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La voz de los expertos: las claves de éxito de un gigante de 860 mil hectáreas, una empresa familiar con un modelo único para el agro de la región, los modelos de negocio en el agro argentino.

ADBlick volvió a reunir a grandes referentes del sector agropecuario para repasar sus  planes, la gestión de las empresas y las claves para crecer en contextos complejos e inciertos. Cómo hacer empresa en Argentina y en particular, siembra a gran escala, diversificación e integración como modelos de negocio. 

Cresud: “Vamos a las zonas en donde la gente no le gusta ir”

“No hay duda que es similar a la pasión de un médico, el tipo que es agricultor lo hace porque le gusta”, definió Diego Chillado Biaus, general manager para Argentina de Cresud.

“La producción va a estar”, consideró quien comanda el agro de Cresud en Argentina, y contó: “Somos bastante esquemáticos a la hora de producir, cerramos mucha relación insumo-producto, cuando compramos el insumo vendemos el grano. Tratamos de no especular con eso, buscando productividad. Ojalá que el negocio vuelva a ser un negocio productivo y que no sea de variables no controlables, como el descalce del tipo de cambio”. “Que vuelva a ser lo que fue siempre, que al que produce bien le va bien y el que no trata de mejorar porque entiende que ahí está la clave”, resaltó.

Cresud es una empresa argentina que nació en 1936 y que desde 1994 está comandada por el actual management. En 1997 comenzó a cotizar en bolsa y tiene al real estate como uno de los principales focos de negocio: “El core de nuestro negocio fue siempre buscar la apreciación de la tierra, y mientras tanto producir lo que mejor se adapte a cada zona”.

Actualmente tienen presencia en cuatro países: Argentina, Brasil, Bolivia y Paraguay. En el 2006 iniciaron la regionalización en Brasil y en 2008 a Bolivia y Paraguay. 

“Hoy soy responsable de la operación en Argentina, pero el grupo tiene cerca de 860 mil hectáreas bajo producción, de las cuales la mitad (420 mil) están en reserva y el resto en producción. En función de los momentos y las oportunidades van incorporándose a la producción, o se adaptan a los nuevos negocios que vienen, como el carbono”, destacó Chillado Biaus durante el encuentro organizado por ADBlick. 

“Somos productores agropecuarios con un fuerte sesgo financiero, trabajamos mucho en el mercado de capitales y en el real estate. Vemos al campo como un activo que se compra y que se vende. En términos generales puede hacer ruido en la cultura tradicional del agro, pero así lo vemos en la práctica.”, comentó el general manager para Argentina de Cresud.

Según indicó, entienden al campo como un bien que se usa para producir hasta que se alcanza un precio acorde de venta. Y así fue como también se expandieron en la región: “Vamos a las zonas en donde la gente no le gusta ir, a bancar las volatilidades productivas, logramos estabilizarlos (a los campos) y los vendemos para volver a arrancar”.

En Argentina Cresud siembra unas 120 mil hectáreas, que se reparten casi en partes iguales entre propias y alquiladas. “Entendemos el negocio del alquiler como un negocio de arbitraje. Los agrónomos nuestros están acostumbrados a zonas marginales, no tenemos en zona núcleo. Generamos valor en la hectárea y alquilamos en zonas más estables para compensar”, repasó. También cuentan con unas 80 mil cabezas de ganado, de las cuales hay 60 mil en Argentina. con dos establecimientos de engorde a corral en donde pueden encerrar 30 mil cabezas por año.

Por otro lado, en Brasil tienen una participación grande en caña de azúcar y se suman zonas bajo riego en otras regiones de la Argentina.

Como si esto fuera poco, tienen el 58% de IRSA, el 51% de fyo y el 18% de Agrofy.

“Este año va a ser bueno, no tan bueno como esperábamos. Y estamos apostando mucho al año que viene, para crecer en todas las líneas de negocio”, adelanta el general manager de Cresud en el encuentro de ADBlick. Al mismo tiempo, destaca que fue un muy buen año para la ganadería. 

“Aprendimos a ser ágiles, cumpliendo todas las normas de gobierno corporativo. Hay un montón de aspectos asociados con los órganos de control, riesgo, créditos, exposición, capital, etc. Te quita agilidad pero te mantiene el rumbo”, explicó sobre el management de Cresud consultado sobre cómo gestionar la forma de trabajo de las empresas que cotizan.

Bajo este marco, destacó que el agro es un sector que por naturaleza es optimista: “Es una fábrica a cielo abierto. Si no sos optimista cuando invertís entre US$ 800 y US$ 1200 por hectárea en campo alquilado, y por más que hagas todo bien si no llueve la perdiste, ¿cuándo lo vas a ser? Porque podés hacer todo bien, pero si te agarró alguna adversidad climática no hay seguro que lo pague”.

“Es un año de números mucho más finos, arrancó y en un momento mejoró, hubo un veranito de precios de trigo que permitió capturar valores que hoy no están. Eran US$ 50 mejores a lo que uno esperaba, pasó de US$ 200 a US$ 250. Los insumos bajaron pero les falta mucho por bajar. Los alquileres no bajan pero los campos se siembran”, contó sobre la operación de Cresud en Argentina.

Cresud emplea, sólo en agro, a 300 personas. Por campaña, en las 60 mil hectáreas alquiladas, toman entre 15 y 20 “controladores de cosecha” para los campos en donde no tienen estructura propia. Y de ese semillero se terminan seleccionados jóvenes que pasan al proceso de crecimiento. “Hoy la juventud es más difícil retenerla. Se necesitan muchas cosas que antes no se tenían en cuenta, crecimiento y conectividad, home office. En mi época no era tan así”, comenta Chillado Biaus sobre la rotación de talento y la tecnología que viene con la juventud.

Agro Uranga: “Es apasionante, estamos integrados en la cadena de las especialidades”

Felipe Uranga, gerente general de Agro Uranga y Uranga Trading, contó la actualidad de la empresa que está controlada en un 65% por la familia y en un 35% por Cresud.

En Agro Uranga siembran 16 mil hectáreas, 12 mil propias y 4 mil alquiladas, cuentan con dos plantas de procesamiento y reciben unas 20 mil toneladas de maíz psingallo y 8 mil de legumbres. Cargan contenedores que van cerrados por Aduana al puerto y se exportan a 65 clientes de 40 países del mundo. “Es todo un desafío”, resume Felipe Uranga.

“Tuvimos que adquirir habilidades industriales y también de venta”, relata el encargado de conducir la empresa familiar que en una juntada puede reunir hasta 400 personas.

“Es apasionante, estamos integrados en la cadena de las especialidades, agregamos valor a las materias primas y siempre tratamos de innovar con nuevos productos, si no son lentejas es coriandro, no le hacemos asociados a nada”, gráfica. 

Pero no todo es especialidad: “Hacemos un 30% de especialidades y un 70% de» commodities «. “Tenemos convenio con más de 20 productores que siguen en el tiempo, las especialidades son para hacerlas todos los años, requieren de cuidados. Son relaciones de largo plazo. Tenemos personas que siguen al productor con el cultivo y lo orientan para que salga el mejor producto posible”, repasa.

Sobre el management de la empresa, Uranga cuenta que el organismo de control de Agro Uranga es el directorio, que es muy variado. Hay profesionales de banca privada, gente que sabe de agricultura y de negocios, “y yo soy industrial”, cuenta. “Y entre los directores hay gente que representa a Cresud, una empresa con una aversión al riesgo distinta a los Uranga, lo que representa un desafío de relacionamiento constante” resalta.

También trabajan en la gestión de la información: “Desde hace unos años trabajamos en tecnologías para tener mejor información y que sea más fácil decidir”. Por eso incorporaron Power BI. “Hoy se escucha hablar a los agrónomos de unir bases de datos de distintos sistemas, es apasionante. Nos da libertad para operar”.

“La agenda mía está enfocada al crecimiento, no tanto a la gestión del negocio actual”, aclara. “Fuimos haciendo un cambio cultural, para dedicarle tiempo al crecimiento”, remarca que la empresa tiene como principal producto el pop corn, y el principal exportador mundial es nada menos que la Argentina. “Tenemos responsabilidad en cómo se arma el precio. Este año entró Brasil, el ciclo del pop corn es contracíclico respecto de  la agricultura. Y este es un año de bajos precios. Los contratos se van acomodando. Es un año difícil para la especialidad pero es bueno para agricultura”.

Como particularidad, Uranga contó: “tenemos un registro de lluvias de unos 110 años, tomados los primeros años a mano. Está lloviendo más o menos lo mismo, pero con más intensidad en ciertos meses. El agua no siempre cae cuando la necesitamos». El cambio climático viene siendo un factor fundamental. Nosotros lo que hacemos cuando sembramos es adaptar el período crítico y armar presupuestos y planes de producción en base a eso. Es una variable interesante”, explica.

En Uranga tienen protocolos para la sucesión. Las personas que entran a trabajar, sobre todo los familiares, tienen que haber trabajado en otra empresa y les tiene que haber ido bien. Y si es un puesto jerárquico tiene que tener un posgrado y saber inglés. Para el resto se hacen capacitaciones. “Somos 55 personas y nuestro escritorio está en el campo. Estamos muy cerca de las personas”, concluye.

ADBlick Granos: “La excelencia en la gestión es lo que hace la diferencia”

“Los desafíos que enfrentamos en el agro argentino nos han hecho ser los más resistentes del mundo en términos sectoriales”, agregó Renato Falbo, miembro de la mesa de socios de ADBlick Granos.

Al repasar la actualidad del “ecosistema agro”, Falbo destacó: ADBlick tiene un modelo distinto, no tenemos tierra propia y sembramos entre 50 y 65 mil hectáreas y alineamos intereses: juntamos inversores que quieren invertir en el agro, operamos ese dinero y devolvemos renta. Creo que es algo único por la cantidad de inversores, es el único modelo en la región. Es maravilloso, es un desafío todos los años”.

“No nos da lo mismo lograr la renta que no lograrla. Somos un negocio expuesto al clima y los precios los podemos acomodar con las herramientas que tenemos. La excelencia en la gestión es lo que hace la diferencia, y eso lo hace la gente”, apuntó y resaltó la conducta corporativa de la firma: “Ya llevamos 16 campañas y estamos creciendo en negocios y verticales”.

Por su experiencia, de más de 30 años en negocios vinculados al sector, señaló: “El agro argentino tiene directorios ágiles, gente talentosa, comprometida y que entiende la operación”. “No sabemos si la situación del agro lo obligó a esa dinámica o si fue porque el sector creció pese a la extracción que se le hizo”, aclaró.

“Estamos viendo una campaña de normal a buena, tenemos un par de verticales de negocio que sufren un poco pero hay otros que lo compensan. Armar una campaña como esta fue complejo, pasamos de no sembrar trigo a sembrarlo. No tenemos mucho maíz, entonces la chicharrita no nos afectó tanto. Y tuvimos buena afluencia de inversores, con un monto de capital importante. El talento es nuestro gran activo”, concluyó.

Los secretos de gigantes del agro que siembran hasta 220 mil hectáreas por campaña: Adecoagro, Los Grobo y ADBlick Granos y las claves para crecer diversificando.

El negocio agrícola volvió a cambiar y exige una readaptación de los planes para la campaña

El Día del inversor organizado por ADBlick reunió a los líderes agroindustriales que crecen año a año.

En el marco del lanzamiento de la Campaña 16 de ADBlick Granos, la empresa reunió a especialistas y referentes del sector de los agronegocios que contaron su experiencia y expectativas sobre el negocio en la Argentina.

José Demicheli, fundador y CEO de ADBlick, fue el encargado de moderar la charla junto a Ezequiel Garbers, Country Manager de Argentina y Uruguay de Adecoagro y Emanuel Bodega Duckwitz, gerente comercial del Grupo Los Grobo. También estuvo Esteban Romero, gerente de producción de ADBlick Granos, y Francisco Piñeiro, fundador de ADBlick Granos y miembro de su mesa de socios.

Cabe señalar que Adecoagro y Los Grobo son empresas agroindustriales que siembran hasta 220 mil hectáreas cada una y que han logrado diversificar sus modelos de negocio a través de diferentes estratégias de integración en la cadena de valor. Se suma ADBlick Granos, que siembra unas 60 mil hectáreas en campos arrendados y otras cinco mil más en asociación con otros productores por campaña y apunta  a llegar a las 80 mil en el mediano plazo.

Adecoagro: de productores agropecuarios al consumo masivo

«La campaña la estamos cerrando bien, dentro de todo», destacó Garbers al referirse a la producción agrícola del período en curso. Adecoagro sembró 220 mil hectáreas en nueve provincias en la campaña 2023/24, de las cuales 140 mil se realizan en campos arrendados. «Arrancamos con mucho optimismo y después apareció el spiroplasma en Santiago del Estero. El clima hasta hace dos semanas estuvo muy húmedo y se atrasó la cosecha. Los resultados son buenos, comparados con la campaña anterior, y sin la ayuda de lo que fueron los temas financieros, nos vamos acostumbrando a enfocarnos en la producción y la eficiencia del negocio».

Los inicios de Adecoagro se dan en 2002, cuando comenzaron a comprar tierras para volverlas más productivas y con ello agregarles valor: «Las hacíamos producir más y por lo tanto valían más. Así empezamos a crecer en hectáreas, hasta que nos integrarnos en las producciones». Desde 2011 cotizan en bolsa y se expandieron en Brasil, donde producen unas 200 mil hectáreas de caña de azúcar y las procesan en tres plantas: «Los productos que vendemos son azúcar, etanol, energía eléctrica y bonos de carbono. Van creciendo las energías renovables».

Por otro lado, en Argentina y Uruguay también producen leche y arroz. En cuanto al negocio lácteo, cuentan con 14,5 mil vacas y generan 600 mil litros por día. Esta leche se procesa y se vende con marcas como Tres Niñas al mercado interno y hasta se exporta a Chile con marcas propias y de terceros. Por el lado del arroz, siembran 60 mil hectáreas y originan mercadería en otras 20 mil hectáreas. También tienen una unidad de I+D que se encarga de desarrollar variedades adaptadas a diversos mercados.

«El 60% de la producción de arroz la exportamos a 60 países, en distintos tipos de envases», destaca Garbers y cuenta que están regionalizando marcas como Molinos Ala y Apóstoles.

En tanto, en cuanto al negocio puramente agrícola de Adecoagro, con 220 mil hectáreas, producen commodities tradicionales y maní (30 mil hectáreas) para Europa y con marca propia (que están por lanzar).

«Toda esa producción es una manera de estar diversificados. En la campaña 2022/23, la agricultura sufrió la sequía, pero para el arroz fue un año excelente en producción y precio, también fue un buen año para la caña de azúcar. Esa estrategia de diversificación funciona, hay distintas escalas para diversificar», reflexionó durante el encuentro organizado por ADBlick.

¿Cómo fue el cambio de ser productores a ser una empresa de consumo masivo? «Tuvimos varias transformaciones, el paso a la industria nos costó, cambiamos la manera de pensar, de venir de la agricultura a la industria donde hay una planificación diferente. Otra transformación sucedió cuando logramos cotizar en el mercado: tener balances mensuales, generar información y transmitir lo que pasaba y de manera confiable. Tuvimos que cambiar. Después vino la época de revisar todo y ordenarse para ser eficientes, el crecimiento trae desorden. Hay que ir para adentro y replantear todas las partes para integrarlas de manera eficiente. Hace unos años empezamos a agregar valor a través de las marcas y volvernos atractivos para otras marcas, es decir ser marca blanca. Lo que va pasando es que nos hacemos multidisciplinarios. Pasamos de ser una empresa productiva a tener auditorías, no teníamos ni idea y tuvimos que empezar a generar auditorías internas para que nos prepare para las externas…entre muchos otros cambios por ejemplo», cuenta el directivo de Adecoagro. “También apostaron a crear valor a través de marcas con un equipo de Marketing y consumo masivo, que son unas 50 personas.” Y remata con orgullo: «Hoy somos más de 10 mil personas en la empresa».  «Hay oportunidades teniendo siempre el cuidado de mantener el foco de nuestra estrategia de los negocios de bajo costo, de agregar valor, de estar integrados y de ser eficientes en toda la cadena», resalta sobre la Argentina.

«Más allá de la política, me parece que en Argentina entramos en un momento en donde estamos cambiando, los que votamos estamos cambiando, estamos mostrando que queremos que nos vaya bien. Va a llevar tiempo pero está bueno», consideró sobre el contexto. «Crecimos con distintos tipos de Gobierno, a veces las cosas son más difíciles y no solo por la política. Con mucho laburo lo pudimos hacer, creo que vamos a poder hacer las cosas y más en el sector en donde estamos nosotros. Argentina tiene ventajas competitivas que cada vez va mostrando más. Ser productor de materias primas no es malo, es lo primero que necesitamos para agregar valor. En alimentos y energías renovables hay un espacio infinito para agregar valor», destacó al mostrarse optimista.

Los Grobo apunta a duplicar operaciones en cinco años

Emanuel Bodega Duckwitz, gerente comercial del Grupo Los Grobo, repasó que la empresa se originó netamente en la producción agrícola. Luego fue incorporando negocios y diversificando: «Hoy es una empresa cuyo core es el servicio con tres unidades de negocios, una es de producción, otra de venta de insumos y un tercer negocio que es acopio».

«Es una empresa volcada al servicio al cliente. Hoy estamos produciendo unas 220 mil hectáreas con 60 socios en la última campaña. Generamos vínculos con clientes a través de joint venture (empresa conjunta) en donde cada uno aporta conocimientos sobre el negocio: insumos, labores, capital para arrendamiento; son vínculos virtuosos», comenta Bodega Duckwitz y apunta a que el agro ha ido hacia sistemas y asociatividades más sinérgicas. «Buscamos producir de forma eficiente y con estándares altos de calidad. Si no sos eficiente quedás afuera del negocio».

El agrónomo y directivo de Grupo Los Grobo comenta que hubo un reacomodamiento en el precio de los insumos y que la coyuntura política plantea un escenario distinto: «Hay que readaptarse y marcar un nuevo norte». Con siembras en Entre Ríos, Córdoba, Buenos Aires, Santa Fe, La Pampa y San Luis, el desafío de Los Grobo es «trazar la nueva campaña con variables nuevas».

Los Grobo se focaliza en el servicio al agro, con cultura de agro y fuertes vínculos con productores: «Se empieza a sumar gente y es un proceso de profesionalización». Luego de la compra de Agrofina, el plan estratégico a cinco años de esta empresa busca duplicar la operación en los próximos cinco años. Es decir, pasar de originar 2,2 millones de toneladas a unas 4. «Tenemos relacionamiento con unos 5000 productores, con vinculaciones diferentes, y 35 sucursales en cinco provincias».

Los planes de ADBlick Granos: La visión de largo plazo y la necesidad de consolidar planes de cobertura de riesgo.

«En la campaña 16 vamos a repetir las hectáreas del año pasado y continuaremos consolidando el resto de los verticales de negocios en los que nos hemos diversificado; en especial insumos», destaca Esteban Romero, gerente de producción de ADBlick Granos. La empresa que posee un modelo de negocio que permite a inversores minoristas invertir en siembra a escala , enfoca la producción en la provincia de Buenos Aires, en dos grandes zonas: la de Mar y Sierras, más al sur, y una más cercana a la Cuenca del Río Salado. Esta diversificación de zonas les permite atenuar riesgos climáticos y productivos, así como la diversificación en cultivos

De esta forma, el plan se basa en cultivos de fina (30% de nuestra cartera es de trigo y cebada) y la gruesa (con una gran participación de girasol alto oleico). «Tenemos perfiles cargados y es un buen año para hacer trigo», resalta Romero.

Para la nueva campaña, la 2024/25, hay cerradas unas 41.600 hectáreas en 110 campos. «Con un plan de siembra de 20 mil hectáreas de fina vamos a llegar a las 60 mil hectáreas. Es una campaña que arrancamos con una baja en los alquileres, que costó pero se logró», agrega el líder de producción de ADBlick Granos. «Es importante poder cerrar temprano las hectáreas por la cantidad de fina, que ya arrancamos a sembrar», resalta.

Sobre la gruesa, Romero cuenta que todavía no se movió tanto la intención de girasol, por lo que la idea es dejar los lotes abiertos e ir viendo pronóstico y mercado para ver en cada caso qué conviene sembrar. Si efectivamente ir por girasol o hacer soja o maíz. «La idea es hacer 2500 hectáreas de maní», agrega. 

«Esperamos que para la próxima campaña haya  renta productiva y propia del negocio, sin necesidad de acudir a cuestiones financieras», comentan en ADBlick Granos, que abrió la campaña 16, y es una empresa que también se diversifica con insumos, servicios, originación, trading y la cadena de valor del agro. Francisco Piñeiro, uno de sus fundadores y miembro de la mesa de socios, destacó durante la charla: «Las empresas que se hacen grandes empiezan por la producción y siguen por la diversificación. Es un aprendizaje y lo estamos sorteando. Pero es absolutamente necesario». Y habló del choque de culturas que se da en las organizaciones: «Para diversificar necesitas nuevas habilidades y las tenés que buscar en lugares distintos a los habituales. La diversificación es necesaria, porque el negocio de las siembras en sí requiere una complementariedad». José Demicheli cerró con el desafío de lograr equipos de management de alto rendimiento, en donde uno sabe mucho de una cosa y otro de otra, confluyendo con valores, como parte del éxito de las empresas agro.

“Cambiaste la plata”: la bomba que hay que desactivar para que el negocio agrícola salga de una zona de riesgo

La situación del negocio del agro, además de las perspectivas para la economía del país, estuvo en Día del Inversor de ADBlick Agro.

En la jornada, Bernardo Piazzardi, especialista en agronegocios de la Universidad Austral, recordó la pregunta de mediano plazo que hacen en un relevamiento de esa casa de estudios a productores para ver si van a invertir o no. “8 de cada 10 dicen que van a realizar inversiones en Argentina”, indicó.

“Si hacemos doble clic en la campaña, por primera vez mejoraron las expectativas de corto plazo, las presentes. Pero las futuras, para 2024/25, son un poco más pesimistas. Y esto en los números tiene un correlato”, afirmó.

Según Piazzardi, como mínimo cualquier productor de la región está cobrando unos US$120 más por tonelada que el productor argentino. “Eso te arruina cualquier plan, flujo y planteo de campaña”, señaló.

“Hoy tomás los costos actuales de la campaña agrícola, el tipo de cambio, el paquete de retenciones y el precio de Chicago que es la referencia en campo que de arrendamiento tiene un costo de 10 qq/ha, le sumas el paquete de tecnología, cruzás los dedos para que llueva, más el costo de comercialización y flete. Supongamos también que ese campo puede dar un rinde de 30 de soja, 40 de trigo y 70 de maíz. Esa cuenta, con la foto de hoy, te da cero, cambiaste la plata. Son pelotas en el aire que no sabés adónde caen”, advirtió.

Piazzardi se refirió a las retenciones: “Si hacés una rebaja de 12 puntos a todo, ese mismo campo te da una tasa de retorno respetable”. Añadió: “Si hoy te tenés que tirar a la pileta en un contrato de arrendamiento, hoy los números están tirantes a casi negativos”. En otro tramo dijo: “Si bien entramos en una campaña que te da cero en el resultado, el 54% de los productores apoya todas las medidas del gobierno nacional”.

Entre otros temas, el especialista de la Austral consideró que hay más posibilidades de que la mejora para el planteo agrícola vengan del precio internacional a que de factores locales, como el tipo de cambio: “Los valores (de los granos) empiezan a ajustarse a unos US$30 o US$40 por encima de lo que vimos los últimos meses”. También resaltó que los bancos comerciales en la Argentina están ofreciendo préstamos a mediano plazo con tasa cero en dólares.

Andrés Borenstein, economista y profesor de la UTDT, la UBA y actual jefe de Econviews, se refirió a la economía en general. “Lo que más me preocupa es el tipo de cambio, Argentina se volvió cara en dólares, podremos ser competitivos dentro de tres años, cuando las reformas estructurales que aún se deben maduren. Pero ahora todo es difícil en la Argentina. Todavía hay reservas negativas, se necesitan exportaciones por encima de las importaciones, y para ello el dólar tiene que ser caro. A corto plazo Argentina necesita un tipo de cambio mejor que el que tenemos”, dijo.

“Si todo abril devaluamos al 2% y la inflación es del 10%, perdés 8 puntos de competitividad. Deberías ir a una devaluación parecida al 2%, pero del 8 o el 10%. Mi miedo es que si no hacés nada en algún momento vas a tener que hacer el salto, lo que puede devolver un salto inflacionario y hay que ver si la política sigue bancando. Bancaron hasta ahora, hay que ver si sigue ese apoyo. Me gustaría ver más acción del gobierno, pero no creo que lo haya. Es lo que me quita el sueño dentro de esta buena onda”, agregó.

También le preocupa el plan de estabilización: “Yo no creo que con política fiscal y monetaria alcanza para bajar la inflación, se necesita un cambio de régimen. Creo que no es una buena idea la dolarización. Me gustaría más un Israel del 85, Brasil de 94 o el Austral del 85. Algo un poquito menos ortodoxo. Esto puede ser que esté pero que el gobierno no lo comunique, tiene que estar en secreto hasta que se lanza. No lo sé, mi miedo es que no lo tenga. Son los desafíos que veo para la economía”, afirmó.

En tanto, José Demicheli, CEO de ADBlick Agro, se refirió a las oportunidades de inversión. “Este año las perspectivas climáticas cambiaron y aparecieron muchos campos. También cambió la perspectiva de negocio con la apertura del mercado de exportación”, destacó.

La firma tiene el módulo 10 ADBlick Ganadería como opción de inversión. Este negocio, enfocado en la recría y terminación, busca copiar y estar por encima de la inflación. “En 2024 las opciones no son muchas”, agregó Demicheli.

Compra animales de entre 180 y 200 kilos para llevarlos hasta los 320 en base pastoril. Luego se terminan con una dieta en base a maíz, hasta los 430-480 kilos, y se venden sobre todo con destino a exportación. En la jornada de la firma también disertó Lorenzo Preve, profesor de la I.A.E Business School y Managing Partner en Upside Risks SA.

Dólar atrasado, alquileres altos y un planteo para sortear riesgos: la visión de expertos sobre los próximos meses y una opción de inversión

Dólar atrasado, alquileres altos y un planteo para sortear riesgos: la mirada de especialistas en agronegocios

En el Día del Inversor de ADBlick Agro se repasó el contexto económico actual y la visión desde los agronegocios; qué se ve en el horizonte

¿La vemos o no? Es la pregunta que buscó responder Andrés Borenstein, economista y profesor de la UTDT, la UBA y actual jefe de Econviews, durante el Día del Inversor que organizó ADBlick Agro. El acento sobre agronegocios lo realizó Bernardo Piazzardi, especialista en agronegocios de la Universidad Austral, y Lorenzo Preve, profesor de la I.A.E Business School y Managing Partner en Upside Risks S.A.

A mediano plazo hay optimismo sobre la economía y los expertos coinciden en que hay desafíos cercanos, como el tipo de cambio. El negocio agrícola, por la baja de precios y la suba de costos, se muestra con números muy finos. Esto hace pensar que, entre otros factores, bajará el precio del alquiler en la nueva campaña.

La economía de Milei, ¿se ve o no?

«No está fácil verla o no verla», destacó haciendo referencia a la tendencia mileista. «Me defino como cautelosamente optimista», agregó.

¿Por qué Borenstein no es «optimista a ultranza»? Esto es porque advierte riesgos en el escenario. En primer lugar, destacó que hay dos cosas en donde a Milei le fue bien: en la economía y en la opinión pública. «En la economía diría que le fue bien pero no está tan bien. El BCRA recuperó USD 10 mil millones de reservas, pero también la deuda por importaciones son unos USD 10 mil millones desde que asumió Milei. Salió bien pero ojo que no está todo bárbaro», aclaró.

Por otro lado, definió al superávit fiscal como «espectacular» gracias a la famosa licuadora o motosierra. Anticipó que habrá otro superávit en marzo y que el riesgo país bajó. «Argentina es riesgosa pero mucho menos que hace tres meses, lo dice el mercado. Y la inflación viene bajando, mejor de lo esperado».

En tanto, repasó que la recesión fue fuerte en diciembre y enero, en febrero ya está casi empatada y en marzo no hay caída mensual: «A la recesión le estamos poniendo fecha de finalización», consideró al desarrollar el lado optimista. «Ahora hay que ver cómo es la recuperación. Vamos a tener una política fiscal y monetaria restrictiva y con un tipo de cambio bajo. Puede pasar cualquier cosa, pero creo que la economía deja de caer», explicó y apuntó que la confianza en el Gobierno que mide Di Tella sigue firme.

Entonces, ¿cuáles son los riesgos que hacen «no verla»? «El punto más débil de Milei es la política: todavía no pasó una sola ley por el Congreso. Qué pasaría si Diputados rechaza el DNU? qué le pasaría al dólar, los bonos, el sentimiento de veranito. No sería nada bueno», aclaró.

«Es un crack de la comunicación pero no tiene política. No tiene experiencia y poco equipo, con poca experiencia en el sector público», resaltó. 

El segundo riesgo es el económico: «Lo que más me preocupa es el tipo de cambio, Argentina se volvió cara en dólares, podremos ser competitivos  dentro de tres años, cuando las reformas estructurales que aún se deben maduren. Pero ahora todo es difícil en Argentina. Todavía hay reservas negativas, se necesitan exportaciones por encima de las importaciones, y para ello el dólar tiene que ser caro. A corto plazo Argentina necesita un tipo de cambio mejor que el que tenemos», respondió Borenstein.

«Si todo abril devaluamos al 2% y la inflación es del 10%, perdés 8 puntos de competitividad. Deberías ir a una devaluación parecida al 2%, pero del 8 o el 10%. Mi miedo es que si no haces nada en algún momento vas a tener que hacer el salto, lo que puede devolver un salto inflacionario y hay que ver si la política sigue bancando. Bancaron hasta ahora, hay que ver si sigue ese apoyo. Me gustaría ver más acción del gobierno, pero no creo que lo haya. Es lo que me quita el sueño dentro de esta buena onda», agregó.

Lo otro que le preocupa al economista es el famoso plan de estabilización: «Yo no creo que con política fiscal y monetaria alcanza para bajar la inflación, se necesita un cambio de régimen. Creo que no es una buena idea la dolarización. Me gustaría más un Israel del 85, Brasil de 94 o el Austral del 85. Algo un poquito menos ortodoxo. Esto puede ser que esté pero que el gobierno no lo comunique, tiene que estar en secreto hasta que se lanza. No lo sé, mi miedo es que no lo tenga. Son los desafíos que veo para la economía».

El escenario que el jefe de Econviews vislumbra es un 3% de caída de actividad este año y crecimiento del 8% para el año que viene: «La pregunta es si se puede dar otro 8% en 2026».

«Soy optimista, pero creo que los riesgos políticos de hacer algo con el tipo de cambio tienen que ser manejados. En ese caso sería más optimista», concluye.

 

El agro, ¿la ve?

 

Bernardo Piazzardi repasó la pregunta de mediano plazo que hacen en un relevamiento de la Universidad Austral a productores, para ver si van a invertir o no: «8 de cada 10 dicen que van a realizar inversiones en Argentina». Aunque aclaró: «Si hacemos doble clic en la campaña, por primera vez mejoraron las expectativas de corto plazo, las presentes. Pero las futuras, para 2024/25, son un poco más pesimistas. Y esto en los números tiene un correlato».

Piazzardi destacó que, como mínimo, cualquier productor de la región está cobrando unos USD 120 más por tonelada que el productor argentino: «Eso te arruina cualquier plan, flujo y planteo de campaña».

«Hoy tomás los costos actuales de la campaña agrícola, el tipo de cambio, el paquete de retenciones y el precio de Chicago que es la referencia en campo que de arrendamiento tiene un costo de 10 qq/ha, le sumas el paquete de tecnología, cruzás los dedos para que llueva, más el costo de comercialización y flete. Supongamos también  que ese campo puede dar un rinde de 30 de soja, 40 de trigo y 70 de maíz. Esa cuenta, con la foto de hoy, te da cero, cambiaste la plata. Son pelotas en el aire que no sabés adónde caen», advirtió.

Inmediatamente destacó sobre la alícuota de retenciones: «Si hacés una rebaja de 12 puntos a todo, ese mismo campo te da una tasa de retorno respetable». «Si hoy te tenés que tirar a la pileta en un contrato de arrendamiento, hoy los números están tirantes a casi negativos», resaltó.

Bajo este marco, se preguntó cómo se podría comunicar esto a los encargados de las decisiones económicas: «La forma es mostrar que eso impacta directamente en el ingreso por exportaciones. USD 41 mil millones aportó el agro en la campaña 2021/22, después vino la sequía y nos llevó a USD 25 mil. Ahora van a terminar siendo USD 31 mil millones. Qué pasa si se modifican estas variables tan ingobernables para el productor. Pero hay expectativas muy buenas, si bien entramos en una campaña que te da cero en el resultado, el 54% de los productores apoya todas las medidas del gobierno nacional».

Piazzardi destacó también que no solamente hay deberes para hacer tranquera afuera, en competitividad y productividad: «También hay tranqueras adentro. Hemos perdido contra los vecinos y países competidores en producción. La tenemos que retomar, la seguimos aguantando en el producto de mayor exportación que es soja y derivados, pero en el resto hacemos agua. En el sector lácteo la productividad está congelada hace 15 años», graficó.

En tanto, repasó la evolución de Brasil, Uruguay, Paraguay y Estados Unidos: «Llegas a un promedio de valorización del 4% en el precio de la tierra en los últimos 15 años». A contramano de esto, «Argentina votó la Ley de Tierras y el precio se congeló. Está regalada la tierra agrícola en Argentina, pero las condiciones para que vuelva a ser un país normal no sabemos si están».

Al mismo tiempo, el especialista de la Austral consideró que hay más posibilidades de que la mejora para el planteo agrícola vengan del precio internacional a que de factores locales, como el tipo de cambio: «Los valores (de los granos) empiezan a ajustarse a unos USD 30 o USD 40 por encima de lo que vimos los últimos meses».

Por último, resaltó que los bancos comerciales en la Argentina están ofreciendo préstamos a mediano plazo con tasa cero en dólares: «Quizás, apurarse a vender porque me golpean la puerta los proveedores pueden tener una salida por otro lado. Se reseteó tanto el negocio, está cambiando a tanta velocidad, que están apareciendo factores que antes no existían en Argentina».

 

Manejo de riesgos: las claves de un experto

 

Lorenzo Preve, especialista en la evaluación de riesgos, señala que toda la vida gestionamos riesgos, pero que no se hacía de manera integral. 

En primer lugar, repasó que riesgos o incertidumbre es cualquier cambio respecto a lo esperado: «En una empresa lo esperado es el plan de negocios, el plan de siembra, el plan de devolución de fondos a los inversores. Lo que te corra más de lo esperado es riesgo o incertidumbre. Y el pasado no necesariamente me garantiza el futuro».

Pero también está el concepto de riesgo vs. incertidumbre: «Riesgo es cuando puedo medir la volatilidad y la incertidumbre es cuando no puedo, cuando no tengo forma de garantizar la volatilidad al futuro».

Por ejemplo, en los agronegocios los factores de riesgo pueden ser: precios y costos, tipo de cambio, Inflación, clima y rindes, riesgo político (decisiones de gobiernos, la reacción de la sociedad, cambios internos del agro, respuesta en las urnas), cambios de reglas de juego, roturas de maquinaria, accidentes y sabotajes, mano de obra y recursos humanos, ciberseguridad y toma de decisiones equivocada.

Entonces, el primer paso para sortear riesgos es definirlos y medirlos, para luego tomar decisiones a través de: seguros, rotación de cultivos, capacitación, mantenimiento, diversificación geográfica, estrategias de siembra.

«Sin riesgo no hay empresa, cualquier negocio va a tener riesgo. La clave es generar valor a partir de la capacidad de asumir riesgos. La gestión del riesgo tiene que ser integral, no de un solo sector. Los mitigantes se gestionan antes de que ocurra el riesgo», concluyó.

¿Hay opciones para invertir en el agro?

Bajo este contexto, aparecen oportunidades de inversión, como el módulo 10 de ADBlick Ganadería: “Este año las perspectivas climáticas cambiaron y aparecieron muchos campos. También cambió la perspectiva de negocio con la apertura del mercado de exportación”, destacó durante el Día de Inversor José Demicheli, CEO de ADBlick Agro

Este negocio, enfocado en la recría y terminación, busca copiar y estar por encima de la inflación. “En 2024 las opciones no son muchas”, agrega Demicheli.

ADBlick Ganadería compra animales de entre 180 y 200 kilos para llevarlos hasta los 320 en base pastoril. Luego se terminan con una dieta en base a maíz, hasta los 430-480 kilos, y se venden sobre todo con destino a exportación.

La clave es la diversificación de zonas productivas y de mercado. Si bien no dejan de lado el mercado interno, que en momentos puntuales puede convenir, el foco está puesto en la exportación, sobre todo en cupos de calidad como Cuota 481 y Cuota Hilton. Incluso hacen carne de marmoreo, que requiere más tiempo, para nichos de mercado.

Para sumarse al módulo 10 de ADBlick Ganadería, el ticket mínimo es de $5.000.000 y la renta esperada es del 8% por encima de la inflación con un perfil

ADBlick Open Golf: un torneo solidario

ADBlick Open Golf: En su tercera edición, este torneo solidario recaudó el equivalente a 20 becas para que jóvenes talentos puedan cursar estudios superiores 

El pasado viernes 10 de noviembre, se llevó a cabo la 3ra edición del ADBlick Open Golf presentado por Syngenta, a beneficio de la Fundación BisBlick Talento Joven. 

El encuentro se realizó en el Club La Orquídea, ubicado en Cardales. En el torneo participaron 100 jugadores, y contó con el apoyo de más de 45 empresas como sponsors.

Gracias a la recaudación del evento, se podrán financiar 20 becas anuales para que jóvenes que viven en entornos vulnerables puedan acceder a realizar estudios superiores en el 2024 y así ser agentes de cambio en sus comunidades. 

La directora ejecutiva de la Fundación, Belén Ochoa, repasó los logros y el alcance de las acciones de Bisblick durante el 2022 “Estamos acompañando a 110 jóvenes con el programa de desarrollo de alto potencial.  De esta manera impactamos positivamente en 110 familias. Y nos gusta siempre destacar el rol de los mentores voluntarios que son los que tienen el contacto diario con los jóvenes y que son un pilar fundamental para que puedan seguir con sus estudios y no abandonar en los momentos más desafiantes”.

Para terminar, el CEO,  fundador de ADBlick Agro, y creador de este evento, Josè  Demicheli, agregó: “Estos talentosos jóvenes reciben ayuda económica y contención de la Fundación para convertirse en los primeros profesionales en sus familias, plantando la semilla del esfuerzo y el ejemplo personal en sus entornos sociales.”  y aseguró: “No podemos eludirnos de nuestra responsabilidad como empresarios y hombres de negocio. Con este tipo de encuentros que proponemos año a año, recreativo, creativo, de camaradería del sector del agro y con un fin solidario nos unimos para aportar nuestro granito de arena para construir un país mejor para todos”.

Los ganadores del torneo

El equipo ganador fue Championship Olivos sponsoreado por NK Semillas. Los otros equipos participantes fueron Abierto Hidroponia presentado por DVA, Augusta Granos, sponsoreado por Allaria Agro y The Open Ganadería de la mano de Williams Agroservicios.