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Que no se devalúe la palabra

Muchas veces llegamos a preguntamos si el Agro es un sector con potencial en la Argentina y en el Mercosur, y si tenemos ventajas comparativas a nivel regional. Esto es como si en los Emiratos Arabes se pregunten si el petróleo que extraen les genera algún valor o si en Chile tienen buenas perspectivas los proyectos ligados al “metal rojo” que es el cobre.

Como segunda inquietud, los argentinos nos preguntamos si el mundo demanda los productos que producimos en Argentina, y si esa demanda es sostenible en el tiempo. Una vez más, yo creo que la respuesta es sí.

A medida que la población mundial aumenta, la tierra  cultivable disponible se reduce: 1 de cada 9 personas en el mundo, se va a dormir con hambre! Así, el Cono Sur aparece como una de las regiones mejor posicionadas para afrontar el desafío del hambre en el mundo. Con condiciones agroecológicas privilegiadas, y con demanda futura asegurada, el Agro argentino es el principal sector para dinamizar la economía del país.

¿Por qué entonces no logramos posicionarnos de cara al mundo y desarrollar todo el potencial que tenemos? Un productor no sólo debe lograr grandes rindes para ser competitivo, sino además debe ser muy eficiente con sus finanzas, conocer de impuestos, ser muy hábil en su estrategia comercial, desarrollar nuevas capacidades, reinventarse constantemente etc. evitando así por ejemplo perder en la variable precio todo lo que ganó “puertas adentro” en el potrero.

En este sentido, los desarrollos micro se entremezclan con la problemática macro.

Con todo lo que aporta la producción argentina al desarrollo del país, el porcentaje del PBI que genera la Agroindustria, la generación de empleo, la inversión extranjera directa que promueve, etc. es difícil concebir que muchos vean a quienes participan del sector como “oligarcas”, en sentido negativo, despreciativo. Posiblemente haya una falta de comunicación, carecemos de un “share of voice” para evitar la falta de rating que sufrimos como sector.

Otra consulta que nos hacemos a veces es si ser el supermercado del mundo, ¿Podría ser una realidad o es una utopía?

Indudablemente, se están haciendo cosas, pero todavía nos falta mucho para generar competitividad. Con el actual Gobierno, pasamos de un régimen “extractivo” a un régimen más “inclusivo” donde se premia la capacidad, el esfuerzo, tal como lo explican Acemoglu y Robinson en su libro “Por qué fracasan los países”.

Sin duda, siempre hay que adquirir nuevas capacidades para mantenerse competitivo, buscando poder dominar cuestiones micro desde la excelencia, desde la estrategia de contexto, y de cómo siempre se puede “hacer algo más”, buscando que eso mismo pueda replicarse también a nivel país.

Aún tenemos un problema muy serio que es la alta presión tributaria, donde existen impuestos sobre la renta real de la actividad en moneda dura, y con un alto porcentaje que “destripan” al productor. Pero peor es aún, el efecto impositivo que genera el no poder hacer ajustes por inflación, léase, la imposibilidad de ajustar las ganancias nominales por variaciones en el tipo de cambio, lo cual genera efectos muy distorsivos y una asfixia para quien asume todo el riesgo. El no ajuste por inflación no hace otra cosa que fomentar la desinversión, dado que el nivel de incertidumbre que se asume al invertir, no se repaga con un negocio planteado así. De esta manera, se impulsa a la especulación financiera antes que las inversiones productivas en economía real, se estimula el mercado informal, etc.

Pienso que debemos imitar a los países que lograron tener instituciones inclusivas, que respetan el derecho a la propiedad, que dan previsibilidad, reglas de juego claras, que incentivan la producción agropecuaria e industrial, generando confianza a mediano y largo plazo.

Millones de dólares sería la mejora para el fisco si se suspendiera la reducción de las retenciones a la soja, pero eso se neutralizaría por menores ventas. Que no se devalue la palabra…

Siguiendo esta línea, inexorablemente, para ser el supermercado del mundo, hay que generar una “marca país”, pues los supermercados venden, en definitiva, marcas. Y para construir “marca” tenemos que generar en primera medida, credibilidad.

Debemos hacer muchas cosas bien, de manera sostenida y disciplinada en el tiempo, para poder así mejorar los procesos, generar hábitos que potencien los círculos virtuosos y las mejores prácticas. El desafío es poder ir construyendo entre todos una Argentina mejor, con instituciones inclusivas que promuevan el crecimiento al alcance de todos y favorezcan el desarrollo del conjunto de la sociedad de manera sostenible. Hay que generar todavía mayor previsibilidad y estabilidad, mayor institucionalidad, reglas de juego claras y seguridad jurídica para que los privados apuesten con más convicción y mirada de largo plazo. Debemos lograr hacer que las cosas “pasen”, no que “nos pasen”.

Las políticas de largo plazo son indispensables para optimizar el potencial que el Campo en su conjunto tiene de aquí a los próximos años, con todo lo que ello implica para el país.

A las habilidades o recursos con los que uno cuenta, y que muchas veces vienen dados, debemos generarles un marco para que expresen su potencial. Esperemos que como argentinos podamos hacernos cargo de lograr el país que tanto queremos. De cada uno de nosotros depende.

Los desafíos del sector agroindustrial para recuperar la competitividad

Próximos a encarar un nuevo ciclo de Agricultura en Argentina, sostenemos que se viene una campaña muy positiva ya que hay expectativas atractivas de que la demanda supere a la oferta total. Seguramente vamos a asistir a un ajuste de stocks que generará precios en alza. Esto lo vemos así dado que el crecimiento poblacional del mundo sigue a un ritmo relativamente importante, y el PBI crece prácticamente en todos los países y más en los países en desarrollo. Estos son los factores que traccionan la demanda global de granos.

Sumado a esto, en lo que el mercado interno respecta, tuvimos una última campaña con mucha sequía, lo que afectó el crecimiento de cultivos gruesos (el maíz y la soja fueron los más golpeados), exceptuando el girasol que a pesar de las altas temperaturas y la falta de agua supo aguantar el clima y poder tener un muy buen rendimiento en este último periodo.

Lo contrario pasó con los cultivos denominados finos, ya que la tardía llegada del agua para los gruesos le vino muy bien a estos últimos y pudieron solventar en gran medida las pérdidas que veníamos percibiendo. Además, la expectativa de un buen precio, nuevos aportes de humedad a los suelos y la necesidad de contar con los aportes económicos de la campaña, ubican todas las miradas en el cultivo de trigo. Una investigación de último momento muestra el beneficio en los costos del trigo; en el que se proyectó un margen teórico de 4.009 pesos y 26 quintales por hectárea en campo propio, lo que significa un 124% más que lo que se estimaba para la misma campaña del año pasado. Este crecimiento interanual está por encima de la inflación del 29% aproximadamente 4 veces.

Los saltos que buscamos

Las abundantes sequías en el país para lo que fue la última campaña de siembra y cosecha de cultivos generó una baja en los costos de alquiler de los campos y precios de los mismos, por lo que el sector se vio muy golpeado, pero, en contrapartida a esto vemos con seguridad que es un buen momento para entrar al negocio ya que podemos aprovechar la baja de precios para incrementar las hectáreas en la campaña que sigue y así usar como apoyo para dar un gran salto esta brecha entre los bajos costos de producción y los futuros precios de los cereales a comercializar en la campaña 2018/2019.

El gobierno

Como ya vimos en estos últimos años, el sector agropecuario recibe un gran apoyo por parte del gobierno, en reducción de intereses e impuestos y siempre una gran predisposición para ayudar al agro a enfrentar los problemas con los que se topa. Esto lo tomamos como un segundo apoyo para este gran salto que buscamos y esperamos ya que así reducimos la volatilidad de lo que son lo grandes riesgos que tenemos en nuestros país por producción a cielo abierto, siendo que podemos subir el piso a nuestros proyectos pero sin la necesidad de bajarles el techo.

Escenario Trigo-Cebada 2018-2019

Todo lo que se diga sobre el clima seco que está atravesando nuestro país resultará
repetitivo y redundante, con una cosecha de gruesa que asoma con mermas de producción no previstas hace escasos meses, donde la preocupación era más por deshacerse del agua que inundaba diferentes regiones que por mirar hacia el cielo buscando lluvias.
Los portales de la web dedicados a los pronósticos del tiempo deben estar saturados de consultas desde principio de año a esta parte.

Ahora bien… este partido ya está jugándose, con un par de goles en contra y algún expulsado. Pero el torneo sigue y hay más partidos por delante. El próximo partido será el de la siembra de fina, y el partido actual no puede sesgar las expectativas que debe generar una campaña nueva.

La nueva campaña comienza a plantearse con un escenario de precios muy diferente a años anteriores, con un Mercado a Término en la posición de trigo enero 2019 rondando los 200 usd y la exportación comprando en niveles de 190 usd.

Estos precios están marcados por dos situaciones que en este momento le brindan sostén a los precios:

El clima seco en Argentina que arrastra el cereal a la suba acompañando el resto de los commodities y la situación en EEUU, que está saliendo de un invierno muy seco y el trigo de invierno que tienen sembrado se encuentra perdiendo calidad en cada reporte.

En este caso lo que podemos decir es que los cultivos de fina de la campaña siguiente están siendo arrastrados por la coyuntura actual de lo que se espera de nuestra cosecha de gruesa y de la cosecha de fina Norteamericana, y eso sin transitar siquiera la etapa de siembra en Argentina y mucho menos el denominado “mercado climático” de esos cultivos.

Con esto, y volviendo a la jerga deportiva, lo que vemos es todo un partido por delante, con un escenario de precios que invita a ser optimistas desde el minuto cero.

Por citar un ejemplo, el MAT enero 2018 de trigo hace exactamente un año, valía 163 usd por tonelada siendo un valor más de 30 usd inferior al actual para el MAT enero 2019.
Por otra parte, el trigo en la Provincia de Buenos Aires tiene una ventaja muy interesante respecto de otras zonas: tiene mercado cercano a la producción que genera ahorros de fletes interesantes.
La clave para aprovechar esta ventaja es tener estrecha relación con la demanda, sabiendo que es lo que busca el exportador o el molinero para poder sembrar lo que ellos necesitan en su área de influencia.

Es por esto que es esencial poner el foco en un buen desarrollo comercial de cara al cliente, generando relaciones estrechas que permitan conocer la demanda previa a la siembra, para elegir mejor las variedades, lotes y campos.

Por citar un ejemplo respecto de esto, durante la campaña de fina que terminó en enero, Adblick Granos pudo ser proveedor de trigo de nueve Molinos Harineros de la Provincia de Buenos Aires, distribuidos en distintas zonas que permitieron agregar valor acercando la producción a la demanda.

¿Qué decir de la cebada? El escenario de cebada es similar en la percepción al de trigo ya que es un cultivo sustituto en el Sudeste Bonaerense. A diferencia del trigo no cuenta con un mercado tan fluido, pero siempre los precios de trigo son una referencia a la hora de buscar precios disparadores de ventas para la cebada y más aún cuando la decisión de sembrar uno u otro cultivo no está tomada.

Su limitante se encuentra en la demanda acotada, pero sin dudas los precios actuales tanto de la cebada disponible (185 usd una forrajera) como de trigo futuro generan una expectativa de precios superior a la campaña pasada a esta altura del año.

En resumen, se viene un nuevo partido. El foco debe estar puesto en capitalizar las oportunidades desde el comienzo aprovechando un escenario que debería favorecer a la producción luego de una campaña difícil.

Las Claves del Emprendedurismo

Muchas veces en las reuniones con amigos, en las charlas de café o en nuestro trabajo, nos planteamos el hecho de emprender. Tomar un camino único que nos lleve a nuestra realización, tanto profesional como personal, ganando así en términos de libertad para crear valor en este mundo. Solemos preguntarnos muchas veces cuales son las cualidades necesarias, para poder
emprender y alcanzar así el éxito.

En primer lugar, es importante tener en cuenta que el ser emprendedor no pasa por la decisión de estudiar tal o cual carrera, o bien dedicarnos a tal o cual profesión. Básicamente, parafraseando al bien conocido Rodolfo Paez, mencionaremos en primer lugar que es una cuestión de actitud. Se puede decir que un emprendedor es alguien que inicia un proyecto de manera creativa,
instinto comercial muy desarrollado y que está dispuesto a asumir riesgos en un contexto de incertidumbre. Un emprendedor tiene motivación interna, tiene pasión, visión, ambición, busca salir de su zona de confort y decide con coraje moverse fuera de las estructuras con el objetivo de generar valor y cambiar así el curso de la historia.

Sin embargo, materializar una idea y llevar a cabo su realización, no siempre funciona de la manera deseada. Si hablamos de la Argentina, sabemos que vivimos inmersos en un contexto bastante
incierto. Estamos en un momento de cambios y debemos ser capaces de adaptarnos al contexto y a las contingencias para sostener así, el desarrollo y ritmo del negocio. La actitud mencionada previamente debe ir acompañada de un metódico análisis y estudio de las distintas variables para orientar de esta manera el curso de nuestras decisiones. A su vez, sin lugar a dudas la innovación y originalidad son factores fundamentales a la hora de ingresar en el mercado con nuestro nuevo producto o servicio.

Los emprendedores son aquellos que están preparados para correr riesgos y no se achican en la tormenta. Por el contrario, son capaces de seguir adelante por su convicción propia creyendo en su
negocio y sabiendo también que para tener éxito, muchas veces se debe tropezar y volver fortalecido al ruedo. Tu primera idea no siempre va a ser buena o un éxito. Emprender lleva tiempo además de creatividad y constancia.

Hay una cosa hoy en día que todos sabemos bien: La pasión y el empeño son grandes puentes al crecimiento y al éxito… Siempre que hagamos algo con dedicación, tendremos más chances de triunfar. No conocemos persona alguna en este mundo con falta de pasión, lo cual nos lleva a concluir que todos llevamos un emprendedor adentro nuestro. Es por ello que el hecho de
emprender, de todos nosotros depende.

Panorama y Expectativas Agrícolas 2018

Hoy nos encontramos comenzando un nuevo año, un 2018 que nos recibe con nuevas expectativas y renovadas energías para encarar lo que viene. Muchos estarán disfrutando su merecido descanso luego de un arduo 2017 mientras que otros, todavía continúan al compás del ritmo laboral. En este 2018, nuevamente abundarán las charlas de café en las cuales se debatirán la cuestión inflacionaria, las expectativas políticas y por supuesto, nuestra visión de la Argentina hacia lo que viene.

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