La situación internacional y el clima adverso de estos dos últimos años son una gran preocupación para el sector agropecuario.
Debido a los excesos hídricos del año pasado, se sembraron 720mil ha menos de soja y 980mil ha de maíz no entrarán al circuito comercial.
Este año la sequía no da tregua, se estiman pérdidas de 5,5 millones de toneladas para la soja y 4,9 millones para el maíz. Y si el clima no acompaña, seguramente habrá complicaciones para la siembra de trigo en mayo.
Se estima que se perderán US$5.000 millones en exportaciones, esto afectará el crecimiento económico del país ya que el campo es su principal motor. El crecimiento podría llegar a ser 1% menos de lo planeado. Este es un gran problema para el gobierno ya que intenta ratificar un rumbo de crecimiento sostenido y el 2019 es un año electoral. El presidente reconoció el impacto de la situación del sector.
Los más afectados del sector son aquellos que el año pasado sufrieron la inundación y este año la sequía, que no pudieron sembrar cultivos entre octubre y diciembre del año pasado por el exceso del agua y los campos carecen de retención hídrica. Los cultivos de segunda son afectados por las escasas precipitaciones que hubo durante el verano. Se esperan grandes pérdidas en los rindes.
Por otro lado, los campos donde tenían buena retención de agua producto de la inundación del año pasado, esperan que los cultivos de primera no tengan grandes pérdidas en los rindes.
Un alivio para el sector es que la inflación disminuye año a año, el gobierno espera que la inflación para este año sea del 15% y la del año que viene sea de un solo dígito. Sin inflación el dólar dejará de ser un problema. El déficit está bajando y se está ratificando un rumbo económico con el campo como motor.
Recientemente la gobernadora de la provincia de Buenos Aires anunció un paquete de medidas de $2.619 millones destinadas a favorecer al sector. Ya sea desde el mejoramiento de caminos hasta beneficios impositivos y crediticios para productores afectados por el clima.