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El campo argentino es una de las industrias más competitivas del mundo

Al momento de pensar dónde invertir nuestros ahorros, son muchas las preguntas que nos surgen: ¿Cómo destinarlos? ¿Cómo diversificarlos? ¿Cuál es el mejor momento? Hace unas semanas el diario El Economista dialogó con Sebastián Bollier, Gerente General de ADBlick Granos, donde pudimos responder varias de estas preguntas.

Es un buen momento para invertir en el agro, por varias razones. El campo argentino es una de las industrias más competitivas del mundo porque puede generar proteínas y energía a  valores muy competitivos respecto a otros países.

Siempre el campo es una oportunidad ya que se parte de una base muy sólida. Ahora, con un nuevo clima de negocios, se le agregan reglas más transparentes para los que estamos en el negocio de trabajar en eficiencia, desarrollo de nuevos productos, procesos e innovación que permita seguir cultivando y desarrollando esa ventaja comparativa que tenemos. En síntesis, se juntaron esos dos mundos: la base que es Argentina por sus condiciones geográficas y el buen clima de negocios.

“El campo es una de las industrias más competitivas del mundo porque puede generar proteínas y energía a  valores muy competitivos respecto a otros países.”

La demanda de alimentos estructuralmente va a seguir creciendo en el mundo y cuando se invierte en granos en Argentina se está accediendo a todos los mercados del mundo. Gracias a las buenas perspectivas y el apoyo del nuevo gobierno, que identifica al campo como uno de los motores de la economía.

El agro se encuentra desarrollando todo su potencial y ha tomado un rol positivo en lo que es la promoción del desarrollo del valor agregado y de las energías renovables vinculadas con el agro. Hay una visión muy positiva de lo que se está haciendo, pero todavía queda mucho por desarrollar.

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La agricultura a escala para lograr mayor competitividad

No hay dudas que el nuevo contexto económico, la apertura que pregona el nuevo gobierno, la mayor previsibilidad y reglas de juego claras, hacen que las empresas estén mucho más animadas a invertir que en el pasado. Hoy se ha generado shock de confianza en la Agroindustria que sin dudas está funcionando como un motor que dinamiza a varios otros sectores.

La Argentina tiene el clúster productivo oleaginoso más competitivo del mundo, más competitivo que Brasil e incluso que EE.UU. El desafío es lograr maximizar el potencial que tenemos como sector.

En este sentido, el Director General de ADBlick Agro SA., José Demicheil, explicó que como empresarios del agro, debemos reposicionar al sector. Para ello, tenemos que hacer muchas cosas bien, de manera sostenida, para poder así ir mejorando y apuntar a ser el supermercado del mundo. Más allá de todos los problemas que tiene Argentina y que va a costar un rato largo resolverlos, este es el principal desafío para generar empleo e inversión y lograr capitalizar esas oportunidades comparativas que tenemos como país.

La empresa que conduce Demicheli, desarrolla Proyectos de Inversión ligados al Agro, donde invita a inversores a participar con un ticket minoritario, de negocios de escala y poder así favorecerse de todos los beneficios que eso genera tales como diversificar riesgos, mayor eficiencia en costos, lograr sinergias con grandes compañías, grandes volúmenes de producción, etc.

Precisamente, el Proyecto de siembras y agricultura a escala, “ADBlick Granos”, recientemente cerró el resultado de su última campaña. Con 32mil hectáreas cosechadas y a pesar de una campaña magra de girasol como principal cultivo, la renta fue nuevamente positiva y el inversor logró hacerse de utilidades por el 6% en dólares. Hoy el fideicomiso ya está trabajando en su 9na campaña, donde apunta a 45mil hectáreas de cultivo y en la cual ya se han sembrado las 12 mil hectáreas de “fina”. Según Demicheli, resulta clave alquilar buenos campos, ir ajustándolos año a año, ser buen productor, diversificar cultivos y variedades para lograr mejorar la productividad.

“Desde las empresas de producción a escala, proyectamos a mediano y largo plazo, teniendo en cuenta que la población mundial seguirá en aumento, que hay un consumo sostenido de proteínas y que los términos de intercambio llegaron para quedarse. En ADBlick Granos hemos incorporado Management, y continuamos creciendo en busca de un plan quinquenal de 100.000 hectáreas”, comentó Demicheli, quien además agregó que “el negocio de producción en campos arrendados ha ajustado su margen teniendo el agricultor que acceder a escala para ser muy eficiente en costos, transformarse en un verdadero empresario y manager para cuidar cada variable”.

Con un contexto político favorable, con condiciones agroecológicas privilegiadas y con demanda futura asegurada, el Agro argentino es el principal sector para dinamizar la economía. Tenemos una excelente perspectiva por delante para lograr capitalizar esas ventajas comparativas que gozamos como país. Ojalá podamos hacerlo para lograr la competitividad que exige el mercado hoy.

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Variables claves de la olivicultura Argentina y Mendocina

Cuando se analiza la olivicultura en Argentina, uno de los principales puntos a tener en cuenta es la superficie, que tuvo un enorme crecimiento a fines de los 90’ a partir de la promoción mediante diferimientos impositivos. Con ello se pasó de unas 30.000 Has a casi 100.000 Has cultivadas en poco tiempo.

Cuando se analiza la rentabilidad del sector en los últimos años uno encuentra que muchas plantaciones han sido abandonadas. ¿Cuáles fueron las causas de estos factores? La respuesta simple sería, como todo en la Argentina de los últimos años, por el tipo de cambio atrasado, altos costos relativos y retenciones a la exportación. Pero considero que una respuesta más profunda sería: Competitividad del sector.

Cuando se analiza los indicadores de la producción argentina se encuentran las siguientes ineficiencias, que definen la competitividad o no de la producción olivícola.

  • Energía en Riego: Salvo las plantaciones con riego a nivel (Como ocurre en Mendoza), el resto de las plantaciones con riego a partir de pozos de agua gastan en torno a 500 USD/ha Año en energía para riego. Lo que explica entre el 25 y 30% del costo de producción. En las plantaciones con riego a nivel, ese gasto resulta de 100USD/Ha, 20%.
  • Productividad: Cuando se analiza la producción lo que importa no son los Kg de aceituna producida por hectárea sino de aceite (que se encuentra dentro de esas aceitunas). La media de los rendimientos argentinos es de 1.600Kg/ha de aceite, se debería estar en torno a 2.000 Kg/ha.
  • Costos de producción: La olivicultura a nivel mundial sufrió un proceso de mecanización muy grande durante los últimos 10 a 15 años. Este proceso fue más lento en Argentina debido a:
    • Primero a la necesidad de adaptar los sistemas de plantación propia de los 90’-00’.
    • Segundo, la devaluación del 2002 bajó mucho los costos de la Mano de Obra en USD. Recién desde 11’, donde la inflación en USD fue más marcada y la necesidad de reducir costos de mano de obra, por lo surge el…
    • Tercer motivo: la restricción a las importaciones de maquinarias.
      • Para entender la importancia de este factor, solo la cosecha puede representar un costo de 50US/Tn (10% del Ingreso Bruto -IB- ) cosechado a máquina, contra 300USD/Tn (75% del IB) cosechado a mano.
  • Calidad del producto: Muchas de las fincas plantadas a partir del diferimiento se ubicaron en zonas marginales para la olivicultura. Consecuencia de ello, los bajos rendimientos en aceite ya mencionados. Otro problema consecuente con la ubicación seleccionada es la calidad del aceite. El Consejo Olivícola Internacional (COI) define determinados parámetros químicos y organolépticos para las distintas categorías de aceites (Extra Virgen, Virgen y Lampante). Generalmente los aceites del Norte de Argentina suelen estar en los parámetros límites e incluso fuera de ellos, para aceite Extra Virgen. Lo que redunda en menor precio comercial.

En resumen, la olivicultura Argentina al igual que el resto de las economías regionales viene golpeada por varios factores, principalmente los altos costos. Ahora bien, es la olivicultura de Mendoza la que presenta mejores condiciones para salir a la cabeza en esta nueva Argentina que empieza a ajustar algunos de estos factores:

Rescatando un principio de los negocios… location, location, location. Mendoza cumple con los requisitos para la olivicultura, por eso los inmigrantes mediterráneos la eligieron para plantar los primeros olivares de la Argentina.

  • Energía de riego: dispone de riego a nivel, ahorrando energía para riego. (Reducción de 20% de costos de producción respecto otras zonas Argentinas)
  • Productividad: El clima mendocino es propicio para maximizar la lipólisis (producción de grasa) del olivo. Permitiendo rindes promedios de 2.000 Kg de aceite/Ha.
  • Calidad de Producto: Nuevamente es la ubicación y el clima quien se lleva los méritos. Los compradores de aceite saben que el aceite Mendocino es excelente para mejorar químicamente y organolépticamente otros aceites.
  • Costos de producción: aquí al igual que el resto de Argentina la mecanización depende principalmente del sistema de plantación. Si fuera apto para cosechar mecánicamente, por ejemplo con New Holland 9090 o 7090, Mendoza cuenta con una gran ventaja. Hay gran oferta de este tipo de cosechadoras, dado que se comparten con el vendimia, y para el momento de cosecha del Olivos, la vendimia ya se encuentra finalidad, habiendo alta oferta de las mismas, a precio muy competitivos.

En los últimos 10 años se han desarrollado algunos grandes emprendimientos olivícolas en Mendoza, sabiendo capitalizar estas ventajas comparativas. Así, por ejemplo, ADBlick Olivos continúa fondeando un proyecto de 800Has en Rivadavia, Mendoza. Actualmente con 600Has plantadas, con un sistema moderno de plantación “Intensivo”, 100% regado con sistema de gotero auto-compensado. Capitalizando todas las ventajas ya mencionadas de la olivicultura mendocina. A pesar de la crisis del sector, proyectan una renta anual del 7% en dólares para sus inversores minoristas. Resulta que esta empresa desarrolla esta plantación financiada con pequeños ahorristas permitiéndoles formar parte de un gran proyecto con inversiones a partir de 20.000 USD.

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Suplementación a campo

La suplementación en pastoreo permite corregir dietas desbalanceadas en diferentes momentos del año y ante diferentes bases forrajeras y aumenta la eficiencia de conversión de los pastizales y pasturas, y  también la ganancia de peso de los animales. A su vez, es una herramienta para aumentar la capacidad de carga del sistema productivo, incrementando la eficiencia de utilización de los pastizales y pasturas en sus picos de producción y la carga animal en las épocas de déficit forrajero y aumentando la productividad por unidad de superficie.

El primer aspecto a considerar es la categoría de animales que se va a suplementar. Los requerimientos de los animales varían según la edad de los mismos. Así, por ejemplo, los requerimientos proteicos de un ternero de destete (animal joven) serán superiores a los de un novillo en terminación (animal adulto). A su vez, la eficiencia con que los animales jóvenes transforman el alimento en carne, es superior a la de los animales adultos. Además de la notable diferencia en los requerimientos de energía para el mantenimiento, se diferencian también en las necesidades de energía para la producción. Los animales adultos deponen una mayor proporción de grasas que los jóvenes, la cual tiene un mayor costo energético que el tejido muscular.

El segundo aspecto a considerar son las características nutricionales de la dieta base. Por ejemplo, una pastura anual o perenne presenta una relación proteína bruta/carbohidratos mayor en otoño que en primavera. La estrategia de suplementación de esa pastura será diferencial según la época del año en que se aplique.

Existe una gran variedad de alimentos que pueden utilizarse como suplementos. Cada uno de ellos presenta características particulares en cuanto a los nutrientes que aportan facilidades de suministro, distancia de traslado y/o precio. Estos factores ayudarán a decidir el empleo de un suplemento determinado. La oferta de suplementos es elevada, como lo muestra la siguiente enumeración de los principales alimentos que aportan energía y proteína:

  • Energéticos: Granos de cereales, pulpa de citrus, y silajes de maíz o sorgo.
  • Proteicos: Harina de algodón, harina de girasol, hez de malta, expeller de girasol, harina de pluma y afrechillo de cereal.

Algunos aspectos prácticos para este manejo son:

  • Iniciar el suministro de grano en forma paulatina. Se debe comenzar con bajas cantidades de grano por animal (0,5 kg diarios) y aumentarlas gradualmente para llegar en tres o cuatro semanas a la ración completa.
  • La ración debe ser ofrecida en comederos amplios (aproximadamente 50cm de frente por animal) para facilitar el acceso simultáneo de toda la tropa.
  • Los lotes de animales deben ser homogéneos para evitar efectos de «jerarquías» que impiden un consumo uniforme.
  • El tiempo mínimo para un planteo de suplementación debería ser de 45 días.

Como conclusión podemos mencionar que la suplementación NO soluciona problemas de manejo, por el contrario, sus resultados se potencian cuando se aplica simultáneamente con la tecnología básica de manejo.

El nivel de suplementación impacta fuertemente sobre los costos directos de producción, para definirlo es necesario asociarlo con el nivel de ingresos que genera y con la relación existente entre precios de compra y venta del ganado. En la medida en que estas condiciones se cumplan, esta herramienta aportará flexibilidad y estabilidad a la empresa, a la vez que mejorará los ingresos del productor.

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Invertir en el campo argentino para retomar la senda del crecimiento

Hace ya dos años que la Agroindustria en su conjunto ha recibido con alegría buenas noticias que la favorecen e implican un gran impulso para todo el sector. El conjunto de medidas tomadas por el actual gobierno ha empapado de optimismo a una industria que en el último tiempo ha estado sumergida en un mar de incertidumbre.

Estas decisiones implicaron un cambio rotundo en las perspectivas que tiene el campo en su conjunto. Indudablemente, el desafío para reposicionar al sector es muy complejo todavía pero sin duda la competitividad va a venir de la mano de la inversión y de mejorar la productividad.

Más allá de todos los problemas que tiene Argentina y que va a costar un tiempo largo resolverlos, este es el principal desafío para generar empleo e inversión y lograr capitalizar esas oportunidades comparativas que tenemos como país. Debemos ser líderes no sólo en lo que es producción, sino en cómo generar innovación para nosotros poder vendérsela al mundo y no tomarla del mundo para aplicarla acá. Se requiere de mucha metodología y disciplina, de que estemos alineados por esa visión compartida, la empresa, los sindicatos, los gobiernos en todas sus dimensiones, la academia, la ciencia y tecnología. Es necesario así la construcción de una visión y al alineamiento de intereses entre los actores que participan de una o otra manera de la Agroindustria. Pienso que el campo está retomando la senda de crecimiento en la que supo estar, desarrollarse e incluso reinventarse para mantener la competitividad durante los años más adversos.

Surge así un nuevo planteamiento, el de permitirnos volver a pensar en grande, por ejemplo en lograr pasar de ser el granero del mundo a ser el “supermercado” del mundo, producir alimentos con un mayor valor agregado. El desafío es lograr maximizar el potencial que tenemos como sector. Indudablemente, invertir en el campo argentino dinamizará la economía pues cualquier apuesta al negocio del agro implica un paso hacia adelante; el campo es el motor del desarrollo del país, “una fuerza imparable” tal como aseguró Macri en más de una ocasión.

Con esta perspectiva y esta visión, con medidas sostenibles en el mediano/largo plazo, con un acercamiento pragmático a las ideas del mercado vigente en la región, se está generando un mayor estímulo para generar los dólares “productivos” requeridos por nuestra economía. La confianza genera inversión, la cual concibe trabajo. Hay que fomentar la inversión en el campo para obtener beneficios futuros y distribuidos en el tiempo.

Para prosperar, irremediablemente se necesitan reglas claras y espíritu de mirar hacia adelante. Al futuro no se lo debe adivinar, se lo debe forzar, desear y para ello es necesario tener la voluntad de cambiar las circunstancias y la historia para que las cosas se logren. Las políticas de largo plazo son indispensables para optimizar el potencial que el Campo en su conjunto tiene de aquí a los próximos años, con todo lo que ello implica para el país.

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