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Cuanto más podemos exportar

Las exportaciones de carne bovina continúan con su tendencia alcista. Según datos oficiales del Ministerio de Agroindustria, se manifestaron crecimientos interanuales a lo largo de todos los meses del corriente año. Este crecimiento se debe principalmente a que china (nuestro principal comprador) duplicó su demanda. A la vez que la Unión Europea (segundo mayor comprador) incrementó sus pedidos en un 20%. Y que la gran sorpresa del primer semestre, Rusia, quintuplicó sus compras quedando como tercer destino al superar a Israel y Chile. La suma de todos estos incrementos en la demanda produjo un incremento total de las exportaciones de un 63,7% respecto a los mismos 7 meses del 2017.

En un momento clave, en donde el ingreso de divisas al país se hace crucial, se dio a conocer el listado de las 26 plantas frigoríficas habilitadas, la cual puede ir incrementándose a medida que otras plantas cumplan con los requisitos sanitarios establecidos por el comprador, para exportar al gigante asiático cortes enfriados con y sin hueso, y congelada con hueso, que se suman a la carne congelada deshuesada de bajo valor que ya compraban. Quienes hasta ahora se llevaban cerca del 50% de lo que exportamos,  pero solo carnes congeladas de bajo valor. La clave de este acuerdo firmado luego de la misión comercial de la Secretaria de Agroindustria en China realizada el mayo pasado. Radica en haber incluido a las exportaciones cortes de mayor valor “Premium”, al igual que hacemos con la Unión Europea, para suministrar al sector de la sociedad China más pudiente (la cual por su escala es de considerable magnitud) sin dejar de abastecer a los demás sectores de la sociedad como venimos haciendo.

La diferencia: mientras que el valor de la tonelada de la carne congelada ronda los 4 mil dólares, la carne enfriada con y sin hueso va de 11 a 19 mil dólares.

La demanda de carne bovina por parte del consumo chino creará una competencia con los otros países que la demandan. Pudiendo provocar un aumento en el valor de esta que repercutirá en una mejora del valor  para el productor ganadero.

¿Podemos continuar con esta racha alcista de exportaciones?

Hay que tener en cuenta cuales son los principales factores para una mayor producción de carne. Estas son: Mejorar el índice de destete, aumentar el peso de faena y crecimiento del Stock.

Respecto a la faena, se vio en los últimos meses un aumento de 5 kilos del peso medio de la res por animal faenado. Esto quiere decir que se incrementó el sacrificio de novillos mientras que disminuyo el de terneros y terneras. No solo se produce más carne por animal nacido sino que también son más eficientes los procesos dentro de los frigoríficos, dándole un mayor margen a la industria la cual puede volcarlo a la negociación con el productor a la hora de comprar.

De sostenerse estos 5 kilos en el promedio de la res, significará un aumento de la producción de 90 mil toneladas, solo por este factor. Si se continúa produciendo novillos pesados, como hace el resto del mundo, en lugar de faenarlos cuando aún son livianos. Se incrementara el peso de la media res, por ende se dispondrá de aun mas carne para exportar.

Otra buena noticia nos la dio SENASA, quien informo que el aumento del stock es mayor de lo esperado. Se creía que el aumento del stock iba a rondar las 500 mil cabezas. Pero estas pasaron a ser 1, 4 millones de cabezas (entre vacas y terneros).

Continuar con este rumbo, incrementar el peso de faena y el stock, sin lugar a duda nos permitirá aumentar las exportaciones. Pero no debemos olvidarnos que la gran falencia de la producción está en el Índice de Destete, el cual ronda el 60%. Estando en algunas zonas del país en el 50%. Si mejoramos este índice a valores relativamente aceptables, entre un 80% y 90%, habrá una cantidad significativa más de animales que se podrán faenar y por ende exportar.

Como me comentaron alguna vez. Imagínese usted si posee un restaurant donde debe comprar insumos, pagar sueldos, etc. y que solo el 60% de sus comensales paguen lo que consumieron. Lo mismo sucede en el campo, 10 de 6 vacas que hay en la Argentina se alimenta a lo largo de todo el año y no paga (da un ternero). Por lo que mejorar este Índice es tan importante como los otros dos factores en conjunto.

Si se continúa fortaleciendo estas tres fuentes, podemos continuar con la racha alcista de exportaciones hasta volver a ubicarnos en el podio de los tres principales exportadores de carne del mundo. Abasteciendo tanto a Europeos como a Chinos, de carne con el valor agregado que le da ser carne Argentina.

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Últimas Medidas Económicas

En una Argentina donde las variables constantes han sido la incertidumbre, la inflación y la devaluación, nos encontramos transitando un 2018 que no ha sido la excepción.

Ante un nuevo salto brusco del precio del dólar, circunstancia que nos viene aquejando desde inicios del segundo trimestre, el Gobierno optó por implementar una serie de medidas tendientes a la recuperación de la tan deseada “confianza del inversor”, un recurso casi no renovable en nuestro país.

Entre las medidas anunciadas se encuentra la eliminación de las Lebac, a susplantarse por las Leliq o Nobac, para el caso de los bancos y por las LETES para los pequeños ahorristas. Por otro lado, El BCRA subió de 40% a 45% la tasa de política monetaria en respuesta a la coyuntura externa actual y el riesgo de un nuevo impacto sobre la inflación doméstica, con el fin de incentivar a que los inversores continúen invirtiendo en instrumentos financieros en pesos evitando así, la compra tempestiva de dólares.

Por lo antes mencionado, el vencimiento de Lebac, que tuvo lugar el pasado 14 de agosto el cual no será renovado según declaró el BCRA, dejó libres $100.000 millones en el mercado. A su vez, estarían en condiciones ahora de subastar USD 500 millones de sus reservas (medida no habilitada por el FMI tiempo atrás) en un intento de mantener bajo control la suba del tipo de cambio.

En cuanto a las intervenciones arriba mencionadas, el mismo Caputo explicaba: «Nuestro mecanismo de intervención cambiaria será a través de licitaciones y no el de intervenciones esporádicas decididas desde la mesa de dinero. En principio, estarán muy relacionadas con las licitaciones de Lebac toda vez que estaremos liberando pesos al mercado«.

Continuando con las medidas tendientes a generar el ahorro fiscal que le permita al Gobierno prescindir del financiamiento externo, es el turno ahora de la “reducción de los reintegros a las exportaciones» en un 66%. El fundamento de tal medida tiene lugar en la reforma tributaria y el pacto fiscal, que reducen los impuestos al cheque y a los ingresos brutos, generando así el espacio para que dichos reintegros puedan ser reducidos. Al mismo tiempo, se elimina el fondo federal solidario y se deja de transferir a las provincias y municipios lo recaudado en concepto de derechos de exportación a la soja que ascendían al 30%. El mismo será reemplazado con el aumento de la co-participación, pasando de 24 a 34%. El objetivo es quitar presión impositiva a todos los sectores productivos y ganar competitividad.

En este mismo sentido, anunciaron a su vez que, si bien la baja prevista en las retenciones a los granos se mantiene, la misma se suspende por seis meses para aceites y harinas. Al respecto, es importante resaltar que las alícuotas a la soja (porotos) se redujeron desde enero pasado un 0,5% mensual y actualmente está en 26%, previendo su convergencia al 18% en diciembre de 2019.

Lo que se busca finalmente es lograr un ahorro fiscal tal que, a partir de una mejor solvencia a nivel país, brindar mayor seguridad a los inversores toda vez que la Argentina ya no necesitaría recurrir al exterior para financiar sus gastos.

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El fulbito del Liderazgo Emocional

Años atrás, mientras conducía de regreso a mi casa, escuchaba por la radio la entrevista a una mujer, era cardióloga experta en cirugías infantiles. El periodista curioseaba sobre cómo ella llevaba los casos delicados, respondió “…te doy un ejemplo… A Pedro y su familia los conozco desde antes que él naciera, le diagnosticaron intrauterinamente una mal función de la válvula tricúspide. A horas de nacer lo llevamos al quirófano para la primera intervención. Acompañé a Pedro hasta sus 8 años cuando le dimos el alta después de más de 12 cirugías. Lo que vivimos con sus padres, Malena y Ricardo, fue un camino de amargura y padecimiento, pero al final una enorme victoria de la vida, de la ciencia y de este pibe que tiene una fortaleza gigantesca…”. “¿Ah, pero entonces usted se involucra emocionalmente con sus pacientes?” – preguntó el periodista. “¿Claramente – dijo ella – si no me involucrara emocionalmente con la gente, qué sentido tendría mi vida?”.

Desde entonces este relato ronda mis pensamientos, y lo traigo a colación cada vez que surgen temas de emocionalidad, de inspiración, motivación, manejo de frustraciones o desarrollo de equipos al hablar de liderazgo.
Conocemos el concepto de Inteligencia Emocional como la habilidad para descubrir y reconocer emociones propias y ajenas, manejarlas, crear una motivación propia y con esto gestionar las relaciones interpersonales (“…manage and/or adjust emotions to adapt environments or achieve one’s goal(s). Daniel Goleman – Harvard University). La idea misma de ponerle inteligencia a las emociones es algo contradictoria. Me cuestiono si a las emociones debemos gestionarlas, clasificarlas, organizarlas, etiquetarlas y hacerlas “más eficientes”, o a las emociones solamente debemos sentirlas, disfrutarlas, apreciarlas y compartirlas.

Tenemos diariamente muchas oportunidades para liderar, independientemente del empleo o cargo que uno tenga, me refiero a liderar en el trabajo o en casa, con la familia, como alumno, con amigos, en la calle. Liderar como el proceso de influencia positiva sobre las personas, incluidos nosotros mismos. ¿Somos capaces de influenciar/nos genuinamente “gestionando” nuestras emociones, o lo conseguiremos en realidad si llegamos al corazón, tocamos esas fibras de vida que generan un cambio permanente?

Sentirse y mostrarse feliz, entusiasta, alegre, optimista, enganchado con un proyecto y una visión atrae, convoca, anima al movimiento, alienta al esfuerzo, estimula la creatividad, construye, suma y suma, y al sumar multiplica. Es cierto que los antónimos generan exactamente lo opuesto, desalientan, destruyen…restan, pero son parte de la vida misma, y la verdadera fortaleza radica en poder sobreponerse ante estas dificultades.

Estoy convencido de que es posible emocionarse y disfrutar el día a día cargado de responsabilidades (estrés, horarios, reuniones, mails, tránsito, y cosas que nos pueden perturbar), es posible encarando el día con el mismo espíritu de aquella vivencia de la niñez cuando jugábamos a la pelota bajo la lluvia con nuestros amigos. El partido no era bueno, había golpes, moretones y muchas risas, y sabíamos además que al volver a casa nos iban a regañar por la roña que traíamos y la gripe agarraríamos… pero era tan divertido ese partidito que no lo dejábamos por nada. Imagínate si hubiéramos gestionado nuestras emociones…

Esta idea del liderazgo emocional, es sólo un llamado a la reflexión y a poner las emociones sobre la mesa, a mostrarnos vulnerables llegado el caso, pero fundamentalmente a sentir y vivir las emociones en lugar de “gestionarlas”, a compartirlas generosamente con quienes nos acompañan y tocamos diariamente, a dejar que las emociones también tengan su partido de fútbol bajo la lluvia.

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Cómo lograr crecimiento sostenido en el tiempo

El panorama de nuevas reglas de juego que generó el Gobierno fue tomado como un compromiso de producción, empleo y desarrollo por parte del productor agropecuario. La ratificación por parte del Presidente de que no se van a aplicar nuevamente retenciones a la exportación de la mayoría de los cultivos fomenta el aumento de la superficie a sembrar en esta campaña 2018/9 que luce promisoria.

Para lograr mayores niveles de competitividad y productividad que muchos sectores piden ya a gritos, resulta fundamental aplicar políticas públicas que fomenten el crecimiento y el rol del Estado es clave en este sentido para fomentar la inversión y las políticas que incrementen la productividad.

Precisamos los argentinos un modelo que asegure crecimiento sostenido en el tiempo, con una mirada de largo plazo. La competitividad va a venir de la mano de la inversión, de mejorar la productividad y de la excelencia operativa. Más allá de todos los problemas que tiene Argentina y que va a costar un rato largo resolverlos, este es el principal desafío para generar empleo e inversión y lograr capitalizar las oportunidades comparativas que tenemos como país. No caben dudas que para que haya inversiones tiene que haber rentabilidad, y en Argentina sufrimos de una presión tributaria asfixiante.

Es una tarea de todos poder como país capitalizar las ventajas comparativas que tenemos. Si a estas ventajas le sumamos “inversión” (en infraestructura por ejemplo, para lograr reducción de
costos, de tiempos, mayor eficiencia operativa, etc), “institucionalidad y reglas de juego claras”, “mayor predecibilidad”, indudablemente nos podremos mantener en el camino del desarrollo y crecimiento que tanto necesitamos.

Este es tal vez un momento bisagra y quizás los argentinos no seamos del todo conscientes de que estamos viviendo un cambio impresionante. Para prosperar, irremediablemente se necesitan reglas claras y espíritu de mirar hacia adelante. Al futuro no se lo debe adivinar, se lo debe forzar, desear y para ello es necesario tener la voluntad de cambiar las circunstancias y la historia para que las cosas se logren. Debemos lograr hacer que las cosas “pasen”, no que “nos pasen”.

Las políticas de largo plazo son indispensables para optimizar el potencial que dichos sectores que están impulsando nuestra economía, tienen en su conjunto de aquí a los próximos años, con todo lo que ello implica para el país. Esperemos que como argentinos podamos hacernos cargo de lograr el país que tanto queremos. De cada uno de nosotros depende.

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Una Argentina que se perfila a la exportación

En la primera mitad de año la Argentina ya exportó casi un 60% más que lo hecho en el mismo periodo del año pasado, logrando alcanzar las 201 mil toneladas de carne. Previendo finalizar el año con 400 mil toneladas, y aun mejor, se estima para el año que viene arribar al medio millón de toneladas. Comparado con las 310 mil que se exportó el año pasado, se ve una clara tendencia alcista en cuanto a las exportaciones.

Este incremento en las exportaciones fue muy marcado en el cumplimiento de la Cuota Hilton, cuota que demanda los cortes de mayor valor de la res y que posee uno de los valores más altos a nivel mundial. Según adelantaron desde el Ministerio de Agroindustria, se estima cerrar el cupo de este año con alrededor de un 95% de las 29 mil toneladas otorgadas por la Unión Europea para dicha cuota. No siendo menor el hecho de que el cupo no se completa desde hace diez años, por diversos motivos.

Un factor no menor pero sí poco percibido del aumento de las exportaciones es la generación de nuevos puestos de trabajo. Se estima que cada 100 mil toneladas extras de carne que se exportan se producen 10 mil nuevos puestos de trabajo, los cuales, al estar ligados a la actividad primaria, se encuentran distribuidos a lo largo y ancho del país favoreciendo a las economías regionales.

Y por otro lado, para producir una tonelada de carne para exportación, se requiere de por lo menos 25 toneladas de soja, maíz y otros productos que componen la dieta del animal. Lo cual al trasformar el cereal en carne, se produce un valor por tonelada exportada del doble que si estos cereales se exportaran a granel.

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