependencia, se dispararon los últimos 6 meses debido a la mala producción europea (de 2.000 a 3.200 euros la tonelada). Esta tendencia se espera continúe, ya que para la campaña que se viene se estima una contracción del 27,5% en la producción mundial (según datos del Consejo Olivícola Internacional).

Con la intención de reconquistar mercados que se fueron perdiendo, es necesario el apoyo del gobierno, ya que se dificulta para los productores financiar la próxima campaña que en el norte argentino ya empezó, por la que se estima se necesitara de 80 millones de pesos para su cosecha.

Si bien la emergencia climática continua entorpeciendo el panorama, un sostenido aumento de precios, un cambio de gobierno que mejore las condiciones coyunturales y un dólar más competitivo, hacen pensar que el aceite de oliva argentino puede recuperarse y tomar fuerza en los mercados internacionales. Para esto, es necesario lograr eficiencia y productividad, lo cual se obtiene a través de la aplicación de tecnología.