Ariel Casarín, Profesor de la Escuela de Negocios de la Universidad Adolfo Ibañez, Chile, estuvo presente en el 2º Encuentro de reflexión: Argentina Visión 2020, donde habló sobre la gestión del contexto en las empresas.
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Gabriela Michetti: «Argentina necesita fomentar el sector agro-industrial»
La senadora nacional por el PRO, estuvo presente en el Día del Inversor ADBlick donde reflexionó sobre la coyuntural política, económica y social actual del país.
Exportar carne a China
En el marco de la visita oficial de la presidenta Cristina Fernández a China, se habló de incrementar las exportaciones de carne vacuna, ya que en la actualidad solo ingresan cortes congelados y deshuesados. Y destacó que el país tiene “características especiales” como productor de alimentos y “es competitiva en la producción de granos”.
Las importaciones de carne bovina de China pasaron de 30 mil toneladas res con hueso en 2011 a 415 mil toneladas en 2013, lo que implicó un crecimiento de 374%, cifra que también habría crecido en 2014. En caso de que se abrieran las exportaciones totalmente, implicaría que el número se supere y que realmente sea un gran negocio entrar en un proyecto de Bovinos de escala.
El fuerte crecimiento de las importaciones chinas de carne se debe principalmente a la gran expansión económica de ese país, al aumento de la población y sus ingresos, a las mejoras en la infraestructura, a la rápida urbanización y a una oferta escasa, que también disparó los precios.
Fernando Vilella, Director del Programa de Agronegocios y Alimentos de la Universidad de Buenos Aires, desarrolló en detalle este tema, durante el Día del Inversor ADBlick. Acá podés ver el video de su presentación:
Actualmente, Australia es el principal abastecedor de carne, con más de 50% del mercado.
Se estima que la demanda de todos los tipos de carne en China siga creciendo sostenidamente a lo largo de los próximos 10 años y que, en el caso de la carne vacuna, prevé que las importaciones lleguen a 850 mil toneladas en la próxima década.
Es por esta razón que es de suma importancia poder generar convenios con China y suministrarle alimentos durante los próximos años.
¿Cómo diferenciarnos?
Muchas veces como individuos nos preguntamos “¿Cómo hacer para que los demás reconozcan nuestras habilidades y nuestro potencial?” o bien, “¿Qué actitudes debemos tomar, para que lo que hagamos no sea algo meramente bueno, sino algo distinguible, único y de lo mejor?”
El cómo diferenciar lo que hacemos, va a ser la cuestión en la que nos centraremos hoy. Está claro que es un planteo que no se resuelve de un día para el otro; no presenta una solución inmediata. Requiere de mucha preparación pero por sobre todas las cosas, de la actitud con la que se enfrenta el día a día. Cuidado; parece sencillo citar a Fito Paez y al gran Robin Williams en “La Sociedad de los Poetas Muertos” pero la realidad nos demuestra muchas veces que si bien citamos, no cumplimos. Está claro que en varias ocasiones nos limitamos a hacer simplemente lo que nos corresponde “para cumplir”, sin dejar todo en la cancha y dedicarnos al 100%.
Como argentinos, muchas veces debatimos si el “ser un distinto” es una cuestión con la que se “nace” o bien, se “hace con el tiempo”. Es cierto que algunas personas nacen con más facilidades que otras para ciertas cosas; de esto nadie tiene dudas. Esta cuestión es similar a afirmar que el más apto es quien triunfa… Un tema muy tratado por sociólogos en el Siglo XIX. Imaginemos por un segundo que aceptamos esta afirmación en el mundo de hoy: No quedaría otra opción que resignarnos, si no pertenecemos a ese pequeño grupo de “aptos”.
Creo que está más que demostrado que la afirmación no aplica para nosotros los humanos; el camino hacia la distinción y la auto-superación se hace con esfuerzo y dedicación; es sin duda producto del trabajo y la actitud. El “cómo llegar”, no está decretado por una Ley o una receta; pero sí podemos encontrar algunas actitudes claves que pueden marcar nuestra ruta.
Hoy en día, a muchos nos cuesta aceptar los errores. Amamos tener siempre la razón y no cometer equivocaciones. Ahora bien, si uno busca diferenciarse, está más que claro que tenemos que “bajarnos del caballo” en este tema y admitir que ninguno de nosotros es perfecto. Si se comete una equivocación, lo mejor que podemos hacer (aunque sea difícil) es admitirla. Quienes triunfan se destacan por su humildad; reconocen rápidamente sus traspiés y siguen adelante.
De la mano de la autocrítica recién planteada, sin dudas está el tema de los objetivos y el esfuerzo. Establecer objetivos claros (no tienen que ser necesariamente ambiciosos) sin duda nos imprime una cuota de motivación, lo que lleva directamente a redoblar nuestros esfuerzos y ¿Quién ha logrado algo sin esfuerzo alguno?. En la búsqueda de ese objetivo, siempre tropezaremos más o menos veces. Aquí van a entrar en juego la motivación y el esfuerzo, los inyectores protagonistas de nuestras ganas de no abandonar y seguir adelante.
Es indispensable que no nos limitemos a esperar a ver qué opciones tenemos, para elegir una que nos permita acomodarnos mejor. “Media pila muchachos”, se dice mucho en nuestro país; creo que esta frase aplica como un resumen de todo lo que estuvimos hablando. Llegó la hora de tomar la iniciativa. No hay mayor satisfacción que lograr nuestros objetivos, con esfuerzo y dedicación, constancia y trabajo, siempre aprendiendo de nuestros errores para alcanzar así la auto-superación.
Actividad Forestal – Una ventana hacia el crecimiento
En ocasiones, cuando hablamos de nuestro país y pensamos en las actividades agropecuarias, como argentinos la primer palabra que se nos viene a la cabeza es “soja”. La cuestión que nos plantearemos hoy, se basa en pensar si no estamos desaprovechando una interesante oportunidad. Una oportunidad que no se base en nuestras ya conocidas ventajas comparativas, para la producción y comercialización de cereales y oleaginosas.
En la economía nacional, la actividad forestal tiene actualmente una participación pequeña. Quizás como argentinos, muchas veces hemos dicho “ese es un negocio propio de Brasil; nosotros tenemos que dedicarnos a lo que sabemos: producir alimentos para el mundo”. Ahora bien, como leemos en los diarios o escuchamos en la radio, la producción de granos no está pasando por su mejor momento. Las campañas agrícolas, muchas veces se vuelven cuesta arriba si no se trabaja con la escala óptima y no se controlan adecuadamente las variables en juego (precios, rindes y costos). Sumado a esto, tengamos en cuenta que el campo es un negocio a cielo abierto sujeto a la variabilidad en aumento que presenta el comportamiento del clima. Como eximios productores de alimentos, parece que hoy las cosas se complican, pero ojo, siempre existe algún camino para no ahogarse en un vaso de agua.
Entonces, estamos en el momento ideal para analizar el inmenso potencial que tiene la Argentina para la producción forestal. Básicamente el objetivo de esta actividad es la implantación de árboles para la producción de madera. Madera que puede utilizarse en construcción, muebles, en la industria del papel… En fin, multiplicidad de usos.
Argentina cuenta con un potencial forestal único, principalmente dado por las vastas extensiones de tierras vírgenes aptas para la forestación de las especies más demandadas (pino, álamo y eucaliptus, entre otros). Nuevamente vemos como la Argentina presenta condiciones agroecológicas favorables, pero además, es importante aclarar que el Estado incentiva la actividad forestal a través de un tratamiento impositivo favorable y sin imponer restricción a los capitales extranjeros (quienes tienen los mismos derechos y obligaciones que los inversores locales).
Desde el punto de vista ambiental, la palabra forestación muchas veces nos causa un poco de rechazo. Es muy importante saber diferenciar la tala indiscriminada de bosques nativos de la actividad forestal en bosques cultivados y gestionados sosteniblemente. Cuando hablamos de la oportunidad que presenta la Argentina, hacemos referencia a este último punto y no a la destrucción de nuestros bosques. De hecho, los productos elaborados provenientes de los bosques implantados son realmente sustentables, dado que la materia prima utilizada es renovable.
Está claro que en el mundo de hoy la población humana crece día a día. Ahora bien, sería bastante lógico el siguiente planteo: “Más humanos demandan más alimentos, pero no necesariamente más madera”. Pero frente a esta cuestión es importante tener en cuenta que desde 2010, y por primera vez en la historia, más de la mitad de la población mundial está viviendo en ciudades. El crecimiento de la clase media a nivel global es evidente, lo que implica mayores ingresos, cuestión que podría generar un aumento en la demanda de muebles para mejorar la calidad de vida por ejemplo, o bien, más niños accediendo a la educación los cuales en algún momento necesitarán cuadernos o libros. El éxodo hacia las ciudades es indiscutible y este fenómeno trae aparejado un aumento de las áreas sub-urbanas, ocupadas principalmente por casas que utilizan madera como material de construcción.
Sin dudas, es clara nuestra capacidad en la producción de granos para la inserción de la economía argentina en el mundo. Lograrlo no implica un camino fácil y siempre es importante tener en cuenta, las distintas alternativas que existen para alcanzarlo. La actividad forestal claramente representa una opción para ayudarnos a cumplir dicho objetivo.