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13° edición de Argentina Visión 2040 – El agro unido por la educación y el futuro del país Craneando la agroalimentación argentina: en busca del agregado de valor.

El próximo jueves 26 de junio, el ecosistema agroindustrial argentino volverá a reunirse con un propósito común: impulsar la educación y el futuro del país. Será en el marco de una nueva edición de Argentina Visión 2040, bajo el lema: “Craneando la agroalimentación argentina: en busca del agregado de valor”.

Como cada año, el evento se desarrollará a total beneficio de BisBlick Talento Joven, una ONG que acompaña en su desarrollo académico y profesional a jóvenes de alto potencial en situación de vulnerabilidad socioeconómica, para que puedan convertirse en los primeros profesionales de sus familias.

Argentina Visión 2040 se ha consolidado año tras año, como un espacio clave de encuentro y reflexión para empresarios, emprendedores, académicos y líderes del sector. La iniciativa es organizada por ADBlick Agro, Argensun Foods, el Centro de Agronegocios de la Universidad Austral y Lartirigoyen, con el objetivo de promover una mirada estratégica sobre el futuro de la agroindustria argentina y su integración al mundo.

El agro argentino en modo defensivo: márgenes ajustados, búsqueda de oportunidades, perspectiva positiva para la próxima campaña.

Por Pablo Saenz Valiente, gerente comercial de ADBlick Granos.


La campaña 2024/25 encuentra al productor argentino de granos en un escenario complejo y de transición. Por un lado, se espera el segundo mayor volumen de producción de la historia, con 136 millones de toneladas, solo por detrás del récord de 2018/19 (141 Mt). Pero por otro, los precios internacionales muestran debilidad y la macro local se volvió más desafiante, con costos en dólares históricamente altos.


La baja parcial de retenciones, el proceso de salida del cepo y un dólar estable están redefiniendo las reglas del juego. En este contexto, el foco vuelve a estar en la eficiencia en el uso de recursos, la adopción tecnológica y una revisión minuciosa de la estructura de costos, tras varios años donde la atención principal estuvo puesta en lo financiero y en los eventuales réditos que pudieran generar las constantes devaluaciones.


La salida parcial del cepo comenzó a normalizar los flujos financieros y comerciales. El tipo de cambio libre desplazó al blend, redujo la brecha y el peso se fortaleció en términos reales. Con un dólar que viene corriendo por detrás de la inflación y una carga impositiva que sigue siendo muy alta, los precios internos en pesos perdieron competitividad y los márgenes se ajustaron.


Sin embargo, aparecen oportunidades en el mercado local. La combinación entre cepo flexibilizado y entrada de cosecha con un mercado extremadamente poco vendido generó una baja del 7-10% en la soja disponible, mientras que las posiciones julio y noviembre se mantuvieron estables. Las tasas implícitas entre vender hoy y postergar superan el 20%, frente a préstamos bancarios que rondan el 7%. Accediendo a financiamiento con tasas de mercado, es posible ejecutar este tipo de estrategias y, de alguna manera, construir un precio que ayude a mejorar los márgenes por hectárea, que hoy en muchos casos son negativos.


El maíz enfrenta mayor presión, principalmente por una oferta global muy abundante. El maíz temprano logró buenos valores por coincidir con una ventana en la que Argentina es uno de los pocos oferentes, potenciado por la seca en algunas regiones. Pero en el tardío, la historia cambia: Brasil amenaza con una cosecha que se perfila récord y empieza a marcar la cancha en los mercados de exportación.


De cara a la 2025/26, el foco estará en el análisis lote a lote y en eficientizar cada recurso en un contexto de márgenes finos. En un mundo volátil, con múltiples focos de conflicto y cierta incertidumbre climática en zonas clave como Rusia, Ucrania y Australia, la demanda global podría girar hacia Sudamérica. Surgen oportunidades en mercados como el de aceite de girasol, soja y colza. Los cultivos energéticos, como la camelina y la carinata, se consolidan como alternativas estratégicas con potencial creciente. Si se consolida la baja gradual de retenciones y se profundiza el modelo económico actual, con un esquema de no intervención en los mercados, reglas claras y avances en iniciativas como una ley de riego o un nuevo marco para semillas, el agro argentino puede recuperar competitividad y transformar esta campaña de transición en una de despegue.

El agro frente al salto digital: “Tenemos tecnología de dioses, instituciones medievales y cerebros del paleolítico”

En una nueva edición del Día del Inversor, ADBlick propuso una charla centrada en
innovación, inteligencia artificial y el futuro del agro digital.


El encuentro contó con la participación de Santiago del Carril, actual gerente general de
ADBlick Granos; Pablo Poza, ejecutivo con amplia trayectoria en consultoría y profesor del
IAE especializado en inteligencia artificial; y Juan Pablo Trujillo, economista colombiano,
doctor en derecho financiero y socio de Xperiment Ventures, Divergent Investments y
cofundador de Pampa Capital.


Durante el evento se analizó cómo la tecnología comienza a irrumpir de forma decidida en
un sector que aún se mantiene rezagado en términos de transformación digital, aunque no
así en tecnificación productiva. En palabras de José Demicheli, fundador y CEO de ADBlick
Agro, “vemos que el agro, si analizamos por clusters, es el sector donde menos
ingresó la tecnología digital
. A pesar del crecimiento de las AgTechs y los fondos de
inversión, todavía hay un largo camino por recorrer”.


Además, la charla giró en torno al ecosistema emprendedor y su vínculo con el agro. Desde
los primeros pasos de una startup financiada por las “3 F” (Friends, Family and Fools) hasta
la llegada del early venture capital (fondos que invierten en etapas tempranas para escalar
el negocio) y el private equity (capital para empresas ya consolidadas), se repasó el
recorrido típico de las empresas tecnológicas. “Argentina y la región tienen una deuda
pendiente en el salto que va del angel investment (inversores individuales tempranos) al
venture capital (fondos de riesgo profesionales). Allí aparece el rol de fondos como
Xperiment Ventures, liderado por Juan Pablo Trujillo, que invierten en startups del agro con
tickets de hasta 300 mil dólares”, explicó Demicheli.


Una solución digital para los desafíos del campo


Santiago del Carril compartió su recorrido en el cruce entre el agro y la tecnología, desde su
experiencia en grandes compañías como Cargill y Adecoagro hasta su paso por el mundo
cripto con AgroToken. “Empezamos AgroToken en plena pandemia. Eso nos permitió
aprender sobre blockchain (una especie de libro de actas digital e inviolable, validado por
miles de computadoras en todo el mundo) y darnos cuenta de su enorme potencial para
pensar el agro de forma más eficiente y estructurada”, recordó.


El foco, sin embargo, estuvo puesto en los avances que ya viene impulsando ADBlick
Granos en su camino hacia la digitalización. “Hoy tenemos toda la información
productiva de las últimas 16 campañas digitalizada. Más de 170 campos están 100%
digitalizados y ambientados en tres zonas por lote, lo que nos permite una gestión precisa y eficiente de los recursos y apoyarnos en los datos para la toma de decisión
”, detalló.


También destacó que el management puede acceder en tiempo real a métricas
fundamentales como rendimiento, rentabilidad y avance de cosecha. “El gran desafío ahora
es integrar toda esa información en una única plataforma, y sumar certificaciones de
calidad, trazabilidad y sustentabilidad. Estamos convencidos de que esa será una ventaja
competitiva en los próximos años”.


Para lograrlo, sostuvo que es fundamental contar con plataformas interoperables
(“apificadas”) que integren datos y certificaciones. “Queremos que el día de mañana, ante
cualquier requerimiento de un comprador, podamos tener toda la información disponible en
tiempo real y validada, sin ninguna duda sobre su veracidad”.


Tecnología, innovación y productividad: una transformación más profunda


Juan Pablo Trujillo, economista colombiano y managing partner del fondo Xperiment
Ventures, propuso ampliar la mirada sobre el impacto tecnológico en el agro. “Tecnología
no es lo mismo que innovación. La tecnología es apenas una herramienta dentro de
un proceso más amplio que requiere ser adoptado, implementado y escalado para
que realmente tenga impacto”, explicó. Según Trujillo, la clave no está en la
herramienta en sí, sino en cómo se integra a modelos de negocio, financiamiento y
procesos productivos.


Además, advirtió que la adopción tecnológica no es lineal ni inmediata. “Hay un patrón que
se repite en todas las revoluciones: primero hay una etapa de entusiasmo, después viene la
desilusión y luego la corrección. Recién ahí empieza a generarse valor real, y ese valor se
mide en productividad”, señaló, en referencia a lo que él llama “procesos de ilusionamiento
y correccionamiento”.


Trujillo trazó paralelismos con tecnologías anteriores, como la adopción de la electricidad o
las computadoras. “Al principio solo reemplazan lo que ya existe. Para que cambien de
verdad una industria, necesitan infraestructura, nuevas aplicaciones y rediseño de sistemas
completos. Ahí es donde nacen las soluciones sistémicas”.


Respecto al agro, destacó que aún resta digitalizar gran parte de la economía real: “Una
cuarta parte del PBI mundial ya está digitalizado, pero el agro, la salud y otras
industrias más intensivas en capital recién están empezando. El gran desafío está en
cómo fusionamos el mundo material con el digital
”.


En esa línea, subrayó la importancia de usar los datos no sólo para registrar, sino para
mejorar. “A medida que digitalizamos más, cambian los productos, los servicios y la forma de competir. Un productor que no sea dueño de sus datos y no los use para resolver
mejor las necesidades de sus clientes, va camino a ser comoditizado”.


Finalmente, dejó una frase provocadora: “Tenemos tecnología de dioses, instituciones
medievales y cerebros del paleolítico”
. Para Trujillo, ese desajuste es el verdadero reto
de fondo: alinear capacidades técnicas, marcos regulatorios y pensamiento estratégico.
“Desde nuestro fondo estamos invirtiendo en ese puente entre lo físico y lo digital
compañías que tokenizan silobolsas, digitalizan datos del agua o convierten vacas en
activos financieros. Todo parte de la misma visión: que la transformación tecnológica del
agro es también una transformación de mentalidad”.


IA y datos, una disrupción real.


Pablo Poza, consultor con más de tres décadas de experiencia en resolver problemas de
negocio a través de la tecnología, dejó en claro que hoy el verdadero salto está en la
inteligencia artificial (IA) y los datos.
Para el profesional, la IA no es una herramienta más: “No viene a hacer las cosas un 10%
mejor. Viene a romper el status quo. Nos permite hacer cosas que antes no podíamos
hacer
”. Y enfatizó que esa disrupción solo es posible si se cuenta con datos: “Sin datos,
no hay magia. No importa lo bueno que sea el algoritmo: sin datos, no va a pasar
nada
”.


Además, explicó que los datos deben gestionarse como un verdadero activo estratégico,
igual que el talento o el capital. “El Chief Data Officer debería ser una figura clave en
cualquier organización, como el CFO lo es para las finanzas”, señaló.


También remarcó que ya no se trata de comprar tecnología, sino de adoptarla. “Esto no es
como antes, cuando uno licitaba, compraba una licencia, lo implementaba y listo. Hoy se
trata de un proceso, y el mayor desafío no es técnico, es directivo”.


A modo de ejemplo, explicó que el 70% del esfuerzo en un proyecto de IA se destina a
preparar y organizar los datos. “El resto es la magia del algoritmo. Pero sin ese 70%, no hay
nada”.


Y sumó una advertencia sobre la velocidad del cambio: “ChatGPT tardó cinco días en llegar
a un millón de usuarios. Esto va muy rápido, y hay que entender en qué parte del ciclo de
adopción tecnológica está cada industria para no quedarse atrás”.


Por último, Poza insistió en que la tecnología debe partir del problema a resolver, no del
enamoramiento con la herramienta. “Nadie compra „hilos de inteligencia artificial‟. Lo que las
empresas necesitan es resolver desafíos de negocio. Por eso usamos enfoques como working backwards: primero entendemos qué necesita el cliente, y recién ahí pensamos en
la tecnología”.
Y por último explicó: “Adoptar IA es más un desafío estratégico que técnico. Si no hay
talento, si no hay organización, si no hay visión clara del problema que se quiere
resolver, la tecnología sola no alcanza”.

Un nuevo modelo para el agro: datos, servicios y decisiones inteligentes


Durante el encuentro, se analizó cómo el agro puede evolucionar hacia un modelo en el que
el diferencial ya no esté solamente en lo que se produce, sino en cómo se utiliza la
información para agregar valor. “La tecnología permite pasar de vender un producto a
ofrecer un servicio basado en resultados. Y eso solo es posible si se puede medir el
desempeño en tiempo real”
, afirmó Juan Pablo Trujillo. Para él, el verdadero cambio está
en construir soluciones sistémicas que mejoren la productividad, no sólo en sumar
herramientas.


También se destacó el avance de los llamados agentes inteligentes: pequeños programas
capaces de automatizar tareas repetitivas en función de la experiencia. “Estos pueden leer
tus mails, extraer datos de una factura y cargarla en un Excel. Y todo eso sin
intervención humana
”, explicó Pablo Poza. Esta tercera ola de la inteligencia artificial,
basada en la orquestación de múltiples agentes, promete transformar procesos
administrativos, financieros y productivos en el agro y otros sectores.


Más allá del entusiasmo que despierta la tecnología, lo que quedó claro es que el
verdadero desafío no está en sumar herramientas, sino en integrarlas con una mirada
estratégica
. La transformación digital del agro no se trata solo de digitalizar procesos, sino
de construir un sistema donde los datos generen decisiones mejores, más rápidas y
sostenibles.


Tal como resumió Santiago del Carril, este cambio es, ante todo, cultural. Requiere revisar
cómo se trabaja, cómo se toman decisiones y cómo se vinculan los actores de la cadena.
Porque no alcanza con adoptar tecnología sino que hay que hacerlo con propósito.


Y en ese camino, el agro tiene una oportunidad única. Porque cuando los datos dejan de
ser números sueltos y se convierten en conocimiento útil, el campo puede dejar de ser
visto como un simple proveedor de commodities y empezar a ofrecer algo mucho
más valioso como información confiable, trazabilidad real y una nueva forma de
pensar la producción.

Una apuesta por la eficiencia: 80.000 hectáreas, cultivos de invierno y expansión geográfica para alcanzar una rentabilidad del 9%

ADBlick Granos dio a conocer los lineamientos de su Campaña N°17, con foco en la expansión, la eficiencia operativa y la adopción tecnológica en el sector agrícola argentino.


Este Día del Inversor, el evento virtual que se realiza mensualmente, contó con la participación de los principales referentes de la empresa: José Demicheli (fundador y CEO de ADBlick ), Renato Falbo (miembro de la mesa de socios de ADBlick Granos), Santiago del Carril (gerente general de ADBlick Granos), Esteban Romero (gerente de producción) y Pablo Sáenz Valiente (gerente comercial).


Durante la charla, se destacó la apuesta por crecer en escala —con una proyección de 80.000 hectáreas sembradas—, consolidar la diversificación con cultivos de invierno como trigo y colza, y aumentar la eficiencia a través de decisiones basadas en datos. La rentabilidad esperada ronda el 9 % anual, con un 70% de la inversión destinada directamente a siembra. Demicheli, quien encabezó la reunión explicó: “Nos planteamos una campaña con un crecimiento del 6% al 7%, abriendo nuevas zonas y aumentando cultivos como el maíz o la soja de primera.”


Eficiencia, sustentabilidad y oportunidades en un contexto desafiante


Al ser consultado sobre cómo ve la situación del sector Renato Falbo, expresó: “La verdad es que otra vez estamos con el cocktail famoso que ya estamos acostumbrados a vivir, con precios de commodities a la baja y costos al alza debido al tipo de cambio que se está corrigiendo.” Sin embargo, resaltó que la brecha de precios parece ser más corta, lo que podría llevar a una estabilización en el futuro. A pesar de los desafíos, subrayó la importancia de seguir buscando eficiencias para mejorar los negocios: «En ADBlick, nuestra inteligencia y esfuerzos deben estar puestos en cómo hacemos mejor el negocio. La eficiencia es lo que nos ha mantenido a flote”. Por otro lado, destacó que habrá una incorporación tecnológica importante y que el agro argentino seguramente la vaya a liderar, aunque la inteligencia artificial no sembrará por los trabajadores, “habrá desarrollos de procesos y formatos que hoy no podemos describir, pero que pronto, mucho más temprano de lo que esperamos, van a irrumpir en nuestra gestión”.


Nuevos cultivos y tecnología al servicio de la diversificación


Por su parte Santiago del Carril destacó: “Argentina está bien posicionada para crecer en la producción agrícola, especialmente en áreas como la trazabilidad y genética, lo cual podemos hacer de manera sustentable y cumplir con las exigencias de los mercados internacionales.”
En cuanto a los planes de expansión, ADBlick se enfoca en cuatro áreas clave para asegurar un crecimiento sólido y diversificado. Estas áreas incluyen las siembras propias, las siembras asociadas, los insumos y los servicios financieros. El objetivo es cubrir un total de 120.000 hectáreas en los próximos 5 años, con un énfasis en la diversificación geográfica y la incorporación de cultivos como maíz flint y maní. Del Carril explicó que “nuestra historia está dada principalmente por los cultivos en la provincia de Buenos Aires, pero este año comenzamos a dar los primeros pasos en otras provincias como Santa Fe y La Pampa, lo que nos permite diversificar tanto geográficamente como en términos de cultivos”. Además, la compañía está invirtiendo fuertemente en la sostenibilidad, trabajando en la certificación de buenas prácticas agrícolas y evaluando el impacto ambiental de sus operaciones. La meta es seguir liderando el mercado agrícola argentino, con un enfoque en la rentabilidad y la sustentabilidad a largo plazo, manteniendo siempre el compromiso con los estándares internacionales más altos.


Cuatro áreas clave


En lo que respecta a cada vertical, tanto en siembras propias como asociadas, el foco está puesto en ampliar la superficie cultivada con soja, maíz y trigo en zonas estratégicas como Santa Fe y Córdoba. Esta expansión permite diversificar la producción y reducir los riesgos vinculados a la volatilidad del mercado. En cuanto a agroinsumos y servicios financieros, el objetivo es brindar soluciones integrales que potencien la eficiencia del productor: desde tecnología agrícola de última generación hasta herramientas de financiamiento que faciliten el acceso a capital y mejoren los resultados productivos.


Por otro lado, la empresa también tiene una fuerte apuesta por la sustentabilidad, implementando prácticas más eficientes y responsables en el uso de recursos como el agua, energía e insumos agrícolas. Finalmente, en desarrollo de infraestructura y logística, se está mejorando la red de transporte, almacenamiento y distribución, lo que permite reducir costos y asegurar que los productos lleguen a destino de manera rápida y eficiente.


Colza, Camelina y Maní: Cultivos fundamentales para la rotación, la sustentabilidad y la diversificación


En cuanto a las novedades para la próxima campaña, Esteban Romero, destacó la importancia de retomar el cultivo de Colza, junto con el crecimiento continuo del Camelina. Ambas oleaginosas de invierno ofrecen alternativas frente al trigo y la cebada, brindando opciones para la rotación de cultivos y ayudando a combatir las malezas de invierno. Además, resaltó que estos cultivos pueden usarse como cultivos de cobertura, lo que mantiene la raíz viva durante todo el año, garantizando rentabilidad. «Estos cultivos nos permiten tener una alternativa más para la rotación, y lo más importante, combatir las malezas de invierno como el raigrás, que son un problema en esta zona” explicó.


Además, destacó el éxito de la experiencia acumulada en estos cultivos, con un récord de hasta 5.000 hectáreas de Colza, y la oportunidad de expandirlos a mayor escala. Mencionó además el crecimiento del cultivo de maní, un desafío productivo que está obteniendo buenos resultados en zonas como el centro oeste de Buenos Aires y el sur de Santa Fe, buscando diversificar y maximizar las oportunidades de rentabilidad en el sector agropecuario.


Perspectiva comercial y análisis del mercado global


Más tarde, Pablo Sáenz Valiente ofreció su visión sobre el contexto actual, donde, a pesar de la tendencia bajista en algunos aspectos, se muestra cauto pero con expectativas de oportunidades debido a la volatilidad del mercado. «Estamos en un mercado muy volátil. En septiembre del año pasado, la soja tocó los $340.000 y hoy está en $380.000 lo que refleja un sentimiento algo negativo. Sin embargo, hay factores externos, como las tensiones geopolíticas, que continúan afectando el mercado», comentó. Además destacó que, aunque la abundancia de soja es evidente, elementos como la guerra en Ucrania, las políticas de Trump y las tensiones con China están influyendo directamente en la dinámica de los precios.


En cuanto a las perspectivas para Argentina, Sáenz Valiente mencionó que el país se encuentra en una posición favorable, con una economía real que sigue creciendo. «Creo que es un momento muy bullish para Argentina, estamos sembrando hace un par de años y ya nos genera un plus. Esta es una oportunidad estratégica para el país”, afirmó. También destacó las oportunidades en cultivos como el girasol y el trigo, a pesar de las incertidumbres climáticas. «El trigo puede mantener precios firmes si se concreta un ritmo climático favorable. Lo mismo ocurre con el girasol, que muestra señales de mantenerse fuerte», concluyó, haciendo hincapié en la importancia de un manejo comercial eficiente para aprovechar las oportunidades que ofrece el mercado global.


ADBlick Granos encara la próxima campaña con optimismo y sigue apostando a la expansión, la eficiencia operativa y la innovación tecnológica, factores fundamentales para afrontar los desafíos del sector agrícola. La diversificación de cultivos y la optimización de procesos serán determinantes para lograr una rentabilidad del 9%. Como dijo José Demicheli: «La clave está en gestionar con inteligencia para sostener valor en cualquier escenario», reafirmando el enfoque estratégico de la empresa para mantener su liderazgo en un contexto volátil.

La opinión de expertos en economía y agro sobre lo que viene en la Argentina en 2025: del tipo de cambio atrasado a la soja de US$880

Tipo de cambio atrasado y ruidos políticos en el rumbo de los negocios del agro, bajo la mirada de Andrés Borenstein e Iván Ordoñez; un “cambio cultural” que atraviesa al país y la estrategia para afrontarlo

«Sin inflación, rumbo a la productividad» fue el título del Dia del Inversor que organizó ADBlick Agro y que reunió a un experto en economía y a otro en agronegocios para debatir sobre lo que viene en la Argentina.

Andrés Borenstein, economista senior en BTG Pactual, profesor en UTDT y UBA y experto en macroeconomía, disertó junto a Iván Ordoñez, economista ​​especializado en agronegocios y director del Posgrado en AgTechs de UCEMA. La moderación estuvo a cargo de José Demicheli, CEO de ADBlick Agro, quien introdujo: «Hablamos de una economía sin inflación, en la búsqueda de la productividad. Entendemos que en los últimos años el negocio del agro y de siembras a escalas se distorsionó por un negocio financiero, de búsqueda de brechas y de dólar linked esperando una devaluación. Eso pasó y tenemos un nuevo desafío de hacer negocios en la búsqueda de la productividad».

Demicheli también agregó: «Si la inflación le gana al dólar, tenés inflación alta en dólares y no hay cuadro de resultados que resista. Hubo una inflación a la baja pero mayor al dólar. Los costos en dólares son más altos, el poder adquisitivo del salario real que el Gobierno dice que es muy bueno tiene que venir de la productividad. En ese marco estamos parados. Y más en un negocio de siembras a escala».

¿Qué pasa en la economía?: «No hay chances de que las retenciones vuelvan a subir»

Andrés Borenstein inició su exposición destacando que el programa de Milei tiene tres grandes pilares:

Ancla fiscal: «Es realmente importante». Según el economista, lograron bajar 5 puntos el gasto, algo inédito en un año de recesión. Al principio de la gestión Milei uno se preguntaba si era sostenible, y ahora vemos que si. Con el superávit fiscal las probabilidades de que haya una crisis es menor, no es lo mismo un Estado que se la pasa emitiendo o pidiendo prestado.
Set de reformas estructurales, algo que ya empezó a través de Desregulación, Comercio, etc.: «Se bajaron alícuotas y todos los días hay cosas nuevas. En el mundo de los negocios casi todas las reformas van para mejor, o le mejora la vida a los consumidores o le mejora la productividad y reduce costos a las empresas. Pero todavía falta: reforma laboral, impositiva y previsional, pero lleva tiempo porque necesitan mayorías legislativas. Hay un compromiso a bajar impuestos, al agro le bajaron las retenciones. No es suficiente, pero al final del día vamos a tener más productividad o menos impuestos», repasó.
El tercer factor es la baja de la inflación: «Es la principal promesa de campaña». El pronóstico de Borenstein es de un 23 o 24% para 2025. » Venimos de 211% y 117% y ahora podría ser debajo del 30%. Es atrasando el tipo de cambio, un ancla cambiaria para la inflación».

Con respecto al tipo de cambio, Borenstein resaltó que es clave para el sector agropecuario, ya que, a pesar de estar atrasado, es un fenómeno que ha ocurrido en otros momentos de la historia como en la convertibilidad, algunos momentos de Cristina, Massa, etc. La apuesta es que, con un tipo de cambio atrasado, pero con menos impuestos y mayor productividad, la economía podrá sostenerse.

Además, resaltó que si el modelo Milei funciona el tipo de cambio va a estar atrasado: «Cuando hay un cambio de régimen y una estabilización exitosa el tipo de cambio te queda bajo porque te entra plata, de la economía real y financiera. Si entra más plata de la que sale el dólar se va a quedar bajo. Quizás no tan bajo como ahora, cuando se levante el cepo, que yo creo que va a ser después de las elecciones, puede ser que haya una pequeña devaluación. Que haya un overshooting, que suba mucho y después se acomode».

Al mismo tiempo, señaló que para el agro es clave avanzar en una Ley de Semillas, porque sin una nueva regulación en materia de propiedad intelectual «la innovación en el campo no va». El otro punto es la falta de infraestructura, pero aclaró: «No se le puede pedir ya a Mieli. Se tendría que dar dentro de una reforma fiscal. Los caminos rurales en muchos lugares son muy malos, y es más de gestión municipal y provincial». Por eso apuntó a una reforma fiscal para darle mayor competencia a los distintos distritos, lo que va a mejorar el tema logístico.


Las debilidades de la economía argentina: tipo de cambio y reservas


¿Qué le preocupa a Andrés Borenstein? «En lo macro Argentina tiene dos debilidades, el tipo de cambio y la falta de reservas. Si viene el FMI, pero estamos en negativo, y si entran fondos las reservas van a pasar apenas en positivo. Eso hace que el costo del capital para la Argentina sea alto. Sobre el tipo de cambio atrasado, sobre los movimientos de expectativas que hubo en el mercado, el economista destacó que lo que «molesta» es que haya cepo. El tipo de cambio está atrasado porque el Gobierno decidió llevarlo a ese nivel». Al mismo tiempo, señaló que en algún momento del 2025 el cepo se va a ir. «Cuando se vaya el cepo va a ser un caos, hasta que se arregle. Yo soy de la idea de que quizás se vaya el (dólar) blend, y perdés 4 puntos de rentabilidad después de que bajaran 7 puntos las retenciones. Es algo que se puede hacer, es mi candidato de lo que se le puede entregar al fondo», adelantó.

También habló del factor «suerte», como lo que pasa en el principal complejo exportador de la Argentina: «La soja vale hoy US$ 368. La soja de la 125 valdría a precio de hoy US$ 880». En este sentido, vaticinó: «No hay ninguna chance de que las retenciones vuelvan a subir, la pregunta es si bajan más o no».

Cambio de mindset en las empresas: «Ahora hay que pensar exactamente al revés»

A su turno, Iván Ordoñez aseguró que la clave está en seguir de cerca al capital de trabajo. «Todos miramos la hoja de balance de nuestra compañía y medimos la ‘sangre’ de la compañía que es el capital de trabajo. Lo que más importa son los inventarios y las cuentas a cobrar. La macro de Milei es el negativo al capital de trabajo vs. el planteo durante la era de Massa, Alberto Fernández y Martín Guzmán. Era un modelo de stocks excesivos, cualquier empresa que stockeaba granos, agroquímicos y combustible, ganaba plata cuando no vendía. El juego era stockearse en dólares y aguantar», indicó.

De esta forma, resaltó que los que no pudieron prever esta modificación en el entorno relativo a los stocks fueron los que más se vieron afectados hasta ahora, pero Ordoñez aclaró que «veníamos de una hecatombe». «Quién podía imaginarse que íbamos a estar con un tipo de cambio informal inferior al que cuando apenas asumió. No es un detalle menor», apuntó.

También dijo que es prácticamente imposible que la economía argentina tenga la tasa de la economía norteamericana. Bajo este marco, «el juego es productividad y eficiencia, es entender cuál es el gasto que no me eleva el P y el Q, y a ese gasto tengo que ir (para analizarlo)».

«Cuando viene un vendedor de micronutrientes o inoculantes y me dice que voy a invertir un dólar y te va a devolver 1,10, tengo que sentarme a escucharlo. Acá no hay que achicarse, el que se achica aumenta los costos fijos que están dolarizados y quiebra. Cuando te agrandas, los costos fijos dolarizados los podes diluir por unidad. Si recortás hectáreas es peor, el costo fijo por unidad aumenta. El costo fijo de un productor de 500 has. es su vida. Esto no es salir a recortar gastos, es entender el gasto que no me da facturación y analizarlo. Si contrato un trabajador es para ampliar el área y diluir costo, y en ese desafío estamos», detalló.

Además, indicó que todo el proceso de desregulación de los 90 forma parte de una conversación que Milei está trayendo de vuelta: «El famoso costo argentino que no hacía al país competitivo». «La conversación sobre la competitividad es sobre qué clase de sociedad queremos. La propuesta de una Argentina verde y competitiva, es una propuesta audaz, de calidad de vida, pero hay que tener conversaciones muy complicadas», resaltó.

También coincidió en que la baja de las retenciones se va a mantener, pero aclaró: «La mente de los políticos es impenetrable». Ordoñez señaló que lo que puede frenar la baja de las retenciones es que haya un tema exógeno que frene la economía y se derrumbe la recaudación. «Las retenciones son para recaudar, y uno de los pilares de este modelo es la excesiva reducción del gasto. No deberían subir, pero el punto es la sostenibilidad política del plan económico. En lo que dio muestras Caputo es que para él los temas sectoriales son irrelevantes frente al ordenamiento macroeconómico general», consideró.

Párrafo aparte, el impacto de la política de Trump

«Trump para Argentina es una calamidad», sentenció Iván Ordoñez. Esto tiene que ver con que una economía con más tarifas en Estados Unidos es una economía global que va a crecer menos, y que probablemente tenga tasa de interés más alta: «Todo eso es malo para la Argentina».

Además, con la guerra comercial el precio de la soja en Chicago deja de tener que ver con todo lo que pasa en otros mercados, y nadie sabe cuál es el precio de la soja. Y en el medio también aparecen más tarifas. «Por eso se derrumban las bolsas, es una economía que va a crecer menos».

«No sabemos cómo sigue esta historia. Trump como fenómeno económico es mucho menos interesante que como fenómeno político. Representa la tensión globalismo-aislacionismo que tiene Estados Unidos casi desde su creación. Todos eran globalistas, pero Trump es aislacionista. A los países chicos como la Argentina los aislacionistas le hacen mal, el kirchnerismo es un fenómeno aislacionista. El comercio nos hace más ricos a todos. Los 20 años de kirchnerismo nos demostraron que el no comercio nos hace más pobres», destacó el experto en agronegocios.

Borenstein coincidió sobre el ruido de Trump: «Necesitamos economías abiertas».

La Argentina, frente a un cambio cultural

Finalmente, José Demicheli subrayó que el verdadero desafío para Argentina no es solo económico, sino cultural. Las decisiones de la sociedad, cuando son acertadas, se convierten en hábitos que generan virtudes colectivas.
Al mismo tiempo, el CEO de ADBlick Agro indicó: «Lo que rescato es que pareciera ser que hay apoyo, la sorpresa es que a pesar de la baja del 5% en el gasto hay apoyo y es porque hay un principio de cambio cultural, de acuerdo social. Mucha gente se cansó de muchas cosas que se fueron viviendo en las últimas dos décadas. Es lo que creo que está permitiendo plantearnos estos cambios, de poner en valor el laburo y a quienes apuestan e invierten».