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Un torneo solidario que deja huella: así fue la nueva edición del ADBlick Open Golf

El pasado viernes 7 de noviembre se realizó en La Orquídea, la quinta edición del ADBlick Open Golf, un torneo que ya se instaló como uno de los encuentros solidarios más relevantes del sector. Este año contó con el acompañamiento de Allaria Agro como Main Sponsor y logró una participación récord.

En total, 104 jugadores y 28 empresas vinculadas al agro formaron parte del evento, que combinó competencia deportiva, networking y una fuerte impronta social. La recaudación permitió reunir el equivalente a 35 becas completas destinadas a jóvenes de la Fundación BisBlick Talento Joven, para que puedan finalizar sus estudios superiores.

Una iniciativa que crece y suma apoyos

Organizado por ADBlick, el torneo se consolidó como un punto de encuentro para empresarios y referentes del agro que buscan apoyar iniciativas educativas de impacto. En cada edición, la jornada reafirma su identidad: deporte, camaradería y compromiso social.

Desde BisBlick explican que estas becas no solo cubren necesidades materiales, sino que garantizan un acompañamiento integral que incluye tutorías, seguimiento académico y articulación con empresas para facilitar empleos de calidad. Los fondos reunidos permitirán ampliar el programa de becas de BisBlick, que ya lleva más de 220 jóvenes becados desde su creación. La propuesta busca que los estudiantes puedan convertirse en los primeros profesionales de sus familias y acceder a mejores oportunidades laborales.

El equipo The Open Ganadería, patrocinado por Williams Agroservicios, se quedó con el primer puesto de la competencia, que se desarrolló en un clima marcado por la camaradería y el compromiso social. 

Consolidado como un clásico solidario, el  ADBlick Open Golf continúa impulsando oportunidades y fortaleciendo la alianza entre el deporte, el agro y la educación. 

2026 en el agro: señales de reactivación y una economía real que vuelve a tomar impulso

Acuerdos bilaterales, “veranitos” comerciales e incertidumbre climática. Una “nueva era” para la ganadería, una “ventana de oportunidad” para los granos, y la chance de que nuestros productos premium compitan con los europeos. Consultores y especialistas repasaron el saldo que dejó el 2025 para el agro, y las expectativas de cara al 2026.

El último Día del Inversor organizado por ADBlick, tuvo convocatoria récord y contó con la participación de los referentes de las principales unidades de negocio -ganadería, granos y olivos- de la compañía. El tono del encuentro se lo dio su CEO, José Demicheli, quien señaló que la expectativa para el año próximo es que “la economía real vuelva a ser protagonista”, y que eso genere oportunidades para todo el sector productivo.

Según expresó Ana Callero, directora de inversiones y comunicación de la firma, este encuentro reflejó el interés por seguir invirtiendo en el sector que ya está mostrando señales de reactivación para el 2026.

Ganadería: “Quedan 2 años más por lo menos tan buenos como este”

Los referentes del sector ganadero y miembros del board asesor de ADBlick Ganadería Víctor Tonelli y Fernando Canosa analizaron en conjunto los efectos que podrán esperarse del acuerdo comercial entre Argentina y Estados Unidos y lo que hay que hacer para capturar esas oportunidades en un contexto internacional de alta demanda y condiciones favorables para la actividad.

Aunque aún no se conocen los detalles de ese compromiso anunciado días atrás por ambos países, se espera que la cuota de exportación de carne bovina libre de aranceles al menos se cuadruplique, de 20.000 a 80.000 toneladas. “Es un acuerdo de extrema importancia. No recuerdo otro con esta magnitud y bilateralidad”, comentó Tonelli, que no duda en que se trasladará directamente a la renta y elevará por lo menos unos 2000 dólares más el precio de la tonelada, que podría ubicarse en torno a los 8000 el año próximo.

Pero no es ese el único factor que mantendrá los buenos precios en el sector. De hecho, el consultor asegura que la demanda internacional “seguirá creciendo de forma desbordada, por encima de la oferta y de las expectativas”, por lo que avisó a los inversores que “no es un boom, sino una nueva era para la ganadería”, que recién empieza y de la que aún resta verse sus beneficios.

En esta “nueva era”, hay ciertas tendencias que marcan el camino: el ingreso de China como gran consumidor, que pasó de importar 200.000 a 3.800.000 toneladas anuales en sólo 12 años; el aumento de la participación de países del sudeste asiático, Medio Oriente y el norte de África -que pasaron de representar el 23 al 65% del consumo global- y lo que Tonelli califica como una “revalorización de las proteínas cárnicas”, que llega de la mano de las nuevas generaciones.

En ese contexto, de hecho, Estados Unidos, que es el principal productor global, este año necesitó duplicar el volumen importado, de 1.300.000 a 2.600.000 toneladas de carne que compró hasta un 30% más cara.

Cumplido ya el vigésimo mes consecutivo de aumento de precios internacionales, Tonelli aseguró que estos aún “están lejos de tocar el techo” y que “quedan al menos dos años tan buenos como este”, que es el onceavo de ADBlick Ganadería y cierra de la mejor manera para sus inversores.

Con ese diagnóstico también coincidió Fernando Canosa, quien considera que “es una oportunidad que vino para quedarse” y confía en que los buenos resultados de esta cosecha van a verse reflejados en inversiones para un sector que “necesita financiamiento”. En lo que se espera que sean años productivistas, el propio Demicheli aseguró que “en 2026 y 2027 se espera duplicar o triplicar el rodeo de ADBlick”. 

En la agricultura, primó la “flexibilidad” 

En una campaña marcada por la volatilidad climática y la necesidad de reaccionar rápido, la agricultura volvió a demostrar que la capacidad de adaptación es el principal diferencial competitivo del productor argentino. Así lo planteó el gerente general de ADBlick Granos, Santiago del Carril, quien señaló que la estrategia del año está centrada en ajustar planteos, elegir momentos comerciales con precisión y capitalizar las ventanas de oportunidad que ofrece el mercado. 

En ese sentido, del Carril aseguró que en esta campaña, la número 17 de la firma, “la flexibilidad es clave” para sostener márgenes en un contexto que no da respiro. En el caso de la soja, la nota probablemente la da el “veranito” que significó la eliminación temporal de retenciones y provocó un traslado a precios locales de entre 35 y 40 dólares por tonelada, una mejora que pudo ser capturada gracias a una “decisión agresiva de venta”. 

En el caso del Girasol, un cultivo que representa el 40% de la facturación de ADBlick Granos  se observa una “recuperación importante de precios” con una suba del 15% en los últimos dos meses gracias a los vaivenes internacionales. Si hoy la tonelada se ubica en los 1400 dólares, es porque no se ha solucionado el conflicto bélico entre Ucrania y Rusia -dos importantes productores de esta oleaginosa- y porque Europa no tuvo una buena cosecha. Esas son buenas noticias para Argentina, que es el único proveedor de contra estación de relativa escala y volumen.

Con el foco puesto en la rentabilidad, del Carril, concluyó con un diagnóstico preciso: “Somos optimistas y estamos capturando valor en oleaginosas, pero mucho más cautos en cereales, con el foco puesto en los costos y la productividad más que en la especulación de precios”.

El 2026 que mira el sector olivícola: precios firmes y ventaja arancelaria

El negocio olivícola transita un escenario de reacomodamiento global, con una baja en los precios internacionales pero aún en niveles elevados. Una señal de lo que puede esperarse en Argentina es la que está dando España, que es el principal productor mundial de olivos y, en plena cosecha, mantiene valores en torno a los 5.500 dólares por tonelada. Para Andrés Oliver, líder de Operaciones de ADBlick Olivos, ese nivel “va a ser piso y da una buena expectativa de cara a mayo del 2026”, que es cuando Argentina inicia su propia cosecha.

De cara a la próxima campaña, Oliver destacó además un elemento central para la competitividad argentina: los aranceles de Estados Unidos serán un 10% más bajos para nuestro país que para los aceites europeos. “Gracias a esa diferencia deberíamos poder competir con España y Portugal”, sostuvo.

Por su parte, el gerente de producción, Manuel Diez, que lidera las 700 hectáreas de olivares que tiene ADBlick en Mendoza, confirmó que este año se logró “una muy buena cosecha”, y que se espera “un muy buen panorama” para las variedades aceiteras. 

Las oportunidades por capturar: diferenciación, trazabilidad y valor agregado

Con el saldo de este 2025, un año que podría marcar un punto de inflexión en términos productivos, los especialistas coinciden en que la gran oportunidad no está sólo en producir más, sino en producir eficiente. 

En granos, Santiago del Carril remarcó que el camino es “descomoditizar” la producción, algo que ya se ensayó esta campaña invernal con cultivos no convencionales, pero que también toma impulso con la soja no genéticamente modificada para consumo humano, el girasol alto oleico con trazabilidad y la agricultura regenerativa, no solo aplicando buenas prácticas sino “midiéndolas y convirtiéndolas en dato”.

En paralelo, la ganadería inicia una etapa en la que la carne de calidad comienza a ser tratada como un speciality más que como un commodity, con un escenario en el que Argentina puede posicionarse en nichos de alto valor, apoyada en la llegada de la trazabilidad individual y en la tipificación orientada a mercados que pagan más por cada kilo producido.

“El futuro parece una vez más bendecir a Argentina”, concluyó Renato Falbo, miembro del consejo de socios y presidente del Comité Comercial de ADBlick Granos, en la evaluación que hizo al cierre de la jornada.

Se viene una nueva edición del torneo que reúne al agro y la educación: Allaria ADBlick Open Golf, 100 jugadores para 100 becas

El próximo 7 de noviembre, el campo de golf de La Orquídea en Cardales volverá a recibir a 100 referentes del sector agropecuario para la quinta edición del Allaria ADBlick Open Golf, el torneo solidario organizado por ADBlick a beneficio de la Fundación BisBlick Talento Joven.

Se trata de una jornada que combina deporte, campo y compromiso social en un entorno distendido y que se ha convertido en un evento muy esperado, del que todos quieren participar. Este año, el gran desafío es recaudar fondos para financiar 100 becas anuales destinadas a jóvenes de alto potencial.

De una idea a un clásico solidario

“Lo que comenzó hace cuatro años como una simple idea para organizar un torneo superó por completo nuestras expectativas. Descubrimos que la combinación de deporte, aire libre, camaradería, networking y un propósito solidario genera una experiencia única. Hoy entendemos que este tipo de encuentros permiten conectarnos desde otro lugar, fomentar la creatividad, intercambiar ideas y sumar esfuerzos por una causa que vale la pena”, explicó José Demicheli, CEO de ADBlick y fundador de BisBlick.

“Sabemos lo importante que es la formación universitaria y apuntamos a construir junto a los jóvenes una cultura del trabajo basada en el compromiso y el aprendizaje continuo. Nos emociona ver cómo este torneo se ha consolidado en la agenda de tantos golfistas amateurs, al punto de tener lista de espera desde hace meses”, agregó.

Educación y oportunidades que transforman

Este evento se ha transformado en una fuente importante de recaudación para la Fundación BisBlick Talento Joven, que ya otorgó más de 220 becas a jóvenes provenientes de contextos vulnerables para que inicien o continúen estudios superiores y se conviertan en los primeros profesionales de sus familias. 

“Los jóvenes que participan en los programas de BisBlick tienen muchas ganas de progresar y capacidad. Quieren estudiar y confían en el conocimiento como camino para su desarrollo. Desde la fundación los acompañamos a través de becas, mentores y oportunidades laborales. Son ejemplos a seguir en sus familias y comunidades”, destacó Belén Ochoa, directora ejecutiva de la organización.

“Realizamos un seguimiento continuo y, en los últimos años, también articulamos con grandes empresas para generar espacios de capacitación y facilitar la inserción laboral en empleos de calidad”, agregó.

El agro se viste de golf

Los jugadores forman parte del top management de importantes empresas del sector y estarán divididos en cuatro equipos patrocinados por compañías que apoyan la iniciativa desde la primera edición: Augusta Granos (Quartier), The Open Ganadería (Williams Agroservicios), Championship Olivos (NK) y Abierto Campos (DVA).

Además de la competencia deportiva y el networking, habrá importantes premios que coronarán una jornada que promete ser tan atractiva como solidaria.

Este año los jugadores competirán por la Klein Cup. El gran premio será un Mercedes Benz para el Hoyo en 1 (par 3 hoyo 17) y el sorteo principal estará auspiciado por SEDA, con el acompañamiento de Chapelco Golf Club y Loi Suites Chapelco Hotel. 

La quinta edición del Allaria ADBlick Open Golf no solo asegura una experiencia deportiva de primer nivel, sino que también representa una oportunidad concreta para impulsar el acceso a la educación superior de jóvenes con talento. Una vez más, el agro se reúne para sembrar futuro.Para conocer más del evento: @adblick_opengolf

Rentabilidad y previsibilidad: las claves del crecimiento del girasol

Por Santiago del Carril, Gerente General de ADBlick Granos

El girasol vuelve a ocupar un lugar muy importante en la agricultura argentina. Las proyecciones superan las 2,7 millones de hectáreas sembradas para la próxima campaña 25/26 y una producción cercana a los 6 millones de toneladas, posicionando a este cultivo nuevamente en el centro de la escena productiva.

Las razones de este resurgimiento son múltiples, pero hay una que sobresale: la rentabilidad esperada. En un contexto donde los márgenes de otros cultivos se ajustan, el girasol se consolida como una alternativa sólida, estable  y previsible. Su ecuación económica más eficiente, combinada con costos contenidos, demanda continua con mejores precios y un esquema impositivo más favorable —menores derechos de exportación—, genera un impacto directo en el área de siembra y ofrece mejores resultados para la producción primaria 

En el plano internacional, el escenario también juega a favor. Si bien la Argentina no define los precios globales de este producto y sus derivados —marcados por lo que sucede en la región del Mar Negro, principalmente en Rusia y Ucrania—, el país cumple un rol clave como principal oferente del hemisferio sur. En un mundo de alta volatilidad geopolítica, nuestra producción se consolida como un origen confiable de abastecimiento.

El conflicto en Europa del Este y las condiciones climáticas adversas en esa zona redujeron la oferta global y fortalecieron las cotizaciones del aceite, producto que marca el pulso del negocio girasolero. En ese contexto, Argentina emerge como el mejor “plan B” del mercado mundial, con capacidad para responder cuando los grandes exportadores enfrentan dificultades productivas o logísticas, asegurando abastecimiento, productos de alta calidad y valor agregado.

A diferencia de lo que ocurría hace una década, hoy existe un mercado más transparente y competitivo localmente, con múltiples compradores de primera línea y una industria aceitera local en crecimiento. Las inversiones en molienda y exportación de aceite refuerzan el dinamismo de la cadena, generando competencia, mejores condiciones comerciales y nuevas oportunidades para el productor.

Adicionalmente, los mercados internacionales elevan sus estándares en trazabilidad y sustentabilidad. Los compradores exigen cada vez más información sobre el origen, las prácticas agrícolas y la huella ambiental de los productos. En este sentido, la Argentina está muy bien posicionada: cuenta con tecnología, sistemas de certificación y procesos que garantizan calidad y transparencia a lo largo de toda la cadena.

De cara a los próximos años, el desafío será mantener esta competitividad y consolidar al girasol como un cultivo estratégico dentro del esquema productivo nacional. La articulación entre productores y la cadena de valor en general, compañías de insumos y semilleros, distribuidores e industria  será clave para sostener la innovación, la eficiencia logística y así diferenciarnos con un mejor producto para el mercado local y global.

Girasol: un cultivo con pasado, presente y gran futuro; una oportunidad para los productores argentinos

Por Esteban Romero, Gerente de Producción de ADBlick Granos

El girasol volvió a ser protagonista en los planteos agrícolas argentinos. En un contexto desafiante para los márgenes de la mayoría de los cultivos, su continua demanda, buena adaptación a distintos ambientes, bajo costo de implantación y mejora en los precios, lo posicionaron como una alternativa sólida dentro de la rotación, en muchas zonas estratégicas de la agricultura argentina. Pero más allá de los números coyunturales, el girasol ofrece una oportunidad de fondo: consolidar un modelo productivo más eficiente, tecnificado y diversificado.

Desde el punto de vista productivo, el gran cambio de los últimos años vino de la mano del mejoramiento genético. Los nuevos híbridos —tanto linoleicos como alto oleicos— ofrecen rendimientos similares, pero con un salto importante en sanidad, estabilidad de rinde en múltiples zonas y alto potencial de producción. Esto permite que el girasol vuelva a ganar espacio en zonas donde había sido desplazado por enfermedades como la phomosis o el mildiu, que hoy están mucho más controladas gracias a la genética y al manejo.

Otro factor clave es la adaptación del cultivo a condiciones de estrés hídrico. El girasol es un cultivo con una notable estabilidad interanual: responde bien a años secos y, manejado correctamente, puede mantener rendimientos consistentes donde otros cultivos sufren. Eso no significa que no requiera agua, sino que tolera mejor la falta y penaliza más los excesos. Por eso, elegir el ambiente y la fecha de siembra adecuados es determinante.

Un aspecto que los productores debemos seguir fortaleciendo es el uso de tecnología de precisión y conocimiento de los ambientes. En ADBlick Granos trabajamos con siembra variable y ajustes de densidad en función del potencial de cada lote. También realizamos análisis previos de nitrógeno para definir dosis ajustadas y eficientes. Son prácticas que marcan la diferencia, sobre todo en un cultivo donde muchas veces se invierte poco y se espera mucho. El girasol necesita un buen arranque: asegurar una siembra pareja y una correcta implantación es el primer paso para un buen resultado.

En nuestra compañía, el girasol ocupa históricamente un lugar estratégico dentro del portfolio productivo. Este año estamos sembrando alrededor de 72.000 hectáreas, de las cuales más de 24.000 corresponden a girasol, lo que representa un crecimiento aproximado del 40% respecto de la campaña anterior. En su mayoría —más del 90%— se trata de híbridos de alto oleico, donde buscamos un mejor premio de precio por calidad y contenido de aceite, sin resignar productividad..

Aun con estos avances, persisten desafíos estructurales. El primero es cultural: en muchas zonas donde el girasol fue tradicional, se dejó de hacer por desconocimiento o falta de actualización técnica. Volver a incorporarlo requiere capacitación y difusión de buenas prácticas. El segundo desafío está en expandir la superficie sin perder eficiencia: no se trata de sembrar más por sembrar, sino de hacerlo donde el ambiente y la tecnología acompañen. Y el tercero, en fortalecer la articulación de la cadena, para asegurar un crecimiento sostenido que atraiga más inversión industrial y comercial.

En síntesis, el girasol es hoy una alternativa rentable y estratégica, pero sobre todo es una herramienta para producir mejor: diversifica, mejora los suelos y aporta estabilidad. Con genética moderna, manejo de precisión y una visión de largo plazo, Argentina tiene todo para consolidarse nuevamente como un jugador relevante en el mapa mundial del girasol.