Todas las entradas de: Javier Lecot

Javier Lecot es Técnico Superior en Turismo, estudió en el Instituto Superior Dr. Carlos Pellegrini en Moreno. Realizó un seminario sobre “Herramientas del Marketing en Internet: su Aplicación al Turismo Rural”, llevado a cabo dentro del curso de postgrado de Alta Dirección en Turismo Rural de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires. Desde la Dirección de Inversiones de ADBlick Agro, asesora a los potenciales inversores de la compañía.

Ganadería y cambio climático: Los secretos del manejo que viene

Es claro que hoy estamos viviendo en un contexto en el que el clima está cambiando, o bien presenta mayor variabilidad a la habitual. Es cada vez más común el hecho de notar en las charlas de café que la gente hace referencia a la transición que estamos viviendo hacia un clima más sub-tropical, dejando poco a poco las características de nuestro benévolo clima templado. Esta cuestión implica un aumento en la humedad relativa, tormentas más fuertes e intensas pero, a su vez, más cortas y, por supuesto, un incremento en las temperaturas medias. Sin ir más lejos, hemos pasado un mes de febrero que ha sido realmente agobiante y todo pareciera indicar que estamos en presencia de un verano que va a demorar en irse.

Desde el punto de vista productivo, la ganadería es una actividad que no está exenta de todas estas cuestiones. Como toda actividad de economía real, hablamos de un negocio a cielo abierto sujeto a la variabilidad climática y su impacto. Por tal motivo, al parecer desde la Región Pampeana estamos entrando en una nueva senda de producción en la cual es indispensable plantear un cambio de manejo a causa de cómo vienen presentándose últimamente las variables climáticas más importantes (temperatura, precipitaciones, y humedad relativa).

Hoy, puntualmente, haremos referencia al estrés térmico generado por la última ola de calor que nos viene azotando, la cual ha afectado a la actividad de pastoreo y también a los animales a corral.

En la producción a campo, en primera instancia, es clave que los animales tengan acceso al agua (siempre controlando su oferta y calidad) y a sectores de sombreado. De ante mano, siempre es importante monitorear los pronósticos meteorológicos de corto plazo para poder anticiparse desarrollando planes y herramientas de acción. Otra cuestión a tener en cuenta es la de ir cambiando paulatinamente los horarios de alimentación apuntando a entregar el 45% de la ración lo más temprano posible por la mañana mientras que el restante 55%, lo más tarde que se pueda para evitar la exposición a las mayores temperaturas diarias. Finalmente, es importante tener en cuenta que la suplementación con grano podría contribuir a disminuir las probabilidades de meteorismo espumoso (empaste), sobre todo en animales donde el sistema de engorde base está planteado en pasturas de tréboles.

Haciendo referencia al engorde a corral (feed-lot), nuevamente hay que comenzar priorizando agua y sombra. De esta manera, se debe incrementar el número de bebederos y los espacios en los corrales para brindar agua. A mediano plazo, es importante también efectuar una planificación en cuanto al sombreo. Aquí es sumamente clave tener en cuenta, además, la circulación del aire. Si no hay una buena distribución, el animal puede sufrir en exceso el incremento de las temperaturas. Así, es recomendable moverlos, evitando movimientos excesivos y que los mismos sean después de las 10 de la mañana dado que caso constrario el animal gastaría demasiada energía, sobre todo en presencia de barreras naturales que eviten la circulación de corrientes de aire (forestales, etc.). Finalmente, en épocas de verano con altas temperaturas, una cuestión clave que hace al manejo sanitario es el control de poblaciones de moscas y otros parásitos. Es importante, así, proceder a la limpieza en los comederos, evitando dejar restos de comida en los mismos. Además, la ausencia de agua estancada contribuye a bajar la población.

Sin complicaciones para la reapertura de EEUU a la carne Argentina

Según los especialistas del Consorcio Exportadores de Carnes Argentinas (ABC), no creen que pueda haber problemas en las negociaciones para la reapertura del mercado de Estados Unidos a la carne argentina, tras la suspensión de la importación de limones del noroeste por 60 días.

Hubo un error en la comunicación de lo que ocurrió con los limones por parte de los medios. Lo que hizo Donald Trump no fue distinto a lo que hizo cuando empezó la gestión de Obama o Bush, los cuales detuvieron todas las decisiones de apertura de mercado para realizar un análisis sobre el tema. Una vez superado ese proceso de estudio va a volver a la normalidad, no se trata de algo en contra de Argentina. El gran problema de la carne Argentina es la informalidad. La industria solo tendrá futuro cuando empiece a regularizarse. Hoy tenemos un alto grado de informalidad, que llega al 50%, que va desde la evasión absoluta de impuestos hasta cuestiones sanitarias. Esto viene desde hace mucho con la falta de los controles estatales.

El 2016 fue un año importante para la actividad donde se pudo revertir la curva descendente en lo que respecta a las exportaciones de carne, por más que no hayamos vendido grandes volúmenes. De todas maneras, éste fue un 20% mayor que el 2015 y si incrementamos el stock ganadero vamos a aumentar el saldo exportable. Año que dio lugar a nuevos proyectos ganaderos de diversos fideicomisos y particulares, donde se notaba un gran potencial.

Los datos difundidos por ABC signaron que el año pasado se exportaron 237.000 toneladas peso res, un 19% más que en 2015, aunque en términos absolutos el aumento fue de 38.000 toneladas peso res. De este total, China adquirió 56.000 toneladas. Esto significó un valor total acumulado de u$s 1.070 millones, que trepó a u$s 1.260 millones gracias al aporte de las menudencias de origen vacuno, un 20% superior al año precedente, a un precio promedio de u$s 4.515 por tonelada peso res, lo que supuso un alza en el mismo de 3,5%. internanual.

Se logró revertir el proceso de estancamiento de exportaciones y con la recuperación del stock ganadero donde se van a tener más saldos exportables manteniendo el mercado interno abastecido.

Por: Javier Lecot | Fuente: infocampo

Ganadería Argentina: Mejores pasturas, mayor rendimiento

En campos bajos y con fertilización estratégica, es posible producir hasta 10.000 kilos de forraje de calidad por hectárea al año.

El inicio de la primavera es una época en la que el crecimiento de los recursos forrajeros está restringido por deficiencias de nutrientes. En este sentido, la fertilización estratégica de pasturas es una herramienta con la que se puede duplicar el rinde y alcanzar hasta 10.000 kilos de materia seca por hectárea al año.

La salida del invierno es uno de los problemas para la producción de forraje debido a que el crecimiento de los verdeos y pasturas está frecuentemente restringido por deficiencias de nutrientes.

Para contar con más forraje en los meses de agosto y septiembre se recomienda adelantar la primavera con la fertilización estratégica de las pasturas. Se trata de una herramienta de alto impacto, cuyo costo es bajo en relación a los múltiples beneficios que genera tanto para la producción ganadera, como para el suelo y para los cultivos que puedan integrar una rotación.

Las fertilizaciones que se ajusten a los requerimientos de cada pastura permiten incrementar la producción de forraje de 5.000-6.000 a 10.000 kilos de materia seca por hectárea al año; lo que significa que con una adecuada planificación y un manejo correcto es posible duplicar el rinde.

La fertilización debe considerar el ambiente en el que se encuentra y los requerimientos del recurso. Muchas veces aplicar un solo tipo de fertilizante sin tener en cuenta las deficiencias nutricionales de la pastura o del verdeo suele no provocar el efecto buscado. Antes de fertilizar es necesario determinar qué nutrientes ofrece el ambiente: análisis de suelo, de plantas o determinarlo indirectamente a través del índice de verdor.

Todas estas herramientas nos ayudan a diagnosticar si una pastura o un verdeo tiene o no deficiencias nutricionales.

Soja o maíz, ¿Qué conviene?

La oleaginosa parece sacar ventaja en la campaña que viene pero lo mejor es ir de a dos.

Hace unos meses parecía que el área sembrada con maíz iba a aumentar significativamente. Ahora, con las variaciones registradas en los precios, el cereal perdió terreno frente a la soja, reina y figura de la producción agrícola nacional. Todo esto dentro de la siembra gruesa 2016/2017.

El cambio en los precios de la soja y el maíz en los últimos dos meses ha configurado un nuevo escenario productivo. Si bien en términos económicos el cereal ha perdido terreno respecto a la oleaginosa, no significa que sea inviable su producción. Una rotación que combine ambos cultivos brinda márgenes positivos tanto en campo propio como arrendado y además contribuye a la sustentabilidad del sistema agrícola.

En una campaña en la que dábamos por hecho una mayor cantidad de maíz en nuestro país, el tamaño del incremento en el área sembrada comenzó a variar a la par de su precio y el de la soja.

Con el nuevo gobierno se produjeron tres hechos importantes para el agro argentino: eliminación de los cupos y los derechos a la exportación para la mayoría de los cultivos y subproductos con excepción de la soja, y la unificación del tipo de cambio. Mientras que los dos primeros beneficiaban particularmente al cereal, la unificación del tipo de cambio benefició a todos los productos agrícolas por igual. En base a este nuevo escenario, la premisa era hacer más maíz.

Pero, en los últimos meses, los precios para el cereal comenzaron a deteriorarse en relación a la soja. Si observamos el precio relativo soja/maíz desde los primeros días de 2015, la relación se encontraba por encima del promedio histórico. Cuando se concreta la eliminación de los cupos y los derechos a la exportación a partir de diciembre de 2015, la situación cambia drásticamente dado que el precio del maíz experimenta un gran incremento, conduciendo a que la relación soja/maíz se ubique por debajo del promedio. Pero a partir de mayo, el precio del cereal empieza a descender en mayor medida que el precio de la soja, por lo que la relación de precios volvió a oscilar en torno a los valores históricos.

Si bien los números del maíz son más bajos, no dejan de ser buenos resultados. Una situación intermedia la da el escenario donde se combinan los dos cultivos. Pensando en el cuidado de los suelos y en un mayor plazo, es decir, en la sustentabilidad del sistema productivo agrícola, la combinación SOJA Y MAÍZ es una opción más responsable y beneficiosa.