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Suplementación a campo

La suplementación en pastoreo permite corregir dietas desbalanceadas en diferentes momentos del año y ante diferentes bases forrajeras y aumenta la eficiencia de conversión de los pastizales y pasturas, y  también la ganancia de peso de los animales. A su vez, es una herramienta para aumentar la capacidad de carga del sistema productivo, incrementando la eficiencia de utilización de los pastizales y pasturas en sus picos de producción y la carga animal en las épocas de déficit forrajero y aumentando la productividad por unidad de superficie.

El primer aspecto a considerar es la categoría de animales que se va a suplementar. Los requerimientos de los animales varían según la edad de los mismos. Así, por ejemplo, los requerimientos proteicos de un ternero de destete (animal joven) serán superiores a los de un novillo en terminación (animal adulto). A su vez, la eficiencia con que los animales jóvenes transforman el alimento en carne, es superior a la de los animales adultos. Además de la notable diferencia en los requerimientos de energía para el mantenimiento, se diferencian también en las necesidades de energía para la producción. Los animales adultos deponen una mayor proporción de grasas que los jóvenes, la cual tiene un mayor costo energético que el tejido muscular.

El segundo aspecto a considerar son las características nutricionales de la dieta base. Por ejemplo, una pastura anual o perenne presenta una relación proteína bruta/carbohidratos mayor en otoño que en primavera. La estrategia de suplementación de esa pastura será diferencial según la época del año en que se aplique.

Existe una gran variedad de alimentos que pueden utilizarse como suplementos. Cada uno de ellos presenta características particulares en cuanto a los nutrientes que aportan facilidades de suministro, distancia de traslado y/o precio. Estos factores ayudarán a decidir el empleo de un suplemento determinado. La oferta de suplementos es elevada, como lo muestra la siguiente enumeración de los principales alimentos que aportan energía y proteína:

  • Energéticos: Granos de cereales, pulpa de citrus, y silajes de maíz o sorgo.
  • Proteicos: Harina de algodón, harina de girasol, hez de malta, expeller de girasol, harina de pluma y afrechillo de cereal.

Algunos aspectos prácticos para este manejo son:

  • Iniciar el suministro de grano en forma paulatina. Se debe comenzar con bajas cantidades de grano por animal (0,5 kg diarios) y aumentarlas gradualmente para llegar en tres o cuatro semanas a la ración completa.
  • La ración debe ser ofrecida en comederos amplios (aproximadamente 50cm de frente por animal) para facilitar el acceso simultáneo de toda la tropa.
  • Los lotes de animales deben ser homogéneos para evitar efectos de «jerarquías» que impiden un consumo uniforme.
  • El tiempo mínimo para un planteo de suplementación debería ser de 45 días.

Como conclusión podemos mencionar que la suplementación NO soluciona problemas de manejo, por el contrario, sus resultados se potencian cuando se aplica simultáneamente con la tecnología básica de manejo.

El nivel de suplementación impacta fuertemente sobre los costos directos de producción, para definirlo es necesario asociarlo con el nivel de ingresos que genera y con la relación existente entre precios de compra y venta del ganado. En la medida en que estas condiciones se cumplan, esta herramienta aportará flexibilidad y estabilidad a la empresa, a la vez que mejorará los ingresos del productor.

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Creció la oferta y bajó el precio de la hacienda

Con bajas de 50 a 70 centavos por kilo para los precios de las haciendas generales se desarrollaron en las ventas en el Mercado de Liniers, donde los 9341 vacunos presentados se vendieron en forma ágil, pero con una marcada selectividad de los compradores, consecuencia de la calidad diversa de los lotes expuestos y del aumento de la oferta respecto de las 5356 cabezas del martes.

El mes pasado el valor promedio de los cortes al consumidor se incrementó apenas 0,2% respecto de mayo, lo que representa, en términos interanuales, un alza de 15%. Ese incremento es menor que el del índice de inflación general que, para los analistas privados, se ubicaría por debajo del 24% de junio a junio.

El presidente de Ciccra, Miguel Schiariti, explicó que son 3 los factores que influyeron en el incremento del consumo de carne. «Hay una mayor oferta ganadera, los precios de la carne subieron menos que la inflación y se nota un pequeño aumento en el consumo de alimentos tras el cierre de las paritarias» y añadió que «El precio de la carne no va a ser un motivo de preocupación para las autoridades económicas«.

En junio pasado, además, volvió a crecer la brecha entre el valor de la hacienda y el de los cortes al consumo. Según el trabajo de Ciccra, el precio promedio que toma el Mercado de Liniers, principal referente para la actividad, tuvo una caída de 1,5% respecto de mayo, al ubicarse en $25,3 el kilo vivo.

La mayor retención de vientres es interpretada por los analistas como una señal de que los ganaderos buscan aumentar la producción de terneros en el futuro. El año pasado, tras la liberación de las exportaciones de carne y la eliminación de los controles al comercio, los productores comenzaron a retomar las inversiones en ganadería que habían frenado hasta 2015 con la política del gobierno anterior.

En números totales, se faenaron 6,15 millones de cabezas. La producción de carne, a su vez, tuvo un incremento de 1,6 % en comparación con junio de 2016 y alcanzó un total de 228.000 toneladas de res con hueso.

Respecto de las exportaciones, en mayo fueron 6,7% menores que en abril pasado, aunque si se considera el acumulado de los cinco primeros meses de 2017 crecieron 18,5% en comparación con el mismo lapso de 2016 al llegar a 66.635 toneladas peso producto.

Aunque viene creciendo, el mercado externo todavía representa una porción minoritaria de la producción de carnes, ya que apenas significa el 8,4% de la faena total, según los datos de Ciccra.

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Crece la exportación y se suman herramientas para el productor

Se espera que este año Argentina llegue a las 300.000 toneladas de carne exportada, en medio de un contexto turbulento para el sector donde no se sabía cómo iban a impactar las noticias sobre la carne brasilera, que tuvieron a más de un exportador en vilo. Por el momento viene teniendo un desenlace feliz.

Por lo tanto, estos índices de exportación previstos significan un aumento del 13% con respecto al año pasado. Sin embargo, esta no es la única noticia que entusiasma a los productores que están integrados en el circuito de exportación dado que también la implementación de los reintegros para la exportación significaron un incremento en la rentabilidad.

Los principales mercados que influenciaron en este aumento fueron China y Chile, podemos afirmar entonces que después de noticias desalentadoras finalmente estamos frente a mejores circunstancias que las esperadas.

El mercado de exportación últimamente viene siendo el tema más recurrente en ganadería, hasta se está hablando de la estructuración de un foward ganadero que permitiría llevar a novillo pesado con buen precio sin exponerse a las fluctuaciones del mercado en esta categoría tan difícil.

Más allá de las noticias externas, hay una fuerte apuesta por parte de los productores de volver a abastecer el mercado internacional con la añorada “carne argentina”. La necesidad existe y oportunidades hay, pero tampoco habría que dejar de lado el mercado interno que es un cliente que consume 56 Kilos por año.

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Requisitos ambientales para un feedlot

La producción intensiva de carne vacuna es un proceso productivo en el cual intervienen varios factores como la genética, sanidad, manejo y nutrición. En cuanto al manejo consiste en la utilización eficiente de los recursos disponibles conservando el medio ambiente. Para una gestión eficiente y apropiada en planteos intensivos se hace necesario tener en cuenta las condiciones geográficas y edáficas del lugar, como también identificar las áreas de riesgo de contaminación para controlar o reducir sus efectos.

En el feedlot de bovinos para carne, el área de mayor riesgo ambiental lo constituye la contaminación localizada de suelos y aguas, tanto subterráneas como superficiales, emergente de la acumulación de deyecciones y movimiento de efluentes. En un segundo lugar podríamos ubicar la contaminación del aire y la degradación del paisaje.

Las condiciones geográficas y edáficas ideales para su establecimiento son:

  • La ubicación, que por motivos preventivos lo ideal sería que no se encuentre a menos de 10 km de la población más cercana para evitar problemas de contaminación de napas freáticas utilizadas para consumo humano y por la emisión de olores indeseables y el polvo.
  • El suelo debe permitir la compactación, para lo cual son mejores los suelos arcillosos para la estabilidad del tránsito animal ya que el barro dentro de los corrales, junto con el viento y la humedad persistente, atentan contra la eficiencia de engorde. Por último, evitar la infiltración de contaminantes hacia la napa freática. En cuanto a esta debe ubicarse a no menos de un metro y medio de profundidad para evitar riesgos de contaminación.
  • Las regiones debiera contar con bajas precipitaciones anuales y climas templados a templados fríos para el bienestar y confort animal, dado que la temperatura de mayor confort de los animales es de 20°C. Regiones con 600 mm anuales resultan mejores a la hora del manejo de los efluentes que aquellas en los que se superan los 1200 mm. A su vez, también deben tenerse en cuenta la intensidad promedio de las lluvias. En lugares con precipitaciones abundantes la pendiente debe rondar el 3% y nunca superar el 4- 5%, para evitar que la velocidad de escurrimiento se torne erosiva.

En conclusión y en general, las zonas con mayor aptitud para establecer los engordes son las zonas templadas semiáridas o sub húmedas, con suelos francos, de buena compactación y pendiente moderada. Esto no quiere decir que en zonas que no posean estas características no puedan llevarse a cabo explotaciones, pero es probable que en zonas más húmedas se tenga que invertir más en factores como mantenimiento y limpieza de corrales.

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Incrementar el peso de faena como primera medida para aumentar la producción de carne

Desde la Subsecretaría de Control Comercial Agropecuario (SUCCA), se actualizó el monto que los faenadores deberán abonar en forma de multa cuando se detectan reses faenadas por debajo de 165 kg (82,5 kg por media res), dichas reses corresponden a las categorías de terneros. Con un peso menor a los 300 kilos, cuya faena está “suspendida” desde agosto de 2005.

El nuevo valor es de $10.116 por cabeza, que el  faenador debe pagar con depósito en el Banco de la Nación y notificar a la SUCCA dentro de las 72 hs de la faena. En caso de no efectuarse el pago con su respectiva notificación, las reses serán decomisadas y sujetas a una multa aún mayor. El nuevo valor ya fue publicado en el Boletín Oficial.

Esto se debe a que la faena de terneros es un despilfarro en términos macroeconómicos y ambientales. Por ende se está buscando aumentar el peso de faena prohibiendo la faena de las categorías más livianas para aumentar la cantidad de carne que puede producir el país, aumentando de esta forma las exportaciones de la misma.

Hasta ahora se mantenía el valor original de $500 que, indudablemente, había quedado obsoleto debido a la inflación.

¿Porque ese monto?

Es debido a que se estima que esas medias reses tienen un valor de mercado cercano a tal valor. Por lo que la multa aumenta de forma inmediata el precio de la media res en un 100% lo que la hace inviable para el frigorífico. En cambio, el monto anterior de tan solo $500 permitía que en algunos casos el frigorífico lo pague y aun así salga ganado una diferencia.

En opinión de Valor Carne es llamativo que este gobierno, proclive a normas más atentas a las fuerzas de mercado, insista con mantener esta prohibición. Así como la falta de ideas en contrario de la dirigencia sectorial que aparentan fundarse en la visión de que la prohibición no está mal, pero que se la debe contrarrestar con incentivos de mercado para llevar a esos animales a pesos más altos.

También cabe acotar que ninguna otra ganadería importante en el mundo contempla tal prohibición, lo que no obsta para que el peso medio de faena en esos países sea entre bastante y mucho más alto que en el nuestro.

Fuente: Valor Carne

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