¿Por dónde está la papa?

Pese a las incertidumbres políticas que rodean a la Argentina y a que muchos especialistas proyectan una inflación de al menos 30% para este año y un tipo de cambio por encima de los $47 pesos por dólar, se podría mantener el optimismo de que el 2019 será mejor en cuanto a crecimiento de PBI para nuestro país de lo que fue el 2018. Pero sin dudas que ante un año electoral, el 2019 puede ser tanto o más desafiante que 2018.

La actividad económica Argentina podría empezar a recuperarse en los prox. meses, liderado por las exportaciones ya que se espera que la cosecha sea un 30% mayor en promedio en cuanto al volumen que el año pasado. Las exportaciones de Trigo y Cebada crecerán quizás en un porcentaje mayor inclusive que la campaña pasada, sumado a que este año hubo un incentivo en cuánto a los precios para este cereal, lo cual es una muy buena noticia.

Lo mejor pasará por el maíz que está para una escalada alcista y la proteína cárnica sigue con alta demanda. La siembra de soja está en su tramo final, la siembra de maíz casi en un 90% de avance, con posibilidad de aumentar por lotes de soja que pasarían a maíz. De esta manera, estamos frente a una campaña record para maíz, y más o menos promedio o normal para soja, a pesar de las complicaciones climáticas de las últimas semanas.

En general, la región sudamericana está a mitad de camino en su cosecha 18/19. El clima en Brasil será determinante para la cotización de la soja y el maíz y parecería que los precios de estos cultivos todavía podrían estar un escalón más arriba, U$S 250 la tonelada para la soja es un buen precio, y U$S 150 la tonelada para el maíz también lo es en esta coyuntura.

Hay pocos sectores que puedan traccionar y dinamizar la economía de Argentina como lo hará el sector Agropecuario, potenciado por una demanda creciente de alimentos a nivel mundial. El campo con la cosecha, podría darnos una gran mano para gambetear la “crisis”.

Por otro lado, pareciera que la estrategia del Gobierno es planchar el tipo de cambio como ancla inflacionaria para lo cual sube también la tasa y le reza a Bolsonaro y a Brasil que hoy tiene muy buenas perspectivas ante el cambio de gobierno, para que nos siga comprando y vendiendo cosas.

La Reserva Federal ha dado señales de que durante el año 2019 no subirá la tasa de interés de corto plazo. Las curvas de rendimiento del bono americano siguen aplanadas. En Argentina los bonos públicos tienen TIR alta, pero el riesgo luce muy alto frente a un posible aunque poco probable default. Pero sabemos que en Argentina todo puede pasar!

Bajo este diagnósitco, resulta fundamental que como país podamos capitalizar más todavía las ventajas comparativas que tenemos. La Argentina tiene el clúster productivo oleaginoso más competitivo del mundo, más competitivo que Brasil e incluso que EE.UU. El desafío es lograr maximizar el potencial que tenemos como sector. Si a estas ventajas le sumamos “inversión”(en infraestructura por ejemplo, para lograr reducción de costos, de tiempos, mayor eficiencia

operativa, etc), “institucionalidad y reglas de juego claras”, “mayor predecibilidad”, indudablemente nos podremos volver a encausar en el camino del desarrollo y crecimiento que tanto necesitamos.

Estamos en un momento bisagra, un punto de inflexión para poder entre todos salir de esta situación que tanto nos aflige. Las políticas de largo plazo son indispensables para optimizar el potencial que el Campo en su conjunto tiene de aquí a los próximos años, con todo lo que ello implica para el país. Ayer, hoy, mañana y como siempre… pareciera ser que la “papa” está por el lado del campo.

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