PENSAR Y ACTUAR «GLOCAL»: EN EL BALANCE ESTA LA CLAVE

¿Cómo tener un impacto global sin dejar de ser relevantes localmente? Seguro que todos hemos oído alguna vez eso de «think globally and act locally«, que traducido sería «pensar globalmente y actuar localmente». Suena bien y es bastante acertado, pero a la hora de ponerlo en práctica, la incertidumbre y los entornos cambiantes a los que el management se tiene que enfrentar convierten esa máxima en un cliché muy complejo de implementar.

Si uno planifica y toma decisiones sólo con información parcial y no detallada, corre el riesgo de forzar decisiones que sean difíciles de llevar a cabo a nivel local. Muchas veces se impone la «agilidad» sobre la integración como una sola compañía y esto hace que, de a poco, los resultados no acompañen. Y da lugar a un círculo vicioso que provoca más control e intervención de lo global sobre lo local. Ante situaciones como éstas, sería muy fácil culpar a los headquarters, pero también cabe preguntarse: ¿por qué las prácticas locales no logran generar confianza y proveer información adecuada a la casa matriz a la hora de planificar y decidir?

Esta nota fue escrita por Gastón Podestá para La Nación. Si querés seguir leyendo esta nota hacé clic aquí.

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