¿En qué país queremos vivir?

Mucho se habla de que el 22 de junio se definen las listas de candidatos, de las elecciones PASO de agosto, de las de octubre y del desempate por penales entre Macri y CFK en noviembre en un eventual ballotage, en el que todo puede pasar.

La imagen de Macri viene cayendo y no hay dudas que el Gobierno está gestionado muy mal la crisis. Muchos especialistas sugieren lanzar a Vidal como candidata a Presidente cuánto antes, sosteniendo además que eso podría reducir el riesgo país que casi toca los mil puntos. Otros creen que esa sería la última carta que jugará el Gobierno y no quieren desperdiciarla ahora.

Lo cierto es que el mercado se paraliza ante tanta incertidumbre política, por lo cual sube el dólar y está claro que si el gobierno no logra domar la inflación, seguiremos sufriendo de un mal humor social muy grande que alimenta un círculo vicioso de aspiral descendente.

El Jefe de Estado está llevando adelante un duro ajuste económico. El país no crece hace más de 10 años producto de la falta de institucionalidad, de reglas de juego claras, de inversiones en negocios productivos y de una asfixia impositiva que destripa. Hoy la pobreza estructural es cercana al 35%!

Indudablemente estamos en un punto de inflexión para poder entre todos salir de esta situación que nos aflige para lo cual resulta fundamental que cada uno vaya pensando en qué país quiere vivir o que vivan sus hijos y nietos.

Creo que “Cambiemos” cometió muchísimos errores, aunque pienso que tuvo “viento de frente” en muchos sentidos durante gran parte del tiempo en estos 4 años de gestión… Podría soportar Argentina volver a un gobierno populista y autoritario, sin convertirse en una nueva Venezuela?

Cada uno debe, desde el lugar donde le toque, redoblar el esfuerzo. Ser honesto y denunciar al corrupto, exponerlo. Trabajar el doble para ganar la mitad. Esforzarse y dar el ejemplo. Evitar los atajos que nos alejan de las buenas prácticas. Apoyar a quien pierda la esperanza. Los sacrificios que hoy se hacen darán sus frutos en el mediano plazo. Cada acción suma, cada gesto contagia en el sentido que le demos.

Bajo este diagnósitco, resulta fundamental que como país podamos capitalizar más todavía las ventajas comparativas que tenemos. Tenemos un problema sumamente complicado pero no es imposible de resolver.

La Argentina tiene uno de los clústers productivos oleaginosos más competitivo del mundo. El desafío es lograr maximizar el potencial que tenemos como sector.

Hay pocos rubros que puedan traccionar y dinamizar la economía de Argentina como el sector Agropecuario. El campo ha logrado cosechas con rendimientos, que, en muchos casos, están por encima de la media.

La fiebre porcina a nivel mundial genera muchas expectativas para el negocio de las carnes local. China pierde un alto stock de cerdos, se deberán sacrificar más de 200 millones de animales y necesitará que le vendan carnes. Argentina está en el lugar indicado, lejos de los lugares donde la fiebre porcina contaminó a la población mundial de cerdos. Sumado a ello, debido a la gran oferta forrajea, se genera una relación de precios maíz/ternero y ternero/novillo muy favorable que puede transformar a Argentina en una gran productora de carnes.

Esta es una gran oportunidad para que el país crezca en exportaciones, suban las inversiones y se revierta el ciclo estructural de estancamiento y alta inflación que vivimos desde el año 2011 a la fecha.

Esperemos que como argentinos podamos hacernos cargo de lograr el país que tanto queremos. Pensemos siempre en qué país queremos vivir y que vivan nuestros hijos y nietos.

 

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