Todas las entradas de: Hilario Bonizzoni

Unidad Económica Agropecuaria y su Utilidad en la Aplicación de Políticas Agrarias

La determinación de la Unidad Económica Agropecuaria, también conocida como U.E.A.,  refleja un aspecto fundamental a la hora de determinar políticas agrarias y sociales para una determinada región. La U.E.A.  se define como Seguir leyendo Unidad Económica Agropecuaria y su Utilidad en la Aplicación de Políticas Agrarias

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El Rol de los Fertilizantes en la Agricultura, y en el crecimiento de la humanidad

Cuando hablamos de crecimiento poblacional en nuestro mundo, es evidente que el mismo está ligado de manera directa a una mayor producción de alimentos. Hasta mediados del Siglo XX, dicho crecimiento fue a expensas de la incorporación de nuevas tierras arables (la población aumentó un 40% mientras que la tierra arable se incrementó un 75%). Pero ya en la segunda mitad, la cuestión se mostró de manera distinta: La población mundial siguió su crecimiento, de hecho pasó a mostrar una tendencia  creciente exponencial; se habla de un fenómeno de explosión. Seguir leyendo El Rol de los Fertilizantes en la Agricultura, y en el crecimiento de la humanidad

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Rentabilidad + Sustentabilidad = Satisfacción. ¿Es posible?

En la actualidad, como bien escuchamos en la radio o leemos en los diarios, está claro que vivimos en un mundo cambiante. Un mundo en el que la población mundial crece día a día, en el que los seres humanos cada vez somos más exitosos en nuestro proceso de expansión y ocupación del planeta. Sabemos que hay una demanda creciente de alimentos todos años y hasta incluso vemos cambios en los paradigmas de alimentación, principalmente en algunas culturas del Lejano Oriente. Quizás hablar de que nuestra Argentina cuenta con grandes capacidades para satisfacer esa demanda en cantidad y también en calidad, sea historia conocida…

Nuestro planteo hoy es diferente, vamos a ver una serie preguntas: Cómo podemos satisfacer esa demanda siendo rentables como argentinos y al mismo tiempo, cómo hacemos para preservar el medio ambiente? Es posible cuidar el entorno en el que vivimos para nuestras próximas generaciones? A priori, rentabilidad y satisfacción de esa demanda vs. Sustentabilidad se presentan como sucesos mutuamente excluyentes. Pareciera que tomar una postura, implica resignar la otra alternativa. Ahora bien, sin dudas son preguntas que no se responden en el corto plazo, pero está claro que plantean un gran desafío para el mundo que está por venir.

Hoy vamos a centrarnos en una herramienta, que probablemente nos permita alcanzar nuestro objetivo: La Microbiología. Se siente como una palabra poco amigable, que la mayoría de nosotros rara vez utilizó. En resumen, lo que hace la Microbiología es tomar un organismo vivo (un hongo, una bacteria) y asociarlo a otro ser vivo (en esta caso, tomemos una planta). En esta asociación podemos generar no más ni menos que una simbiosis que es una relación indispensable para la vida, para las dos partes involucradas. Por un lado, la bacteria  puede fijar fósforo o nitrógeno de la atmosfera y luego hacer un aporte de estos nutrientes fundamentales a la planta. Ahora bien, la bacteria no regala nada. La planta es capaz de aportar diversos hidratos de carbono a la bacteria, los cuales representan el combustible vital para que esta última pueda desarrollar los procesos fundamentales para la vida. Ejemplos de estas relaciones, hay múltiples, muchas veces la bacteria incluso hace aportes de biofungicidas o bioinsecticidas.

Este relación entre los dos organismos, proporciona a la planta protección, crecimiento, desarrollo y demás, lo que otorga al productor no más ni menos que rendimientos. Además, nos permite ahorros en costos como fertilización y fumigación entre otros, que además no nos olvidemos que van atados a los aumentos en fletes y gas-oil. La microbiología también es una clara herramienta de protección al ambiente,  cuidando la estructura de nuestro suelo y nuestras fuentes de agua; en fin, nuestros recursos que tan valiosos son. La Argentina no solo cuenta con condiciones agro-climáticas privilegiadas sino también que tiene tecnología agrícola de punta. Es inmenso el potencial de desarrollo que tenemos en cuanto a genética y microbiología, las cuales son variables que cada vez toman mayor importancia en el camino a satisfacer el hambre del planeta, obtener nuestros beneficios como productores y preservar la naturaleza.

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La vuelta de un grande

Estamos comenzando un año que sin dudas marcará el inicio de un nuevo ciclo para el campo y por supuesto para nuestro país. Una etapa con un panorama más claro desde el punto de vista político y económico, en la que pareciera ser que finalmente, se avecinan buenos tiempos.

Desde el punto de vista de la Ganadería, está claro que la misma ha venido golpeada por la macro a lo largo de estos últimos años. En nuestro país, hemos sufrido una fuerte caída del stock ganadero y de las exportaciones mientras que en paralelo, otros países productores crecieron notablemente en el sector capitalizando las oportunidades que el mundo nos presenta: Un mundo en el que la población mundial crece día a día y en el que es evidente un aumento de la demanda de alimentos; donde los cambios en los paradigmas de alimentación pisan cada vez más fuerte, sobre todo en los países del Lejano Oriente los cuales tienden hacia un mayor consumo de proteína animal.

Ahora bien, en Diciembre del año pasado, el Gobierno anunció una serie de medidas que apuntan a fortalecer al sector ganadero para recuperar el terreno perdido e impulsar la economía de nuestro país en estos tiempos tumultuosos. La eliminación de los cupos de exportación, el sinceramiento del tipo de cambio y la quita de retenciones parecen marcar el comienzo de esta nueva etapa. No nos olvidemos de que la actividad ganadera vacuna constituye uno de los sectores más tradicionales de la actividad económica en Argentina. Sin dudas es de suma importancia para la Argentina, principalmente por su rol generador de divisas y sobre todo dentro de este contexto, en el que la necesidad de entrada de dólares al país es un tema que ocupa nuestras cabezas en el día a día y es protagonista incluso en cualquiera de nuestras charlas de café.

Si hacemos una analogía con nuestro bien querido fútbol, parece que hemos cerrado el “partido de ida” con un resultado complicado, varios jugadores lesionados, internas en el vestuario y sin haber jugado de la mejor manera. Pero ahora la historia parece ser distinta: Vamos a jugar de local, con un Equipo motivado y con otros aires. Nuevamente, los dos protagonistas de esta historia, Productores y Gobierno, reafirmaron su vínculo y todos sabemos que su complementariedad es realmente única a la hora de patear para delante. Es evidente que se está re-impulsando un sector estratégico y vital de nuestra economía para dar vuelta el resultado y avanzar a la siguiente fase. La Ganadería es de esos jugadores históricos que hasta los chicos conocen, los cuales vuelven para jugar a lo grande.

Obviamente que tener un gran Equipo no es suficiente, “hacer la plancha” y conformarnos con lo que ya tenemos sería una de las peores decisiones en este mundo que progresa a una velocidad incalculable. La Ganadería ahora también estará favorecida por precios interesantes (la apertura de exportaciones proporciona notables aumentos en la demanda y por la caída del stock, hay poca capacidad para abastecerla). Es el momento para refinarse y dar el salto de calidad aprovechando las oportunidades que provee el contexto; avanzando en el plano institucional, limando asperezas entre los distintos integrantes de la cadena, controlando los márgenes de comercialización, mejorando los sistemas pastoriles en cuanto a tecnología de forrajes y estudiando a fondo las distintas líneas genéticas para obtener lo mejor de ellas.

Parece ser que la Ganadería se viene con todo; la vuelta de un jugador histórico de esos queridos por todos, a este Equipo que tiene ganas de ir por mucho más…

agronegocios, fideicomiso,

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Conservación de Forrajes: Alternativa de Manejo

La actividad ganadera vacuna constituye uno de los sectores más tradicionales de la actividad  económica en Argentina. El sector ganadero sin dudas es de suma importancia para la economía, principalmente por su rol generador de divisas. Al mismo tiempo, la carne vacuna se manifiesta como un típico ¨bien salario¨, debido a su notable participación en la canasta familiar. Uno de los pilares de la producción ganadera, es la composición del sistema pastoril, el cual suele estar constituido por plantas forrajeras.

Conocemos como forrajes a las plantas que pueden ser utilizadas para la alimentación de los animales a campo. Dentro de este grupo, podemos agrupar a las plantas integrantes dentro de dos familias: Las leguminosas como por ejemplo trébol o alfalfa mientras que por otro lado tenemos a la familia de las gramíneas, como pastos, cebadillas, etc. Las leguminosas suelen ser más ricas en proteínas mientras que las gramíneas muestran mayor abundancia de hidratos de carbono. Para una alimentación óptima suele utilizarse una combinación de ambos tipos de plantas para cubrir así todos los requerimientos de nutrientes y energía del animal. En ocasiones, estas plantas son cosechadas y pueden ser conservadas para épocas en las que por cuestiones ambientales la pastura muestra deficiencias, como por ejemplo el invierno.

El ensilado es utilizado como un sistema biológico de conservación del forraje. Durante este proceso, el material cosechado sufrirá cambios gracias a la acción de distintos microorganismos, los cuales generarán condiciones que imposibilitarán cualquier tipo de actividad biológica. De esta manera, el forraje podrá conservarse en el tiempo sin sufrir alteraciones en su calidad. Es importante tener en cuenta que la técnica del ensilado no es un método mejorador de la calidad, sino que es conservador.

Como primera medida, el forraje es cosechado y ubicado en el sitio de ensilado. El material, suele poseer hidratos de carbono de rápida digestión, los cuales en poco tiempo son digeridos por los microorganismos existentes en la muestra a dióxido de carbono. Los microorganismos degradan estos hidratos de carbono para obtener los nutrientes y energía necesarios. Esta degradación ocurre al igual que en los humanos: En presencia de oxígeno (proceso que comúnmente llamamos respiración). Es importante que en el manejo, el productor tienda a reducir el tiempo de esta etapa de respiración dado que la actividad respiratoria de los microorganismos, genera bajas en el valor nutritivo del forraje: Hay hidratos de carbono de rápida digestión que son degradados y los mismos ya no van a estar disponibles en el forraje cuando se alimente a los animales. En síntesis, la primer etapa del ensilado suele bajar la calidad del material! Para reducir el tiempo de esta etapa, no es que se necesitan menos microorganismos o una menor cantidad de forraje. La solución es reducir la cantidad de oxígeno disponible rápidamente para evitar esta respiración que nos complica las cosas. Para ello, es importante compactar adecuadamente el forraje cosechado y elaborar un adecuado cierre hermético del sistema de ensilado.

A medida que se avanza en el tiempo, comienza a desarrollarse la segunda etapa: Fermentación. Los microorganismos fueron degradando los hidratos de carbono de rápida digestión, consumiendo oxígeno, pero a fin de cuentas este último comienza a ser limitante. Las bajas en la concentración de oxígeno fomentan el desarrollo de otro tipo de microorganismos conocidos como bacterias lácticas. Estas últimas pueden realizar la actividad degradadora más allá de que el oxígeno no esté presente. En ausencia de oxígeno, nosotros los humanos enfrentamos una difícil situación, pero estos microorganismos pueden realizar un proceso alternativo a la respiración, que se conoce como fermentación láctica. Esto quiere decir que los hidratos de carbono son degradados finalmente a ácido láctico en vez de obtener como producto final dióxido de carbono como ocurre en la respiración. El ácido láctico tiende a reducir el pH de ensilado a un valor cercano a 4. Este valor de pH tan bajo, hace imposible cualquier tipo de actividad biológica, y en este caso puede decirse que se alcanzó la tercer etapa: La estabilización. Mientras que evitemos la entrada de agua y de oxígeno, no habrá actividad degradadora y la calidad de nuestro forraje se mantendrá por años!

Pero entonces, cuales son los requisitos para lograr una buena estabilización y mantener así la calidad del forraje:

  • Primero que nada es importante tener bacterias lácticas en la muestra de forraje cosechada; en caso de contar con un número reducido, las mismas pueden ser adicionadas.
  • Suficiente cantidad de hidratos de carbono de rápida degradación en el forraje. Si el nivel de estos azúcares es bajo, puede que la actividad de las bacterias lácticas se encuentre limitada. Así la disminución de pH en primer lugar no sería rápida como se desea y al mismo tiempo, está atenuada. Generalmente en leguminosas, el contenido de hidratos de carbono suele ser menor y la disminución de pH no llega a 4 sino que ronda el valor de 5,5. Este número no representa un valor que inhiba la actividad biológica sino que por el contrario, fomenta el desarrollo de un género particular de bacterias: Clostridium. Estas bacterias complican el panorama dado utilizan el ácido láctico como fuente de materia y energía degradándolo a ácido butírico, el cual otorga muy mal olor al forraje y disminuye su aceptación por parte del ganado. Como medida, suelen utilizarse aditivos de hidratos de carbono para evitar la aparición de Clostridium y fomentar así una rápida baja de pH por parte de las bacterias lácticas.
  • Condiciones de falta de oxígeno. Como se mencionó, un correcto compactado del material y un adecuado cierre hermético, hacen que disminuya la concentración de oxígeno. Es importante cumplir con este requerimiento por dos cuestiones. En primer lugar, para disminuir el tiempo de la primer etapa de respiración y por otro lado, para favorecer rápidamente la proliferación de las bacterias lácticas protagonistas.
  • Temperatura y Humedad adecuadas. Un exceso de las mismas puede fomentar la actividad no deseable de Clostridium.
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