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Invertir en el Campo Argentino para retomar la senda del crecimiento

Desde que inició el año, la Agroindustria ha recibido con alegría muy buenas noticias que la favorecen e implican un gran impulso para todo el sector. El conjunto de medidas tomadas por el actual gobierno ha empapado de optimismo a una industria que en el último tiempo ha estado sumergida en un mar de incertidumbre.

Estas decisiones implican un cambio rotundo en las perspectivas que tiene el campo en su conjunto. Indudablemente, el desafío es muy complejo pero hoy se ha generado un shock de confianza entre los argentinos que sin dudas traerá consigo en el corto plazo un horizonte político-económico más entusiasta ya inmersos en el famoso segundo semestre. Es que el principal cambio, implica principalmente un cambio de expectativas, lo cual llevó a la construcción de una visión y al alineamiento de intereses entre varios actores que participan de una o otra manera de la Agroindustria. Indudablemente, se están empezando a materializar todos estos intangibles, el Campo vuelve a la senda de crecimiento en la que supo estar, desarrollarse e incluso reinventarse para mantener la competitividad durante los años más adversos.

Surge así un nuevo planteamiento, el de permitirnos volver a pensar en grande, por ejemplo en lograr pasar de ser el granero del mundo a ser el “supermercado” del mundo, producir alimentos con un mayor valor agregado. El desafío es lograr maximizar el potencial que tenemos como sector. Indudablemente, invertir en el campo argentino dinamizará la economía pues cualquier apuesta al negocio del agro implica un paso hacia adelante; el campo es el motor del desarrollo del país, “una fuerza imparable” tal como aseguró Macri.

Con esta perspectiva y esta visión, con medidas sostenibles en el mediano/largo plazo, con un acercamiento pragmático a las ideas pro mercado vigentes en la región, se está generando un mayor estímulo para generar los dólares requeridos por nuestra economía. La confianza genera inversión, la cual concibe trabajo. Hay que fomentar la inversión en el campo para obtener beneficios futuros y distribuidos en el tiempo.

La población mundial crece a pasos agigantados y con ella la demanda de alimentos. Argentina cuenta con recursos naturales y condiciones agro-ecológicas privilegiadas para la producción de cereales y granos, que ningún país del mundo tiene!

En los próximos 15 años veremos una Argentina líder en lo que es agricultura. Si bien las perspectivas para los próximos años son alentadoras, es imprescindible mantener políticas de estado que alienten el largo plazo y generen oportunidades para el sector, que motiven, promuevan y coordinen los esfuerzos del Agro. Es necesario que actores de gobierno, actores de la industria del agro, productores, etc. se encaucen en pos de un objetivo común para lograr mayor producción, aumento de divisas para el país y mejor calidad de vida para la sociedad.

Para prosperar, irremediablemente se necesitan reglas claras y espíritu de mirar hacia adelante. Al futuro no se lo debe adivinar, se lo debe forzar, desear y para ello es necesario tener la voluntad de cambiar las circunstancias y la historia para que las cosas se logren. Las políticas de largo plazo son indispensables para optimizar el potencial que el Campo en su conjunto tiene de aquí a los próximos años, con todo lo que ello implica para el país.