Tipo de cambio atrasado y ruidos políticos en el rumbo de los negocios del agro, bajo la mirada de Andrés Borenstein e Iván Ordoñez; un “cambio cultural” que atraviesa al país y la estrategia para afrontarlo
«Sin inflación, rumbo a la productividad» fue el título del Dia del Inversor que organizó ADBlick Agro y que reunió a un experto en economía y a otro en agronegocios para debatir sobre lo que viene en la Argentina.
Andrés Borenstein, economista senior en BTG Pactual, profesor en UTDT y UBA y experto en macroeconomía, disertó junto a Iván Ordoñez, economista especializado en agronegocios y director del Posgrado en AgTechs de UCEMA. La moderación estuvo a cargo de José Demicheli, CEO de ADBlick Agro, quien introdujo: «Hablamos de una economía sin inflación, en la búsqueda de la productividad. Entendemos que en los últimos años el negocio del agro y de siembras a escalas se distorsionó por un negocio financiero, de búsqueda de brechas y de dólar linked esperando una devaluación. Eso pasó y tenemos un nuevo desafío de hacer negocios en la búsqueda de la productividad».
Demicheli también agregó: «Si la inflación le gana al dólar, tenés inflación alta en dólares y no hay cuadro de resultados que resista. Hubo una inflación a la baja pero mayor al dólar. Los costos en dólares son más altos, el poder adquisitivo del salario real que el Gobierno dice que es muy bueno tiene que venir de la productividad. En ese marco estamos parados. Y más en un negocio de siembras a escala».
¿Qué pasa en la economía?: «No hay chances de que las retenciones vuelvan a subir»
Andrés Borenstein inició su exposición destacando que el programa de Milei tiene tres grandes pilares:
Ancla fiscal: «Es realmente importante». Según el economista, lograron bajar 5 puntos el gasto, algo inédito en un año de recesión. Al principio de la gestión Milei uno se preguntaba si era sostenible, y ahora vemos que si. Con el superávit fiscal las probabilidades de que haya una crisis es menor, no es lo mismo un Estado que se la pasa emitiendo o pidiendo prestado.
Set de reformas estructurales, algo que ya empezó a través de Desregulación, Comercio, etc.: «Se bajaron alícuotas y todos los días hay cosas nuevas. En el mundo de los negocios casi todas las reformas van para mejor, o le mejora la vida a los consumidores o le mejora la productividad y reduce costos a las empresas. Pero todavía falta: reforma laboral, impositiva y previsional, pero lleva tiempo porque necesitan mayorías legislativas. Hay un compromiso a bajar impuestos, al agro le bajaron las retenciones. No es suficiente, pero al final del día vamos a tener más productividad o menos impuestos», repasó.
El tercer factor es la baja de la inflación: «Es la principal promesa de campaña». El pronóstico de Borenstein es de un 23 o 24% para 2025. » Venimos de 211% y 117% y ahora podría ser debajo del 30%. Es atrasando el tipo de cambio, un ancla cambiaria para la inflación».
Con respecto al tipo de cambio, Borenstein resaltó que es clave para el sector agropecuario, ya que, a pesar de estar atrasado, es un fenómeno que ha ocurrido en otros momentos de la historia como en la convertibilidad, algunos momentos de Cristina, Massa, etc. La apuesta es que, con un tipo de cambio atrasado, pero con menos impuestos y mayor productividad, la economía podrá sostenerse.
Además, resaltó que si el modelo Milei funciona el tipo de cambio va a estar atrasado: «Cuando hay un cambio de régimen y una estabilización exitosa el tipo de cambio te queda bajo porque te entra plata, de la economía real y financiera. Si entra más plata de la que sale el dólar se va a quedar bajo. Quizás no tan bajo como ahora, cuando se levante el cepo, que yo creo que va a ser después de las elecciones, puede ser que haya una pequeña devaluación. Que haya un overshooting, que suba mucho y después se acomode».
Al mismo tiempo, señaló que para el agro es clave avanzar en una Ley de Semillas, porque sin una nueva regulación en materia de propiedad intelectual «la innovación en el campo no va». El otro punto es la falta de infraestructura, pero aclaró: «No se le puede pedir ya a Mieli. Se tendría que dar dentro de una reforma fiscal. Los caminos rurales en muchos lugares son muy malos, y es más de gestión municipal y provincial». Por eso apuntó a una reforma fiscal para darle mayor competencia a los distintos distritos, lo que va a mejorar el tema logístico.
Las debilidades de la economía argentina: tipo de cambio y reservas
¿Qué le preocupa a Andrés Borenstein? «En lo macro Argentina tiene dos debilidades, el tipo de cambio y la falta de reservas. Si viene el FMI, pero estamos en negativo, y si entran fondos las reservas van a pasar apenas en positivo. Eso hace que el costo del capital para la Argentina sea alto. Sobre el tipo de cambio atrasado, sobre los movimientos de expectativas que hubo en el mercado, el economista destacó que lo que «molesta» es que haya cepo. El tipo de cambio está atrasado porque el Gobierno decidió llevarlo a ese nivel». Al mismo tiempo, señaló que en algún momento del 2025 el cepo se va a ir. «Cuando se vaya el cepo va a ser un caos, hasta que se arregle. Yo soy de la idea de que quizás se vaya el (dólar) blend, y perdés 4 puntos de rentabilidad después de que bajaran 7 puntos las retenciones. Es algo que se puede hacer, es mi candidato de lo que se le puede entregar al fondo», adelantó.
También habló del factor «suerte», como lo que pasa en el principal complejo exportador de la Argentina: «La soja vale hoy US$ 368. La soja de la 125 valdría a precio de hoy US$ 880». En este sentido, vaticinó: «No hay ninguna chance de que las retenciones vuelvan a subir, la pregunta es si bajan más o no».
Cambio de mindset en las empresas: «Ahora hay que pensar exactamente al revés»
A su turno, Iván Ordoñez aseguró que la clave está en seguir de cerca al capital de trabajo. «Todos miramos la hoja de balance de nuestra compañía y medimos la ‘sangre’ de la compañía que es el capital de trabajo. Lo que más importa son los inventarios y las cuentas a cobrar. La macro de Milei es el negativo al capital de trabajo vs. el planteo durante la era de Massa, Alberto Fernández y Martín Guzmán. Era un modelo de stocks excesivos, cualquier empresa que stockeaba granos, agroquímicos y combustible, ganaba plata cuando no vendía. El juego era stockearse en dólares y aguantar», indicó.
De esta forma, resaltó que los que no pudieron prever esta modificación en el entorno relativo a los stocks fueron los que más se vieron afectados hasta ahora, pero Ordoñez aclaró que «veníamos de una hecatombe». «Quién podía imaginarse que íbamos a estar con un tipo de cambio informal inferior al que cuando apenas asumió. No es un detalle menor», apuntó.
También dijo que es prácticamente imposible que la economía argentina tenga la tasa de la economía norteamericana. Bajo este marco, «el juego es productividad y eficiencia, es entender cuál es el gasto que no me eleva el P y el Q, y a ese gasto tengo que ir (para analizarlo)».
«Cuando viene un vendedor de micronutrientes o inoculantes y me dice que voy a invertir un dólar y te va a devolver 1,10, tengo que sentarme a escucharlo. Acá no hay que achicarse, el que se achica aumenta los costos fijos que están dolarizados y quiebra. Cuando te agrandas, los costos fijos dolarizados los podes diluir por unidad. Si recortás hectáreas es peor, el costo fijo por unidad aumenta. El costo fijo de un productor de 500 has. es su vida. Esto no es salir a recortar gastos, es entender el gasto que no me da facturación y analizarlo. Si contrato un trabajador es para ampliar el área y diluir costo, y en ese desafío estamos», detalló.
Además, indicó que todo el proceso de desregulación de los 90 forma parte de una conversación que Milei está trayendo de vuelta: «El famoso costo argentino que no hacía al país competitivo». «La conversación sobre la competitividad es sobre qué clase de sociedad queremos. La propuesta de una Argentina verde y competitiva, es una propuesta audaz, de calidad de vida, pero hay que tener conversaciones muy complicadas», resaltó.
También coincidió en que la baja de las retenciones se va a mantener, pero aclaró: «La mente de los políticos es impenetrable». Ordoñez señaló que lo que puede frenar la baja de las retenciones es que haya un tema exógeno que frene la economía y se derrumbe la recaudación. «Las retenciones son para recaudar, y uno de los pilares de este modelo es la excesiva reducción del gasto. No deberían subir, pero el punto es la sostenibilidad política del plan económico. En lo que dio muestras Caputo es que para él los temas sectoriales son irrelevantes frente al ordenamiento macroeconómico general», consideró.
Párrafo aparte, el impacto de la política de Trump
«Trump para Argentina es una calamidad», sentenció Iván Ordoñez. Esto tiene que ver con que una economía con más tarifas en Estados Unidos es una economía global que va a crecer menos, y que probablemente tenga tasa de interés más alta: «Todo eso es malo para la Argentina».
Además, con la guerra comercial el precio de la soja en Chicago deja de tener que ver con todo lo que pasa en otros mercados, y nadie sabe cuál es el precio de la soja. Y en el medio también aparecen más tarifas. «Por eso se derrumban las bolsas, es una economía que va a crecer menos».
«No sabemos cómo sigue esta historia. Trump como fenómeno económico es mucho menos interesante que como fenómeno político. Representa la tensión globalismo-aislacionismo que tiene Estados Unidos casi desde su creación. Todos eran globalistas, pero Trump es aislacionista. A los países chicos como la Argentina los aislacionistas le hacen mal, el kirchnerismo es un fenómeno aislacionista. El comercio nos hace más ricos a todos. Los 20 años de kirchnerismo nos demostraron que el no comercio nos hace más pobres», destacó el experto en agronegocios.
Borenstein coincidió sobre el ruido de Trump: «Necesitamos economías abiertas».
La Argentina, frente a un cambio cultural
Finalmente, José Demicheli subrayó que el verdadero desafío para Argentina no es solo económico, sino cultural. Las decisiones de la sociedad, cuando son acertadas, se convierten en hábitos que generan virtudes colectivas.
Al mismo tiempo, el CEO de ADBlick Agro indicó: «Lo que rescato es que pareciera ser que hay apoyo, la sorpresa es que a pesar de la baja del 5% en el gasto hay apoyo y es porque hay un principio de cambio cultural, de acuerdo social. Mucha gente se cansó de muchas cosas que se fueron viviendo en las últimas dos décadas. Es lo que creo que está permitiendo plantearnos estos cambios, de poner en valor el laburo y a quienes apuestan e invierten».