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La Economía Circular y su creciente presencia en los Negocios actuales y futuros

Cada vez resulta más habitual hablar de iniciativas empresariales que buscan algo más allá del beneficio económico. Comenzamos hablando de Responsabilidad Social Corporativa (RSC), para ir inventando poco a poco conceptos como Inversión Socialmente Responsable, Inversión de Alto Impacto, Benefit Corporation (Bcorp), Economía Circular y Economía del Bien Común, que parece que es una de las últimas tendencias en este campo.

En todos los casos subyace la idea de que la rentabilidad económica no puede ser el único aspecto que influya en la toma de decisiones a la hora de definir las estrategia que debe tener una empresa, sino que debe haber otros aspectos relacionados con el entorno de la empresa que también se tengan en cuenta, como puede ser el impacto de su actividad en el medio ambiente, en la sociedad o en las personas que forman parte de la misma.

La Economía Circular es un concepto económico relacionado con la sostenibilidad y tiene como objetivo lograr que el valor de los productos y los recursos naturales como el agua, la energía y los materiales se mantengan en la economía durante el mayor tiempo posible y que, además, se produzca la mínima generación de residuos.

La economía circular se presenta como un sistema de aprovechamiento de recursos donde prima la reducción, la reutilización y el reciclaje de los elementos

¿Producir, usar y tirar? No, reducir, reusar y reciclar. El paradigma del actual modelo económico lineal podría estar llegando a su fin y su lugar será ocupado por la economía circular.

Es necesario cambiar la forma en la que actualmente producimos y consumimos.

Gracias a este planteamiento la Economía Circular se convierte en una fuente de riqueza, ya que los residuos que unos habían descartado se convierten en recursos de los cuales pueden sacar provecho otros. De esta manera, a medida que esta idea toma mayor relevancia en la actualidad y en los tiempos que vienen, se desarrolla un nuevo ecosistema que vincula a todos los actores, y permite la articulación entre cada uno de ellos, logrando así las eficiencias necesarias para que la rentabilidad de este nuevo modelo sea creciente, y ello acelere su penetración y adopción en el sector empresario, a la vez que genera nuevos empleos y desarrollo. Este proceso es necesario y fundamental si se busca la sostenibilidad del modelo de negocio vinculado a la Economía Circular, siendo fundamental la participación de todos los actores de la cadena de producción y consumo, desde quien produce materias primas, quien las industrializa, quien las recicla, y los consumidores, cuyas exigencias en dicho sentido sean cada vez mayores, valorando como un producto diferencial aquel que cumple con este concepto.

El éxito y velocidad en la incorporación del concepto de Economía Circular en los Negocios actuales y futuros, depende de todos y cada uno de nosotros.

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Invertir en Startups

Por: Ana Callero, Directora de Inversiones ADBlick Agro.

Captar talento, apostar por emprendedores que van más allá de sus límites, ser colaborativos y detectar aquellos proyectos tecnológicos que aporten mayor valor a la sociedad. Las startups están en la mira de muchos inversores. 

Sin embargo, elegir la startup más adecuada no siempre es fácil. Además, el inversor debe ser consciente de que es una inversión que conlleva importantes riesgos. ¿Es posible entonces gestionar una rentabilidad atractiva e invertir en este tipo de empresas de manera exitosa? 

Las dos características de un startup desde la perspectiva de la conformación del portafolio es el alto y cierto riesgo y el alto potencial de retorno, mucho más elevado que el exigido a otro tipo de empresas o activos. 

Con independencia de la motivación del inversor -ya sea conocer un sector pionero en términos tecnológicos, entender una industria incipiente o simplemente aportar experiencia y conocimiento a un proyecto o apostar al mundo de la innovación -, lo cierto es que este tipo de inversiones siempre tiene una expectativa financiera que justifica la inversión, lo que debe evaluarse de una forma deliberada y sistemática.

¿Entonces, cuáles son las claves para invertir en un startup?

  • Los emprendedores: según los expertos, ésta es la llave de la felicidad. El equipo debe tener condiciones técnicas balanceadas y complementarias: profesionales apasionados que deben conocer de la tecnología y del mercado, pero sobre todo deben ser resilientes como un junto que se dobla pero no se quiebra. Además, el equipo emprendedor debe estar bien motivado: no debe empujarlos la idea de un batacazo económico, – porque la chance de hacerlo es muy baja y el trabajo muy duro- sino un propósito muy arraigado en la misión de la empresa y la solución disruptiva que vienen a aportar en un mercado determinado.
  • Mercado suficientemente capaz de ser ¡enorme!. La empresa tiene que tener la capacidad de multiplicar al menos por diez su tamaño y de convertirse en global o regional, por lo menos.
  • Necesidades reales: no todas las ideas son brillantes, ¿la necesidad que resuelve la nueva compañía es realmente adecuada, consistente, tiene valor agregado y es sostenible en el tiempo? Debe tener potencial para convertirse en una solución económica, de bajo costo.
  • ¿Hay algo de gestión por ahí? Es poco probable que los emprendedores sean todo lo prolijos que deseamos o tengan la información legal y financiera que podemos esperar de una corporación. Sin embargo, es importante detectar si los fundadores son capaces de medir su trabajo y sus resultados, para entender cómo analizan las oportunidades de cambio y la potencialidad de los golpes de timón, que eventualmente serán necesarios, así como la capacidad de profesionalizarse con el devenir del tiempo.
  • Una ficha pequeña: no intente tomar control de una startup: cuando los problemas comiencen – y los habrá- y el equipo deba trabajar 18 horas diarias, sabrán que la compañía no es suya.

Para tomar una decisión de inversión en el caso de las startups no hay que minimizar las pérdidas, sino maximizar las ganancias. Si nos interesa asumir el riesgo, es mejor considerar que hay que buscar la compañía a la que mejor le puede ir, y no aquella a la que menos mal le pueden salir las cosas. 

Los números difícilmente nos mientan y hay una alta probabilidad de que la inversión no salga bien. De hecho, las estadísticas indican que nueve de cada diez inversiones no resultan como esperamos.

Pero… ¿todo emprendimiento es una Start-up? 

Definitivamente no! Nos referimos a empresas en etapa temprana basadas principalmente en innovación. Tienen en su ADN un fuerte contenido disruptivo o tecnológico, capaz de transformar la forma de proveer un servicio o modificar un vector clave en un mercado o industria. Además, deber ser susceptibles de escalar rápidamente y a nivel global, capturando una oportunidad en la que aún no hay líderes o actores consolidados.

El negocio del inversor es multiplicar o perder. La motivación debe estar dada por aprender y participar de un motor de disrupción y creación de valor económico. Anímese! Los océanos azules no están tan lejos!

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La innovación y la apertura, verdaderos motores del crecimiento y el bienestar

Por Andrés Guaragna
Resumen de un documento completo de diciembre de 2017. Todas las fuentes de datos son verificables y se encuentran disponibles. Los valores absolutos corresponden a año 2017 o anteriores, pero no invalidan las conclusiones del análisis.

Riqueza, felicidad y bienestar

La generación de riqueza es el motor de bienestar para las personas. La riqueza puede ser definida como “la abundancia de recursos materiales e inmateriales, también la posesión colectiva o posesión individual de bienes y activos financieros, por lo general concretados en forma propiedades (bienes muebles e inmuebles)”. La riqueza de las naciones puede medirse por el PBI, la de los individuos por la renta per cápita.

Más recientemente han proliferado mediciones de bienestar y de felicidad de la población. Y es justo asumir que en el largo plazo lo que anhelamos es que más gente sea más feliz y no necesariamente que sea más rica. Sin embargo una cosa no está disociada de la otra: partiendo de los países más pobres (en términos de PBI per cápita) la felicidad va creciendo a medida que el PBI crece, al menos en los primeros cuatro quintiles (80%) de la segmentación de la riqueza, porque en el tramo final decrece.

La innovación y la apertura, verdaderos motores del crecimiento y el bienestar

Crecimiento poblacional y distribución de la riqueza

Con una población mundial que se duplicó en los últimos 50 años (hoy somos aproximadamente 7 mil quinientos millones de habitantes), y que se concentró en zonas urbanas (54% de la población vive en zonas urbanas, mientras en 1950 sólo el 30%), mantener satisfechas las necesidades básicas de las personas es un desafío creciente, y su éxito tiene un impacto directo en el bienestar general, aumentando la expectativa de vida, los indicadores de calidad de vida y minimizando tensiones tendientes a generar enfrentamientos bélicos.

La innovación y la apertura, verdaderos motores del crecimiento y el bienestar

La riqueza del mundo es la suma de la riqueza de sus naciones. Los gobiernos asignan mediante políticas públicas parte de esas riquezas y el resto es el resultado de la interacción directa de los individuos en un marco regulado por el Estado.

¿Por qué hay países ricos y países pobres?

La pregunta clave es cuáles son las variables que mejor explican el PBI per cápita. La naturaleza de la pregunta es compleja, y la respuesta exacta requiere de varios ángulos. A continuación un listado de las variables que estudiamos como posible explicación y luego un resumen de los hallazgos:

Disponibilidad de recursos: 

  • Superficie de los países y densidad poblacional.
  • Recursos naturales disponibles.

Factores humanos:

  • Cultura: creencias y estilos de vida.
  • Política: organización, sistemas de gobierno y gasto social.
  • Modernización: apertura al mundo e innovación.

Disponibilidad de Recursos

  • Superficie: Por el lado de la superficie territorial, no hay vínculo directo con la riqueza generada, por el contrario, entre los 10 países con mayor superficie, hay situaciones tan disímiles como la de Estados Unidos (#3 en superficie, #20 en PBI per cápita), India (#7 en superficie, #160 en PBI percápita) o Argentina (#8 en superficie, #87 en PBI per cápita).
  • Recursos Naturales: Ok, no va por el lado de la superficie, pero por ahí el tema es la disponibilidad de recursos naturales en esa superficie. Porque no es lo mismo tener millones de km2 de estepa que de praderas, o tener yacimientos comprobados de petróleo.

Observando 166 países y comparando su PBI per cápita con el nivel de incidencia de sus recursos naturales en la generación del PBI, encontramos un nivel de correlación casi nulo (- 0,02). Es decir, la disponibilidad y uso de los recursos naturales no están determinando el PBI per cápita de los países. Así, por cuanto Estados Unidos o Canadá tienen una vasta extensión geográfica con diversidad de recursos y un nivel interesante de participación de los mismos en su PBI, Rusia (posiblemente el país más rico en recursos en todo el planeta) ocupa el puesto 72 en cuanto a su PBI per cápita. 

Claro, el tema puede ser que una cosa es tener disponibilidad de recursos, y una muy distinta tener un acceso a ellos, y aún una mucho más distintas hacer un uso de ellos en forma creativa, innovadora y con valor agregado. Por ahí viene la cosa, no se trata de los recursos disponibles, se trata de factores mucho más relacionados a la técnica humana sobre esos factores.

Los Factores Humanos

  • Factores Culturales: Las creencias, valores y la cultura en forma amplia de una sociedad, sí tiene efecto sobre su desarrollo en términos de PBI per cápita.

La religión es parte relevante de este conjunto de creencias, aunque no es el único. Considerando a la religión como elemento relevante, se puede observar la relación negativa entre nivel de religiosidad de un pueblo (nación) y riqueza generada por el país que se habita (6). Esto es independiente de la religión dominante en cada geografía.

La innovación y la apertura, verdaderos motores del crecimiento y el bienestar

  • Organización/gobierno: En general podemos considerar que la forma en que las sociedades se organizan a través de distintos modelos de gobierno, determina el foco que se pondrá en distintas áreas de la producción y de la economía. Los gobiernos administran los bienes públicos en pos de facilitar la obtención de aquellos objetivos que son relevantes a la población que representan; o al menos así debería ser.

Ahora bien, un estudio de Harvard sobre inestabilidad política y crecimiento de PBI(8), después de analizar el comportamiento de 113 países entre los años 1950 y 1982 obtuvo por conclusión dos puntos muy interesantes:

  • La inestabilidad política tiene una alta correlación con bajas tasas de crecimiento (0,83), o lo que es lo mismo: a más inestabilidad menos crecimiento.
  • No hay evidencia de que el crecimiento sea significativamente distinto entre regímenes democráticos y autoritarios.
  • Apertura: El KOF Globalization Index (15) usa tres dimensiones para medir que tan “globalizado” está un país: la dimensión económica, la dimensión social y la política. Cada dimensión agrupa un set de indicadores. Y entonces se entiende por “globalización” como el proceso de crear redes de conexiones entre actores a distancias multi continentales mediante una variedad de flujos, incluyendo gente, información, ideas, capital y bienes. Es un proceso que demuele las fronteras nacionales, integra las economías, culturas, tecnologías y gobiernos y produce relaciones complejas de interdependencia mutua.

La innovación y la apertura, verdaderos motores del crecimiento y el bienestar

¿un buen ranking en el Índice de Globalización implica mayor PBI per cápita? Considerando algo más de 100 países, se llegó a un coeficiente de correlación del 81%, lo cual es más que relevante.

  • Innovación: Una forma de dar medida a esta idea, que a la vez engloba muchas otras, es el concepto de Índice de Innovación. No hay una sola fuente y medición sobre esto, pero sí una conclusión común: lo innovador de un país determina fuertemente su riqueza per cápita.

Tomemos el GII (Global Innovation Index 2017) (18), publicado por Cornell-Insead-Wipo con el aporte de varios “thinking partners” y la colaboración de múltiples profesionales de renombre en diversas especialidades y en diversos países. Este índice analiza 127 países a través de 81 indicadores que en términos amplios se dividen en dos grupos: 

1) Facilitadores de la Innovación y 

2) Resultados de la Innovación. 

Es decir, el proceso innovador se entiende como la resultante de determinadas decisiones previas que (¡oh casualidad!) vincula con muchos de los tópicos que hemos revisado anteriormente.

Esta metodología agrupa todas las 81 variables en 4 indicadores clave: 

1) El Global Innovation Index: es el índice global y consolida todas las medidas en una única métrica.
2) Input Subindex: pondera todos los facilitadores de la innovación. 3) Output Subindex; pondera todos los efectos del proceso innovador.
4) Innovation Ratio: Output Subindex/Input Subindex: es una medida de la eficiencia en el uso de los facilitadores (como los esfuerzos en innovar se transforman en más innovaciones).

Aquí lo más relevante: el GII como un todo correlaciona 0.82 con el PBI per capita: es decir: los países que son más innovadores mejoran la calidad de vida de sus poblaciones. Esto significa que el nivel de innovación de un país es un indicador extremadamente fuerte de generación de riqueza. Este indicador junto al de globalización parecen poder explicar el crecimiento del PBI mejor que cualquier otra variable.

El PBI per cápita de los primeros 20 países del ranking de GII quintuplica al PBI promedio lineal global (considerando países) y triplica al PBI total mundial per cápita (PBI mundial dividido población mundial).

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GANADERÍA POST DEVALUACIÓN

Como sabemos la devaluación es un riesgo que corre la mayoría de los negocios e inversiones en pesos. Pero la ganadería es un caso particular ya que, en el mediano plazo, el precio de la carne tiende a seguir al dólar, aunque no siempre de manera lineal. Por ejemplo, en la devaluación de abril/mayo del año 2018 el ajuste fue prácticamente inmediato mientras que en la de agosto del mismo año se demoró casi unos 5 meses.

En esta ocasión el viernes 9/8, último día hábil previo a las P.A.S.O., el tipo de cambio vendedor Banco Nación cerró en $46,2 y tras la derrota del oficialismo, la volatilidad y la incertidumbre caracterizaron la semana posterior. Ello se vio reflejado en el tipo de cambio que marcó su récord histórico operándose alrededor de los $65  y en el riesgo país que retomó valores que no alcanzaba desde el primer mandato de Cristina Fernández, superiores a 1900.

El mercado ganadero también resultó afectado, prácticamente estuvo congelado por unos días, registrándose muy pocas operaciones. Recién hacia el final de la semana se reactivó el sector registrando un alza en el valor de todas las categorías, por ejemplo, la categoría ternero 180-200 kilos tenía un valor de $67 a principios de agosto y hacia el final de la semana pasada se vendieron lotes promediando un precio cercano a los $80.

El lunes 19/8 la moneda estadounidense cerró en $57, es decir una devaluación del 23% en 10 días. Pero, como vimos, la carne ya inició su camino al alza. Si tomamos el valor del INML del 9/8 y del 16/8 obtenemos un ajuste superior al 15% en tan sólo siete días y según algunos referentes del sector, todavía tiene camino por recorrer hacia arriba traccionado principalmente por las exportaciones. Y un detalle no menor es que actualmente el sector ganadero representa un gran volumen de las exportaciones argentinas. Por lo tanto, en los meses que siguen, quien sea el futuro presidente, no va a poder darse el lujo de prescindir de las divisas provenientes de la ganadería.

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¿Y ahora?

Y ahora, seguimos adelante! El campo se reinventa y se adapta como lo hizo siempre. No es su primer rodeo, por cuantos acontecimientos y cambios de gobierno ha pasado ya el sector levantándose en cada oportunidad. Baja de precios internacionales, hiperinflación, recesión, corralitos, cepos al dólar, retenciones y no nos olvidemos de los vaivenes del clima. Cada obstáculo fue superado. Un cambio de administración, si lo hubiere, no será la excepción.

El sector agropecuario jugó un rol preponderante dentro de la economía argentina. Éramos el “granero del mundo” lo cual significaba un importante ingreso de divisas, hecho que aún se mantiene.
Yendo más lejos, con una mirada más integradora, no olvidemos que se trata de un sector fundamental dentro de la industria alimenticia, la cual demanda cada vez más toda vez que la población mundial sigue creciendo.

En momentos como estos, donde la incertidumbre y desconfianza se vuelven protagonistas, los ahorristas e inversores suelen reordenar sus carteras volcándose a activos más seguros. Ya ha ocurrido en crisis anteriores, que la gente ve al campo como una posible diversificación siendo que es asumir una posición en dólares, en un sector que siempre resurgirá dado que es uno de los principales motores del país y teniendo en cuenta que la suba del dólar lo vuelve aún más competitivo a nivel mundial.

Sin perder de vista el resultado de las PASO ni la posterior reacción de los mercados, una vez más el campo demostró que su mirada está puesta en el largo plazo. Tomemos como ejemplo a la Expoagro en la Rural de Corrientes donde, pese al momento macroeconómico de incertidumbre tras la devaluación, el remate ganadero tuvo buenos precios promedios.
En el campo, no importa el sector, se nota el esfuerzo, y el trabajo de la gente. Hay elecciones, devaluación, pasa cualquier evento climático como sequía o lluvia, y la gente sigue porque es su laburo. Le ponen mucha pasión cada cual en su rubro. 

Gustavo Valdés, gobernador de la provincia de Corrientes, aseguró que «es tiempo de hablar del campo, de trabajo y de desarrollo. Hace tiempo, fuimos en una misión a China porque teníamos que llevar nuestros productos, nuestra genética, nuestro campo, lo que a los correntinos nos vuelve orgullosos: nuestra hacienda». El gobernador instó a los productores a que «no bajen los brazos» y pidió: «Hagamos lo que tenemos que hacer, que es producir, trabajar y colaborar unos con otros para sacar adelante a la Argentina».

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