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Revolución Energética: La oportunidad para la Argentina

Las nuevas tecnologías están redefiniendo el consumo eléctrico a nivel mundial, y el principal personaje de este boom son las energías renovables. Denominadas como aquellas fuentes energéticas basadas en la utilización del sol, el viento o la biomasa vegetal o animal, entre otras; que utilizan recursos capaces de renovarse ilimitadamente. Éstas alternativas pueden suponer un gran crecimiento para la Argentina, y los motivos están sumamente fundamentados.

En el noreste del país se ubica una de las zonas de mayor radiación mundial, y es por esto que se la conoce a Argentina por contar con radiación Solar World Class. El desarrollo de la energía solar puede utilizarse para calentar agua, calefaccionar o para la generación eléctrica, sus usos son ilimitados.

También contamos con la Patagonia, donde los excelentes regímenes de vientos pueden ofrecer grandes oportunidades para el campo de la energía eólica. La dirección, la constancia y la velocidad del viento son tres variables que presentan un máximo en forma casi simultánea, creando una de las zonas con mayor potencial eólico del mundo.

Por último, en las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos y Santa Fe se concentran la mayor cantidad de los proyectos presentados para aprovechar las fuentes biomásicas, donde la misma crece con productividades altísimas. El término “biomasa” abarca una variada serie de fuentes energéticas: desde la simple combustión de la leña para calefacción hasta las plantas térmicas para producir electricidad, usando como combustible residuos forestales, agrícolas (como la chala y el marlo) o ganaderos. Se elabora aceites, etanol y biodiesel; y aun así, queda mucho potencial en materia de aprovechamiento de desechos de cosecha. Una de las características más importantes para la utilización de esta tecnología, es que la biomasa es más barata y genera menos emisiones por su forma de combustión.

Como sociedad tendemos a ver el vaso medio vacío, pero no somos conscientes del potencial que nuestro país nos ofrece. Pocas veces la ecología y los negocios convergen cómo está sucediendo en la actualidad, y debemos ser nosotros quienes aprovechemos estas nuevas tecnologías que están redefiniendo el consumo eléctrico a nivel mundial. El ministerio de energía y minería de la nación se comprometió a que en el año 2025 el 20% de la oferta eléctrica esté cubierta con energía renovable ¿parece ambicioso? Los primeros años en la implementación de estas prácticas pueden ser desafiantes, sin embargo, una vez que los conocimientos son aprendidos, el desarrollo se acelera a pasos agigantados. En el futuro, la energía verde absorberá gran proporción de las inversiones relacionadas con la generación de energía eléctrica ¿Serás parte de ella?

Ayer, hoy, mañana y como siempre, de la mano del Campo

Se pronostica una cosecha agrícola 2018/19 récord y un escenario favorable para el Agro Argentino. ¡Muchas consultoras prevén una cosecha superior a las 140 millones de toneladas!

Los americanos han comenzado a tener problemas con la recolección de la soja y el maíz. Daría la impresión que los precios van a escalar a la suba. Lo mejor pasa por el maíz que está para una escalada alcista y la proteína cárnica sigue con alta demanda. Sobra soja en Estados Unidos y en América Latina los chinos pagan un plus muy alto para no comprar en Estados Unidos, en el marco de la guerra comercial que llevan adelante con Trump.

Respecto al trigo, no se espera que crezca mucho dado que la seguía no afectó a este cultivo la campaña pasada. Ya se vendió el 85% de la producción ya sea para exportadores o para la industria molinera. Así, la comercialización de trigo en la Argentina avanza sin pausa y el precio ha llegado a superar los U$D 200/ tn.

En lo que hace a exportaciones de carne, este año podríamos estar exportando 12 kilos per cápita, y esa es una muy buena notica. Hay pocos novillos, y esto genera alta demanda y consecuentemente un mayor precio. Se está exportando mucho cerdo, la devaluación dejó con un precio muy competitivo a la carne porcina, todo sube, y dejamos de mirar la importación para mirar al mundo.

Los buenos pronósticos climáticos y el dólar alto, fomentan las inversiones en el sector Agroindustrial ante un escenario que como dijimos, luce muy favorable.

El campo posiblemente aporte más del 1,5% del PBI a la economía nacional en 2019 y será el único sector con crecimiento. Pienso que hay pocos sectores que puedan traccionar y dinamizar la economía de Argentina como lo hará el sector Agropecuario, potenciado por una demanda creciente de alimentos a nivel mundial. El campo con la cosecha de trigo a fines de este año y la cosecha de gruesa a inicios del siguiente, podría darnos una gran mano para gambetear la “crisis”.

Sin embargo, resulta fundamental que como país podamos capitalizar más todavía las ventajas comparativas que tenemos. La Argentina tiene el clúster productivo oleaginoso más competitivo del mundo, más competitivo que Brasil e incluso que EE.UU. El desafío es lograr maximizar el potencial que tenemos como sector. Si a estas ventajas le sumamos “inversión”(en infraestructura por ejemplo, para lograr reducción de costos, de tiempos, mayor eficiencia operativa, etc), “institucionalidad y reglas de juego claras”, “mayor predecibilidad”, indudablemente nos podremos volver a encausar en el camino del desarrollo y crecimiento que tanto necesitamos.

Estamos en un momento bisagra, un punto de inflexión para poder entre todos salir de esta situación que tanto nos aflige. Las políticas de largo plazo son indispensables para optimizar el potencial que el Campo en su conjunto tiene de aquí a los próximos años, con todo lo que ello implica para el país.

A las habilidades o recursos con los que uno cuenta, y que muchas veces vienen dados, debemos generarles un marco para que expresen su potencial. Esperemos que como argentinos podamos hacernos cargo de lograr el país que tanto queremos. De cada uno de nosotros depende.

El Estado recauda $61 de cada $100 que produce una hectárea

El peso del Estado en la economía es uno de los reclamos más habituales que suelen escucharse entre el empresariado argentino. Y, sobre todo, en el campo, sector al que, además, se le suelen cargar tributos especiales, como las retenciones a la exportación. Tanto las creadas luego de la crisis de 2001 como las actuales, de $3 por cada dólar exportado, que la Administración Macri puso al sector, como parte de su batería de medidas para alcanzar el objetivo de déficit cero.

Un estudio de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA) le puso cifras a este peso. De acuerdo con el índice de medición de septiembre de la entidad, de cada $100 de renta que genera una hectárea agrícola, el Estado recauda $61.

El índice marca un incremento de 5 puntos, puntualiza el informe, debido a los derechos de exportación, combinados con la baja de precios y amortiguados por la suba del tipo de cambio que se registró en las últimas semanas.

Según FADA, la medición de septiembre de 2018 marca una participación de los impuestos sobre la renta agrícola del 60,9%, para el promedio ponderado de los cultivos de soja, maíz, trigo y girasol.

En otros términos, esto significa que, de cada $ 100 de renta -es decir, el cálculo de ingresos menos los costos de producción- que genera una hectárea agrícola, $ 60,90 va a parar a las cuentas de los distintos nivele de gobierno (Nación, provincias, municipios).

El peso de la mano del Estado es distinta según el negocio, aclara el informe. Mientras que el 60,9% es un promedio ponderado de cultivos a nivel nacional, la participación en la soja es del 67,7%. En tanto, el Sector Público recauda el 55,6% de lo que genera una hectárea de maíz, un 48,1% del trigo y un 62,2% del girasol.

Los investigadores, dice el estudio, atribuyen el incremento de la participación del Estado en la renta agrícola por el restablecimiento de los derechos de exportación que decidió el Gobierno nacional durante el mes pasado. Esto, además del impuesto porcentual que tributa cada cultivo, gravó con $3 por cada dólar exportado a los productos del sector. «En tanto, la suba que se dio en el tipo de cambio ayudó a disminuir el impacto de los nuevos derechos de exportación, a pesar de que gran parte de los costos agrícolas se encuentran dolarizados», sostuvieron los autores del informe.

Añadieron que «el mayor efecto de los nuevos derechos de exportación en maíz y girasol, fue menor en soja, porque el incremento fue menor, y en trigo, por fortaleza del precio y la baja generalizada de precios disponibles en dólares con respecto a junio».

«La combinación de estos factores, hizo que crezca el índice, del 55,8% relevado en junio, al actual 60,9%. Este incremento de 5 puntos es explicado por los derechos de exportación, combinados con la baja de precios y amortiguados por la suba del tipo de cambio», sintetizaron.

Fuente: https://www.apertura.com/contenidos/2018/10/01/noticia_0010.html

Infografía: http://fundacionfada.org/informes/indice-fada-septiembre-2018-609/

Una respuesta a las necesidades del campo agrícola: 
Paisajes Multifuncionales


Hace ya unos años que se comenzó a priorizar la necesidad de cuidar la biodiversidad en los campos, con el fin de dar respuesta a las necesidades de la cadena alimenticia para brindar más y mejores alimentos. Un proyecto que ha tomado gran protagonismo es el denominado “Paisajes Multifuncionales” el cual permite a los productores utilizar las zonas no productivas de sus lotes para promover las colonias de insectos polinizadores a través de su biodiversidad. Generalmente, en Argentina carece la diversidad de flora en los campos, por lo cual se dificulta que los polinizadores sobrevivan y actúen sobre los cultivos. Al implementar el programa, se busca fomentar vegetaciones nativas y la generación de paisajes con el objetivo de brindar un mejor producto al mercado.

De esta manera, Syngenta y Aceitera General Deheza (AGD) con el apoyo del Conicet, implementarán dicho programa con tres pasos desarrollados para mejorar las colonias de polinizadores y la biodiversidad. Primero el Conicet visita los lotes a trabajar y determina el lugar adecuado, luego se deja que la vegetación nativa crezca con un manejo mínimo. Ya que se busca la creación de flora autóctona de la zona, para que sea sustentable y no requiera de grandes cuidados para su preservación. Y por último, se mide la cantidad de polinizadores y las variedades de flora.

El doctor Marcelo Aizen, de la Universidad de Comahue e investigador del Conicet, afirma que más del 90% de las plantas depende de los polinizadores, incluidos los cultivos a nivel mundial. Por lo cual, es de esperarse que los productores consideraren la posibilidad de dar más importancia a esta temática para mejorar el rendimiento de los cultivos y su calidad. “De forma indirecta, los polinizadores son responsables de semillas, vitaminas y nutrientes, pasturas, producción de productos no maderables y plantas medicinales. A pesar de sus diversas funciones, suele hablarse de una sola especie de polinizadores, pero lo cierto es que existe una gran diversidad. Por ejemplo, sólo en abejas hay más de 20 mil especies”, señala. Los estudios indican incrementos de más del 20% en cultivos preferidos por los polinizadores (girasol, alfalfa y colza), y un porcentaje levemente menor en demás cultivos.

Resulta fundamental valorar estas posibilidades en los campos, ya que hacen los cultivos más eficientes, se genera una mejor fertilidad en los campos y se recupera más tierras para cultivos, ayuda a que la biodiversidad florezca y se fortalecen los pequeños productores a adoptar y mejorar prácticas de rotación de cultivos, a fin de posibilitar el incremento de su productividad.

El Campo y su propia Gloria

Mientras en estos días los Cuadernos Gloria han retomado su vigencia, en el vértice opuesto a esta corruptela, el campo argentino sigue trabajando por su propia Gloria y para darse mucho más que una revancha.

Después de la sequía de la campaña pasada vamos con todo en la búsqueda de un nuevo récord productivo. Todas las condiciones se están dando en el país para tener una cosecha 2018/2019 en niveles de excelencia. El número a superar es de 137 millones de toneladas sumando todos los cultivos, desde la descomunal producción de soja, maíz y trigo en ese mismo podio, y completando los primeros lugares de la grilla con el girasol, el sorgo, la cebada, el arroz y otros.

Alcanzamos este récord anterior en la campaña 2016/2017 con condiciones muy favorables, no sólo en lo climático, sino que fue la primera campaña con el nuevo marco regulatorio sin retenciones ni derechos de exportación que le pisaban el freno a la producción.

Con el motor en marcha durante la segunda vuelta, la campaña 2017/2018 cuando todo estaba dado para tener otro giro extraordinario, nos pegó la sequía que impactó negativamente con una pérdida algo superior al 30% en términos generales de actividad. De lo malo, lo bueno, esta sequía y perdida de actividad, justo a 10 años de la famosa resolución 125, nos dio la oportunidad de mostrar a la sociedad en su conjunto, y especialmente a nuestros dirigentes políticos, la importancia del sector como motor económico y de desarrollo social para el país.

Iniciamos una tercera vuelta. Arrancamos ya con la siembra de trigo para la revancha, la recuperación, y me atrevo a decir con cierto optimismo, también para un nuevo récord, las primeras proyecciones para este cultivo dan algo superior a los 20 millones de toneladas, maíz podría superar las 45/50 millones y soja manteniendo su performance anterior cercano a los 55/60 millones de toneladas, agregando los otros cultivos de la grilla, alcanzar la nueva marca de 140 millones totales no está tan lejos de las posibilidades.

Los pronósticos climáticos indican una temporada con buenos regímenes de lluvia (Niño) y si bien los precios de los granos se han movido en la pizarra tanto para arriba como para abajo, la ecuación final es bastante alentadora. Riesgos y amenazas siempre existen, por eso este año la financiación es clave, después de una campaña seca (en todos sus aspectos) como la anterior, al menos la tormenta de incertidumbre con respecto a inflación y dólar ya están más claros, no porque sean buenos en sí mismos, sino porque podemos converger a un número verosímil y proyectar mejor.

El campo va por su Gloria en esta nueva campaña, no sólo para sostener el nivel de actividad, contribuir con casi el 15% de la recaudación impositiva, generar 1 de cada 3 nuevos empleos, ni para aportar el 60% de las divisas de exportación al país; el campo va por la Gloria, por la revancha, la recuperación y el record, porque es la forma en la cual creemos y sabemos trabajar con abnegación y honradez, mientras la Gloria de otros se discute en los Tribunales.