Todas las entradas de: Francisco Merello

Francisco Merello, se graduó como Licenciado en Ciencias de la Comunicación y posteriormente logró también una licenciatura en Marketing en la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales. Años anteriores trabajó en Mapfre Argentina Seguros en asesoramiento y atención de requerimientos de los asegurados. Posteriormente, se incorporó al Departamento de Comunicación de Pan American Energy L.L.C, en la organización y desarrollo de actividades de Responsabilidad Social. Participó, a su vez, en la planificación y redacción de artículos para la revista de la compañía. Francisco es un apasionado de los deportes de equipo como el fútbol y el rugby. En los años 2003, 2004 y 2005 ha representado al país en los mundiales juveniles de rugby con el Seleccionado Nacional. Durante muchos años integró distintos Seleccionados Provinciales y Nacionales hasta que en los años 2008, 2009 y 2010 ha sido parte del Seleccionado Mayor de Rugby de “Los Pumas”. Actualmente, Francisco es el capitán del Equipo Argentino de Seven de Los Pumas, equipo con el cual fue subcampeón del mundo en 2009. En sus tiempos libres disfruta estar con su familia, leer y realizar ejercicio físico.

Serán el 2019-2020 los años de la Ganadería Argentina?

Hoy vemos un escenario de huida de capitales de la Argentina, el riesgo país en niveles muy altos, precios de los bonos y acciones por el piso y una Argentina que “ya pasó de moda”.

Hablemos con rigor: La realidad es que sin inversiones productivas y en economía real, a los países les cuesta mucho hacer crecer su PBI. Sin reglas de juego claras, sin una visión de mediano y largo plazo, caemos en los mismos problemas siempre.

Por estos motivos, los argentinos no invierten en Argentina, tampoco la financian, se llevan el dinero afuera y nos quejamos cuando no llega dinero del exterior.

Hoy el desafío que tiene Argentina de reinsertarse al mundo es muy alto, y desde el sector ganadero se presenta una enorme oportunidad para el país. Argentina ha ido aumentando su potencialidad exportadora e ingresando a nuevos muy interesantes como el NAFTA y muchos mercados de oriente.

China por ejemplo, hace 10 años atrás, prácticamente no importaba carne vacuna sino que lo que consumía era todo producción propia. Sin embargo, desde el 2012, empezó a demandar cada vez más carnes. Esto tiene que ver en gran medida con el aumento de su población, con la migración de las zonas rurales a las zonas urbanas que conlleva a una mejora del salario real y aumento de la clase media, mejoras en la alimentación y mayor consumo de proteína de origen animal, entre otros.

En los últimos 10 años la región Asiática creció en un 90% sus importaciones de carne, casi duplicando el volumen de carne importada en ese periodo, y hoy implica el 20% de las importaciones mundiales y se proyecta que en diez años el consumo de carne vacuna se duplicará en muchos países de esta región.

Es así como China irrumpe en el mercado como un elefante en un bazar, y hace una disrupción de tal magnitud que genera un impacto tremendo en los precios a la suba. La demanda de China y algunos países de la región asiática supera la capacidad de los países productores de poder satisfacer esa demanda, lo que implica una oportunidad excepcional para el Mercosur como Región y para Argentina en particular. Y la Carne Argentina es una “Marca” que supimos generar de cara al mundo, tenemos un diferencial más allá del precio, que tiene que ver más con la “calidad”.

Más allá de haber mantenido los mercados tradicionales de Europa, es como si en los últimos años de pronto nos agregaron más mercados y consecuentemente una tremenda potencialidad. Es verdad que en China ya estuvimos, pero con uno de los productos más baratos que se pueda exportar, que es carne congelada ý con hueso. Afortunadamente los últimos años se firmaron convenios para poder ingresar en volúmenes de mercado de alta calidad.

El gran desafío para Argentina entonces es poder ir integrándose y acompañando las nuevas tendencias sin perder eficiencia ni productividad y sin dejar de lado los pilares de la producción ganadera, con base pastoril, pero aprovechando muy bien los subproductos  y todo lo que es la eficiencia de los modelos más intensivos. Tenemos frente a nuestras narices una oportunidad enorme! Este el momento para que Argentina pueda transformar esas expectativas en una realidad y capitalice la oportunidad que el mundo nos ofrece”

Somos junto con Brasil, uno de los 2 países que tienen mayor capacidad de producción y potencial para producir aquello que el mundo nos está demandando. Cuando uno proyecta el negocio a futuro, pareciera no tener límites la Ganadería Argentina, el mayor límite es el interno, el único, es la propia capacidad de ordenarnos, de tener políticas activos de largo plazo, ser menos burocráticos a la hora de gestionar, ser más sencillos, etc.

En el corto plazo, el sector tendrá algunos corcoveos, pero si la mirada es de mediano y largo plazo, las perspectivas son muy alentadoras. Y esta es una oportunidad que tenemos de generar empleo genuino, de federalizar ese empleo por todos lados con un producto gourmet como lo es la carne argentina. La Ganadería requiere de procesos, de metodología y de gerenciamiento. Sin dudas que un aumento en la producción genera un efecto casi inmediato en la generación de empleos.

Pareciera que los propios argentinos no tenemos confianza para invertir, consecuentemente los extranjeros adoptan el mismo camino que los locales.

Resulta fundamental aplicar políticas públicas que fomenten la inversión y las políticas que incrementen la productividad. Las políticas de largo plazo son indispensables para optimizar el potencial que los sectores productivos pueden generar en nuestra economía, con todo lo que ello implica para el país. Esperemos que como argentinos podamos hacernos cargo de lograr el país que tanto queremos.

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¿En qué país queremos vivir?

Mucho se habla de que el 22 de junio se definen las listas de candidatos, de las elecciones PASO de agosto, de las de octubre y del desempate por penales entre Macri y CFK en noviembre en un eventual ballotage, en el que todo puede pasar.

La imagen de Macri viene cayendo y no hay dudas que el Gobierno está gestionado muy mal la crisis. Muchos especialistas sugieren lanzar a Vidal como candidata a Presidente cuánto antes, sosteniendo además que eso podría reducir el riesgo país que casi toca los mil puntos. Otros creen que esa sería la última carta que jugará el Gobierno y no quieren desperdiciarla ahora.

Lo cierto es que el mercado se paraliza ante tanta incertidumbre política, por lo cual sube el dólar y está claro que si el gobierno no logra domar la inflación, seguiremos sufriendo de un mal humor social muy grande que alimenta un círculo vicioso de aspiral descendente.

El Jefe de Estado está llevando adelante un duro ajuste económico. El país no crece hace más de 10 años producto de la falta de institucionalidad, de reglas de juego claras, de inversiones en negocios productivos y de una asfixia impositiva que destripa. Hoy la pobreza estructural es cercana al 35%!

Indudablemente estamos en un punto de inflexión para poder entre todos salir de esta situación que nos aflige para lo cual resulta fundamental que cada uno vaya pensando en qué país quiere vivir o que vivan sus hijos y nietos.

Creo que “Cambiemos” cometió muchísimos errores, aunque pienso que tuvo “viento de frente” en muchos sentidos durante gran parte del tiempo en estos 4 años de gestión… Podría soportar Argentina volver a un gobierno populista y autoritario, sin convertirse en una nueva Venezuela?

Cada uno debe, desde el lugar donde le toque, redoblar el esfuerzo. Ser honesto y denunciar al corrupto, exponerlo. Trabajar el doble para ganar la mitad. Esforzarse y dar el ejemplo. Evitar los atajos que nos alejan de las buenas prácticas. Apoyar a quien pierda la esperanza. Los sacrificios que hoy se hacen darán sus frutos en el mediano plazo. Cada acción suma, cada gesto contagia en el sentido que le demos.

Bajo este diagnósitco, resulta fundamental que como país podamos capitalizar más todavía las ventajas comparativas que tenemos. Tenemos un problema sumamente complicado pero no es imposible de resolver.

La Argentina tiene uno de los clústers productivos oleaginosos más competitivo del mundo. El desafío es lograr maximizar el potencial que tenemos como sector.

Hay pocos rubros que puedan traccionar y dinamizar la economía de Argentina como el sector Agropecuario. El campo ha logrado cosechas con rendimientos, que, en muchos casos, están por encima de la media.

La fiebre porcina a nivel mundial genera muchas expectativas para el negocio de las carnes local. China pierde un alto stock de cerdos, se deberán sacrificar más de 200 millones de animales y necesitará que le vendan carnes. Argentina está en el lugar indicado, lejos de los lugares donde la fiebre porcina contaminó a la población mundial de cerdos. Sumado a ello, debido a la gran oferta forrajea, se genera una relación de precios maíz/ternero y ternero/novillo muy favorable que puede transformar a Argentina en una gran productora de carnes.

Esta es una gran oportunidad para que el país crezca en exportaciones, suban las inversiones y se revierta el ciclo estructural de estancamiento y alta inflación que vivimos desde el año 2011 a la fecha.

Esperemos que como argentinos podamos hacernos cargo de lograr el país que tanto queremos. Pensemos siempre en qué país queremos vivir y que vivan nuestros hijos y nietos.

 

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“¡El Campo, siempre el Campo!”

La Argentina de las últimas semanas vive discutiendo si la final se define por penales entre Macri Vs. CFK en los comicios de fin de año, o cuánto será el precio del dólar a fin de año o la inflación del mes de Febrero que viene muy brava.

Lógicamente, el Presidente está afectado por el mal desempeño de la economía, lo que hace que tenga una imagen muy negativa. La ex presidenta, una de las favoritas para la elección 2019, tiene una alta imagen negativa por sus causas judiciales. Si ambos profundizan sus dificultades, es muy probable que ni uno, ni otro sea candidato.

Mientras todos discutimos los problemas de siempre, la economía sigue sufriendo los efectos del ajuste. Pareciera el juego del cubo mágico donde el objetivo es lograr que cada uno de los 6 lados sea de color uniforme, pero al hacer un movimiento para lograr un lado de un único color, se percibe que el lado opuesto quedó muy lejos de lograr el objetivo. Al subir la tasa para contener a la inflación, se atrasa el dólar y se enfría la economía. Pero si se baja la tasa para dejar ir al dólar y activar los sectores exportadores, se genera más inflación.

Son este tipo de discusiones las que nos permiten reflexionar y buscar los remedios que nos dejen paliar la crisis que sufrimos? O debemos ir por más, ser más autoexigentes y buscar arrancar de raíz las causas que generan los problemas que más nos agobian?

Para evitar que el dólar siga trepando y apaciguar los conflictos sociales, muchos analistas aseguran que se necesita una mayor coordinación económica, cambios políticos, más crédito para detener la caída de nuestras reservas. Serán estas las soluciones que necesitamos?

Hoy vemos un escenario de huida de capitales de la Argentina, el riesgo país en niveles muy altos, precios de los bonos y acciones por el piso y una Argentina que “ya pasó de moda”.

Hablemos con rigor: La realidad es que sin reglas de juego claras, sin una visión de mediano y largo plazo, caemos en los mismos problemas siempre… se gasta por encima de los ingresos y esto deriva en un déficit fiscal crónico, alta inflación, instituciones “soft” que fomentan corrupción en muchos niveles, desconfianza, y cuántos más problemas políticos y económicos tengamos, mayor será la violencia que sufriremos los argentinos y más se profundizará la “grieta” que nos divide.

Por estos motivos, los argentinos no invierten en Argentina, tampoco la financian, se llevan el dinero afuera y nos quejamos cuando no llega dinero del exterior. La salida de este cruel laberinto, está en nosotros mismos? Cómo hacemos para reducir los gastos, en muchos casos, inflexibles a la baja, y al mismo tiempo subir los ingresos?

Pareciera que los propios argentinos no tenemos confianza para invertir, consecuentemente los extranjeros adoptan el mismo camino que los locales.

Resulta fundamental aplicar políticas públicas que fomenten la inversión y las políticas que incrementen la productividad. Es una tarea de todos poder como país capitalizar las ventajas comparativas que tenemos. Si a estas ventajas le sumamos “inversión”(en infraestructura por ejemplo, para lograr reducción de costos, de tiempos, mayor eficiencia operativa, etc), “institucionalidad y reglas de juego claras”, “mayor predecibilidad”, indudablemente nos podremos volver a encausar en el camino del desarrollo y crecimiento que tanto necesitamos.

Estamos en un punto de inflexión para poder entre todos salir de esta situación que nos aflige. Cada uno debe, desde el lugar donde le toque, redoblar el esfuerzo. Trabajar el doble para ganar la mitad. Dar el ejemplo. Evitar los atajos que nos alejan de las buenas prácticas. Apoyar a quien pierda la esperanza. Los esfuerzos que hoy se realizan darán sus frutos en el mediano plazo. Cada acción suma, cada gesto contagia en el sentido que le demos.

Tenemos un problema sumamente complicado pero no es imposible de resolver. Hay pocos rubros que puedan traccionar y dinamizar la economía de Argentina como el sector Agropecuario. El campo vendrá con rendimientos, que, en muchos casos, estarán por encima de la media, se está cosechando el maíz, y entrarán muchos dólares. Y las tasas actuales que están asfixiando al sector productivo, tendrán un horizonte descendente.

Debemos creer en nosotros mismos. Los argentinos, ¿Qué queremos hacer con el país? Invertimos o seguimos acopiando dólares. La ponemos acá o la llevamos afuera? Seguiremos viajando al exterior o aprovecharemos para conocer más de nuestro país e invitar a extranjeros a que también lo hagan?

Para prosperar, irremediablemente se necesitan reglas claras y espíritu de mirar hacia adelante. Al futuro no se lo debe adivinar, se lo debe forzar, desear y para ello es necesario tener la voluntad de cambiar las circunstancias y la historia para que las cosas se logren. Debemos lograr hacer que las cosas “pasen”, no que “nos pasen”.

Las políticas de largo plazo son indispensables para optimizar el potencial que los sectores productivos pueden generar en nuestra economía, con todo lo que ello implica para el país. Esperemos que como argentinos podamos hacernos cargo de lograr el país que tanto queremos. De cada uno de nosotros depende.

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¿Por dónde está la papa?

Pese a las incertidumbres políticas que rodean a la Argentina y a que muchos especialistas proyectan una inflación de al menos 30% para este año y un tipo de cambio por encima de los $47 pesos por dólar, se podría mantener el optimismo de que el 2019 será mejor en cuanto a crecimiento de PBI para nuestro país de lo que fue el 2018. Pero sin dudas que ante un año electoral, el 2019 puede ser tanto o más desafiante que 2018.

La actividad económica Argentina podría empezar a recuperarse en los prox. meses, liderado por las exportaciones ya que se espera que la cosecha sea un 30% mayor en promedio en cuanto al volumen que el año pasado. Las exportaciones de Trigo y Cebada crecerán quizás en un porcentaje mayor inclusive que la campaña pasada, sumado a que este año hubo un incentivo en cuánto a los precios para este cereal, lo cual es una muy buena noticia.

Lo mejor pasará por el maíz que está para una escalada alcista y la proteína cárnica sigue con alta demanda. La siembra de soja está en su tramo final, la siembra de maíz casi en un 90% de avance, con posibilidad de aumentar por lotes de soja que pasarían a maíz. De esta manera, estamos frente a una campaña record para maíz, y más o menos promedio o normal para soja, a pesar de las complicaciones climáticas de las últimas semanas.

En general, la región sudamericana está a mitad de camino en su cosecha 18/19. El clima en Brasil será determinante para la cotización de la soja y el maíz y parecería que los precios de estos cultivos todavía podrían estar un escalón más arriba, U$S 250 la tonelada para la soja es un buen precio, y U$S 150 la tonelada para el maíz también lo es en esta coyuntura.

Hay pocos sectores que puedan traccionar y dinamizar la economía de Argentina como lo hará el sector Agropecuario, potenciado por una demanda creciente de alimentos a nivel mundial. El campo con la cosecha, podría darnos una gran mano para gambetear la “crisis”.

Por otro lado, pareciera que la estrategia del Gobierno es planchar el tipo de cambio como ancla inflacionaria para lo cual sube también la tasa y le reza a Bolsonaro y a Brasil que hoy tiene muy buenas perspectivas ante el cambio de gobierno, para que nos siga comprando y vendiendo cosas.

La Reserva Federal ha dado señales de que durante el año 2019 no subirá la tasa de interés de corto plazo. Las curvas de rendimiento del bono americano siguen aplanadas. En Argentina los bonos públicos tienen TIR alta, pero el riesgo luce muy alto frente a un posible aunque poco probable default. Pero sabemos que en Argentina todo puede pasar!

Bajo este diagnósitco, resulta fundamental que como país podamos capitalizar más todavía las ventajas comparativas que tenemos. La Argentina tiene el clúster productivo oleaginoso más competitivo del mundo, más competitivo que Brasil e incluso que EE.UU. El desafío es lograr maximizar el potencial que tenemos como sector. Si a estas ventajas le sumamos “inversión”(en infraestructura por ejemplo, para lograr reducción de costos, de tiempos, mayor eficiencia

operativa, etc), “institucionalidad y reglas de juego claras”, “mayor predecibilidad”, indudablemente nos podremos volver a encausar en el camino del desarrollo y crecimiento que tanto necesitamos.

Estamos en un momento bisagra, un punto de inflexión para poder entre todos salir de esta situación que tanto nos aflige. Las políticas de largo plazo son indispensables para optimizar el potencial que el Campo en su conjunto tiene de aquí a los próximos años, con todo lo que ello implica para el país. Ayer, hoy, mañana y como siempre… pareciera ser que la “papa” está por el lado del campo.

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Esfuerzos de hoy, exitos de mañana

Muchas veces llegamos a preguntamos si el Agro es un sector con potencial en la Argentina y en el Mercosur, y si tenemos ventajas comparativas a nivel regional. Esto es cómo si en los Emiratos Arabes se pregunten si el petróleo que extraen les genera algún valor o si en Chile tienen buenas perspectivas los proyectos ligados al “metal rojo” que es el cobre.

Como segunda inquietud, los argentinos nos preguntamos si el mundo demanda los productos que producimos en Argentina, y si esa demanda es sostenible en el tiempo. Una vez más, yo creo que la respuesta es sí.

Son varias las dificultades que atraviesa el país en medio de la recesión y la crisis. Muchas compañías están perdiendo dinero, las tasas de interés vuelan, se acabó el crédito para los privados y la inflación sigue estando a niveles muy altos. Pese a este cuadro, varios especialistas estiman que si bien para el año próximo el PBI caerá 0,5% habrá una recuperación de la actividad económica a partir del segundo semestre.

Vivimos en el país del cómo y el cuándo, los cuales son dos variables clave a tener en cuenta a la hora de llevar adelante cualquier negocio. Y tener volatilidad cambiaria es muy costoso, de eso no hay dudas.

La megadevaluación que sufrió la moneda este año impactó nuevamente en el saldo de la balanza comercial. Mientras que las exportaciones aumentaron progresivamente a lo largo del 2018, las importaciones se contrajeron con lo cual el país tuvo una balanza comercial positiva.

Los principales incrementos de las exportaciones corresponden a pescados y crustáceos, automóviles y maquinaria agrícola, seguidos de harina y pellets de la extracción del aceite de soja, seguidos de combustibles minerales y carne. Podemos asegurar entonces que uno de los sectores que más divisas han generado es la agroindustria.

El sector agropecuario además ha dado comienzo a las labores de la cosecha fina que, en el caso del trigo, se espera que alcance una cosecha de 19,7 millones de toneladas, una de las más grandes de la historia. El Campo Argentino se prepara para romper un nuevo récord en cuanto a producción!!! Muchas consultoras prevén una cosecha superior a las 130 millones de toneladas. En lo que hace a exportaciones de carne, este año podríamos estar exportando 12 kilos per cápita, y esa es una muy buena notica.

El campo posiblemente aporte más del 1,5% del PBI a la economía nacional en 2019 y será el único sector con crecimiento. Pienso que hay pocos sectores que puedan traccionar y dinamizar la economía de Argentina como lo hará el sector Agropecuario, potenciado por una demanda creciente de alimentos a nivel mundial. El campo con la cosecha de trigo a fines de este año y la cosecha de gruesa a inicios del siguiente, podría darnos una gran mano para gambetear la “crisis”.

Estamos en un momento bisagra, un punto de inflexión para poder entre todos salir de esta situación que tanto nos aflige. Pareciera que los propios argentinos no tenemos confianza para invertir, consecuentemente los extranjeros adoptan el mismo camino que los locales. Las políticas de largo plazo son indispensables para optimizar el potencial que el Campo en su conjunto tiene de aquí a los próximos años, con todo lo que ello implica para el país.

Cada uno debe, desde el lugar donde le toque, redoblar el esfuerzo. Trabajar el doble para ganar la mitad. Dar el ejemplo. Evitar los atajos que nos alejan de las buenas prácticas. Apoyar a quien pierda la esperanza. Los esfuerzos que hoy se realizan darán sus frutos en 2019. Cada acción suma, cada gesto contagia en el sentido que le demos. Esfuerzos hoy, triunfos mañana.

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