Los “superprofesionales” del agro: cómo viven el 2023 los CEOs del sector que más dólares trae a la Argentina
Argentina perdió relevancia en el mercado global de soja, pero las oportunidades siguen estando; qué piensan los gigantes como COFCO, Adecoagro y Molinos Agro.
En el marco de su tradicional Día del inversor, ADBlick Agro organizó una charla virtual que tuvo como eje al cluster argentino de la soja, un sector clave que no quiere perder competitividad global en medio de la peor sequía de la historia.
Para abordar este desafío, ADBlick reunió a líderes de destacadas empresas: COFCO, representada por Alfonso Romero Bedoya, Adecoagro por Ezequiel Garbers, Molinos Agro por Pablo Noceda y Allaria Agro por Juan Politi, todos moderados por José Demicheli, para converger en un punto de encuentro: en el cluster argentino de la soja no hay productores vs. industria: si bien es cierto que se ha perdido protagonismo a nivel del mercado mundial, ael complejo oleaginoso sojero actúa en conjunto para cambiar políticas de negocio y transformar la realidad.
Además, todos coinciden en que las oportunidades siguen estando y estarán en el futuro, y que, más allá de la sequía y complejidades de la macro, la apuesta agroindustrial en este país privilegiado de recursos naturales es a largo plazo.
Sequía y finanzas: año complejo para el agro
En primer lugar los especialistas analizaron el impacto de la sequía en la campaña. «Es el peor año de lluvias desde que hay registro en Pergamino», ejemplificó Ezequiel Garbers, gerente general de Adecoagro, quien alertó que la cosecha cayó al menos al 50% por debajo de lo esperado. «Es un año que no había visto antes en mi vida», agregó.
De igual manera, el gerente de Adecoagro detalló que los resultados son muy desparejos según la zona. Además de que se notan las diferencias de manejo y rotaciones.
José Demicheli, CEO de ADBlick, repasó que es la primera vez en los 15 años de la empresa de siembras a escala en la que quedan hectáreas sin cosechar. Cabe señalar que ADBlick Granos siembra unas 45 mil hectáreas de cultivos diversificados, con una gran participación del girasol en los planteos. Al mismo tiempo, Demicheli resaltó que la variable precio juega un rol clave en esta campaña: «Este año las finanzas nos pueden marcar el resultado del negocio».
Pablo Noceda, CEO de Molinos Agro, resaltó la relevancia de la industria argentina de crushing:
En estos años con problemas en la calidad, con un poroto liviano, verde etc. no se alcanzan los estándares de calidad de exportación del poroto de soja “tal cual” y la industria del crushing, actúa como un “corrector de calidad” haciendo que el campo argentino pueda exportar al mundo.
también agrego. “Tampoco tenemos que perder de vista que somos compradores todo el año. Si la industria no existiera como tal, se generaría una presión muy concentrada de ventas», graficó al nombrar que el sector funciona como un «amortiguador de la presión de cosecha», generando valor al campo argentino.
Respecto al ritmo de ventas, Noceda recordó que en la campaña pasada hubo dos “dólar soja” que «escurrieron hasta la última tonelada comercializable» lo que hizo que entráramos a esta campaña sin stocks iniciales y que una cosecha en un rango de 21 / 22 MM, luego de asegurar la semilla para la siembra de la próxima campaña, deje a la industria con un saldo de unos 18 o 19 millones de toneladas para procesar. Siendo la capacidad de crushing unos 65 millones, la capacidad ociosa será altísima sumando costos a la cadena.
Alfonso Romero Vedoya, CEO de COFCO Argentina, se situó en los 22 millones de toneladas de soja que se esperan como techo, porque la cosecha podría ser aún menor: «Venimos escuchando rindes por debajo de lo esperado y con bajo peso hectolítrico». Se espera una reversión de la situación y recuperación al respecto a partir del Niño o año neutro que todos pronostican a partir de este invierno.
Soja: qué tiene que hacer la Argentina para recuperar su relevancia histórica mundial.
«Brasil procesa 50 millones de toneladas, pero produce 150 millones, se transformó en el proveedor de soja del mundo», repasó Romero Vedoya.
Argentina ha perdido preponderancia y Brasil va a seguir creciendo. Ojalá, Argentina, produjese hasta 70 millones de toneladas de soja para aprovechar las oportunidades que nos da el mundo y que no hemos podido capitalizar hasta acá «, agregó el líder de COFCO Argentina. Es menester volver a pensar en dichas oportunidades que ofrece la demanda mundial y definitivamente tomar caminos que nos conduzcan a recuperar market share y posicionamiento, porque ello es posible.
Romero Vedoya destacó que el compromiso de una compañía como COFCO va más allá del contexto adverso: «Algunas campañas malas no cambian el rumbo, es apostar al sector con inversiones y con actividad. Es una tormenta que tenemos que pasar y veremos cómo seguimos para adelante». El resto de los especialistas coincidió con su criterio, resaltando las enormes oportunidades y la necesidad de pensar y apostar con faros de largo plazo.
También destacó que para el ciclo 2023/24 se espera un clima distinto: «Se habla de un Niño, lo que sería una excelente noticia». «Somos todos capitanes de tormenta en Argentina, pero siempre prima el optimismo. Esta es una industria que puede procesar mucha soja. Hay que darle las condiciones a los productores para que puedan producir mucho más».
De esta forma, invitó a unir a todos los sectores ligados a la agroindustria para dar «un mensaje más uniforme» y replicar políticas para «dejar que el productor siembre con eficiencia y con la capacidad que tiene». «Necesitamos que la macro acompañe», concluyó.
Pablo Noceda comento: «Argentina tiene una geografía privilegiada y es cuestión de hacer las cosas bien. Acercar la producción primaria a los puertos y los puertos al mundo. Debemos incorporar más tecnología a la semilla y más infraestructura para acercar a las tierras más marginales a los puertos. En Brasil hacen hasta 1500 kilómetros en promedio y acá tenemos gran parte de la cosecha a 300 km alrededor de los puertos, hay que ser optimistas en que se puede volver a ocupar los lugares que tuvimos en el comercio mundial de harina y aceite de soja. Hace falta bajar impuestos, reglas de juego claras y estables», remarcó el líder de Molinos Agro.
Noceda también dijo, es importante que el productor pueda elegir qué produce, en función de lo que el mundo demanda: «Las retenciones distintas para el maíz y la soja hacen que el productor no produzca lo que el mercado demanda. Es un impedimento para el crecimiento de la agroindustria, para acercar Argentina al mundo «.
Al respecto, el gerente de Adecoagro coincidió en que hace falta trabajar para acercar los puertos y las plantas de procesamiento a los campos: «En estas situaciones adversas aparecen posibilidades de hacer acuerdos, y que nos enfoquemos todos en lo que hay que hacer. Quizás ahora nos pongamos más de acuerdo y nos enfoquemos más hacia esos lados». Lo importante es que hay mucho por hacer.
«Tenemos planes de crecimiento y lo que suele pasar en esta época es que se atrasan un poco. Pero están y nos vamos adaptando a lo que va pasando», agregó Garbers sobre planes de inversión.
«Liderazgo adaptativo» para una Argentina mejor
José Demicheli planteó su visión de empresa de siembras a escala. ADBlick entró al negocio hace 15 años y generó la reputación necesaria para que más de 1500 inversiones depositen sus ahorros para invertir en la economía real del agro.
Con visión, horizonte y valores, la clave de ADBlick Granos fue ser productores de calidad y eficientes para «jugar el partido» de crecer en campo alquilado. Además, esto nos motivó a encontrar partners en distintas partes de la cadena, como compra venta de insumos y granos y encontrar sinergias de crecimiento, además de permitirnos sofisticar y desarrollar la parte financiera del negocio. Estos verticales nos ayudan a “amortiguar” una mala foto como la que vemos este año».
Bajo este marco, Demicheli planteó que uno de los ejes de la nueva edición del encuentro Argentina Visión 2040, que se llevará a cabo el 29 de junio, será el «liderazgo adaptativo» para crecer como sociedad. Esto es «identificar cuál es el problema en general, único, que une a todas las facciones». «En Argentina cada uno tira para un lado para ver quién se salva, y no se salva nadie. El desafío es cómo hacer para que trabajemos juntos para una Argentina mejor».
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