Desde que empezó la pandemia, fueron muchos los productos agrícolas, que a nivel mundial, sufrieron el impacto del covid.
Algunas condiciones climáticas de nuestro país, permitieron obtener cosechas y rindes sin precedentes en algunas zonas mientras que en otras se vio fuertemente afectada la oferta, redundando en un oferta global entre 30 y 40% menor. En las zonas donde la cosecha fue récord, el partido se jugó entre aquellas que pudieron mecanizar la cosecha y las que dependen sólo de la cosecha manual. Éstas últimas perdieron grandes oportunidades por no poderlas cosechar en tiempo y forma, por la falta de mano de obra.
El negocio olivícola, al igual que muchos otros negocios productivos, se vio afectado ya que cada día son más las plantaciones que no pueden cosechar en tiempo y forma por problemas a la hora de la cosecha manual, ya sea por los costos o por la disponibilidad de recursos humanos.
En el caso de España, cuya cosecha se realiza en gran parte a mano, el negocio fue seriamente afectado por la falta de mano de obra, donde la falta de un protocolo específico para el sector, sobre todo para los albergues de trabajadores temporales afectó seriamente la capacidad de cosecha, y por tanto la producción.
Argentina es el quinto exportador mundial de aceite de oliva y además, se trata de uno de los pocos commodities que cotizan en dólares. En un contexto en el que los principales jugadores del mercado mundial están siendo afectados, nuestro país se está posicionando muy bien y cuenta con una gran oportunidad que reside en la contra estacionalidad.
Por su parte, el precio del aceite de oliva y la aceituna de mesa que venía de precios bajos alcanzó niveles muy superiores a los estimados. Al mismo tiempo, aunque se esperaba una excelente cosecha en España (productor del 65% del aceite del mundo), el rendimiento industrial promedio (cantidad de aceite que se obtiene por un Kg de aceituna) fue de 25% menor a la media histórica
La zona de Almazara, que suele tener un 22% de rendimiento industrial, obtuvo 17%, es decir 24% menos de aceite. A esto se le agregó que el ingreso del invierno en España fue abrupto, dando fin de manera temprana a la cosecha (al menos de aceite de calidad).
En la localidad de Rivadavia, Mendoza, ADBlick, empresa que gestiona proyectos de inversión en el agro argentino, cuenta con un proyecto de producción de olivos en la finca más grande de la provincia, ubicada en una zona del país óptima para producir aceite de calidad Premium.
Actualmente están cosechando y proyectan tener una producción récord de 2.100 toneladas de aceituna de mesa y 3.000 toneladas destinada a la elaboración de aceite de primera calidad. “Luego de la campaña pasada, caracterizada por las interrupciones del COVID, se anticipó y planificó al detalle la campaña actual. Se trabajó para que no falte capacidad de cosecha, de camiones ni clientes y los resultados están siendo excelentes” explicó Andres Oliver, Director de operaciones, de ADBlick Agro y Líder del proyecto olivos.
“El principal costo que tiene es el costo del tiempo, pero hoy el proyecto ya tiene esa antigüedad. A partir de ahora la diferencia es entrar a un negocio de pozo y tener que esperar a que produzca o a uno llave en mano y con el adicional de que, si tenemos en cuenta el dólar billete y la brecha cambiaria entre el oficial y el paralelo, se está pagando más barato de lo que costaba en pozo en su momento” destacó Oliver. El negocio está estructurado como un fideicomiso, al que se puede ingresar con un ticket de 10.400 USD a valor oficial -que equivale al costo de una hectárea.
Andrés Oliver,
Líder de proyecto ADBlick Olivos